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Nadal asegura que el precio de la electricidad bajará en 2020 y carga duramente contra la política energética de Zapatero

EFE.- El ministro de Energía, Álvaro Nadal, criticó duramente el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, del que afirma sin dudar que «se cargó la política energética en dos años y medio» porque había que decir que España iba «a cumplir más que nadie con los objetivos de entonces del protocolo de Kioto». Asimismo, el ministro de Energía ha avanzado que en 2020 se producirá una rebaja sustancial de los costes de la electricidad entre un 5% y un 10%.

Nadal ha explicado que la bajada de la factura depende de los precios internacionales y de la meteorología, y ha mantenido que se va a revisar la rentabilidad de las actividades eléctricas en el 2020 según «el tipo de interés del bono». En esta línea, ha asegurado que el cierre nuclear supondría una subida entre un 18-25% del precio mayorista de la electricidad y «lo mismo pasa con las centrales de carbón» añadió Nadal, quien resaltó que el cierre conjunto podría subir un 65% el precio. Sobre la posibilidad de construir nuevas centrales nucleares, Nadal apuntó que es «bastante cara, sin embargo tenerla ya construida y actualizarla con las necesidades de seguridad de Fukushima es una inversión mucho más aceptable«.

Por otro lado, Nadal ha abordado el tema de la industria fotovoltaica y ha mantenido que hasta el año pasado esta energía «no ha podido competir con la producción de otro tipo porque era sustancialmente más cara». «El recurso es gratuito pero la placa era muy cara» subrayó Nadal, quien ha recordado que para «amortizar una placa en 2008 había que pagar 490 euros y ahora se paga cerca de 60 porque ha mejorado la tecnología muchísimo«. El ministro ha criticado que esta energía se vendiera como «un producto financiero«, y «no lo era». De hecho, añadió que «no es para ahorradores» sino para personas que sepan de energía. «No es un caso muy diferente al de las preferentes«, sentenció.

Críticas al Gobierno de Zapatero

Respecto a la etapa socialista, Nadal indicó que si se hubiera esperado 10 años para instalar la energía fotovoltaica, España se habría ahorrado 10.000 millones de euros de la deuda actual. Por este motivo ha acusado al Gobierno socialista de haber supuesto que los costes iban a caer, pero no lo hicieron, lo que «generó un sobrecoste enorme al conjunto del sistema». El ministro señaló que, como «no se subieron los precios al mismo tiempo que los costes porque la presión social habría sido enorme, se creó un déficit que fue acumulando una deuda de casi 30.000 millones de euros».

Por eso ahora el Gobierno es «tan estricto» y no se permite «ni un coste frívolo más», aseveró Nadal, quien ha mantenido que la reforma energética evitó una subida del 42% del precio final de la luz. Por otro lado, respecto al impuesto finalista de la electricidad, el ministro ha afirmado que existe «en todos los países europeos» y que «no está para otra cosa que para pagar servicios públicos, como hospitales, universidades o colegios».

«Siempre se puede plantear la posibilidad de hacer un cambio tributario, en este caso de tributación indirecta, pero a cambio de qué, qué bajamos y qué subimos», se ha preguntado Nadal, quien incidió en que «las cuentas tienen que cuadrar». «Como ministro de Energía me gustaría que hubiera la menor presión fiscal posible sobre los sectores energéticos», ha mantenido, pero el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, «diría que las cuentas tienen que cuadrar y los servicios públicos hay que pagarlos».

España aumentó un 4,23% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2015 sobre 2014 según denuncia Ecologistas en Acción

Servimedia / EFE.– Las emisiones de gases de efecto invernadero en España aumentaron un 4,23% el año pasado en comparación con 2014, según aseguró Ecologistas en Acción a partir de los últimos datos proporcionados por el Gobierno en funciones a la Comisión Europea.

Los datos indican que las emisiones invernadero en España superaron los 339 millones de toneladas equivalentes de CO2, lo que supone un incremento de 13,77 millones respecto al año anterior (un 4,2% más) y un 18% más en comparación con los niveles de 1990, considerado como año de referencia en el Protocolo de Kioto para la medición de emisiones. 2015 fue el segundo año en el que se produjo un incremento de las emisiones desde que en 2008 descendieran bruscamente coincidiendo con el inicio de la crisis económica y, según Ecologistas en Acción, provocará que el Estado se vea obligado a aumentar en un 10% su peso en el sistema europeo de derechos de emisión.

