«Es verdad que tanto el Gobierno socialista anterior, como el actual, han utilizado la compra de derechos de emisión para cumplir con Kyoto en lugar de hacer políticas internas. Aunque el Gobierno actual español se está orientando más a actuar sobre políticas internas dentro del propio territorio español, eliminando las compras de derechos de emisión», agregó, durante su comparecencia en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para la Unión Europea.
Sobre la próxima cumbre del clima de París, que tendrá lugar en diciembre de este año, y donde los principales líderes mundiales se reunirán para renovar Kyoto, Arias Cañete señaló que previsiblemente este miércoles 25 de febrero, el Colegio de Comisarios presentará su «hoja de ruta hacia París», a través de una propuesta de comunicación, que probablemente será ratificada también por el Consejo de Medio Ambiente europeo el 6 de marzo, a fin de articular de manera «clara» la visión sobre los objetivos que debe alcanzar el acuerdo de París.
En concreto, enumeró dos objetivos: describir cómo se pretende que el protocolo de París sea «dinámico, transparente y jurídicamente vinculante», y como tal, «capaz» de responder a las distintas realidades económicas y políticas, además de traducir los objetivos de la estrategia del clima y energía de la Unión Europea para 2030, así como la contribución europea a la red de emisiones de acuerdo con transparencia.
Esta comunicación, según detalló, reiterará que hay que trabajar «intensamente» en París para alcanzar un acuerdo aplicable para todos.
Además, subrayó que el objetivo a conseguir en París es un acuerdo «transparente y vinculante para todas las partes», con un objetivo a largo plazo y de cara a 2050, que implique una reducción del 60% de las emisiones respecto a 2010, «lo que equivale reducirlas a la mitad respecto a 1990», así como un sistema dinámico de revisión progresiva.
Arias Cañete, apostó también por que el protocolo entre en vigor con un compromiso de reducción sobre el 80% de las emisiones totales de efecto invernadero.
«París va a ser un acontecimiento de máxima magnitud», confesó, al mismo tiempo que consideró que, para alcanzar un acuerdo global, es necesario llevar a cabo las tres principales conclusiones acordadas en la COP de Lima de diciembre de 2014.
En primer lugar, señaló que todos los países deben confirmar sus objetivos de reducción de emisiones a finales de marzo, de forma «clara, transparente y comprensible», y se debe emitir un mandato a Naciones Unidas para que elabore un informe de síntesis, una vez todas las contribuciones hayan sido presentadas, y donde se plasmen los avances en la materia a los que se está dispuesto a llegar de forma colectiva para mantener el incremento del calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados.
Aunque Arias Cañete valoró Lima como la demostración «palpable» de la unidad de la Unión Europea, señaló que «queda mucho por hacer este año» en la materia, así como por saber asuntos «muy importantes» como la forma legal del futuro acuerdo de París, cuál será la financiación climática y la contribución de cada país en la reducción de emisiones (que se debe de conocer en marzo).
Asimismo, dijo que la Comisión Europea está coordinando sus esfuerzos para que la acción diplomática de la Unión Europea integre el cambio climático como prioridad de cara a París. «Si queremos un acuerdo en la COP 21 la labor diplomática tiene que ser muy intensa de aquí a final de año», precisó.
Estados Unidos y China, según valoró en este sentido, se comprometieron a actuar frente al aumento de emisiones y, junto con la Unión Europea, suponen casi la mitad de emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. Eso sí, avisó de que el compromiso de los asiáticos de momento es permitir un aumento de sus emisiones hasta 2030, para después reducirlas.
Camino hacia la descarbonización
Por otro lado, Arias Cañete resaltó que en junio de 2015 se presentará una reforma legislativa «importantísima» para la transición de la economía europea hacia la descarbonización, que estará centrada en el sistema de comercio de emisiones de gases de efecto invernadero, o «ETS» por sus siglas en inglés.
Según indicó, el Parlamento y el Consejo trabajan en la puesta en marcha de la reserva de estabilidad del «ETS» sobre la base de una propuesta de la Comisión. «Espero que esta reserva de mercado esté adoptada cuanto antes», precisó.
Su principal objetivo, según añadió, es dotar al sistema de comercio de emisiones de un marco estable que regule de manera sistemática la cantidad de derechos de emisiones de mercado para que estos no se vean sometidos a fluctuaciones de precio demasiado abruptas, al mismo tiempo que la industria europea reciba las señales apropiadas para realizar inversiones de ahorro y de eficiencia energética.
Una vez esta reserva esté adoptada, Cañete aseguró que se presentará la reforma del sistema de comercio de emisiones, a la que se comprometió el presidente de la Comisión, y que apoyó el Consejo Europeo.
«Esta reforma del ETS deberá traducir los objetivos del marco europeo del clima y energía para 2030 e incluirá asuntos tan importantes como la atribución gratuita de los derechos de emisión y la lista de sistema para prevenir la deslocalización de la industria», agregó.
Asimismo, el comisario europeo reconoció que la política de cambio climático dentro de la Unión Europea tiene el apoyo electoral de los ciudadanos y que los gobiernos europeos apuestas por políticas de cambio climático, aunque unos con más ambición que otros.
Sobre el desarrollo de las energías renovables, Arias Cañete lamentó que en la actualidad no haya infraestructuras interconexionadas, por lo que «es imposible desarrollar las renovables» ya que la capacidad extra que tiene un estado no lo puede transportar a otro europeo porque no está interconectado.
Igualmente, señaló que desde la Comisión Europea se va a trabajar sobre todo en el sector del transporte y de la edificación para conseguir una mayor eficiencia energética.