El Gobierno decide aumentar el bioetanol permitido en las gasolinas al 10 por ciento

El Gobierno ha aprobado un real decreto por el que amplía la cantidad de biocombustible permitido en los carburantes de automoción, hasta un 10 por ciento de biodiésel en las gasolinas y hasta un 3,7 por ciento de oxígeno en masa para los gasóleos.

Estas nuevas especificaciones permitirán cumplir el objetivo nacional de biocombustibles (un 5,83% del total en 2010, con una cuota mínima del 3,9% de bioetanol en gasolina y del 3,9% de biodiésel en gasóleo), algo que no era posible con la normativa anterior.

Esta modificación de los parámetros de las especificaciones de gasolinas y gasóleos, con el fin de facilitar la incorporación de un mayor volumen de biocarburantes, encaja dentro los planes de la Unión Europea de reducción de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020.

Sin embargo, como no todos los vehículos pueden consumir este carburante porque dañaría su motor, la nueva ley obliga a que hasta finales de 2013 estén disponibles «gasolinas de protección», con un contenido máximo de oxígeno de 2,7 por 100 en masa y un contenido máximo de etanol del 5 por 100 en volumen.

La normativa también modifica las especificaciones sobre el contenido de azufre de los combustibles para uso marítimo, para adaptarlo a lo dispuesto en la normativa europea.

La directiva que ahora se traspone forma parte de un paquete normativo que incluye medidas para luchar contra el cambio climático y que implica reducir en un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero y conseguir que el 20% del consumo energético final en la Unión Europea para 2020 sea renovable.

El Gobierno decide aumentar el bioetanol permitido en las gasolinas al 10 por ciento

El Gobierno ha aprobado un real decreto por el que amplía la cantidad de biocombustible permitido en los carburantes de automoción, hasta un 10 por ciento de biodiésel en las gasolinas y hasta un 3,7 por ciento de oxígeno en masa para los gasóleos.

Estas nuevas especificaciones permitirán cumplir el objetivo nacional de biocombustibles (un 5,83% del total en 2010, con una cuota mínima del 3,9% de bioetanol en gasolina y del 3,9% de biodiésel en gasóleo), algo que no era posible con la normativa anterior.

Esta modificación de los parámetros de las especificaciones de gasolinas y gasóleos, con el fin de facilitar la incorporación de un mayor volumen de biocarburantes, encaja dentro los planes de la Unión Europea de reducción de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020.

Sin embargo, como no todos los vehículos pueden consumir este carburante porque dañaría su motor, la nueva ley obliga a que hasta finales de 2013 estén disponibles «gasolinas de protección», con un contenido máximo de oxígeno de 2,7 por 100 en masa y un contenido máximo de etanol del 5 por 100 en volumen.

La normativa también modifica las especificaciones sobre el contenido de azufre de los combustibles para uso marítimo, para adaptarlo a lo dispuesto en la normativa europea.

La directiva que ahora se traspone forma parte de un paquete normativo que incluye medidas para luchar contra el cambio climático y que implica reducir en un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero y conseguir que el 20% del consumo energético final en la Unión Europea para 2020 sea renovable.

España no cumplirá este año el objetivo en biocarburantes por retrasos en la normativa

Así lo aseguró el director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Álvaro Mazarrasa, quien añadió que unos carburantes con mayor contenido de bioetanol o biodiésel anularían la garantía de los vehículos ante posibles fallos del motor y dejarían a los consumidores indefensos.

España se comprometió con la Unión Europea a conseguir que en 2011 un 7% del contenido energético de las gasolinas y gasóleos destinados al transporte procediera de combustibles renovables, con varias metas intermedias, del 3,4 por ciento en 2009 y del 5,83 en 2010.

El objetivo de 2009 se cumplió, pero con la legislación vigente sobre especificaciones de carburantes no podrá cubrirse la meta de 2010.

«La normativa actual sólo permite incorporar al gasóleo un 5 por ciento de biodiésel en volumen, lo que supone poco más del 4 por ciento en energía», mientras que el objetivo marcado exige alcanzar el 5,83 por ciento en energía. Los datos en el caso de la gasolina y el bioetanol son similares.

Para cumplir el objetivo de combustibles renovables sería necesario cambiar la normativa de especificaciones pero, aún así, los consumidores no estarían protegidos contra posibles fallos en sus vehículos.

