Tejerina subraya que las propuestas de la Unión Europea sobre cambio climático son las más ambiciosas del mundo

Europa Press.- La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró que la propuesta de la Unión Europea y sus 28 Estados, incluido España, de cara a la Cumbre del Clima de París es «la más ambiciosa» del mundo. La ministra recordó que la ONU reclama a los 196 países que participarán en París a que se comprometan a emitir menos gases de efecto invernadero, que provocan un aumento de la temperatura, «y eso genera problemas».

En este contexto, recordó que la propuesta que llevará la Unión Europea a esta cita es una reducción del 40% de los gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990. Además, reiteró que todos los países se comprometerán a reducciones en París  y que la suma de todas debe lograr evitar que la temperatura suba más de 2 grados centígrados. En definitiva, Tejerina cree necesario un cambio de modelo productivo y argumenta que este Gobierno ha cambiado la política ante el cambio climático, favoreciendo la reducción de gases invernadero mientras que el anterior Ejecutivo se centró en la compra de derechos de emisión.

Por otro lado, respecto al caso Volkswagen, recordó que se ha pedido a Bruselas que cambie los test de emisiones de los vehículos para que sean fiables y se reduzcan los límites de partículas aceptadas. Además de la reducción de emisiones, el compromiso de la Unión Europea es alcanzar una cuota del 20% de energías renovables y España «va por delante en las previsiones». Sin embargo, reivindicó que para España es «muy importante» la interconexión eléctrica con el resto de Europa porque las renovables se producen «cuando la naturaleza decide» y, por ello, se necesita un mercado europeo «más grande».

Acciona pide a los ministros del G20 un compromiso contra el cambio climático en la Cumbre de París

EFE / Europa Press.- Acciona, dentro del Corporate Leaders Group on Climate Change, junto con otras 9 organizaciones empresariales internacionales, han solicitado a los ministros de Economía y Finanzas del G20 que impulsen un marco legal, fiscal y financiero propicio para favorecer una economía baja en carbono ante la necesidad de que la COP21 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París) fije objetivos a largo plazo para reducir las emisiones globales y lograr cero emisiones netas antes de finales de siglo.

También solicitan medidas para revisar cada cinco años los compromisos nacionales de reducción de emisiones y la creación de mecanismos de control claros que permitan que los compromisos de los países sean comparables y fiables.Según el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, «la voz de las empresas es clara; tenemos la visión, el compromiso y las tecnologías, como las energías renovables, para marcar el comienzo de una nueva era de prosperidad baja en carbono«. Para ello, los líderes empresariales resaltan la importancia de que se avance hacia la fijación de un precio alto para el CO2 y la eliminación de «subsidios perversos como los de los combustibles fósiles«, entre otros aspectos, según informa Acciona.

En la misiva, los líderes empresariales han puesto en valor los avances significativos realizados por la comunidad empresarial para invertir en tecnologías y modelos de negocio con menores emisiones de CO2, destacando que la inversión mundial en energías limpias ha alcanzado los 27.000 millones dólares el año pasado. Sin embargo, los empresarios resaltaron que para mantener este crecimiento y las inversiones que conlleva se precisan «políticas nacionales eficaces encaminadas a una economía fuerte de bajo carbono que aseguren una adaptación a los impactos del cambio climático». En este sentido, los firmantes apuntan la importancia de crear un entorno fiscal adecuado para lograr la transición a una economía baja en carbono.

Así, el presidente del Corporate Leaders Group y expresidente de Alstom Power, Philippe Joubert, ha recalcado que «es vital un liderazgo fuerte de los ministros de Finanzas para poner en práctica políticas nacionales eficaces para lograr que prospere una economía baja en carbono». Esta misiva se une a la remitida también recientemente a los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea solicitando reformas al mercado de comercialización de emisiones de CO2 que impulsen y motiven a las empresas para invertir en tecnologías menos contaminantes.

El Corporate Leaders Group on Climate Change, impulsado por Carlos de Inglaterra, Príncipe de Gales, agrupa a 23 multinacionales, entre las que figuran Acciona, Coca-Cola, Philips o Tesco que comparten la convicción de que hay que desarrollar nuevas políticas, con planteamientos a largo plazo, para combatir el cambio climático. Además del Corporate Leaders Group, apoyaron esta carta 9 organizaciones empresariales internacionales (We Mean Business partners BSR, Ceres, CDP, The B Team, The Climate Group, World Business Council for Sustainable Development, Japan Climate Leaders Partnership; Brazilian Business Organisations ECP y CEBDS).

