Un vodevil, un sainete

Es preciso reconocer los “logros” que desde la Secretaría General de Energía se han conseguido en este final de legislatura, sobre todo en términos mediáticos, con abundancia de presencia en los periódicos salmón y una fuerte tendencia a la generación de incendios sea con las empresas, en los mercados financieros, en la prensa, en el Parlamento o en instancias internacionales. Logros que hacen que su presencia mediática multiplique incluso la del responsable de la cartera, Joan Clos, cuyas intervenciones públicas en materia de energía sorprenden incluso por lo naif.

Es el caso de la capacidad de reunir (volver a unir) a todo el sector eléctrico en su conjunto, frente al Real Decreto Ley para la detracción de derechos de emisión, que ha montado un buen revuelo que no cesa. Principalmente, porque estas medidas de índole político tienen fuertes consecuencias (y han quedado patentes) en los mercados y en la credibilidad del sector en el plano financiero. Con el agravante de haber también llevado al huerto a los representantes políticos de la soberanía nacional en el Parlamento, cómplices.

Ahora parece que hemos logrado generar un vodevil, una comedia de enredos variación de la comedia del arte francesa, en torno a la interconexión eléctrica, la Línea de Muy Alta Tensión (MAT) con Francia. Son ya dos días de desmentidos por parte del operador de transporte francés y del propio Mario Monti a las declaraciones que tan ‘diligentemente’ y ‘anticipadamente’ hizo Nieto, dos días antes de que celebrarse la Cumbre hispano-francesa, de forma que le chafara al Presidente del Gobierno su anuncio, su exclusiva. Lo que sí parece claro es que Nieto, cuya gestión al frente del sector energético en este año de andadura está profundamente cuestionada, posee un acerado instinto político para intentar conseguir ventajismo electoral (con muy corto alcance, eso sí, a la luz de los resultados).

Todos han descubierto en estos pocos días varias cosas: que lo que se firmó sobre la línea de Alta Tensión con Francia fue más bien poco. Fue un acuerdo para llegar a un acuerdo, para llegar a un diseño. Que el entusiasmo español no se compadece con el estado de ánimo francés y que parece que en el ruido mediático de uno y otro país había poca coordinación en este aspecto. De hecho, y aunque sus probos funcionarios se han apresurado a defender las declaraciones del Secretario General de Energía, el que se realizaran en marco de un encuentro con los medios de comunicación organizado ‘ad hoc’, confirma la mayor.

Hay dos principios, esenciales del pensamiento político de otros tiempos, que van detrás de esta actuación. El primero es considerar que esas formas (la política informativa de ruedas de prensa selectivas), esa falta de referencias y esa política de comunicación política es tan válida en España como en Francia, aunque involucre de fondo las relaciones internaciones y al Presidente del Gobierno (además de a la Unión Europea y al Presidente de la República). Quizá haya que reflexionar sobre el hecho de que un incidente de estas características, que también ha tenido su propia reverberación en Catalunya, es la actuación más idónea para que se provoque un nuevo retraso en la línea con Francia.

Segundo, otro postulado que hay detrás de actuaciones de estas características, es considerar que la política todo lo puede, que las decisiones con ‘vis’ política se pueden hacer pasando por encima de lo que haya que pasar, que el dedo del BOE es omnipotente (tan acostumbrado, tan habitual, tan usado). Que no tiene efecto ‘boomerang’ si las actuaciones no están regidas por la prudencia y el equilibrio. Tercera es la capacidad de generar polémica en torno a declaraciones y actuaciones. Una especie de que hablen de mí aunque sea mal. O la fórmula para capitalizar de cara a las elecciones esta infraestructura para Catalunya, ávida de presentar resultados tras la crisis del AVE y de las infraestructuras.

Por eso, fíjense como también pasa lo contrario. Resulta paradójico que un encargo realizado por el propio Secretario General de Energía, Ignasi Nieto, la Prospectiva 2030, este cacareado documento, utilizado impúdicamente para resolver cualquier discusión, como bálsamo que todo lo solventa (léanlo en nuestra entrevista hace ya casi seis meses a Josep Sánchez Llibre) ahora desaparezca, pase a mejor vida, haga mutis por el foro, por los mismos motivos, por ese instinto político que quiere evitar que se abra un melón de difíciles consecuencias: la nuclear, el déficit, la tarifa y confirme la existencia de un programa oculto en energía. En todo caso, un sector como la energía debe dirigirse desde un perfil fuertemente gestor y no político, o al menos con la suficiencia de esclusas para que no reine el desborde.

Por ello, estamos ante un vodevil en expresión francesa (una variación de la comedia del arte), un sainete (electoral) en términos castizos españolizados. Un espectáculo.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *