Los biocarburantes representarán el 7% del combustible en 2011, según orden

Para fomentar el uso de biocarburantes, la orden del Ministerio de Industria determina unos objetivos mínimos por producto inferiores al objetivo global dispuesto anteriormente, además de mecanismos de flexibilidad temporal para la contabilización de las cantidades de biocarburantes vendidas o consumidas.

En 2008 el biodiesel y el bioetanol deberán representar obligatoriamente, en cada caso, un mínimo del 1,9 por ciento de los carburantes para transporte, mientras que en 2009 será el 2,5 por ciento y en 2010, el 3,9 por ciento.

No obstante, el conjunto de los biocarburantes que se venda deberá representar el 1,9 por ciento del total de combustibles en 2008, el 3,4 por ciento en 2009 y el 5,83 por ciento en 2010.

Así, para cubrir esta diferencia entre el mínimo por variedad de biocombustibles y el objetivo global, los operadores podrán elegir libremente entre biodiesel y bioentanol.

La orden del Ministerio de Industria, que da cumplimiento a una directiva europea y entra en vigor hoy, recuerda que el uso de los biocarburantes en el transporte permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la dependencia de los carburantes fósiles.

La orden, que se aprueba sin perjuicio de lo establecido en la normativa fiscal, fija también un sistema de certificación y pagos compensatorios que será gestionado por la Comisión Nacional de Energía (CNE), que permitirá la transferencia de certificados y controlará el sistema.

Según el documento, están obligados a cumplir la orden los distribuidores al por mayor de productos petrolíferos (por sus ventas anuales en el mercado nacional, excluidas las ventas a otros operadores al por mayor) y las distribuidoras al por menor (en la parte de sus ventas anuales en el mercado nacional no suministrada por operadores al por mayor).

También deben cumplirla los consumidores de productos petrolíferos, en la parte de su consumo anual no suministrado por operadores mayoristas o minoristas.

Los sujetos que no dispongan de certificados suficientes para el cumplimiento de sus obligaciones deberán hacer pagos compensatorios y los ingresos que se generen dotarán un único fondo que se repartirá entre aquellos que cuenten con exceso de certificados.

Anualmente, la CNE elaborará un informe sobre el uso de biocarburantes con fines de transporte, en el que se dará cuenta del cumplimiento de las obligaciones y se incluirán previsiones a medio plazo sobre la cobertura de la demanda de biocarburantes, así como una estimación de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas.

Benjumea aboga por un cambio de modelo para liderar el desarrollo energético

El presidente de Abengoa, Felipe Benjumea, ha defendido un cambio del actual modelo energético y potenciar las energías renovables hasta que supongan la mitad del total de las fuentes energéticas en 2020, lo que situaría a España en el liderazgo de esta tecnología y «sacaría al país de la crisis».

Benjumea fue el encargado de presentar en el Foro Joly al presidente de Red Eléctrica de España (REE), Luis Atienza, y aprovechó para hacer algunas consideraciones sobre el sector energético y vaticinó que en «unas décadas las renovables reemplazarán a las energías fósiles».

Actualmente, más del 80 por ciento del consumo de energía procede de los combustibles fósiles, pero este modelo estará agotado en unos años porque es «insostenible» desde el punto de vista medioambiental, entre otros factores, ha expuesto.

Ha reafirmado la apuesta por las renovables y ha asegurado que si España contara con un plan para que en el 2020 la mitad de las fuentes de energías provengan de las renovables, se impulsaría un «desarrollo tecnológico e industrial que nos sacaría de la crisis y nos colocaría en el liderazgo mundial de esta tecnología», entre otras ventajas.

Ha admitido que hay fuertes resistencias para que se produzca ese cambio de modelo energético y ha pedido a los dirigentes políticos que «miren a largo plazo» .

Benjumea ha resaltado la apuesta de Abengoa por el biocombustible como sustituto de los derivados del petróleo y ha denunciado el «intento por hacerlo responsable del hambre y de los males del mundo», lo que ha achacado a la desinformación y al «interés de que todo siga igual».

Ha precisado que hay que controlar el origen de los bicombustibles para que no repercuta en el coste de los alimentos o impacte en la biodiversidad y ha apuntado que Abengoa trabaja ya en biocombustibles obtenidos de desechos agrícolas y abrirá antes de que acabe este año una planta en Salamanca de bioetanol obtenido de la paja.