Las grandes petroleras reclaman «un acuerdo efectivo» contra el cambio climático en la cumbre de París

Europa Press.- Los consejeros delegados de diez de las compañías petroleras más importantes del mundo, han reclamado un «acuerdo efectivo» en la lucha contra el cambio climático en la conferencia de las Naciones Unidas que tendrá lugar en París el próximo mes de diciembre .

En una declaración conjunta, las petroleras pertenecientes a la Iniciativa Climática de Petroleras y Gasistas (OGCI, por sus siglas en inglés) han mostrado su apoyo a la implantación de políticas «estables y nítidas», consecuentes con un futuro que cumpla el objetivo de limitar a 2 grados centígrados la subida de la temperatura media global, y han señalado que la tendencia actual de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) netas a nivel mundial «no es consistente con este propósito».

El grupo, al que junto a Repsol pertenecen también BG Group, BP, Eni, Pemex, Reliance Industries, Shell, Statoil y Total, entre otros, considera que el objetivo de los 2 grados «es un reto para toda la sociedad» y se mostraron comprometidos a «cumplir con su parte».

Las compañías miembro de la OCGI, que representan el suministro de una quinta parte de la producción mundial de gas y petróleo y casi el 10% de la energía mundial, han llevado a cabo acciones importantes para reducir su huella de GEI, junto con una reducción aproximada del 20% de las emisiones de GEI derivadas de sus operaciones en los últimos diez años.

La OCGI también ha lanzado un informe colaborativo, ‘Mas energía, menos emisiones’, en el que destaca las acciones practicas acometidas por las compañías que lo forman para mejorar la gestión de las emisiones de GEI y su trabajo dirigido a reducir el impacto del cambio climático a largo plazo.

Estas acciones incluyen inversiones importantes en gas natural, captura y almacenamiento de carbono y energías renovables, así como investigación y desarrollo de GEI de nivel bajo.

La declaración, junto con el informe, expone las áreas principales en las que las compañías de la OGCI centrarán su colaboración, entre las que figuran la eficiencia, una contribución al aumento de la presencia de gas en el ‘mix’ energético mundial, así como inversión en I+D+i para reducir las emisiones de GEI.

La OGCI es una iniciativa de la industria petrolera, voluntaria y liderada por los consejeros delegados, que tiene como objetivo acelerar las acciones practicas en la lucha contra el cambio climático a través de las mejores practicas de colaboración y participación.

Las ONG ecologistas consideran «escandalosa» la manipulación de las emisiones de CO2 en los coches y piden más control

Europa Press / Servimedia.- Las ONG ambientales calificaron de «auténtico escándalo» la manipulación de los datos de emisiones de los gases contaminantes en los vehículos que se detectó en Estados Unidos en coches Volkswagen porque supone la «comprobación» de las «artimañas» de la industria automovilística para sortear la legislación ambiental. Una manipulación que consideraron como una «estafa clara al consumidor» que Volkswagen haya manipulado las emisiones contaminantes de sus automóviles diésel y reclamaron controles eficaces y sanciones ejemplares para que este caso no se repita.

En este sentido, el coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Francisco Segura, apuntó que esta situación «ya se conocía» y había sido denunciada desde hace años por organizaciones como Transport & Environment, que indicó que los datos que se ofrecen de las emisiones de los vehículos «no son reales» y están «trucadas», tanto de emisiones de CO2 como de partículas y dióxido de nitrógeno. «Hay una picaresca muy grande por parte del sector», lamentó Castejón que recordó que el transporte es el principal factor de deterioro de la calidad del aire en Europa y que la contaminación provoca 450.000 muertes prematuras anuales en el continente.

