Bank of America ve el precio del crudo en 47 dólares en junio mientras Rusia ve viable congelar la producción

Europa Press / EFE.- Mientras el ministro de Energía de Rusia, Alexandr Novak, asegura que es viable el acuerdo para congelar la producción de petróleo a fin de estabilizar su precio en los mercados internacionales siempre que participen otros productores, Bank of America Merril Lynch descarta que la caída de los precios del crudo vaya a causar una recesión global y estima que estos precios se mantendrán durante un tiempo, no viendo un repunte a unos 47 dólares el barril hasta finales de junio.

La entidad considera que los precios del petróleo se han derrumbado en parte debido al cambio de política iniciado en 2014 por Arabia Saudí por la irrupción de la tecnología shale. El banco subraya que la crisis financiera global se produjo como resultado del crecimiento excesivo del crédito en el sector inmobiliario, combinado con un aumento en el precio del crudo. Al respecto, Bank of America cree que «el daño» por la caída actual en los precios del petróleo está muy concentrado en un grupo pequeño de países y en las empresas sectoriales, «mientras que los beneficios están ampliamente distribuidos».

De esta manera, considera que, a pesar de que se han incrementado los riesgos de una recesión global por la caída en los precios del crudo, al final ello se redistribuye a través de la economía global y debe ser «positivo para el crecimiento mundial». Finalmente, para la entidad el acuerdo de la OPEP para congelar la producción de crudo es «un paso importante» para estabilizar los precios y también beneficiará a los mercados globales.

Acuerdo pendiente de terceros países

Por su parte, el ministro de Energía de Rusia, Alexandr Novak, afirmó que es viable el acuerdo para congelar la producción de petróleo a sus niveles de enero, un pacto alcanzado entre Qatar, Arabia Saudí, Venezuela y Rusia a fin de estabilizar el precio del crudo y tratar de controlar el exceso de oferta que ha hundido los precios. Un acuerdo que sólo será realidad si otros grandes productores adoptan la misma medida. «Los países que han apoyado públicamente la iniciativa producen aproximadamente el 75% del total de las exportaciones de crudo. Suficiente para llegar a un acuerdo», dijo Novak.

«Las consultas con otros países deben concluir el próximo 1 de marzo», añadió Novak, que precisó que Irán recibió «de manera bastante positiva» la iniciativa aunque de momento no expresó su disposición a sumarse. El ministro ruso indicó que los participantes en las consultas coinciden en señalar como conveniente un precio de 50 dólares por barril. «Hemos hablado con nuestros colegas de que 50 dólares por barril es un precio conveniente para consumidores y exportadores en una perspectiva de largo plazo», subrayó. Descartó, en cualquier caso, que la congelación de la producción pueda mermar la cuota de mercado de Rusia.

Problemas de suministro en 2020

Por otro lado, Novak indicó que la fuerte caída del precio del crudo hasta sus mínimos en 12 años amenaza con causar problemas en el suministro a partir de 2020 debido a la paralización de nuevas explotaciones. Aunque Novak señala que a corto plazo no habrá efectos sobre la capacidad de bombeo, sí que se podrían producir problemas en unos años «porque importantes proyectos se van a retrasar o congelar».  “Por eso se puede decir absolutamente que está en peligro el suministro de petróleo global después de 2020″, apuntó Novak.

En este sentido, el ministro reconoció que es difícil que los precios se estabilicen a lo largo de 2016 y admitió que los valores de 100 dólares por barril vistos hasta 2014 «eran demasiado altos». Pese a dudar de que haya una rápida recuperación del precio del oro negro, Novak opinó que el mercado se acabará equilibrando. «El limitado accesos a medios financieros y los retrasos en la realización de algunos proyectos de extracción contribuirán a traer de nuevo equilibrio al mercado y a reducir las extracciones fuera de la OPEP, especialmente en Norteamérica», indicó.

Novak criticó que la política esté dominando sobre la economía en lo que respecta a las relaciones energéticas entre la Unión Europea y Rusia, uno de sus principales suministradores de gas. Así, señaló que los intereses políticos están detrás de los intentos de paralización de proyectos como los oleoductos South Stream y North Stream. «Esperamos que predomine la parte pragmática. Tenemos que elaborar nuestras relaciones en función de los intereses, las garantías y la vigencia a largo plazo mutuos», comentó.

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