El presidente de Abengoa ha recordado también que a principios de 2009 pondrá en marcha en Sanlúcar la Mayor (Sevilla) de almacenamiento de sales para dar cabida a la energía eólica.

Los biocarburantes supondrán entre un 10 y un 15 % del mercado en 2020

El informe señala además que «probablemente» antes del año 2020, la producción de biocombustibles superará las predicciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de 120.000 millones de litros de bioetanol y 23.000 millones de litros de biodiesel.

No obstante, advierte de que el desarrollo de una «auténtica industria mundial» de biocombustibles estará condicionado por las dificultades en las áreas medioambiental, de distribución y de infraestructuras.

Según Accenture, el impacto de los biocombustibles sobre el precio de los alimentos en los últimos años se ha exagerado y señala a las administraciones como los responsables de incentivar una producción sostenible que no afecte a la producción de alimentos y que a la vez genere una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

En cuanto a la distribución de los biocombustibles, el estudio señala la necesidad de que los gobiernos nacionales tomen decisiones sobre las mezclas y la adaptación de los distintos tipos existentes.

La escasez de inversiones en infraestructuras es, según Accenture, otro de los impedimentos para conseguir un mercado de biocombustibles a escala global.

El estudio reconoce que los mercados financieros están aún «inmaduros» y destaca la dificultad de conseguir inversiones para infraestructuras a gran escala cuando «aún son inciertos los beneficios y las dimensiones finales del mercado».

Los biocombustibles harán posible, según el informe, un mercado del transporte «mucho más diverso», en el que la gasolina y el gasóleo perderán cuota y se generará una gama más amplia de productos procedentes de combustibles no fósiles.

Los biocombustibles empiezan a perder la etiqueta ´bio´

Los biocombustibles, presentados hace unos años como parte de la solución al problema del cambio climático, se encuentran en estos momentos en el ojo del huracán.

Cada vez cobra más fuerza una corriente en contra que cuestiona su viabilidad y su impacto medioambiental y social.

Organizaciones ecologistas y humanitarias, expertos en energía y algunos países europeos alientan la polémica en torno a estos carburantes, que se obtienen a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha o cereales como trigo o maíz (bioetanol) o de aceites vegetales usados o sin usar (biodiésel).

Sus detractores les acusan de ser responsables del reciente aumento del precio de los alimentos y, de esta forma, de contribuir a incrementar el hambre en el mundo.

Denuncian, además, su impacto sobre la pérdida de biodiversidad y la deforestación, ya que muchos bosques tropicales están perdiendo terreno a favor del cultivo de materias primas dedicadas a su producción.

La viabilidad de los agrocombustibles ha formado parte también de la agenda de la Cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria, que se ha celebrado esta semana en Roma, en la que se han podido escuchar distintas voces.

Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha pedido un consenso mundial sobre su utilización, como una de las medidas para paliar el hambre en el mundo, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, principal productor, ha defendido su uso.

‘Los biocombustibles no son el villano’, dijo Lula, después de asegurar: ‘Veo con indignación que muchos de los dedos que apuntan contra la energía limpia de los biocombustibles están sucios de aceite y carbón’.

ANTES COMER QUE ALIMENTAR COCHES

Estos carburantes forman parte de los objetivos de la Comisión Europea, cuya propuesta inicial es alcanzar el 10% de utilización en su suministro para el transporte en el año 2020, una iniciativa que cuenta con el respaldo del Gobierno español.

Las organizaciones ecologistas coinciden en que es imposible alcanzar esos objetivos sin producir un impacto en los alimentos.

Denuncian que son los responsables de que los precios de éstos se hayan encarecido entre un 10 y un 15 por ciento en el último año cuando solo suponen el 1 por ciento de la producción agrícola.

Heikki Willstedt, especialista en energía y cambio climático de WWF/Adena, considera en declaraciones a Efe que ‘ni la idea era antes tan buena, ni ahora es tan mala’, aunque ‘el tema se ha ido de las manos’ porque el sector ha sido ‘hiperoptimista’.