Además, incidió en que detrás de este «fraude» está la explicación de por qué las ciudades europeas siguen superando los niveles de contaminación mientras, en teoría, los vehículos van reduciendo sus emisiones. De este modo, admitió que la contaminación del aire ha ido bajando «algo», pero no tanto como debiera con las mejoras tecnológicas existentes. «Los fabricantes nos engañan. Volskwagen debería tener una multa pero Bruselas debería abrir una investigación de oficio para ver si el resto de fabricantes también lo hace», apuntó mientras recordaba que la industria alemana hace «piña» y es «la que más se opone a limitar las emisiones de los vehículos» por su especialización en coches de diésel y muy potentes.

Por su parte, el portavoz de Clima y Energía de Amigos de la Tierra, Héctor de Prado, denunció que esta falsificación ha sido totalmente intencionada puesto que ya venía de fábrica y, a nivel general, recuerda que los combustibles fósiles aumentan el problema del cambio climático. Por ello, ha reclamado el paso hacia un cambio de modelo, donde prevalezcan las iniciativas sostenibles, los coches eléctricos eficientes e inteligentes, por ejemplo. «Con coches 100% eléctricos no habría problema de falsificación de las emisiones«, indicó de Prado. Asimismo, valoró que si los coches se fabrican cada vez con mejor tecnología es bastante sencillo reducir emisiones. En definitiva, también abogó por eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles.

En la misma línea, la responsable de Energía de Greenpeace España, Marina Bevacqua, añadió que la ONG también lleva años denunciando a Volkswagen porque insiste en evitar que se pongan límites a los gases tóxicos al sector y desarrolló una influencia muy fuerte ante los responsables comunitarios para lograrlo. «Se demuestra que la industria automotriz no tiene problema en cometer un delito para vender sus productos perjudicando a la salud de los ciudadanos«, denunció. Según sus estimaciones, se piensa que 30 millones de autos podrían estar trucados para limitar las emisiones que estaban generando. Por ello, cree que Europa debe fijar unos límites y cada Estado es el que debe controlar que eso se cumple.

«Si tienen tecnología para hacer algo así, ¿por qué no la usan para limitar realmente las emisiones y no provocar daños a la salud?», apuntó Bevacqua que indicó que parece que la brecha entre los datos ofrecidos y la realidad podría ser de 40 veces más que el límite permitido, según la Agencia del Medio Ambiente de Estados Unidos. Finalmente, reclamó un cambio de paradigma en la movilidad, para que sea eficiente, fomentando los sistemas de transporte público, la electrificación de los vehículos y, «lo más importante», lograr un cambio de mentalidad con consecuencias en la movilidad en las ciudades.

«Es un crimen porque estaban utilizando un software que se activaba únicamente cuando detectaba que el auto estaba siendo testado por sus emisiones, con lo que, directamente, trataron de engañar a la administración pública», añadió. Bevacqua recalcó que, así como Volkswagen podría enfrentarse a una multa de 18.000 millones de dólares (16.200 millones de euros) en Estados Unidos, los países que detecten el fraude «deberían cobrar» al gigante alemán. «Los Estados deben evitar que las empresas marquen la agenda política de cuáles son los límites de emisiones, instaurar mecanismos de controles claros y multas millonarias a quienes quebranten esto», apostilló.

Un experto llama a desarrollar las energías renovables para parar el cambio climático

Servimedia.- Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del deshielo del permafrost, la capa de hielo permanentemente congelada del Ártico, podrían tener un impacto económico 43 billones de dólares (unos 38,4 billones de euros) mayor de lo esperado a finales del próximo siglo. Por ello, el experto Kevin Schaefer asegura que «podemos reducir al mismo tiempo las emisiones de combustibles fósiles y hacer crecer la economía con el aprovechamiento de las mismas fuerzas del mercado que crearon el problema en primer lugar«.

Así se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y desde Estados Unidos por el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés). El informe señala que este impacto económico justifica la necesidad de tomar medidas urgentes para reducir las emisiones originadas por el descongelamiento del permafrost ártico, que comenzó su deshielo en los últimos decenios como consecuencia del calentamiento global, según el NSIDC. A medida que el suelo helado se degrada, libera dióxido de carbono y metano, con lo que amplifica los efectos de las emisiones procedentes de la actividad humana.