«Refleja la inacción de las administraciones públicas a la hora de poner en marcha políticas de lucha contra el calentamiento global», apuntó Ecologistas en Acción, que destaca que España está «a la cabeza» de la Unión Europea en el incremento de emisiones desde 1990 y “demuestra que los compromisos asumidos en la cumbre de cambio climático de París (COP21) de diciembre pasado son indefendibles». El sector energético aportó el principal incremento, un 17% más, por delante de la industria, un 10% más, sobre todo por el incremento del sector siderúrgico, un 17%, y de un 23% en las industrias asociadas a los sustitutos del ozono.

«Es patente también cómo la nula acción de la Administración sobre la movilidad provoca seguir con el incremento continuo de la motorización de los desplazamientos, que ha aumentado en un 2,5% el consumo. Así, el resultado evidente es un incremento del consumo de combustibles fósiles, que está muy por encima del resto de indicadores económicos, lo que indica la adicción del modelo económico español al petróleo«, recalcó Ecologistas en Acción. Por ello, en relación al transporte público, destacan una reducción de las emisiones de gases efecto invernadero gracias a la renovación del parque móvil, aunque cree que los gobiernos locales no fomentan su uso con medidas suficientes, como la limitación del tráfico en las ciudades.

Esta organización considera «profundamente irresponsables» algunas medidas del Gobierno como «la política contraria a las renovables, la penalización al autoconsumo, las subvenciones a los sectores fósiles como el carbón, el apoyo a la energía nuclear o el recurso contra gobiernos locales y regionales que han manifestado su oposición al fracking«. «Esta actitud temeraria somete a todo el territorio español, especialmente frágil a las consecuencias del cambio climático, a un agravamiento peligroso del deterioro ambiental como consecuencia del calentamiento global», apostilló.

Ecologistas en Acción indicó que España debería ser un país «puntero» en el uso de las tecnologías renovables pero «sigue apostando irresponsablemente por la continua quema de fósiles como única forma de desarrollo«. «Es urgente y necesario dejar atrás esta visión cortoplacista e insostenible, abordando con la mayor urgencia un cambio radical en el modelo actual de producción y de consumo, que consiga disminuir las emisiones contaminantes y alcanzar la justicia social y ambiental», concluyó.

Tejerina asegura que España cumplirá con la segunda fase del protocolo de Kioto pese a los aumentos de las emisiones

EFE / Europa Press.- La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró que España cumplirá con sus obligaciones del segundo periodo del protocolo de Kioto de reducción de gases de efecto invernadero, pese al aumento de emisiones registrado, al valorar el último informe de la Agencia Internacional de la Energía que refleja que las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía se mantuvieron estables por segundo año consecutivo.

Según este organismo, las emisiones globales de CO2 se mantuvieron en 32.100 millones de toneladas en 2015, lo que significa que se han mantenido esencialmente en ese nivel anual desde 2013. En opinión de Tejerina, son datos positivos porque reflejan «una desconexión entre el crecimiento económico y el aumento de las emisiones» contaminantes. Tras señalar que España se está recuperando de forma importante al crecer un 3,5%, garantizó que España cumplirá con la segunda fase de Kioto gracias a las políticas impulsadas por el Gobierno.

«Aunque aparentemente puede parecer que España ha incrementado sus emisiones, analizado con rigor hay muchas noticias positivas», indicó Tejerina. «Por primera vez hay, una desconexión entre crecimiento económico, lo que es importante porque España necesita crecer económicamente y seguir creando empleo», dijo. En relación a si el uso del carbón es uno de los principales responsables del incremento de las emisiones en el caso español, la ministra ha indicado que se debe a «múltiples razones».

«Pero lo importante es seguir cumpliendo con la Hoja de Ruta trazada por el Gobierno, en la que se recogen más de 43 medidas hasta el año 2020, y estamos ya trabajando en la hoja de ruta para el periodo 2020-2030 con la convicción de que para el siguiente tramo de Kioto (2013-2020) vamos a seguir cumpliendo», subrayó la ministra.

