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OIEA recomienda a España actualizar el plan de residuos y asegurar que el retraso del ATC no disminuya la seguridad

Europa Press.- El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha recomendado al Gobierno de España que asegure que el retraso en la instalación del almacén temporal centralizado (ATC) no afecte de forma negativa a la seguridad de los residuos nucleares y combustible gastado y considera también que el Gobierno debería dar «pasos inmediatos» para actualizar el plan general de residuos radiactivos.

Son las conclusiones de una doble misión internacional que ha examinado el marco regulatorio español para la seguridad nuclear y radiológica, del que se encarga el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), así como la gestión de los residuos y el combustible gastado, que gestiona Enresa, representantes de la OIEA han subrayado que España tiene un «fuerte compromiso» con la seguridad nuclear y la protección radiológica.

El director de la misión de la OIEA, Victor McCree, ha explicado que el organismo ha trasladado al Gobierno, al CSN y a ENRESA un total de 17 recomendaciones y 22 sugerencias, al tiempo que ha detectado 2 buenas prácticas de estas entidades que podrían replicarse en otros países. McCree ha destacado que entre las principales recomendaciones al Gobierno, la OIEA considera que debe asegurarse de que el retraso en el establecimiento del ATC no genera un impacto negativo en la seguridad de la gestión de los residuos de alta actividad y el combustible gastado.

De momento, ha dicho que el equipo no ha identificado «ningún riesgo» asociado precisamente a la falta de un ATC pero ha reflexionado que la instalación se previó vinculada a las actividades de desmantelamiento y clausura de las centrales y valora que en su diseño se incluya la investigación en materia de gestión de residuos y mejora de la instalación. En concreto, ha indicado que se recomienda a España que actualice las previsiones de residuos nucleares para asegurar que los recursos económicos consignados sean suficientes, aunque ha aclarado que no detectó carencias a este respecto.

Además, la misión de revisión, en la que han participado 24 expertos internacionales, urge a España a dar «pasos inmediatos» para realizar la actualización del Plan General de Residuos Radioactivos. A este respecto, el presidente de ENRESA, José Luis Navarro, defiende que el OIEA valora como «integral y robusto» el sistema de gestión de los residuos radiactivos aunque pueda mejorarse.

Además, ha recordado que según anunció la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a principios de 2019 tendrá listo un borrador del plan y que ENRESA ya ha iniciado los trabajos previos para actualizar el plan general de residuos radioactivos, cuya aprobación podría demorarse hasta 24 meses, de acuerdo con los plazos que marca la legislación de evaluación ambiental, hasta 2021. Por otro lado, McCree ha añadido que la misión ha recomendado también que el Gobierno, el CSN y ENRESA comiencen a desarrollar las regulaciones, los requerimientos técnicos y a implantar un plan para lograr una instalación geológica profunda para almacenar de forma definitiva los residuos y el combustible.

Asimismo, la misión recomienda reforzar la coordinación entre los diferentes operadores de centrales nucleares en materia de organización de respuesta y con el regulador durante una emergencia radiológica y nuclear. En ese sentido, McCree comentó que no ha podido concretar cómo se comunicarían la autoridades con la sociedad durante la respuesta a una emergencia, o si se requeriría institucionalmente una coordinación con los explotadores. Si bien, ha recordado que, según las normas de la OIEA, la coordinación con los medios de información debería realizarla el responsable de la seguridad nuclear, en este caso el CSN.

Una estructura regulatoria “muy fuerte”

Otra de las conclusiones estima que el CSN debería reforzar también sus procedimientos para mejorar la revisión sistemática de la regulación nuclear, es decir las guías y directrices, de modo que se adapten «mejor» a los estándares de seguridad de la OIEA. Para el director de la misión, las conclusiones y recomendaciones efectuadas, si se implantan, podrían «reforzar aún más» la estructura reguladora en España que «ya es muy fuerte».

«Al invitar a la OIEA a dirigir esta misión única, el Gobierno español ha demostrado un fuerte compromiso con los principios básicos para la excelencia en la seguridad nuclear y radiológica dirigida a una mejora continua», elogió McCree, ex director ejecutivo de operaciones de la Comisión Reguladora de Estados Unidos. Estas conclusiones serán compartidas con el resto de países miembro de la OIEA así como las dos buenas prácticas que la misión ha reconocido a España, una del CSN y otra de ENRESA y que serán promocionadas a nivel internacional.

En concreto, del CSN ha destacado una innovadora herramienta de gestión de datos para asegurar el transporte de los materiales radiactivos, mientras que de ENRESA ha valorado el «diseño vanguardista» del ATC como parte de una estrategia de gestión del combustible gastado. En este contexto, el presidente del CSN, Fernando Martí, ha informado de que es la primera vez que un país acoge dos misiones de la OIEA y ha calificado la acción de «éxito» porque «lo importante» es que se emitan recomendaciones y sugerencias para detectar áreas de mejora.

«Es una oportunidad para que España mejore en todos los aspectos posibles y estamos satisfechos por las recomendaciones y sugerencias», apreció Martí que cree que cuantas más sugerencias emita la OIEA mejor, porque siempre hay un margen de mejora que realizar «paso a paso», sobre todo después de Fukushima que supuso «un antes y un después» que ha enseñado que «no hay que dormirse en los laureles» con la seguridad.