Chris Hope, de la Universidad de Cambridge, y Kevin Schaefer, del NSIDC, realizaron los cálculos de los posibles impactos económicos globales de las emisiones de gases de efecto invernadero del permafrost ártico a partir de las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). «Queremos utilizar estos modelos para ayudar a tomar mejores decisiones; vincular los modelos científicos y económicos es una manera de ayudar a hacerlo», dijo Hope, quien añadió: «Tenemos que estimar cuánto va a costar si no hacemos nada, cuánto va a costar si hacemos algo y lo mucho que tenemos que gastar para reducir gases de efecto invernadero».

Los autores trabajaron con un escenario de un rápido crecimiento económico y una proyección de aumento de las emisiones antropogénicas, originadas por el hombre, hasta una concentración atmosférica de CO2 de 700 partes por millón en 2100 y de cero emisiones a partir de ese año. Con ello, concluyeron que el impacto climático se incrementaría de los 326 billones de dólares inicialmente previstos a los 369 billones de dólares (330 billones de euros), lo que supone un aumento del 13%.

A este respecto, Schaefer explicó que «tenemos que invertir en reducir los costos de producción de la energía renovable y los gastos de almacenamiento de la energía, y crear un entorno con incentivos fiscales y otras medidas políticas óptimas«. «Esto creará un ambiente donde los consumidores, naturalmente, elegirán la opción de bajas emisiones de carbono, ya que es la mejor opción económica disponible», concluyó Schaefer.

La Unión Europea pacta defender una reducción global de CO2 del 50% en la Cumbre del Clima de París

Europa Press.- Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea pactaron defender una reducción global de emisiones contaminantes en un 50% para 2050 en la Cumbre del Clima que tendrá lugar en París en diciembre, y en la que se espera alcanzar un pacto que se pueda poner en práctica a partir del año 2020 y que sustituya al Protocolo de Kyoto. Por su parte, los ecologistas demandan «un futuro 100% renovable».

Los responsables de las carteras de Medio Ambiente se han reunido con el objetivo de establecer el mandato negociador para la Comisión Europea y la presidencia del Consejo en la Conferencia de las Partes (COP21) organizada por Naciones Unidas, en la que se espera un acuerdo «ambicioso» y «vinculante», según indicó la ministra española de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que debe «sentar las bases» para poner en marcha un «instrumento permanente de lucha contra el cambio climático» y lograr que la temperatura «nunca suba de los dos grados» en el largo plazo. Además, consideró necesario revisar los compromisos y que existan «mecanismos de medición».

De esta forma, la Unión Europea defenderá la necesidad de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para 2050 en un 50% con respecto a los niveles de 1990, con el objetivo a largo plazo de conseguir que el incremento de la temperatura global no supere los 2 grados. Según explicó el comisario de Energía y Acción por el Clima, el español Miguel Arias Cañete, este porcentaje equivale a una reducción de las emisiones del 60% con respecto a 2010, que estaría en línea con las cifras aportadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según siglas en inglés), que propone una rebaja de entre el 40% y el 70% en base a 2010.

Por su parte, la Unión Europea mantiene su compromiso de reducir «al menos» un 40% dichas emisiones hasta 2030, dentro de un objetivo más amplio que persigue conseguir una rebaja de entre el 80% y el 95% para 2050. Además, desde Bruselas pedirán en París el establecimiento de un mecanismo de revisión y verificación, con reuniones cada cinco años para «considerar y fortalecer» los compromisos cerrados, en palabras del comisario.

Se aportarán mecanismos económicos próximamente

Con respecto a la inclusión de la financiación en el acuerdo de París, un aspecto clave para la Unión Europea, Arias Cañete auguró que la financiación pública «no será suficiente» y resaltó que será importante encontrar fuentes de financiación privada. En este sentido, el comisario indicó que su departamento trabaja de forma conjunta con el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici,y que se conocerán más detalles tras el consejo de ministros de Economía del próximo mes de noviembre.

Arias Cañete destacó que se pactó una posición «muy sólida» para la Cumbre del Clima de París. «La visión que presentamos es ambiciosa, realista y clara sobre lo que queremos de París», subrayó. Así, recordó que un total de 62 países presentaron ya sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, «cuatro veces más» que los adquiridos en el Protocolo de Kyoto.