Destaca el Acuerdo de París

Respecto a la COP21, la ministra ha explicado que los países firmantes del Acuerdo, que representan el 98% de las emisiones mundiales, asumen esfuerzos para reducir emisiones con el objetivo de limitar el impacto del cambio climático. Por este motivo, la COP22 de Marrakech de este año será fundamental para concretar los aspectos técnicos que quedaron pendientes de resolución en París, además de servir «para asegurar que se dan los pasos adecuados para la puesta en marcha efectiva del Acuerdo».

Por lo tanto, la ministra entiende que el sector energético juega un papel decisivo en la mitigación del cambio climático. Así, Tejerina subrayó la importancia de los desarrollos en materia de energías renovables, mejora de la eficiencia energética y el transporte sostenible, así como la innovación y el uso de tecnologías limpias. De hecho, manifestó que estos cambios suponen una gran oportunidad para impulsar el desarrollo económico y el crecimiento de las empresas que tomen el liderazgo en estos ámbitos.

Tejerina considera que el papel de las energías renovables es clave para cumplir los objetivos. En este sentido, la ministra destacó el Marco sobre clima y energía para 2030 de la Unión Europea, que supone un apoyo decisivo para lograr una mayor participación de las renovables en el mix energético y para incrementar la eficiencia. Para la ministra, cada vez se consolida más la idea de que este cambio de modelo trae consigo nuevas y grandes oportunidades, que serán impulsadas por la «creciente movilización de financiación, tanto pública como privada».

«Contamos con un ambicioso paquete financiero, en el que destaca el Fondo Verde para el Clima, una herramienta que España ha apoyado desde su creación y a la que nos hemos comprometido a aportar 120 millones de euros en los próximos años», recordó. Además, la ministra se ha referido al compromiso anunciado por el presidente Mariano Rajoy en la Cumbre de París de movilizar 900 millones de euros anuales, a partir del año 2020, «lo que supone redoblar los esfuerzos con respecto al año 2014».

La nuclear asegura que España no cumpliría Kioto sin esta energía y pide alargar las centrales hasta los 60 años

EFE / Europa Press.- La industria nuclear considera que, sin las centrales nucleares instaladas en su territorio, España no conseguiría cumplir el compromiso de reducción de emisiones de dióxido de carbono previsto en el protocolo de Kioto. Es una de las conclusiones principales del informe Energía nuclear y cambio climático, presentado en Barcelona por el Foro Nuclear, asociación empresarial que reúne a 50 compañías.

El informe recuerda que el 20% de la electricidad que se genera en España es de origen nuclear y que es la fuente que más electricidad produce. Además, también se subraya que las centrales nucleares españolas evitan cada año la emisión a la atmósfera de entre 45 y 55 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), equivalente a las emisiones de todo el parque de coches de España. Además, un eventual abandono de la energía nuclear haría que las emisiones fueran un 25% superiores al nivel de referencia del Protocolo de Kioto, con lo que estaría lejos del cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos, que además para 2030 se fija en un 40% de reducción por la Unión Europea.

Por ello, a pocos días de la Cumbre del Clima en París (COP21), el presidente de Foro Nuclear, Antonio Cornadó, y la directora de la Fundación Empresa y Clima, Elvira Carles, han defendido que «un futuro sin energía nuclear es impensable» porque, a su juicio, es necesaria e imprescindible. Carles auguró que la COP21, que deberá acordar no superar los 2 grados centígrados en el aumento de la temperatura media global, «irá bien» por la predisposición de Estados Unidos y China, que representan el 45% de las emisiones del mundo.

Alargar centrales a 60 años

Cornadó ha detallado tres ventajas de la energía nuclear: la garantía de un suministro energético estable; la competitividad económica para que las empresas tengan costes competitivos, y la colaboración con la sostenibilidad ambiental. Por eso, ha abogado por alargar la vida de los 8 reactores nucleares que hay en España, situados en 6 emplazamientos, que generan el 20% de la electricidad y tienen una media de edad de entre 25 y 30 años, aunque la de Santa María de Garoña ha superado los 40 años.