«El problema es sencillo, los combustibles están diseñados para unos motores» específicos, explicó Mazarrasa, mediante un acuerdo entre operadores de productos petroleros y fabricantes de vehículos sobre las especificaciones del contenido de los carburantes.

Al cambiar el combustible utilizado, el motor puede producir fallos no previstos por el fabricante y que no están cubiertos por la garantía del vehículo.

El Plan de Acción de Energías Renovables 2010-2020, enviado por el Gobierno a la Unión Europea, prevé que el 6 por ciento de la energía destinada al transporte sea renovable (es decir, electricidad, hidrógeno o biocombustible), un porcentaje que llegará al 13,6 por ciento en 2020.

Para promoverlo, la Comisión Nacional de Energía (CNE) ha puesto en marcha un sistema de certificados para los biocombustibles y el Gobierno ha liberado del impuesto especial de hidrocarburos al biodiésel y el bioetanol o, en su caso, al porcentaje de estos que se haya incorporado al gasóleo o la gasolina.

Además, el Gobierno ha iniciado una campaña de sustitución de vehículos oficiales para que la mitad de la flota (con la excepción de los coches eléctricos e híbridos) consuma mezclas con un alto contenido en biocombustibles.

El Plan prevé que la producción de biocombustibles se duplique entre 2010 y 2020, aunque desde la AOP insisten en que no será posible incorporarlos a los carburantes y que hay que revisar el objetivo.

La pasada semana, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) también coincidió en apuntar la necesidad de modificar la normativa española sobre biocarburantes y reclamó «cambios estructurales urgentes» para evitar «perjuicios medioambientales y socioeconómicos».

Incluso la CNE recomendó en junio al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio adaptar los objetivos en biocarburantes a la situación real del mercado y a la cantidad de biodiésel y bioetanol que pueden incorporar de forma segura los combustibles fósiles.

España no cumplirá este año el objetivo en biocarburantes por retrasos en la normativa

Así lo aseguró el director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Álvaro Mazarrasa, quien añadió que unos carburantes con mayor contenido de bioetanol o biodiésel anularían la garantía de los vehículos ante posibles fallos del motor y dejarían a los consumidores indefensos.

España se comprometió con la Unión Europea a conseguir que en 2011 un 7% del contenido energético de las gasolinas y gasóleos destinados al transporte procediera de combustibles renovables, con varias metas intermedias, del 3,4 por ciento en 2009 y del 5,83 en 2010.

El objetivo de 2009 se cumplió, pero con la legislación vigente sobre especificaciones de carburantes no podrá cubrirse la meta de 2010.

«La normativa actual sólo permite incorporar al gasóleo un 5 por ciento de biodiésel en volumen, lo que supone poco más del 4 por ciento en energía», mientras que el objetivo marcado exige alcanzar el 5,83 por ciento en energía. Los datos en el caso de la gasolina y el bioetanol son similares.

Para cumplir el objetivo de combustibles renovables sería necesario cambiar la normativa de especificaciones pero, aún así, los consumidores no estarían protegidos contra posibles fallos en sus vehículos.

«El problema es sencillo, los combustibles están diseñados para unos motores» específicos, explicó Mazarrasa, mediante un acuerdo entre operadores de productos petroleros y fabricantes de vehículos sobre las especificaciones del contenido de los carburantes.

Al cambiar el combustible utilizado, el motor puede producir fallos no previstos por el fabricante y que no están cubiertos por la garantía del vehículo.

El Plan de Acción de Energías Renovables 2010-2020, enviado por el Gobierno a la Unión Europea, prevé que el 6 por ciento de la energía destinada al transporte sea renovable (es decir, electricidad, hidrógeno o biocombustible), un porcentaje que llegará al 13,6 por ciento en 2020.

Para promoverlo, la Comisión Nacional de Energía (CNE) ha puesto en marcha un sistema de certificados para los biocombustibles y el Gobierno ha liberado del impuesto especial de hidrocarburos al biodiésel y el bioetanol o, en su caso, al porcentaje de estos que se haya incorporado al gasóleo o la gasolina.

Además, el Gobierno ha iniciado una campaña de sustitución de vehículos oficiales para que la mitad de la flota (con la excepción de los coches eléctricos e híbridos) consuma mezclas con un alto contenido en biocombustibles.