Cree que la producción debe limitarse a una cantidad que sea sostenible, que no ‘entre en competencia con otros usos del campo más necesarios como son dar de comer’ y que no aumente la presión sobre la tierra con más pesticidas, más fertilizantes y más necesidades de agua.

En la misma línea, José Santamarta, del Instituto World Watch en España, cree, en conversación con Efe, que solo es aceptable su producción a pequeña escala y utilizando aceites usados o excedentes agrícolas.

En grandes cantidades son una opción ‘absolutamente insostenible’, según este experto, ex asesor del Ministerio de Medio Ambiente en la anterior legislatura.

Para ilustrar su afirmación, Santamarta remite a un estudio publicado recientemente en la revista ‘Science’, que alertaba de que ocasionan más problemas de los que solucionan y de que el balance neto en cuanto a emisiones de CO2 es negativo.

Este experto recalca que ‘es mucho más importante comer que alimentar los coches’ y cree que para cumplir los objetivos de reducción de emisiones hay alternativas más benignas y sostenibles.

Asegura que muchos gobiernos los apoyan porque ‘se han abrazado al tema sin considerar sus implicaciones’ y, en el caso de España, porque los responsables del Ministerio de Medio Ambiente ‘son unos indocumentados, que no tienen ni idea’.

CAMPAÑA ORQUESTADA

Sus defensores inciden en que pueden ayudar a controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, los presentan como un seguro frente a la dependencia del petróleo y tachan de ‘simplistas’ y ‘demagógicos’ los argumentos utilizados para criticarlos.

Denuncian que existe una campaña ‘orquestada’ por parte de la industria petrolera y agroalimentaria para criminalizar estos combustibles, porque suponen una amenaza a sus intereses.

En este bando ‘amigo’, a nivel nacional, se sitúa APPA Biocarburantes, asociación que agrupa a 39 empresas que representan la mayor parte de la producción de bioetanol, biodiésel y biogás.

Su director, Manuel Bustos, ha asegurado a Efe que existen pruebas de que en Estados Unidos, uno de los principales productores de biocombustibles, la industria alimentaria ha contratado a una empresa de comunicación para ‘orquestar’ esa campaña de desprestigio.

‘Cuando las compañías petroleras ven cómo está aumentando el consumo de biocombustibles, se les ponen los pelos de punta’.

Bustos subraya que ‘no cabe en ninguna lógica’ atribuir el incremento del precio de los alimentos a un sector que el pasado año destinó a su producción solo el 3 por ciento del consumo mundial de cereales, un mercado que en su mayor parte se destina a la ganadería.

‘Por suerte no consumimos metales ni petróleo’, ya que ‘también seríamos responsables del aumento de su precio’.

El representante de los productores incide en que el sector es el primer interesado en seguir trabajando para encontrar materias primas no alimentarias, como las algas, y poder desligarse de esa competitividad, pero la tecnología aún no está desarrollada.

Respecto al cambio de posición de las organizaciones ecologistas, Bustos señala que ‘ellos tienen su agenda’, de tal forma que ‘necesitan causas que defender’ y el aumento del precio de los alimentos y el hambre en el mundo es una.

A su juicio, con su oposición a los biocombustibles ‘le están haciendo el juego a la industria petrolífera’.

Tras un paro técnico, la planta de bioetanol de Salamanca reanudará su actividad

La planta de bioteanol de la localidad salmantina de Babilafuente, propiedad de Biocarburantes de Castilla y León, reanudará en las próximas semanas su actividad tras más de diez meses de parón.

La planta paralizó su actividad en septiembre de 2007, ya que hasta ese momento la producción de biocombustible no era viable, por lo que era «menos gravoso» el «mantener la fábrica sin actividad, sin alterar los compromisos con sus trabajadores», ha informado Biocarburantes.

El actual incremento de la demanda de bioetanol en Europa, fruto de la fijación de obligaciones legales de uso de biocarburantes en un número creciente de países, permite reanudar de nuevo las operaciones, «a la espera de confirmar la entrada en vigor de la ley española sobre esta materia».

La planta salmantina, que inició su actividad en abril de 2006, fue diseñada para producir bioetanol destinado a su mezcla directa con gasolina en el mercado español, con el objeto de cumplir con los objetivos de la Directiva Europea de 2003 sobre fomento del uso de los biocarburantes y el Plan de Energías Renovables aprobado por el Consejo de Ministros en julio de 2005.