Según Cornadó, las centrales españolas están en buenas condiciones y son un activo. Así recordó que hay países que cuentan con metodologías para alargar su vida hasta los 60 años garantizando la seguridad: «No es un tema legal ni tecnológico», zanjó, y pidió un gran pacto energético para abordar la cuestión. Además, Cornadó subrayó que la nuclear es una energía aliada de las renovables contra el cambio climático: «Hay una complementariedad. A veces no sopla el viento y a veces no llueve», apuntó Elvira Carles. En relación a los residuos radiactivos, Cornadó ha insistido en que «no son un problema», y ha apostado por el almacenamiento en seco como solución más idónea y acertada para guardar y transportar los residuos.

Cañete alerta de que habrá que renunciar al 100% de los combustibles fósiles para frenar el cambio climático

Redacción / Agencias.- El comisario de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, el exministro Miguel Arias Cañete, subrayó que para llegar al objetivo que se pretende alcanzar en la Cumbre del Clima de París, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados en 2100, será necesario prescindir del 100% de los combustibles fósiles de aquí a final de siglo.

Cañete apuntó que esa limitación de los 2ºC no figura en ningún tratado internacional de forma vinculante y podría recogerse por primera vez en el acuerdo que se alcance en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. En este sentido, indicó que la Unión Europea negociará para que ese límite se recoja en París, para lo cual «hay que establecer una senda de descarbonización de la economía al 100%». «Al final de este siglo tendríamos que estar en condiciones de no utilizar los combustibles fósiles«, apuntó el comisario.

AriasCañete recalcó que esto supondrá el desarrollo de energías renovables, eficiencia energética y tecnologías de almacenamiento de energía, y explicó que para pasar «del cero al infinito hay una senda», ante lo cual la Unión Europea apuesta por una reducción global de las emisiones contaminantes en un 50% para 2050, con respecto a los niveles de 1990, porcentaje que se incrementaría a cerca del 80% para los países desarrollados.  «Asistimos a un proceso de sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias y a lo largo del mismo habrá que utilizar combustibles fósiles como apoyo a las renovables», apostilló.

En ese camino, en 2016 presentará un paquete de energías renovables para la Unión Europea y para llegar al objetivo de 2 grados centígrados mediante la descarbonización del 100% de la economía a final de siglo. Respecto a la senda, se ha referido al mercado gasístico, la interconexión eléctrica y «especialmente» la de la Península Ibérica, resaltada como uno de sus objetivos, igual que la mejora de la eficiencia energética, así como un aumentar el papel de las renovables. En este contexto, ha reiterado que el sistema de Naciones Unidas es de unanimidad y, por tanto, es preciso alcanzar un acuerdo de contexto ambicioso en el que todos estén «cómodos».

El comisario europeo reconoció las dificultades de la negociación para alcanzar un acuerdo vinculante, tras los «fracasos» del Protocolo de Kioto, adoptado por 35 países que suponían el 12% de las emisiones contaminantes, y la Cumbre de Copenhague celebrada en 2009. Cañete destacó que estamos a tiempo de paliar los efectos del cambio climático, un desafío global en el que la acción climática deberá primar en todas las políticas, especialmente las energéticas. Por ello, considera que la Cumbre de París es «la más importante de la Historia, porque implica un cambio radical» frente a un desafío urgente sobre el que aún hay tiempo de actuar si se hace sin demora.

Sin embargo, aunque valoró los avances en materia de lucha contra el cambio climático en los últimos 30 años, apuntó que la negociación en la COP supone un «salto cualitativo» y auguró que será «sofisticada y difícil porque el acuerdo será multilateral según las reglas de Naciones Unidas, de modo que cualquier país de los 170 que acudirán, puede paralizar o bloquear la negociación. Por otro lado, Cañete indicó que la Unión Europea defiende que el acuerdo climático de París, que sustituirá al Protocolo de Kioto, incluya mecanismos de revisión cada cinco años para verificar cuál es la evolución de los países respecto a sus políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

«Parece muy sencillo. Fijar una limitación de grado, establecer una métrica para verificar cómo se implementan las políticas y luego, si no son suficientes las medidas que están encima de la mesa, revisar el nivel de ambición. En la práctica es complejísimo, difícil y va a requerir de una negociación muy sofisticada, muy compleja, muy larga y sus resultados son muy difíciles de predecir», dijo, antes de destacar que los acuerdos en el marco de la ONU deben tomarse por unanimidad y son más complicados de alcanzar si son «ambiciosos».

