Empresas e instituciones públicas crean un centro puntero para investigar el cambio climático en el Reino Unido

Entre sus miembros se cuentan la cadena de grandes almacenes Marks and Spencer, la empresa de ingeniería y servicios medioambientales Veolia, la de reciclaje Biffa, las constructoras Laing O’Rourke y Arup, el Imperial College y el University College de Londres, la Universidad de Southampton, y la Agencia Medioambiental del Reino Unido.

Sus trabajos de investigación abordarán la sostenibilidad en todos los ámbitos, desde el energético al de la gestión del agua y los residuos, pasando por el transporte o las comunicaciones.

Uno de los primeros proyectos de esta organización será un programa piloto para la generación de biocombustibles a partir de residuos, que se utilizarán en ferries para el transporte de pasajeros por el río Támesis en Londres.

Air Europa participa en un plan de eficiencia energética para la reducción de emisiones

La segunda fase del programa ha puesto de relieve el ahorro energético que se obtiene al guiar a los aviones a su destino a través de la trayectoria óptima.

Para conseguir la ruta más eficiente, explican en un comunicado, se utiliza un sofisticado sistema de comunicaciones entre las aeronaves y los centros de control en tierra que permite modificar en pleno vuelo la trayectoria sin incrementar la carga de trabajo de controladores y pilotos.

Variables como la ruta o la meteorología son evaluadas durante todo el vuelo para ajustar el itinerario con la máxima precisión.

Air Europa ha participado en la iniciativa con un total de 117 vuelos comerciales operados por aviones Airbus 330-200 entre Madrid, Santo Domingo, La Habana, Cancún, Punta Cana y Miami.

AIRE Oceanic Program se enmarca en otro plan medioambiental llamado Oceanic Trajectory Management-4 Dimensional, orientado a probar y validar nuevas técnicas para poner en marcha acciones más respetuosas con el medio ambiente.

Las empresas británicas más contaminantes tienen los objetivos menos ambiciosos de reducción de CO2, según una investigación

La investigación analizó a las empresas del índice bursátil FTSE 100, que agrupa a las 100 empresas más importantes del Reino Unido, y reveló que el 77% de ellas tienen objetivos anuales de reducción de dióxido de carbono del 2,5%, lo que está en línea con los objetivos del Ejecutivo británico para conseguir un recorte total de emisiones de gases de efecto invernadero de entre el 34% y el 42% en 2020.

Sin embargo, las 24 empresas pertenecientes a los sectores de la energía y transformación de materias primas, responsables del 87% del total de CO2 emitido por las del FTSE 100, sólo proyectan una reducción media anual del 1,2% en sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El estudio también destaca la necesidad de un marco legislativo global eficaz en lo que a reducción de emisiones se refiere, ya que dichas empresas operan en todo el mundo, por lo que no basta con que las leyes británicas sean estrictas.

Cuatro de cada diez españoles son escépticos ante las medidas de ahorro energético

Así se desprende del «Observatorio de Energía» presentado por la Fundación Repsol. Un barómetro que nace con vocación de continuidad: cada año se hará una aproximación de los datos y, cada dos años, se elaborará un informe completo, según apuntó el presidente de la petrolera, Antonio Brufau.

El Observatorio incorpora dos índices energéticos: uno de Eficiencia Energética y otro de Carácter Social, sobre los hábitos de los españoles en materia de energía.

El primero evidencia que la eficiencia energética en España ha mejorado en 8,9 puntos entre 2000 y 2007, especialmente en los sectores del transporte y residencial.

De hecho, el estudio demuestra que, al comparar hogares de igual nivel de renta, cada uno ha mejorado un 20% su eficiencia energética en este periodo.

El segundo índice demuestra que la población española piensa que no tiene suficiente información sobre el uso eficiente de la energía. El 96% de los españoles encuestados lo condidera prioritario y el 83% afirma que hace esfuerzos para ahorrar energía.