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente de Luxemburgo, que ostenta este semestre la presidencia del Consejo Europeo, Carole Dieschbourg, resaltó que se trata de un acuerdo «fuerte y responsable», y añadió que la Unión Europea «liderará» las negociaciones para alcanzar «un acuerdo global aceptable para todos». Asimismo, insistió en que es una «responsabilidad» para Europa llegar a un buen acuerdo en París y remarcó la importancia de la lucha contra el cambio climático.

Piden «Un futuro 100% renovable»

Mientras, distintas organizaciones ecologistas protestaron frente al edificio del Consejo Europeo, coincidiendo con la reunión de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, para pedir a los políticos europeos que se pongan «del lado de los ciudadanos» y construyan «un futuro 100% renovable«.Así, decenas de personas asistieron a la convocatoria de Change Partnership, Climate Action Network Europe, Friends of the Earth Europe, Greenpeace, Nature Code, Oxfam, Transport&Environment y WWF.En este sentido, las organizaciones afirman que la Unión Europea tiene «el potencial y la responsabilidad» de hacer más para acelerar la «transición energética», y solicitaron «incrementar los esfuerzos» para combatir el cambio climático.

De esta forma, el director de Climate Action Network Europe, Wendel Trio, instó a los líderes europeos a articular objetivos climáticos «que reflejen la necesidad de un cambio hacia un sistema plenamente renovable«.»Los líderes europeos tienen que dejar claro lo que van a llevar a la mesa de negociaciones en París para reducir las emisiones antes y después de 2020, así como el apoyo financiero para la acción climática en los países en vías de desarrollo», ha añadido Trio.

Greenpeace pide a la Unión Europea que aumente su objetivo de reducir un 40% las emisiones de CO2 para 2030

Europa Press.- Greenpeace reclamó a la Unión Europea que vaya «más allá» del compromiso asumido de reducción del 40% de emisiones y del 27% de uso de energías renovables para el año 2030. Además, exigió un objetivo de eficiencia energética del 40% para 2030, pues el actual es un mínimo del 27%, y un objetivo de energía renovable del 45% para 2030.

La petición surge con motivo de la reunión del Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea, formado por los diferentes ministros de Medio Ambiente comunitarios, para debatir la posición de Europa en la Cumbre de París. Greenpeace sostiene que la reducción de las emisiones nacionales de cada país de la Unión Europea debe ser de, al menos, el 55% respecto a los niveles de 1990; y que ésta debe ser respaldada por un aumento de la eficiencia energética y de los objetivos de energía renovable en la Unión Europea.

De este modo, Greenpeace manifiesta que la ministra Isabel García Tejerina debe apoyar que se establezca en el tratado de París un objetivo de descarbonización a largo plazo, ya que defiende que sin este objetivo «no se logrará el objetivo global de limitar el calentamiento por debajo de los 2ºC». En este sentido, apunta que se debe establecer la eliminación de las emisiones derivadas de los combustibles fósiles para 2050, así como la transformación hacia un suministro energético 100% basado en energías renovables y el aumento de la eficiencia energética.

Además, la organización considera que la ministra debe apoyar una «actuación pre-2020» y un período de compromiso de cinco años (2020-2025) para reducir las emisiones, que permita realizar ajustes alineados con las nuevas «evidencias científicas» y los avances técnicos, y dé «suficiente seguridad de planificación» a las empresas. «La ministra Tejerina debería desempeñar un papel protagonista y activo en el curso de las negociaciones climáticas para asegurar que la Unión Europea participa con objetivos mucho más ambiciosos y con propuestas que supongan avances concretos», apunta el Tatiana Nuño desde Greenpeace.

La socialista Teresa Ribera advierte de que sólo fijar cifras de reducción de CO2 por países no es «suficientemente creíble»

Europa Press.- Teresa Ribera, encargada de Medio Ambiente en el equipo delsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, advirtió de que costará realizar una descarbonización sin tener en cuenta a los países vecinos y que «ya no basta» con establecer una cifra de reducción de emisiones de CO2 porque no es «suficientemente creíble», desde su experiencia como exsecretaria de Estado de Cambio Climático y exdirectora de la Oficina Española de Cambio Climático.