El exministro ha recordado que los compromisos de reducción de emisiones aportados por 170 países antes de la cumbre de París engloban al 94% de las emisiones y al 80% de los países que hay en todo el mundo. También reivindicó los compromisos de descarbonización de la Unión Europea, que exigen disminuir las emisiones entre un 80% y un 95% en 2050. En todo caso, destacó que, si bien los compromisos van en la buena dirección, aún no son suficientes.

Por ello, consideró que París será «la casilla de salida» de un largo proceso y constante de las distintas políticas «Somos, por tanto, la primera generación que toma conciencia del desafío y estoy convencido de que eso se traducirá en un esfuerzo global. Pero París no es el fin del proceso, es la casilla de salida de un proceso largo y constante de revisión periódica de las políticas energéticas en los distintos países para limitar el calentamiento global a 2ºC para el año 2100″, concluyó.

Por su parte, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, hizo hincapié de que el cambio climático es una amenaza para la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y la economía global, y resaltó que la Península es «especialmente sensible» por su posición geográfica. García Tejerina indicó que la próxima Cumbre del Clima de París supondrá «un punto de inflexión», y recordó que la ONU avaló que España ha cumplido con el protocolo de Kioto.

Susana Magro, directora de Cambio Climático, deja el cargo a menos de 3 meses de la Cumbre de París

Europa Press.- La hasta ahora directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Susana Magro, ha dejado el cargo a petición propia, por motivos personales, para irse a trabajar a la Comunidad de Madrid, según la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.

Como directora de esta oficina durante casi cuatro años, Magro encabezaba la delegación negociadora en materia de cambio climático y que a finales de noviembre tendrá que afrontar, aunque dentro del bloque uniforme de la Unión Europea, la reunión clave en Paris. El objetivo de este encuentro es alcanzar un acuerdo mundial jurídicamente vinculante que sustituya al Protocolo de Kioto para evitar que la temperatura media del planeta aumente más de dos grados centígrados a finales de siglo. El Consejo de Ministros aprobó el cese de Magro el pasado viernes.

Tejerina asegura que España va por el buen camino para cumplir el Protocolo de Kioto en 2020

Servimedia.- La ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, indicó que España está en la senda adecuada para cumplir el Protocolo de Kioto en 2020, que regula la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Así lo hizo en el Senado al responder a Joan Saura (Entesa de Catalunya), que le preguntó por la estrategia con la que el Gobierno acudirá a la cumbre sobre el clima que tendrá lugar en París (Francia) en diciembre.

Tejerina indicó que 196 países están llamados a alcanzar «un compromiso conjunto» en la cumbre de París y que España acudirá con «la contribución más ambiciosa asumida hasta ahora,que es la que presenta la Unión Europea: reducir nuestra emisiones en al menos un 40% en 2030 respecto a las de 1990″. En este sentido, Tejerina apuntó que el Gobierno llegará a París con los deberes hechos porque España cumplió con el primer periodo del Protocolo de Kioto (2008-2012), lo que «parecía imposible» en 2012 y después de que el Ejecutivo anterior gastara 780 millones en comprar derechos de carbono.

Por ello, subrayó que en esta legislatura se han puesto en marcha los Proyectos Clima, con 43 millones de euros, los planes PIMA, para reducir emisiones en vehículos, un registro de la huella de carbono y un PIMA Adapta para frenar las consecuencias del cambio climático en las costas, así como una tasa sobre las emisiones de los gases fluorados y una Hoja de Ruta para los sectores difusos hasta 2020. Ante las críticas de Saura, Tejerina dijo que «las predicciones apuntan al pleno cumplimiento de nuestro compromiso de reducción de Kioto en 2020, sin necesidad de recurrir a la compra de derechos de emisión.