El Plan prevé que la producción de biocombustibles se duplique entre 2010 y 2020, aunque desde la AOP insisten en que no será posible incorporarlos a los carburantes y que hay que revisar el objetivo.

La pasada semana, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) también coincidió en apuntar la necesidad de modificar la normativa española sobre biocarburantes y reclamó «cambios estructurales urgentes» para evitar «perjuicios medioambientales y socioeconómicos».

Incluso la CNE recomendó en junio al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio adaptar los objetivos en biocarburantes a la situación real del mercado y a la cantidad de biodiésel y bioetanol que pueden incorporar de forma segura los combustibles fósiles.

España no cumplirá este año el objetivo en biocarburantes por retrasos en la normativa

Así lo aseguró el director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Álvaro Mazarrasa, quien añadió que unos carburantes con mayor contenido de bioetanol o biodiésel anularían la garantía de los vehículos ante posibles fallos del motor y dejarían a los consumidores indefensos.

España se comprometió con la Unión Europea a conseguir que en 2011 un 7% del contenido energético de las gasolinas y gasóleos destinados al transporte procediera de combustibles renovables, con varias metas intermedias, del 3,4 por ciento en 2009 y del 5,83 en 2010.

El objetivo de 2009 se cumplió, pero con la legislación vigente sobre especificaciones de carburantes no podrá cubrirse la meta de 2010.

«La normativa actual sólo permite incorporar al gasóleo un 5 por ciento de biodiésel en volumen, lo que supone poco más del 4 por ciento en energía», mientras que el objetivo marcado exige alcanzar el 5,83 por ciento en energía. Los datos en el caso de la gasolina y el bioetanol son similares.

Para cumplir el objetivo de combustibles renovables sería necesario cambiar la normativa de especificaciones pero, aún así, los consumidores no estarían protegidos contra posibles fallos en sus vehículos.

«El problema es sencillo, los combustibles están diseñados para unos motores» específicos, explicó Mazarrasa, mediante un acuerdo entre operadores de productos petroleros y fabricantes de vehículos sobre las especificaciones del contenido de los carburantes.

Al cambiar el combustible utilizado, el motor puede producir fallos no previstos por el fabricante y que no están cubiertos por la garantía del vehículo.

El Plan de Acción de Energías Renovables 2010-2020, enviado por el Gobierno a la Unión Europea, prevé que el 6 por ciento de la energía destinada al transporte sea renovable (es decir, electricidad, hidrógeno o biocombustible), un porcentaje que llegará al 13,6 por ciento en 2020.

Para promoverlo, la Comisión Nacional de Energía (CNE) ha puesto en marcha un sistema de certificados para los biocombustibles y el Gobierno ha liberado del impuesto especial de hidrocarburos al biodiésel y el bioetanol o, en su caso, al porcentaje de estos que se haya incorporado al gasóleo o la gasolina.

Además, el Gobierno ha iniciado una campaña de sustitución de vehículos oficiales para que la mitad de la flota (con la excepción de los coches eléctricos e híbridos) consuma mezclas con un alto contenido en biocombustibles.

El Plan prevé que la producción de biocombustibles se duplique entre 2010 y 2020, aunque desde la AOP insisten en que no será posible incorporarlos a los carburantes y que hay que revisar el objetivo.

La pasada semana, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) también coincidió en apuntar la necesidad de modificar la normativa española sobre biocarburantes y reclamó «cambios estructurales urgentes» para evitar «perjuicios medioambientales y socioeconómicos».

Incluso la CNE recomendó en junio al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio adaptar los objetivos en biocarburantes a la situación real del mercado y a la cantidad de biodiésel y bioetanol que pueden incorporar de forma segura los combustibles fósiles.

Un municipio de Córdoba acogerá la primera planta de biocarburantes con orujillo

La empresa promotora, Cardiles Oil Company, ha colocado la primera piedra de esta planta, que utiliza por primera vez la tecnología «Kurata» para el reciclaje de biomasa y la obtención de biocombustibles de segunda generación.

Procesará unas 40.000 toneladas de orujillo -residuos resultantes de la extracción de aceite- al año, que servirán para producir 10.000 toneladas de biocomustible anuales, según ha informado la empresa.