En este sentido, tres de cada cuatro españoles se consideran «completamente» o «bastante comprometidos» en esta materia.

Este informe muestra que a medida que aumenta el nivel de estudios también se alcanzan mayores niveles de compromiso.

El uso eficiente del agua es el que más ha calado en la sociedad, frente al de energía, en el que los ciudadanos se declaran escépticos sobre el efecto de su contribución.

Finalmente, una mayoría considera al Estado como máximo responsable de solucionar el ahorro energético.

Endesa,Trabajo y ANEPA crean un observatorio de seguridad y riesgos laborales

Según informó la eléctrica, esta plataforma permitirá que los miembros fundadores compartan la información que poseen actualmente y toda la que vayan adquiriendo en el futuro sobre temas de prevención de riesgos profesionales.

De esta forma, podrán conocer las mejores prácticas que se vayan desarrollando en el mundo empresarial español en este terreno y aplicarlas para seguir mejorando la seguridad y la salud de sus empleados.

El Observatorio diseñará indicadores de monitorización de las condiciones de trabajo que permitan predecir con la suficiente antelación cuándo existe una elevada probabilidad de que se produzcan incidentes.

Además, investigará, en colaboración con expertos y entidades universitarias, accidentes que tengan repercusión, gravedad o características especiales.

El Observatorio efectuará un seguimiento puntual de las novedades legislativas que se produzcan en materia de seguridad y salud laboral y estará presente en los foros consultivos que participen en su elaboración.

Las empresas españolas sólo invierten un 2,1 por ciento en eficiencia energética

Así lo puso de manifiesto José Javier Guerra, director del Centro de Eficiencia Energética de Gas Natural, durante su intervención en una jornada sobre «Medio Ambiente y RSC: objetivo común de administraciones y empresas».

En su intervención, Guerra explicó las razones por las que las empresas no están invirtiendo en eficiencia energética. Según dijo, «falta información y financiación para implementar las medidas necesarias, aún persiste una cierta relatividad respecto al coste de la energía y tampoco está claro quién invierte y quién paga dicha inversión«.

Insistió en que «es necesario invertir en investigación y situar la eficiencia energética en el eje de la estrategia empresarial como un factor decisivo que contribuye al equilibrio de la triple cuenta de resultados: económica, social y medioambiental».

El responsable del Centro de Eficiencia Energética de Gas Natural repasó la estrategia de la compañía en esta materia y puso como ejemplo la implantación de medidas de ahorro en hoteles, que incluyen el uso de la energía solar térmica, limitación del caudal de grifos y duchas, iluminación eficiente y reutilización del agua de las piscinas. Con ello, aseveró, «se consiguen ahorros del 5,2% en electricidad, del 22,1% en agua y del 56% en gasóleo, además de los 92.000 euros de ahorro al año».

La compañía también apuesta por la eficiencia en la actuación de sus propios empleados, para quienes ha diseñado el proyecto «U-eFiciencia» en el que ya están inscritos más de 6.000 trabajadores a quienes se ayuda a financiar la compra de frigoríficos, lavadoras y vitrocerámicas más eficientes y a cambiar la iluminación de sus hogares por lámparas de bajo consumo.

Por último, la empresa mantiene diversas actuaciones en materia de formación y divulgación de prácticas más eficientes, como la campaña «El bosque virtual» de Unión Fenosa, que ha logrado recaudar 64.000 euros para la ONG AccióNatura, que se destinarán a la restauración de la selva tropical en Brasil. En seis meses, 55.000 personas han logrado reducir sus emisiones de CO2 siguiendo los consejos que ofrece la compañía y han ahorrado hasta un 25% en su factura de la luz.

El sector gasista y eléctrico, líder en Responsabilidad Social Corporativa

El informe, elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad, fue presentado en Madrid por Ángel Ibisate, director de Responsabilidad Corporativa y Calidad de Red Eléctrica de España (REE), acompañado por el presidente y el secretario general del Club, Eduardo Montes y Juan Alfaro, respectivamente.

