Moscú mantiene sus reticencias sobre la Carta de la Energía.
Tras señalar que Rusia no niega los principios fundamentales de la Carta de la Energía, Lavrov resaltó que su país rechaza sólo algunos de los mecanismos que contempla ese documento, en particular los que se refieren al tránsito de los recursos energéticos y al régimen de inversiones.
«No vemos ninguna necesidad en la creación de órganos supranacionales, contestó el jefe de la diplomacia rusa a la pregunta de un periodista sobre la postura de Rusia sobre un ente supranacional para resolver las situaciones de conflicto en el ámbito del suministro de recursos energéticos.
Rusia no ha ratificado la Carta de la Energía, tratado internacional que contiene el marco jurídico y las obligaciones para el comercio energético entre el oeste y el este de Europa.
En la reunión de Moscú participaron por parte de la UE el alto representante para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, la comisaria para Asuntos Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier.
En vísperas de las consultas, Solana declaró que el objetivo de la Unión Europea es tener con Rusia una «cooperación energética mutuamente beneficiosa, transparente y no discriminatoria».
A comienzos de este año, al igual que a principios de 2006, varios países europeos vieron afectados sus suministros de carburante ruso por desacuerdos en Rusia y Ucrania y Bielorrusia, países estos dos últimos que sirven de transito para las exportaciones rusas con destino a Europa
