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Enerclub recuerda a los partidos políticos la necesidad de una estrategia energética a medio y largo plazo

Europa Press / EFE.- El Club Español de la Energía (Enerclub), que agrupa a empresas de todos los sectores energéticos, ha subrayado ante los partidos políticos la necesidad de una estrategia energética española a medio y largo plazo que tengan en cuenta «todas las energías, porque todas son necesarias». En el documento La energía hoy en España. 15 temas clave para la próxima legislatura, la asociación considera que esta estrategia debe estar «estrechamente» vinculada con otras políticas, como la económica, industrial y social, tanto nacionales como europeas.

Además, Enerclub señala que las grandes cuestiones energéticas precisan de acuerdos y de diálogo entre la Administración, los agentes y los consumidores. El documento, presentado por el presidente de Enerclub y consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, apunta cuáles deberían ser los temas clave de la política energética española, refiriéndose a la importancia de garantizar la seguridad de suministro energético «en cantidad y calidad, también a precios competitivos; una correcta gestión energética para cumplir con los objetivos españoles y europeos en materia de clima y energía; así como de un buen funcionamiento del mercado, en el marco de una regulación adecuada para aportar más eficiencia económica y, por tanto, un mayor beneficio para el consumidor y para todos los agentes».

Asimismo, indica que la estrategia debería estar basada en análisis prospectivos que faciliten la adopción de aquellos escenarios que tengan «un mayor impacto positivo en la sociedad, el medio ambiente, la economía y la industria nacional«. Además, subraya que cualquier política energética para poder concebirse y llevarse a cabo «necesitaría contar con el apoyo de los ciudadanos bien informados«, para lo cual es primordial la puesta en marcha de adecuadas campañas de información y la protección de los usuarios vulnerables.

Convergència pide en el Congreso de los Diputados una revisión «a fondo» de la política energética

Servimedia.- Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en el Congreso de los Diputados registró una proposición no de Ley en la que pide una «revisión a fondo» de la política energética y no gravar el autoconsumo.

En la iniciativa, proponen que esa revisión pivote sobre tres ejes: buscar una mayor eficiencia y ahorro energético; el industrial, elemento característico de las economías más avanzadas; y la sostenibilidad desde la perspectiva ambiental y económica. En este sentido, apuntan, el desarrollo del coche eléctrico permitiría sustituir el consumo de petróleo por el consumo de energía eléctrica, aprovechando la sobrecapacidad de producción de dicha energía a partir de fuentes renovables. CDC decidió presentar esta iniciativa ante el aumento «desproporcionado» del precio de la electricidad, que en julio rozó máximos llegando a casi 60 euros por megavatio hora de media mensual.

Nadal asegura que la ideología energética de algunos partidos «subirá el recibo»

Redacción / Agencias.- El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, considera que las propuestas «ideológicas» en política energética de algunas «partes del espectro político» conllevarían, de aplicarse, «incremento de costes, inestabilidad financiera y volver a la situación que encontramos en 2012″, esto es, «en situación de quiebra». En este sentido, indicó que el «camino» elegido por algunas formaciones políticas donde «hay tecnologías buenas y tecnologías malas», sólo llevaría a subir el recibo eléctrico o al endeudamiento. Además, defendió el fracking.

Nadal defendió la política energética aplicada durante esta legislatura para eliminar el déficit de tarifa frente a otras propuestas cargadas de «ideología» que ya «se han experimentado, visto sus consecuencias y a donde llevan». «Existen dos caminos, un camino sin ideología, sensato, que intenta cumplir los objetivos de manera que el coste sea el menos posible, que permita ganar competitividad y otro más ideológico, en el que hay tecnologías buenas y malas, en el que no importan los costes», afirmó Nadal. Respecto al déficit tarifario, recordó que el Gobierno heredó un sistema con un agujero anual de 10.000 millones de euros después de dos legislaturas en las que se «vivió de la utopía y del ya veremos cómo se paga».

Asimismo defendió que las centrales nucleares son «un activo del país» que «deben durar lo que su seguridad diga» porque, de lo contrario, implicaría un coste. En cuanto a las energías renovables, apuntó que «tienen un hueco creciente» en el sistema eléctrico español, aunque no a cualquier coste, por lo que se promoverán donde sean más rentables y necesarias. Por otra parte, adelantó que la normativa de autoconsumo eléctrico se enviará esta misma semana a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

«La política energética tiene que ser un factor que mueva al país» y que conceda facilidades para crecer y crear empleo y «no un lastre», apuntó Nadal, subrayando que el problema del sistema estaba en «los costes regulados». Por ello advirtió de que un nuevo déficit supondría «un desastre financiero y económico«. Asimismo, subrayó que el recibo eléctrico subirá si se retira la reforma eléctrica y que la factura eléctrica no puede ser «la caja de los Presupuestos Generales del Estado» donde que se incorpora lo que no cabe en las cuentas nacionales, como se ha hecho en algunos momentos.