La empresa aragonesa Entabán inaugura la primera planta de biodiesel en Galicia

La empresa zaragozana Entabán, Biocombustibles de Galicia, inauguró la primera planta de biodiesel de Galicia, situada en terrenos del puerto exterior de Ferrol, que es ‘una de las más modernas de España’, según indicaron fuentes de la compañía.

Esta planta, que ha supuesto una inversión de 48 millones de euros y que aspira a producir 200.000 toneladas anuales de este combustible ecológico alternativo al petróleo, ‘creará 35 empleos directos y otros 100 indirectos’, añadieron las fuentes.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, que presidió la apertura de la planta, afirmó que supone una ‘apuesta decisiva’ por las energías renovables dentro del sector energético, en un ‘momento clave’ para la economía. Recordó que además de la planta de Entabán, en la comarca ferrolana, Infinita Renovables construye otra, que empezará a funcionar previsiblemente a finales de este año, y Eulen y Enagás proyectan una tercera.

Con estas tres plantas, la comarca ferrolana producirá aproximadamente la mitad del biodiesel que se fabrique en España, con cerca de 750.000 toneladas, que representan un porcentaje cifrado en el 43,6% del total anual estatal.

Entabán Biocombustibles de Galicia inició la construcción de su terminal ferrolana en junio 2006, sobre una parcela de 32.000 metros cuadrados.

Fuentes de la compañía señalaron que aspiran a facturar más de 153 millones de euros el primer año, fabricando un combustible alternativo y ecológico, elaborado a base de aceites vegetales de palma, girasol y colza, materia prima de la que espera recibir el primer buque el próximo mes de julio, procedente de Sudamérica.

Entabán cuenta con dos plantas en Aragón y Andalucía, y proyecta otras dos, en Cataluñas y País Vasco.

La Comisión Europea investiga las ayudas de Estados Unidos a sus biocarburantes

La Comisión Europea (CE) ha abierto una investigación, ante la sospecha de «dumping» (competencia desleal) en las ayudas que EEUU concede a su biodiésel, combustible que, por consiguiente, Europa importa en condiciones desiguales y perjudiciales para las industrias europeas.

El Ejecutivo de la UE actúa así en reacción a las quejas presentadas por las industrias europeas de biocombustibles, quienes denunciaron los subsidios de Washington a su biodiésel, así como la competencia desleal que supone este producto para el mercado europeo, según un comunicado de la CE.

El portavoz europeo de Comercio, Peter Power, ha manifestado: «Siempre hemos dicho que la UE no tolerará prácticas comerciales ilegales y perseguirá vigorosamente cualquier queja fundada; la CE no dejará piedra sin mover en esta investigación y actuará de acuerdo con los resultados».

Bruselas cree que las quejas de las industrias europeas tienen fundamento, pues los denunciantes «han dado evidencias suficientes» sobre los subsidios de Washington. Tras una «investigación detallada», la CE determinará qué medidas «son justificadas», según la misma fuente.

La asociación de industrias europeas de biodiésel (EEB, siglas en inglés) presentó a Bruselas sus quejas contra los apoyos de EEUU y el «dumping» que suponen las importaciones del producto estadounidense.

Una vez examinadas las denuncias, la CE estimó que cumplen los requisitos para abrir un expediente de investigación «anti-dumping». Entre los apoyos figura beneficios fiscales, así como un programa federal de ayudas para financiar un incremento de la capacidad de producción.

Según las denuncias, el efecto de las ayudas y el «dumping» es un deterioro de los precios y de la cuota de mercado de la industria de la UE, lo que ha supuesto perjuicios financieros a las empresas europeas.

Las importaciones de biodiésel a la UE proceden principalmente de EEUU y aumentaron de las 7.000 toneladas en 2005 a un millón de toneladas en 2007.

En España, la Asociación de Productores de Energías Renovables criticó que las importaciones estadounidenses de biodiésel copan el 50% del mercado español y que se benefician doblemente porque también disfrutan de las exenciones españolas al Impuesto Especial de Hidrocarburos.