El estudio se basa en un centenar de respuestas dadas por un total de 121 empresas españolas que han abordado «las siete palancas» que mueven la responsabilidad corporativa en España: gestión estratégica, grupos de interés, gestión técnica económica, gobierno corporativo, gestión social interna y externa, y gestión medioambiental.

El informe ha dado lugar a una distinción de las empresas españolas en tres categorías: empresas «líderes» (un apartado que cuenta con 21 compañías), «en consolidación» (84 empresas) y «en desarrollo» (16).

En líneas generales, recalcó Ibisate, la mayoría están claramente posicionadas en desarrollar una estrategia de responsabilidad corporativa. Así, el 71% de ellas cuentan con una estrategia cuyo objetivo exclusivo es implantar y desarrollar los principios de la responsabilidad corporativa y un 72% tiene planes para el desarrollo de esta materia. Prácticamente el total de empresas encuestadas tienen en cuenta, además, las expectativas de los grupos de interés a la hora de elaborar dichos planes, principalmente a empleados, clientes y proveedores.

Las mayores diferencias se aprecian en el modelo organizativo de la RSC. En un 64% de las empresas existe una unidad organizativa específica responsable de la gestión y desarrollo de la materia; un 59% dice tener un director de este área, y en un 40% de las compañías el director de RSC depende directamente del primer ejecutivo.

En cuanto a los principales avances, Ibisate recalcó que uno de los mayores crecimientos se ha producido en la implantación de códigos éticos o de conducta que ya aseguran tener un 83% de las organizaciones.

No se ha avanzado, sin embargo, en la incorporación de consejeros independientes expertos en responsabilidad corporativa a los Consejos de Administración, con presencia únicamente en un 27% de las organizaciones.

También constata el estudio una pérdida de peso del concepto de filantropía y es que, según explicó el responsable de RSC de Red Eléctrica, las empresas están moviendo parte de esos recursos a otros proyectos más ligados a la acción de la empresa vinculada a la responsabilidad social.

También han avanzado las empresas en materia de accesibilidad, igualdad, conciliación o reducción de emisiones, si bien el informe revela que aún falta mucho por hacer más allá de lo que marca la ley. De hecho, un 15% reconoce no haber hecho nada en accesibilidad, un 8% no ha implantado ninguna medida de conciliación, un 26% no tiene definida una estrategia de reducción de emisiones y un 32% reconoce no tener un plan de movilidad sostenible.

Con todo ello, el presidente del Club, Eduardo Montes, subrayó que ha habido una mejora importante en materia de RSC, donde destaca la aportación de empresas líderes «que deben hacer de tractor» para el resto de organizaciones.

También se felicitó de que la crisis haya demostrado que la RSC «no es una moda. No se ha venido abajo con la crisis».

En definitiva, concluyó que las empresas españolas están «en una situación de consolidación de una actividad, con empresas capaces de tirar del carro y que con la crisis no se han venido abajo. Hay que seguir insistiendo de manera machacona con la RSC», remachó.

Europa reducirá un 30% el consumo de energía si apuesta por la iluminación eficiente

Aparte del ahorro económico y la protección del medio ambiente, Osram recuerda que la nueva ley europea que prohíbe la fabricación de bombillas incandescentes de más de 80W exige una mayor transparencia a través de la inclusión en el embalaje de la lámpara de información relevante, como por ejemplo el contenido de mercurio, el tono de luz, vataje, lúmenes y clase energética.

Esta información, añade, ayudará a los consumidores a la hora de elegir la bombilla que más se adecue a sus necesidades.

La compañía insiste en que merece la pena cambiar directamente a lámparas eficientes, ya que, aunque el precio de éstas sea más alto que el de una bombilla tradicional, el uso de las primeras compensa gracias a su menor consumo y mayor vida útil.

«Para alcanzar la misma duración de una lámpara de ahorro energético habría que comprar 20 bombillas incandescentes. Con ello se podría ahorrar hasta 265 euros en la factura de la luz, con lo cual la lámpara se amortizaría en un año», recalca.

