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La nuclear asegura que España no cumpliría Kioto sin esta energía y pide alargar las centrales hasta los 60 años

EFE / Europa Press.- La industria nuclear considera que, sin las centrales nucleares instaladas en su territorio, España no conseguiría cumplir el compromiso de reducción de emisiones de dióxido de carbono previsto en el protocolo de Kioto. Es una de las conclusiones principales del informe Energía nuclear y cambio climático, presentado en Barcelona por el Foro Nuclear, asociación empresarial que reúne a 50 compañías.

El informe recuerda que el 20% de la electricidad que se genera en España es de origen nuclear y que es la fuente que más electricidad produce. Además, también se subraya que las centrales nucleares españolas evitan cada año la emisión a la atmósfera de entre 45 y 55 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), equivalente a las emisiones de todo el parque de coches de España. Además, un eventual abandono de la energía nuclear haría que las emisiones fueran un 25% superiores al nivel de referencia del Protocolo de Kioto, con lo que estaría lejos del cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos, que además para 2030 se fija en un 40% de reducción por la Unión Europea.

Por ello, a pocos días de la Cumbre del Clima en París (COP21), el presidente de Foro Nuclear, Antonio Cornadó, y la directora de la Fundación Empresa y Clima, Elvira Carles, han defendido que «un futuro sin energía nuclear es impensable» porque, a su juicio, es necesaria e imprescindible. Carles auguró que la COP21, que deberá acordar no superar los 2 grados centígrados en el aumento de la temperatura media global, «irá bien» por la predisposición de Estados Unidos y China, que representan el 45% de las emisiones del mundo.

Alargar centrales a 60 años

Cornadó ha detallado tres ventajas de la energía nuclear: la garantía de un suministro energético estable; la competitividad económica para que las empresas tengan costes competitivos, y la colaboración con la sostenibilidad ambiental. Por eso, ha abogado por alargar la vida de los 8 reactores nucleares que hay en España, situados en 6 emplazamientos, que generan el 20% de la electricidad y tienen una media de edad de entre 25 y 30 años, aunque la de Santa María de Garoña ha superado los 40 años.

Según Cornadó, las centrales españolas están en buenas condiciones y son un activo. Así recordó que hay países que cuentan con metodologías para alargar su vida hasta los 60 años garantizando la seguridad: «No es un tema legal ni tecnológico», zanjó, y pidió un gran pacto energético para abordar la cuestión. Además, Cornadó subrayó que la nuclear es una energía aliada de las renovables contra el cambio climático: «Hay una complementariedad. A veces no sopla el viento y a veces no llueve», apuntó Elvira Carles. En relación a los residuos radiactivos, Cornadó ha insistido en que «no son un problema», y ha apostado por el almacenamiento en seco como solución más idónea y acertada para guardar y transportar los residuos.

Cañete alerta de que habrá que renunciar al 100% de los combustibles fósiles para frenar el cambio climático

Redacción / Agencias.- El comisario de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, el exministro Miguel Arias Cañete, subrayó que para llegar al objetivo que se pretende alcanzar en la Cumbre del Clima de París, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados en 2100, será necesario prescindir del 100% de los combustibles fósiles de aquí a final de siglo.

Cañete apuntó que esa limitación de los 2ºC no figura en ningún tratado internacional de forma vinculante y podría recogerse por primera vez en el acuerdo que se alcance en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. En este sentido, indicó que la Unión Europea negociará para que ese límite se recoja en París, para lo cual «hay que establecer una senda de descarbonización de la economía al 100%». «Al final de este siglo tendríamos que estar en condiciones de no utilizar los combustibles fósiles«, apuntó el comisario.

AriasCañete recalcó que esto supondrá el desarrollo de energías renovables, eficiencia energética y tecnologías de almacenamiento de energía, y explicó que para pasar «del cero al infinito hay una senda», ante lo cual la Unión Europea apuesta por una reducción global de las emisiones contaminantes en un 50% para 2050, con respecto a los niveles de 1990, porcentaje que se incrementaría a cerca del 80% para los países desarrollados.  «Asistimos a un proceso de sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias y a lo largo del mismo habrá que utilizar combustibles fósiles como apoyo a las renovables», apostilló.