Este sistema, que permite el procesamiento de prácticamente todos los residuos para obtener biocarburantes, diesel, gasolina y queroseno, ha sido probado con éxito en Japón para el tratamiento de fuel pesado, plásticos y aceites minerales, pero no existe ninguna experiencia comercial con biomasa de este proceso a nivel mundial.

El proyecto, que cuenta con un incentivo de 1,4 millones de euros de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, supondrá una inversión de 14 millones de euros por parte de la empresa, que ha calculado para noviembre el final de las obras de construcción de la planta.

A través de los resultados obtenidos en el funcionamiento de esta planta se pretende demostrar la eficiencia y ventajas de este sistema frente a otros que ya se ha comprobado que son poco rentables por sus elevados costes.

Desde un punto de vista económico, se obtiene un combustible rentable y ecológico, con un proceso limpio y cuidadoso con el medio ambiente, generando riqueza de residuos de la agricultura, ganadería e industria, que resultan contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente.

Esta misma empresa tiene previsto desarrollar otro proyecto en Almería, que comenzará a partir de la puesta en marcha de la planta de Cañete de las Torres y que procesará cerca de 200.000 toneladas al año de residuos vegetales procedentes de los invernaderos.

APPA Renovables defiende que los biocarburantes reducirán un 35 por ciento las emisiones de CO2 hasta 2020

La nueva directiva europea de energías renovables, que entró en vigor en junio, establece una introducción progresiva de biocarburantes en el combustible para el transporte, que deberá alcanzar el 10 por ciento en 2020.

Hasta entonces la directiva prevé una reducción de las emisiones de CO2 del 35 por ciento, incluyendo en las estimaciones tanto los cambios derivados de los nuevos usos del suelo como de la utilización de fertilizantes.

El presidente de APPA Biocarburantes, Roderic Miralles, afirma que los autores que defienden que los biocarburantes aumentarán las emisiones de CO2 proceden de sectores interesados y que «una vez más los biocarburantes son globalmente descalificados de manera injusta».

Los autores contrarios al uso de biocarburantes aseguran que para alcanzar los niveles exigidos por la Unión Europea (UE) va a ser necesario utilizar grandes cantidades de tierras que ahora se destinan a cultivos alimentarios, lo que alterará la economía, la biodiversidad y las reservas de carbono.

Desde APPA Biocarburantes defienden que las teorías sobre los impactos indirectos de los biocarburantes no están probadas científicamente y que la Comisión Europea (CE) está elaborando un informe sobre este tema que deberá presentar al Parlamento y la Comisión el próximo año.

La mitad de las plantas de biodiésel de España se encuentran paradas

La mitad de las 36 plantas de biodiésel que hay en España se encuentran completamente paradas, o funcionan por debajo del 10% de su capacidad, tras invertir más de 600 millones de euros, según denunció APPA Biocarburantes. La culpa la atribuyen a la “competencia desleal de los biocombustibles importados desde Estados Unidos”, por lo que solicitaron que se frene la importación de este biodiésel subvencionado.

Para APPA, esta práctica supone un claro caso de “dumping”, lo que ha permitido a los importadores hacerse con el 71% del mercado español durante 2008, y en el que países como Argentina, Malasia e Indonesia también venden su biodiésel en España por debajo del precio de coste.

Manuel Bustos, director de Biocarburantes de APPA, afirmó que “el sector se hunde, la pata de la mesa no aguanta y el desastre no ha hecho más que comenzar”. De hecho, “ya se están produciendo los primeros expedientes de regulación en el sector” y más de la mitad de los empleos directos que han generado estas plantas, alrededor de unos 500, están en “situación de riesgo”.

En concreto, de las trece plantas paradas, Bustos sólo citó las de Combustibles Ecológicos Biotel (Cuenca), Biodiésel Caparroso (Navarra), Ecoproductos Castilla-La Mancha (Cuenca) y Alabío Andalucía (Almería) y advirtió su temor ante la dificultad que tendrán, para encajar en el mercado, las 18 plantas que abrirán sus puertas durante este año.

Por este motivo, la asociación ha presentado al Ministerio de Industria una serie de medidas regulatorias, entre las que destaca la obligación de biocarburantes (3,4% para 2009 y 5,83% para 2010) que sólo puede cumplirse con biocombustibles de la Unión Europea.