Por el contrario, Nadal indicó que si el PP continúa en el Gobierno su apuesta energética será el «sentido común», es decir, «utilizar los recursos a nuestra disposición, no permitir el endeudamiento, dar seguridad a la inversión y mirar cada euro» para abaratar el recibo y mejorar así la competitividad de las empresas. En concreto, señaló que la prohibición de las técnicas de fracturación hidráulica o fracking supondría renunciar «a buscar la riqueza que España tiene en su subsuelo» por una «posición ideológica», por lo que pidió que se aproximen a esta cuestión «sin apriorismos y con sentido común» y resaltó que los proyectos que utilizan estas técnicas necesitan un análisis medioambiental y geológico muy importante antes de su aprobación.

En la misma línea, señaló que este tipo de actividades están restringidas por lo que no se pueden desarrollar cerca de núcleos urbanos o de espacios medioambientalmente protegidos. Además, advirtió, con respecto a una posible prohibición del fracking en España en la próxima legislatura, que «no se puede pretender competir frente al precio del gas de Estados Unidos y no permitir que exista el fracking«.

Por ello, denunció que España, en el caso de que prohibiera el fracking o la exploración de posibles fuentes de hidrocarburos, «sería el único país del mundo que renunciaría a buscar su riqueza». Por último, el secretario de Estado destacó que la recientemente aprobada Ley de Hidrocarburos permite «un reparto justo» de las ganancias obtenidas de su extracción, favoreciendo a los ciudadanos que residen cerca del lugar donde se obtienen.

Elecciones del 24-M y energía

Las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo están siendo un excipiente, muy particular desde el punto de vista energético, que se configura como uno de los elementos recurrentes de la controversia pública.

Como consecuencia de la profusión con la que los partidos, principalmente los emergentes, se están empleando en definir, de una forma u otra, un cierto programa que perfile su oferta política, lo cierto es que les está llevando a pisar terrenos que, claramente, no pertenecen al ámbito de las competencias de las Administraciones concernidas en estos comicios. Básicamente, de forma apropiada, estaríamos confinando el debate en estas elecciones a cuestiones relativas al fomento de la eficiencia energética y el despliegue de nueva potencia renovable, en el caso de que desde la Administración central se propugnase.

Esa extralimitación, enormemente morbosa, es el resultado de un sistema político que se encuentra en un momento de excepcionalidad disfuncional. Sólo así es posible comprender, por maximalista, que en este marco se pueda elucubrar alrededor de la eventual nacionalización de las empresas energéticas o del cuestionamiento del  funcionamiento de los mercados como mecanismo de asignación y gobernanza en los sectores energéticos en nuestro país, o qué se utilicen premisas falsas o incompletas sobre qué tecnologías son baratas o caras. Todo ello sin una sola réplica. ¿Cómo es posible esta desmesura?

A esto contribuye que estas elecciones aparecen como un mecanismo de evacuación del malestar ciudadano hacia el clima político: un plebiscito entre el bipartidismo y los partidos emergentes. Así, se trata de interpretar cualquier señal que emiten estas nuevas fuerzas, aunque sean formulaciones intencionales o aproximaciones puramente dogmáticas o discursivas. Así, la forma de abordar cuestiones como la pobreza energética, los precios del kilowatio o del butano evidencian posiciones económicamente muy oblicuas y con la mirada excluyente de la evolución de los precios del crudo y de los mercados internacionales.

Los expertos en comunicación política afirman que la campaña empieza el mismo día que finaliza un proceso electoral y se nombra gobierno. En este sentido narrativo, en esta legislatura, se ha tratado de meter en cintura el déficit tarifario eléctrico en términos contables, pero determinados problemas de fondo siguen coleando y larvados, fruto de la falta de definición de una política energética fuera de los maximalismos, de la distribución de beneficiados y perjudicados y de la falta de convicción liberalizadora y de mercado en España.

Si se une la debilidad institucional, la tendencia a la sobreinversión  y el estallido de los escándalos políticos en torno a las burbujas sectoriales el coctel es muy peligroso. El hecho, es que la politización en torno a la cuestión de los precios de la energía (electricidad, gas, carburantes y butano) se ha acentuado, con independencia de lo ejecutado en estos sectores y sus respectivos sistemas tarifarios y de precios, incluyendo las especulaciones sobre posibles rebajas a la vista; con permiso de la autoridad, si el tiempo no lo impide.

Exquisiteces aparte, la cuestión no es que las cuestiones energéticas que se están abordando en esta campaña pertenezcan al ámbito municipal y autonómico. Quizá, habrá que plantearse las posibilidades que entraña el modelo de pactos entre partidos al que nos avecinamos, con el discurso político predominante en nuestro país sobre la energía y lo que se puede entrever. Para nota.