En ese camino, en 2016 presentará un paquete de energías renovables para la Unión Europea y para llegar al objetivo de 2 grados centígrados mediante la descarbonización del 100% de la economía a final de siglo. Respecto a la senda, se ha referido al mercado gasístico, la interconexión eléctrica y «especialmente» la de la Península Ibérica, resaltada como uno de sus objetivos, igual que la mejora de la eficiencia energética, así como un aumentar el papel de las renovables. En este contexto, ha reiterado que el sistema de Naciones Unidas es de unanimidad y, por tanto, es preciso alcanzar un acuerdo de contexto ambicioso en el que todos estén «cómodos».

El comisario europeo reconoció las dificultades de la negociación para alcanzar un acuerdo vinculante, tras los «fracasos» del Protocolo de Kioto, adoptado por 35 países que suponían el 12% de las emisiones contaminantes, y la Cumbre de Copenhague celebrada en 2009. Cañete destacó que estamos a tiempo de paliar los efectos del cambio climático, un desafío global en el que la acción climática deberá primar en todas las políticas, especialmente las energéticas. Por ello, considera que la Cumbre de París es «la más importante de la Historia, porque implica un cambio radical» frente a un desafío urgente sobre el que aún hay tiempo de actuar si se hace sin demora.

Sin embargo, aunque valoró los avances en materia de lucha contra el cambio climático en los últimos 30 años, apuntó que la negociación en la COP supone un «salto cualitativo» y auguró que será «sofisticada y difícil porque el acuerdo será multilateral según las reglas de Naciones Unidas, de modo que cualquier país de los 170 que acudirán, puede paralizar o bloquear la negociación. Por otro lado, Cañete indicó que la Unión Europea defiende que el acuerdo climático de París, que sustituirá al Protocolo de Kioto, incluya mecanismos de revisión cada cinco años para verificar cuál es la evolución de los países respecto a sus políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

«Parece muy sencillo. Fijar una limitación de grado, establecer una métrica para verificar cómo se implementan las políticas y luego, si no son suficientes las medidas que están encima de la mesa, revisar el nivel de ambición. En la práctica es complejísimo, difícil y va a requerir de una negociación muy sofisticada, muy compleja, muy larga y sus resultados son muy difíciles de predecir», dijo, antes de destacar que los acuerdos en el marco de la ONU deben tomarse por unanimidad y son más complicados de alcanzar si son «ambiciosos».

El exministro ha recordado que los compromisos de reducción de emisiones aportados por 170 países antes de la cumbre de París engloban al 94% de las emisiones y al 80% de los países que hay en todo el mundo. También reivindicó los compromisos de descarbonización de la Unión Europea, que exigen disminuir las emisiones entre un 80% y un 95% en 2050. En todo caso, destacó que, si bien los compromisos van en la buena dirección, aún no son suficientes.

Por ello, consideró que París será «la casilla de salida» de un largo proceso y constante de las distintas políticas «Somos, por tanto, la primera generación que toma conciencia del desafío y estoy convencido de que eso se traducirá en un esfuerzo global. Pero París no es el fin del proceso, es la casilla de salida de un proceso largo y constante de revisión periódica de las políticas energéticas en los distintos países para limitar el calentamiento global a 2ºC para el año 2100″, concluyó.

Por su parte, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, hizo hincapié de que el cambio climático es una amenaza para la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y la economía global, y resaltó que la Península es «especialmente sensible» por su posición geográfica. García Tejerina indicó que la próxima Cumbre del Clima de París supondrá «un punto de inflexión», y recordó que la ONU avaló que España ha cumplido con el protocolo de Kioto.

De Kioto a París, la cuenta atrás para salvar el clima

Servimedia.- En 2005, el mundo dio su primer gran paso en la lucha contra uno de los mayores desafíos del siglo XXI: entraba en vigor el Protocolo de Kioto, el primer tratado internacional que marcó obligaciones legales de reducción de gases de efecto invernadero para los países industrializados. Los Estados que lo ratificaron redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012 y, aunque muchos lo han tachado de insuficiente, sentó las bases para futuros acuerdos sobre cambio climático. Como el que debe salir de París el próximo mes de diciembre.