De Kioto a París, la cuenta atrás para salvar el clima

Servimedia.- En 2005, el mundo dio su primer gran paso en la lucha contra uno de los mayores desafíos del siglo XXI: entraba en vigor el Protocolo de Kioto, el primer tratado internacional que marcó obligaciones legales de reducción de gases de efecto invernadero para los países industrializados. Los Estados que lo ratificaron redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012 y, aunque muchos lo han tachado de insuficiente, sentó las bases para futuros acuerdos sobre cambio climático. Como el que debe salir de París el próximo mes de diciembre.

Según Naciones Unidas, entre todos los países que ratificaron el Protocolo, 37 países industrializados y la Unión Europea, redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012, respecto a los niveles de 1990, gracias a Kioto, cifra que supera con creces el 5,2% que contempla el documento. España, como tal, no figura en el Protocolo, pero la Unión Europea «estableció la cuota de cada uno de sus Estados miembro, a base de directivas», según el responsable de Cambio Climático y Energía de Greenpeace en España, José Luis García Ortega. Y, aunque España se comprometió a limitar sus emisiones en un 15%, cerró el periodo 2008-12 con una caída cercana al 24%.

Lamentablemente, el hecho de que un grupo de países haya cumplido con sus compromisos legales no significa que las emisiones globales hayan parado de crecer. Porque, además, Kioto entró en vigor sin tres de los mayores contaminantes del mundo: sin Estados Unidos, que no lo quiso ratificar, y sin China e India, porque los países emergentes estaban libres de cumplir con estas exigencias. Según José Manuel Moreno, miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero «ni siquiera se han estabilizado». En la actualidad, según Moreno, las emisiones mundiales siguen aumentando a un ritmo de un 2,2% anual.

Para el segundo periodo de compromiso del Protocolo, que comprende del 2013 al 2020, se adoptó la conocida como Enmienda de Doha, una batería de modificaciones que hicieron más ambicioso el texto inicial e incluían ayudas para la adaptación de los países más vulnerables. El acuerdo que habrá de sustituir a Kioto más allá de 2020 se acordará, previsiblemente, en la Cumbre sobre Cambio Climático de Naciones Unidas que se celebrará en París este diciembre.

«Por parte de la Unión Europea, el compromiso es firme», señaló recientemente Federico Ramos, por entonces secretario de Estado de Medio Ambiente. En concreto, la Unión Europea se plantea reducir «hasta» en un 40% sus emisiones respecto a las de 1990, pero la propuesta no satisface a Greenpeace, que pide al menos un 55%». «En 20 años ya no estaría a nuestro alcance, con la tecnología actual, el detener un aumento de 2 grados de la temperatura mundial», advierte Moreno.

Para este miembro del IPCC, «el plazo para actuar es corto y la intensidad de las reducciones habrá de ir mucho más allá» de Kioto. «La meta», aseguró, «igual que fijaron los Gobiernos, no puede ser otra que evitar que el planeta se caliente por encima de los 2ºC, y eso implica reducciones de entre un 40 y un 70% de aquí a mediados de siglo y alcanzar emisiones netas nulas para finales de siglo».

El Gobierno remite al Parlamento la prórroga del Protocolo de Kioto para que lo apruebe hasta 2020

Europa Press.- El Consejo de Ministros ha ratificado y elevado al Parlamento la llamada Enmienda de Doha que sirve para prorrogar el Protocolo de Kioto, y que incluye nuevos compromisos de reducción de emisiones. Según informó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el cumplimiento se hará de forma conjunta con todos los países de la Unión Europea e Islandia, cuyos parlamentos deberán ratificar dicha enmienda. La Enmienda de Doha, conlleva un compromiso de reducción de emisiones contaminantes de un 20% respecto a 1990.

La aprobación de este segundo periodo del Protocolo de Kioto establece un nuevo periodo de compromiso para reducir emisiones y luchar contra el cambio climático. Sáenz de Santamaría destacó que este segundo periodo de compromiso de Kioto es «un puente hacia el acuerdo global que se espera alcanzar» en la próxima Cumbre del Clima que acogerá París el próximo mes de diciembre, y que se aplicaría a partir de 2020.

Los Estados Miembros de la Unión Europea, en virtud del marco de políticas europeas en materia de cambio climático y energía, asumen objetivos nacionales de reducción de emisiones en los sectores no cubiertos por el Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión. El objetivo de España de reducir las emisiones en sectores difusos como el transporte, la agricultura o los residuos, es del 10% en 2020 respecto a 2005. Mientras, las emisiones del Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión se regulan conjuntamente, teniendo que reducirse un 21% en 2020 respecto a 2005.