Por ello, la asesora socialista subrayó que es «crecientemente importante» explicar cómo se va a desarrollar ese proceso para ganar credibilidad en el contexto de las relaciones entre países, y para valorar decisiones de inversión para cualquier actor privado. Ribera se refiere así a la Cumbre del Clima de París (COP 21), que se celebrará el próximo diciembre y para la que todavía no existe un texto de negociación. Esto es «lo más delicado en estos momentos», según señaló. La ahora directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI) presentó el proyecto Deep Decarbonization Pathways, que recoge hojas de ruta para la descarbonización de 16 países.

Desde sus cargos en la administración, Ribera encabezó durante las legislaturas de Zapatero la delegación negociadora española en el ámbito internacional y asistió a todas las COP. Entre ellas, la Cumbre del Clima de Copenhague, que contó con la presencia de más de 100 jefes de Estado y de Gobierno y preveía cerrar el acuerdo que se persigue de nuevo este año en París pero que entonces, sin embargo, fracasó.

Ribera reflexionó sobre las negociaciones de París. En este sentido, cree que hay voluntad política para lograr acuerdos. «París puede ofrecer un tratado internacional en el que se incluyan reglas que garanticen el proceso de trabajo conjunto para los próximos años; y una señal del mínimo de ambición compartido en estos momentos a partir de la suma de todas las contribuciones de los diferentes países, aunque se sabe que ese mínimo está por debajo de lo que se necesita«, indicó.

Asimismo, destacó que los países tenderán a «ser prudentes» y que «llama la atención» ver cómo países en desarrollo, cuando entienden que la reivindicación de los 2ºC para ellos significa un escenario de descarbonización «muy importante», reaccionan con «sorpresa e incapacidad» mientras se preguntan por qué tienen que ir a un escenario de un nivel de emisiones per cápita «reducido». También, aseveró que la próxima reunión de Lima, que se celebrará a principios de octubre, es «clave» porque se presentará un documento que analizará el funcionamiento del sector financiero y que tendrá «un gran impacto».

Además, indicó que de París cabe esperar el cumplimiento de la promesa de Copenhague de garantizar la movilización de recursos por importe de 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020, con una senda «creíble y compatible», y con una parte dedicada a aspectos de solidaridad. No obstante, subrayó que se debe asegurar de «forma creciente» la coherencia en cualquier decisión de inversión, que los grandes reaseguradores, fondos de inversión, reguladores financieros y bancos de desarrollo, a la hora de evaluar proyectos y exigir transparencia respecto a los riesgos valorados para cualquier préstamo, tomen en consideración «estas verdades».

Respecto al proyecto sobre el proceso de descarbonización en 16 países (Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea, México, Rusia, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos), señaló que estos países, los grandes emisores, coinciden en las recomendaciones de impulsar las políticas de eficiencia energética, establecer una electricidad sin CO2, cambiar los usos eléctricos y que hay que comenzar estos cambios cuanto antes. Estas conclusiones son resultado del estudio de los escenarios de cada país en el proceso de descarbonización para llegar a 1,7 toneladas per cápita de emisiones para 2050, teniendo en cuenta la evolución demográfica, económica y los objetivos socioeconómicos.

La quema de los combustibles fósiles existentes podría fundir la Antártida y aumentar 60 metros el nivel del mar

Europa Press.- Un nuevo trabajo de un equipo internacional de científicos demuestra que los recursos restantes de combustibles fósiles del planeta serían suficientes para fundir casi toda la Antártida si se quemaran, lo que provocaría un incremento de entre 50 y 60 metros del nivel del mar. Como muchas ciudades importantes están a nivel del mar, esto podría sumergir muchas áreas altamente pobladas en las que viven más de 1.000 millones de personas bajo el agua, como Nueva York y Washington (Estados Unidos).

«Nuestros resultados muestran que si no queremos fundir la Antártida, no podemos seguir cogiendo el combustible fósil carbono de la tierra y seguir vertiéndolo a la atmósfera en forma de CO2, como lo hemos estado haciendo», señala Ken Caldeira, de la Institución Carnegie, en Washington, en un trabajo que se detalla en un artículo publicado en Science Advances. «La mayoría de los estudios previos de la Antártida se han centrado en la pérdida de la capa de hielo de la Antártida Occidental. Nuestra investigación demuestra que la quema de carbón, petróleo y gas también supone el riesgo de una pérdida mucho más grande de la capa de hielo de la Antártida Oriental», agrega este investigador.