La CE investigará ahora las alegaciones del sector europeo y espera sus resultados provisionales el 13 de marzo de 2009, a más tardar, que entonces presentará a los países de la UE.

Si la CE estima que se justifican medidas serían impuestos aduaneros al producto, para contrarrestar los subsidios de EEUU o la competencia desleal con el biodiésel europeo.

La CE ha resaltado que el inicio de la investigación actual no está relacionado con la política «global» de la UE sobre el fomento de los biocarburantes.

La controversia de los biocombustibles

Cada vez cobra más fuerza una corriente en contra que cuestiona su viabilidad y su impacto medioambiental y social. Organizaciones ecologistas y humanitarias, expertos en energía y algunos países europeos alientan la polémica en torno a estos carburantes, que se obtienen a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha o cereales como trigo o maíz (bioetanol) o de aceites vegetales usados o sin usar (biodiésel).

Sus detractores les acusan de ser responsables del reciente aumento del precio de los alimentos y, de esta forma, de contribuir a incrementar el hambre en el mundo. Denuncian, además, su impacto sobre la pérdida de biodiversidad y la deforestación, ya que muchos bosques tropicales están perdiendo terreno a favor del cultivo de materias primas dedicadas a su producción.

La viabilidad de los agrocombustibles ha formado parte también de la agenda de la Cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria, que se ha celebrado esta semana en Roma, en la que se han podido escuchar distintas voces.

Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha pedido un consenso mundial sobre su utilización, como una de las medidas para paliar el hambre en el mundo, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, principal productor, ha defendido su uso.

‘Los biocombustibles no son el villano’, dijo Lula, después de asegurar: ‘Veo con indignación que muchos de los dedos que apuntan contra la energía limpia de los biocombustibles están sucios de aceite y carbón’.

– Un tema al que ha de enfrentarse con serenidad

Estos carburantes forman parte de los objetivos de la Comisión Europea, cuya propuesta inicial es alcanzar el 10% de utilización en su suministro para el transporte en el año 2020, una iniciativa que cuenta con el respaldo del Gobierno español.

Las organizaciones ecologistas coinciden en que es imposible alcanzar esos objetivos sin producir un impacto en los alimentos. Denuncian que son los responsables de que los precios de éstos se hayan encarecido entre un 10 y un 15 por ciento en el último año cuando solo suponen el 1 por ciento de la producción agrícola.

Heikki Willstedt, especialista en energía y cambio climático de WWF/Adena, considera en declaraciones que ‘ni la idea era antes tan buena, ni ahora es tan mala’, aunque ‘el tema se ha ido de las manos’ porque el sector ha sido ‘hiperoptimista’.

Cree que la producción debe limitarse a una cantidad que sea sostenible, que no ‘entre en competencia con otros usos del campo más necesarios como son dar de comer’ y que no aumente la presión sobre la tierra con más pesticidas, más fertilizantes y más necesidades de agua.

En la misma línea, José Santamarta, del Instituto World Watch en España, cree que solo es aceptable su producción a pequeña escala y utilizando aceites usados o excedentes agrícolas. En grandes cantidades son una opción ‘absolutamente insostenible’, según este experto, ex asesor del Ministerio de Medio Ambiente en la anterior legislatura.

Para ilustrar su afirmación, Santamarta remite a un estudio publicado recientemente en la revista ‘Science’, que alertaba de que ocasionan más problemas de los que solucionan y de que el balance neto en cuanto a emisiones de CO2 es negativo.

Este experto recalca que ‘es mucho más importante comer que alimentar los coches’, y cree que para cumplir los objetivos de reducción de emisiones hay alternativas más benignas y sostenibles. Asegura que muchos gobiernos los apoyan porque ‘se han abrazado al tema sin considerar sus implicaciones’ y, en el caso de España, porque los responsables del Ministerio de Medio Ambiente ‘son unos indocumentados, que no tienen ni idea’.

– Una campaña orquestada

Sus defensores inciden en que pueden ayudar a controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, los presentan como un seguro frente a la dependencia del petróleo y tachan de ‘simplistas’ y ‘demagógicos’ los argumentos utilizados para criticarlos.

Denuncian que existe una campaña ‘orquestada’ por parte de la industria petrolera y agroalimentaria para criminalizar estos combustibles, porque suponen una amenaza a sus intereses.