Según el Gobierno, la ratificación impulsa y fortalece el compromiso de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático de adoptar en París un nuevo instrumento jurídicamente vinculante. La vicepresidenta ha subrayado que la ratificación de estos acuerdos por parte de España supone dar «un paso más en la voluntad de España y de la Unión Europea de depositar los instrumentos de ratificación, de forma simultánea y durante el tercer trimestre de 2015, de forma que la Enmienda entre en vigor también simultáneamente para todos los Estados Miembros antes de la Cumbre de París«.

El Protocolo de Kioto se adoptó en 1997 y se estableció, por primera vez, objetivos de reducción de emisiones netas de gases de efecto invernadero de, como mínimo, un 5% por debajo de los niveles de 1990, considerado como el año de referencia, para los principales países desarrollados y de economías en transición, y fijó un calendario de cumplimiento para el primer periodo de compromiso del Protocolo de Kioto (2008-2012). El compromiso adquirido por la Unión Europea para ese periodo de reducción de emisiones con respecto a 1990 fue de un 8%, y se repartió entre los países miembros, correspondiendo a España limitar su aumento de emisiones en un 15%.

En la Cumbre Internacional de Cambio Climático de 2012, las partes adoptaron un paquete de enmiendas, la Enmienda de Doha, con objeto de dar continuidad al marco jurídico e institucional del Protocolo de Kioto. Asimismo, el compromiso adquirido por la Unión Europea para ese periodo de reducción de emisiones con respecto a 1990 fue de un 8%, y se repartió entre los países miembros, correspondiendo a España limitar su aumento de emisiones en un 15%.

Las organizaciones ambientales afirman que España ha «aprobado de chiripa» los objetivos de Kioto por la crisis económica y la compra de CO2

Los representantes de las cinco principales organizaciones ambientales en España han criticado la política de los distintos Gobiernos en esta materia y han reclamado una «verdadera transición energética» y unos objetivos de reducción de emisiones domésticas «verdaderamente ambiciosos».

En este sentido, la portavoz de Amigos de la Tierra, Liliane Spendeler, ha indicado que se trata de una noticia que ya se esperaba porque España «ha hecho lo que tenía que hacer formalmente» respecto al primer periodo del Protocolo de Kioto, pero «lo ha hecho comprando emisiones».

Por ello, ha recomendado al Gobierno que, de cara al segundo periodo de cumplimiento, debe fijar objetivos de reducción de emisiones «más ambiciosos» de lo que exigen los compromisos internacionales y que estas reducciones se hagan en España. «Eso es esencial, porque si no, la reducción no es real», ha manifestado. Para ello, estima necesarias políticas «efectivas» en esta línea y que esto se planifique con los presupuestos de carbono, con un objetivo repartido de la carga entre los distintos sectores.

Mientras, el responsable de energía de Ecologistas en Acción, Rodrigo Iruzun, ha dicho que el primer periodo de Kioto era «simbólico» porque, en realidad se permitía a España emitir un 15% más de CO2 que en 1990. En este sentido, ha denunciado que España no ha cumplido con reducciones internas sino con la compra de derechos y haciendo «un uso masivo y desmesurado» de los mecanismos de flexibilidad y de desarrollo limpio en terceros países.

En concreto, ha indicado que a partir del año 2000 España incrementó «muchísimo» sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y a partir de 2008 experimentaron un «fuerte descenso». «El periodo 2008-2012 -el que sirve para medir las emisiones- no es representativo y sin embargo se han tenido que comprar derechos en el exterior».

A su juicio, «esto es una trampa, pero el Protocolo de Kioto está así pensado», ya que España ha emitido «mucho más de lo deseable» en un desarrollo sostenible.

Entre sus recomendaciones, se deben poner en marcha mecanismos estructurales eficaces para reducir los GEI y dejar de apostar por un crecimiento basado en la movilidad, el turismo insostenible, los viajes en avión, alta velocidad y carretera. «Se necesita una apuesta por un cambio en la economía hacia lo más sostenible ambientalmente y socialmente», ha apostillado.