Caldeira inició este proyecto con la autor principal Ricarda Winkelmann mientras trabajaba en la Institución Carnegie para la Ciencia. Winkelmann y el coautor Anders Levermann trabajan como científicos en el Instituto Postdam para la Investigación del Impacto Climático. Aunque la Antártida ya perdió hielo, un complejo conjunto de factores determinará su futuro, incluyendo el calentamiento atmosférico causado por gases de efecto invernadero, el calentamiento oceánico adicional promovido por el calentamiento de la atmósfera, y los posibles efectos contrapuestos de nevadas adicionales. «Es mucho más fácil predecir que un cubo de hielo en una habitación caliente se va a derretir con el tiempo que decir con precisión la rapidez con la que se desvanecerá», señala Winkelmann.

El equipo utilizó un modelado para estudiar la evolución de la capa de hielo durante los próximos 10.000 años, porque el carbono persiste en la atmósfera miles de años después de liberarse. Estos expertos encontraron que la capa de hielo de la Antártida Occidental se vuelve inestable si las emisiones de carbono continúan en los niveles actuales durante entre 60 a 80 años, lo que representa sólo del 6 al 8% de los 10.000 millones de toneladas de carbono que podrían ser liberadas si utilizamos todos los combustibles fósiles accesibles.

«La capa de hielo de la Antártida Occidental podría ya haberse inclinado hacia un estado de pérdida de hielo imparable, bien como resultado de la actividad humana o no. Pero si queremos transmitir ciudades como Tokio, Hong Kong, Shangai, Calcuta, Hamburgo y Nueva York como herencia en el futuro, tenemos que evitar una inflexión en la Antártida Oriental», advierte Levermann. El equipo detectó que si el calentamiento global no supera la meta de 2 grados centígrados citada en las políticas sobre el clima, el derretimiento de la Antártida podría hacer que los niveles del mar se eleven a sólo unos metros y permanezcan manejables. Pero un mayor calentamiento podría perder las capas de hielo irreversiblemente.

Este análisis no predice en gran medida el aumento de las tasas de pérdida de hielo durante este siglo, pero halló que la tasa media de aumento del nivel del mar en los próximos 1.000 años podría ser de unos 3 centímetros por año, lo que llevaría a unos 30 metros de aumento del nivel del mar a finales de este milenio. Durante varios miles de años, el incremento total del nivel del mar por todas las fuentes podría alcanzar hasta 60 metros. «Si no dejamos de verter nuestros residuos de CO2 al cielo, la tierra que es ahora el hogar de más de 1.000 millones de personas seguramente esté bajo el agua», advierte Caldeira.

Tejerina asegura que España va por el buen camino para cumplir el Protocolo de Kioto en 2020

Servimedia.- La ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, indicó que España está en la senda adecuada para cumplir el Protocolo de Kioto en 2020, que regula la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Así lo hizo en el Senado al responder a Joan Saura (Entesa de Catalunya), que le preguntó por la estrategia con la que el Gobierno acudirá a la cumbre sobre el clima que tendrá lugar en París (Francia) en diciembre.

Tejerina indicó que 196 países están llamados a alcanzar «un compromiso conjunto» en la cumbre de París y que España acudirá con «la contribución más ambiciosa asumida hasta ahora,que es la que presenta la Unión Europea: reducir nuestra emisiones en al menos un 40% en 2030 respecto a las de 1990″. En este sentido, Tejerina apuntó que el Gobierno llegará a París con los deberes hechos porque España cumplió con el primer periodo del Protocolo de Kioto (2008-2012), lo que «parecía imposible» en 2012 y después de que el Ejecutivo anterior gastara 780 millones en comprar derechos de carbono.

Por ello, subrayó que en esta legislatura se han puesto en marcha los Proyectos Clima, con 43 millones de euros, los planes PIMA, para reducir emisiones en vehículos, un registro de la huella de carbono y un PIMA Adapta para frenar las consecuencias del cambio climático en las costas, así como una tasa sobre las emisiones de los gases fluorados y una Hoja de Ruta para los sectores difusos hasta 2020. Ante las críticas de Saura, Tejerina dijo que «las predicciones apuntan al pleno cumplimiento de nuestro compromiso de reducción de Kioto en 2020, sin necesidad de recurrir a la compra de derechos de emisión.