En este bando ‘amigo’, a nivel nacional, se sitúa APPA Biocarburantes, asociación que agrupa a 39 empresas que representan la mayor parte de la producción de bioetanol, biodiésel y biogás.

Su director, Manuel Bustos, ha asegurado que existen pruebas de que en Estados Unidos, uno de los principales productores de biocombustibles, la industria alimentaria ha contratado a una empresa de comunicación para ‘orquestar’ esa campaña de desprestigio. ‘Cuando las compañías petroleras ven cómo está aumentando el consumo de biocombustibles, se les ponen los pelos de punta’.

Bustos subraya que ‘no cabe en ninguna lógica’ atribuir el incremento del precio de los alimentos a un sector que el pasado año destinó a su producción solo el 3 por ciento del consumo mundial de cereales, un mercado que en su mayor parte se destina a la ganadería. ‘Por suerte no consumimos metales ni petróleo’, ya que ‘también seríamos responsables del aumento de su precio’.

El representante de los productores incide en que el sector es el primer interesado en seguir trabajando para encontrar materias primas no alimentarias, como las algas, y poder desligarse de esa competitividad, pero la tecnología aún no está desarrollada.

Respecto al cambio de posición de las organizaciones ecologistas, Bustos señala que ‘ellos tienen su agenda’, de tal forma que ‘necesitan causas que defender’ y el aumento del precio de los alimentos y el hambre en el mundo es una. A su juicio, con su oposición a los biocombustibles ‘le están haciendo el juego a la industria petrolífera’.

Los productores de biocarburantes denuncian una campaña de descrédito desde la industria alimentaria de USA

La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) ha denunciado que el «lobby» alimentario estadounidense Grocery Manufacturees Associtaion (GMA) ha lanzado una campaña de descrédito contra los biocarburantes que ha ocasionado «un daño muy grave» al sector.

En un comunicado, APPA acusa la GMA de haber contratado con una importante firma de relaciones públicas una campaña difamatoria que vincula la producción de bioetanol a partir de maíz con el aumento del precio de los alimentos. La asociación de productores asegura que esta campaña «obedece a intereses económicos» de grupos de presión que «tratan de buscar un culpable para justificar sus márgenes de beneficios».

Según el comunicado, la estadounidense National Biodiesel Board (NBB) y varios senadores del mismo país han denunciado que la campaña de GMA busca presionar a los legisladores haciéndoles ver que el apoyo a las políticas de defensa del bioetanol tendría «un coste político para ellos» al relacionarlos con el aumento de los precios de los alimentos.

Los verdaderos culpables del encarecimiento de los alimentos son, según APPA, el aumento del consumo en China e India, la escalada de los precios del petróleo y la especulación con productos financieros basados en las materias primas. Asimismo, APPA asegura que las recientes acusaciones hacia los biocarburantes de causar hambrunas, de contaminar más que el combustible fósil o de deforestar zonas tropicales «no tienen fundamento».

La Asociación de Productores de Energías Renovables, creada en 1987, agrupa a más de cuatrocientas cincuenta empresas que operan en el sector de las energías renovables y es la única asociación del sector de ámbito estatal. En ella están representados socios de todas las comunidades autónomas, con sociedades de los sectores hidráulico, eólico, fotovoltáico, marino, minieólico, solar termoeléctrico, biomasa y biocarburantes.

El Puerto de Bilbao da luz verde a la tercera planta de biodiésel

El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Bilbao ha autorizado a Diesel Energy la construcción de una planta de biodiésel en el puerto bilbaíno, la tercera de las cuatro que acogerá esta instalación.

La planta, que ocupará una parcela de 20.500 metros cuadrados en la ladera del monte Serantes, requerirá unas inversiones de 33,3 millones de euros y entrará en producción a lo largo de 2010 con capacidad para suministrar 150.000 toneladas/año de biodiésel.

En la actualidad hay otras dos plantas de biodiésel en construcción: las impulsadas por las sociedades Biocombustibles de Zierbena y Bunge Ibérica.

La petrolera vasca Petronor impulsará una cuarta instalación, cuyo proyecto está pendiente de autorización ambiental y evaluación de impacto.