Los productos ecológicos representan el 65% de las ventas de Osram y el objetivo es que en los próximos años esta cifra llegue al 80%. Estos productos permiten al consumidor ahorrar hasta 250 euros a lo largo de su vida útil, además de proteger el medio ambiente, concluye.

Las soluciones de eficiencia energética de Lutron ahorrarán un 60% en luz

Javier Segovia, director general de Lutron para España y Portugal, fue el encargado de presentar las herramientas diseñadas para edificios de oficinas públicos y privados y centros comerciales donde se utiliza mucha iluminación.

Para lograr ese 60% de ahorro en iluminación, explicó Segovia, son necesarios cuatro pasos. El primero de ellos consiste en reducir un 20% el máximo de luz, algo que ni siquiera es perceptible para el usuario y que incluso mejora el confort, aseguró.

A continuación se trata de implantar detectores de presencia que ahorran energía encendiendo la luz sólo cuando es necesaria. Esto supondría otro 15% de ahorro.

Aprovechar al máximo la luz natural y permitir el control personal del usuario sobre un espacio concreto sumarían otro 15% y 10% de ahorro, respectivamente.

El ahorro y la productividad, recalcó Segovia, son los principales beneficios de los nuevos productos que, «al ahorrar energía ayudan también a reducir las emisiones de CO2 y aumentan la conciencia ecológica».

La nueva gama, explicó, se basa en la idea de maximizar el uso efectivo de la luz artificial, por ejemplo mediante cortinas motorizadas adaptables en función de la luz natural que además incorporan un software que ajusta las cortinas en función de la posición del sol.

Los nuevos productos también permiten reducir los costes de mantenimiento, ya que incorporan conexiones inalámbricas a través de dispositivos Apple iPhone o iPod «que eliminan complejas programaciones y permiten reemplazos automáticos cuando algo falla».

Sensores de presencia e interruptores con radiofrecuencia «de fácil instalación y sin cables»; sistemas programables y personalizables «con sólo tocar un botón», o cortinas «inteligentes» que se ajustan en función de la posición del sol, son algunas de las novedades de la nueva gama.

Los hoteles pueden ahorrar hasta un 40% de energía si cambian sus instalaciones

Así lo ha explicado el director general de la Agencia Andaluza de la Energía, Francisco Bas, durante el desarrollo de unas jornadas sobre «Actuaciones energéticas en el sector turístico» que se han celebrado hoy en la localidad malagueña de Marbella.

Bas ha señalado que las posibilidades de ahorro energético en los hoteles son muy importantes y puede pasar por la sustitución, entre otros, de la iluminación, las calderas, el combustible o la instalación de energía solar.

Ha insistido en que el sector turístico es al que más le interesa actuar en esta línea, y ha añadido que además «es el momento propicio para hacer estas inversiones que cuentan con incentivos por parte de la Agencia Andaluza».

En cuanto a estos incentivos, ha explicado que desde la Agencia Andaluza de la Energía las ayudas pueden llegar a ser de entre un veinte y un treinta por ciento a fondo perdido, y que los empresarios pueden solicitarlas hasta el 2014.

Por otro lado, ha manifestado que se ha detectado un interés significativo y cada vez hay más propuestas, aunque ha precisado que «aun queda mucho por hacer».

Por su parte, el delegado provincial de Turismo, Comercio y Deporte, Antonio Souvirón, que también ha asistido a las jornadas, ha insistido en que «todas las industrias deben hacer un esfuerzo por contribuir al ahorro energético».

Al respecto, ha señalado que debe crearse un compromiso social con la sostenibilidad, que además, ha añadido, «tiene una trascendencia económica».

Por último, Souvirón ha explicado que un ahorro energético contribuye a disminuir costes pero en ningún caso se pierde la calidad, que es «el principal factor de competitividad» en la industria turística de la Costa del Sol.