En este sentido, la portavoz de cambio climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, ha recordado que España es el país que más ha tenido que pagar para cumplir con Kioto porque «no ha sido ambiciosa» a la hora de cambiar el modelo energético y le ha costado 830 millones de euros entre 2008 y 2012. «Las cuentas salen, pero porque se ha comprado, ya que se ha emitido más de lo permitido», ha subrayado.

De este modo, quiere que en el segundo periodo de Kioto (2012-2020) España vaya más allá de cumplir la cuota de energías renovables hasta el 20 por ciento y de reducir un 10 por ciento las emisiones de sectores difusos como el transporte o la agricultura. Sin embargo, cree que, de momento «no está encaminada» y ha mostrado su sorpresa por la reciente aprobación del plan de apoyo al carbón nacional que, «queda muy lejos de los objetivos de reconversión del sistema energético». «El Gobierno está haciendo todo lo contrario a lo que recomiendan los objetivos de la UE y los científicos», ha sentenciado.

Mientras, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha lamentado que se ha cumplido con «un aprobado por los pelos» y ha manifestado que no es una cuestión de signo político, sino que esto se debe al último periodo del PSOE y al primero del PP.

En su opinión, España «debe hacer bien sus deberes» con una transición a un nuevo modelo energético y ha recordado que es el país europeo con mayor riesgo de desertificación. «El nuevo modelo energético requiere de un pacto de Estado que no dependa de los vaivenes políticos del partido que esté en cada caso en el poder», ha reclamado y ha advertido de los efectos futuros del parón de las renovables.

De hecho, estima que si los más de 800 millones destinados a la compra de derechos de CO2 se hubieran invertido en una transición energética y en la eficiencia energética, se habría logrado, además «un montón de empleo verde». Por ello, estima que el país debe ser «más inteligente» a la hora de afrontar los compromisos climáticos, que van de la mano con el crecimiento verde del futuro.

Respecto a la política del último Gobierno, ha valorado que es un «acierto indiscutible» dejar de comprar derechos, pero cree que esto se debe acompañar de un tránsito a una energía 100 por 100 renovable.

Además, ha lamentado la «clara incoherencia política» entre las apuestas del Ministerio de Medio Ambiente y la política energética del Ministerio de Industria y ha precisado que el «parón de las renovables» del ministro José Manuel Soria «ha hecho mucho daño».

«Los ministerios que debían ir de la mano iban por caminos distintos. Solo se han puesto tiritas. Esperamos que la ventana de oportunidad que se abre con las interconexiones sirva para desbloquear el avance de las renovables y no para dar vía libre al gas«, ha concluido.

Por su parte, el director ejecutivo de WWF, Juan Carlos del Olmo, opina que cumplir el Protocolo de Kioto es «mejor noticia que no cumplido», pero en este caso se ha logrado porque el periodo en que se miden las emisiones de gases de efecto invernadero coincide con la «mayor crisis económica que se recuerda» y que ha provocado un desplome del consumo y que la nueva potencia instalada ha entrado a contar en el mix energético.

«Al final hemos compensado lo que nos faltaba comprando derechos a Polonia y así es como hemos cuadrado las cuentas. Si hubiéramos hecho los deberes España habría tenido muy buenos resultados, así que nada de triunfalismos ni de sacar pecho porque hemos tirado de chequera», ha apostillado.

En este sentido, ha alentado poner las bases para evitar que tan pronto haya una recuperación económica vuelvan a aumentar las emisiones porque, de momento, se mantiene una enorme dependencia de las energías fósiles y ha urgido a cambiar la política de infraestructuras y transportes y de eficiencia energética.

Del Olmo reconoce que se han hecho «algunas cosas» para cambiar la tendencia por parte de Medio Ambiente, departamento del que señala que con los pocos recursos que tenía lo ha intentado, pero ha criticado al Ministerio de Industria por su «bombardeo de las renovables».

Finalmente, cree que España tiene un gran potencial para reducir emisiones más allá del objetivo del 40 por ciento de reducción fijado por la Unión Europea. «Este ha sido un aprobado de chiripa por la crisis. España tiene posibilidades y puede ir más allá», ha concluido.