En esa misma línea, también sugirió la obligación de vender mezclas etiquetadas en gasolineras, la obligación de los fabricantes de vehículos de garantizar la utilización de mezclas etiquetadas en todos sus nuevos productos o el uso de biocarburantes etiquetados en flotas públicas y transportes públicos.

A pesar de estas propuestas para mejorar “una política regulatoria que está fallando”, Bustos reconoció que “de momento, no hemos recibido un feedback por parte del Ministerio, pero pediremos una asunción de responsabilidades, puesto que de seguir así, la ley de biocarburantes habrá fracasado estrepitosamente”.

La mitad de las plantas de biodiésel de España se encuentran paradas

La mitad de las 36 plantas de biodiésel que hay en España se encuentran completamente paradas, o funcionan por debajo del 10% de su capacidad, tras invertir más de 600 millones de euros, según denunció APPA Biocarburantes. La culpa la atribuyen a la “competencia desleal de los biocombustibles importados desde Estados Unidos”, por lo que solicitaron que se frene la importación de este biodiésel subvencionado.

Para APPA, esta práctica supone un claro caso de “dumping”, lo que ha permitido a los importadores hacerse con el 71% del mercado español durante 2008, y en el que países como Argentina, Malasia e Indonesia también venden su biodiésel en España por debajo del precio de coste.

Manuel Bustos, director de Biocarburantes de APPA, afirmó que “el sector se hunde, la pata de la mesa no aguanta y el desastre no ha hecho más que comenzar”. De hecho, “ya se están produciendo los primeros expedientes de regulación en el sector” y más de la mitad de los empleos directos que han generado estas plantas, alrededor de unos 500, están en “situación de riesgo”.

En concreto, de las trece plantas paradas, Bustos sólo citó las de Combustibles Ecológicos Biotel (Cuenca), Biodiésel Caparroso (Navarra), Ecoproductos Castilla-La Mancha (Cuenca) y Alabío Andalucía (Almería) y advirtió su temor ante la dificultad que tendrán, para encajar en el mercado, las 18 plantas que abrirán sus puertas durante este año.

Por este motivo, la asociación ha presentado al Ministerio de Industria una serie de medidas regulatorias, entre las que destaca la obligación de biocarburantes (3,4% para 2009 y 5,83% para 2010) que sólo puede cumplirse con biocombustibles de la Unión Europea.

En esa misma línea, también sugirió la obligación de vender mezclas etiquetadas en gasolineras, la obligación de los fabricantes de vehículos de garantizar la utilización de mezclas etiquetadas en todos sus nuevos productos o el uso de biocarburantes etiquetados en flotas públicas y transportes públicos.

A pesar de estas propuestas para mejorar “una política regulatoria que está fallando”, Bustos reconoció que “de momento, no hemos recibido un feedback por parte del Ministerio, pero pediremos una asunción de responsabilidades, puesto que de seguir así, la ley de biocarburantes habrá fracasado estrepitosamente”.

Acciona pone en marcha su segunda planta de biodiésel en el Puerto de Bilbao

El grupo constructor, de servicios y energético Acciona ha puesto en marcha, con una inversión de 25 millones de euros, su segunda planta en España de producción de biodiésel, situada en el Puerto de Bilbao, informó la compañía.

La planta, que producirá 200.000 toneladas de biodiésel al año, ha supuesto la creación de 36 empleos directos, 24 de ellos en la propia factoría.

La planta se ubica en las instalaciones de la empresa molturadora Bunge, que participa con un 20 por ciento en el capital de la sociedad que ha promovido este proyecto y que será la principal proveedora de los aceites vegetales (soja, colza o palma) ya refinados con los que se fabricará el biocarburante.

El biodiésel producido anualmente en la planta de Bilbao evitará con su uso en el transporte la emisión de 496.000 toneladas de dióxido de carbono procedentes de la utilización de gasóleo convencional, al tiempo que evitará la importación anual de 1,3 millones de barriles de petróleo.

Según Acciona, la producción de esta planta contribuirá hasta en un 27 por ciento al cumplimiento del objetivo de penetración del biodiésel en España fijado para 2009, según el cual este año deberían incorporarse al sistema un mínimo de 740.000 toneladas de biocombustible.

Además de esta planta de Bilbao, Acciona tiene otra en Caparroso (Navarra), operativa desde 2005 y con una capacidad de producción anual de 70.000 toneladas.