Según Naciones Unidas, entre todos los países que ratificaron el Protocolo, 37 países industrializados y la Unión Europea, redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012, respecto a los niveles de 1990, gracias a Kioto, cifra que supera con creces el 5,2% que contempla el documento. España, como tal, no figura en el Protocolo, pero la Unión Europea «estableció la cuota de cada uno de sus Estados miembro, a base de directivas», según el responsable de Cambio Climático y Energía de Greenpeace en España, José Luis García Ortega. Y, aunque España se comprometió a limitar sus emisiones en un 15%, cerró el periodo 2008-12 con una caída cercana al 24%.

Lamentablemente, el hecho de que un grupo de países haya cumplido con sus compromisos legales no significa que las emisiones globales hayan parado de crecer. Porque, además, Kioto entró en vigor sin tres de los mayores contaminantes del mundo: sin Estados Unidos, que no lo quiso ratificar, y sin China e India, porque los países emergentes estaban libres de cumplir con estas exigencias. Según José Manuel Moreno, miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero «ni siquiera se han estabilizado». En la actualidad, según Moreno, las emisiones mundiales siguen aumentando a un ritmo de un 2,2% anual.

Para el segundo periodo de compromiso del Protocolo, que comprende del 2013 al 2020, se adoptó la conocida como Enmienda de Doha, una batería de modificaciones que hicieron más ambicioso el texto inicial e incluían ayudas para la adaptación de los países más vulnerables. El acuerdo que habrá de sustituir a Kioto más allá de 2020 se acordará, previsiblemente, en la Cumbre sobre Cambio Climático de Naciones Unidas que se celebrará en París este diciembre.

«Por parte de la Unión Europea, el compromiso es firme», señaló recientemente Federico Ramos, por entonces secretario de Estado de Medio Ambiente. En concreto, la Unión Europea se plantea reducir «hasta» en un 40% sus emisiones respecto a las de 1990, pero la propuesta no satisface a Greenpeace, que pide al menos un 55%». «En 20 años ya no estaría a nuestro alcance, con la tecnología actual, el detener un aumento de 2 grados de la temperatura mundial», advierte Moreno.

Para este miembro del IPCC, «el plazo para actuar es corto y la intensidad de las reducciones habrá de ir mucho más allá» de Kioto. «La meta», aseguró, «igual que fijaron los Gobiernos, no puede ser otra que evitar que el planeta se caliente por encima de los 2ºC, y eso implica reducciones de entre un 40 y un 70% de aquí a mediados de siglo y alcanzar emisiones netas nulas para finales de siglo».

Kioto se convierte en la ventana del Smart City Expo de Barcelona en Asia

EFE.- La ciudad japonesa de Kioto inauguró el foro Smart City Expo 2015, evento convertido en la sucursal en Asia del Smart City Expo World Congress de Barcelona, y que este año ha crecido significativamente según los organizadores. El evento tiene lugar en el Centro Internacional de Conferencias de Kioto, donde se firmó en 1992 el protocolo de Kioto, y arrancó con un simposio sobre la materia.

La cita, coorganizada por la Fira de Barcelona, la Oficina Económica y Comercial de España en Japón y la prefectura de Kioto, espera la visita de unas 5.000 personas, más del doble que en su primera edición en 2014, y cuenta además con la presencia de todas las empresas japonesas que tienen proyectos smart en España, como Fujitsu o Mitsubishi. El Smart City Expo de Kioto nació con intención de promocionar en Asia los logros en eficiencia energética y medioambiental fruto de investigaciones que exhibe la muestra de Barcelona anualmente.

Además de España y Japón, participan en el encuentro de este año, patrocinado por ICEX España Exportación e Inversiones, otros 10 países como Indonesia, India, Colombia, Estados Unidos, Corea del Sur, China o México. En la inauguración intervinieron Jerry Hultin, presidente del Smart City Expo World Congressm, el embajador de España en Japón, Gonzalo de Benito, el alcalde de Kioto, Daisaku Kadokawa, el vicegobernador de la prefectura, Akimasa Yamashita, y el presidente del comité organizador de esta feria, Shigehiko Hattori.