El presidente del CSN se ha referido a la recomendación de la OIEA respecto al almacén geológico profundo y ha dicho que «hay que empezar en serio a buscar ubicación» para poder realizar todo el proceso de aquí a los próximos 20 o 30 años, con transparencia y comunicación a la sociedad. No obstante, ha afirmado que «muchas» de las cuestiones recomendadas o sugeridas por la OIEA ya estaban en el plan de acción y se incorporarán en los próximos años, antes de que se vuelvan a evaluar. En ese contexto, reclamó «más independencia» para el CSN, tanto a nivel financiero como de las decisiones de su ámbito de aplicación.

Por su parte, el presidente de ENRESA ha defendido el sistema de residuos español y ha insistido en transmitir a la sociedad que las instituciones trabajan y permiten a los ciudadanos estar tranquilos sobre estas cuestiones y valora los consejos dados por la OIEA que han sido realizados desde miembros de la misión de países con «las mismas preocupaciones». Por último, el director de la división de seguridad nuclear de instalaciones nucleares del OIEA, Greg Rzentkowski, ha valorado que el marco regulador en protección radiológica y seguridad nuclear está «perfectamente alineado» con las directrices de la OIEA y considera que en materia de transparencia la misión no ha observado «nada» que haga cuestionar al CSN.

La central nuclear de Almaraz valora en 91 millones el impacto negativo que supondría su cierre en la economía extremeña

Europa Press. – La Central Nuclear de Almaraz ha cifrado en 91 millones de euros el impacto negativo que supondría el cierre de esta instalación en la economía extremeña, que genera 2.900 empleos en la región entre directos, indirectos e inducidos, y 45 millones de euros de contribución al entorno en el que se sitúa.

Así lo han expresado el director de la Central Nuclear de Almaraz, Rafael Campos, y el responsable de Relaciones Institucionales de la Central Nuclear de Almaraz, Aniceto González, en una rueda de prensa ofrecida en Navalmoral de la Mata a los medios de comunicación. Los protagonistas han hecho un balance de la operación de la planta durante el primer semestre de 2018, en el que ha obtenido unos «resultados excepcionales».

Específicamentedurante el primer semestre de 2018, la producción bruta generada entre las dos unidades de la Central Nuclear de Almaraz ha sido de 8.150 millones de kilovatios hora (kWh), mientras que la producción neta conjunta se ha elevado a 7.860 millones de kilovatios hora (kWh).

Según ha explicado Campos, estos datos ponen de manifiesto que la Central de Almaraz produce el 6% de la energía eléctrica que se consume en todo el país, por lo que se trata de «una de las centrales que más aporta», ya que supone entre un 25 y un 30% de la producción nuclear española.

Además, el director de la Central Nuclear de Almaraz ha destacado que en este semestre la planta ha conseguido su «misión, que es producir energía eléctrica de forma segura, fiable y por supuesto protegiendo en todo momento al público, al medio ambiente y la instalación».

Del mismo modo, Campos ha destacado que la Central Nuclear de Almaraz es «motor generador de empleo», ya que a cierre del segundo semestre de 2018 su plantilla es de 405 empleados propios, más otros 400 trabajadores diarios de empresas especializadas, y a los que se suman los 1.200 trabajadores adicionales de las paradas de recarga.

En su explicación, Campos ha destacado el semestre «intenso» que ha supuesto en la Central Nuclear de Almaraz debido a la recarga de la unidad II, la preparación para la puesta en servicio del Almacén Temporal Individualizado, o la visita durante tres semanas de una misión OSART.

De esta manera, Campos ha señalado que en febrero la Central Nuclear de Almaraz recibió la visita de los miembros del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) así como de técnicos expertos de otras plantas nucleares, que analizaron y evaluaron diversos aspectos de la planta.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) subraya el compromiso de la central nuclear de Almaraz con la seguridad

EFE.- El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha subrayado el «compromiso» de la dirección de la central nuclear de Almaraz con la seguridad a largo plazo de la planta y la voluntad de mejora continua en esta materia. Expertos adscritos al Programa de Grupos de Examen de la Seguridad Operacional de la OIEA evaluaron numerosos aspectos de la central cacereña contrastando procesos, actividad, funcionamiento y fiabilidad de la planta bajo estándares internacionales de seguridad.

En este sentido, la dirección de Almaraz ha informado de que los expertos del OIEA identificaron buenas prácticas y propuestas de mejora que, «sin duda, contribuirán a seguir reforzando el avance en el proceso de mejora continua de la central nuclear». Este grupo de especialistas internacionales han reconocido y valorado «los importantes avances realizados» por la central de Almaraz «para situar la seguridad como la prioridad principal de la planta».

En esta línea, han destacado la implementación de un Sistema de Gestión integral y la puesta en marcha de importantes planes para la renovación de los equipos de planta, entre otros aspectos. «El refuerzo de la seguridad nuclear es una tarea permanente que la dirección de la central de Almaraz comparte con el OIEA, y esta evaluación es una oportunidad para ello», han añadido. Según las previsiones, los expertos volverán a la central de Almaraz dentro de 18 meses en el marco de esta labor.

La ONU inaugura su Banco de Uranio de Bajo Enriquecimiento en Kazajistán para asegurar combustible nuclear a los Estados

Europa Press.- El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, Yukiya Amano, y el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, inauguraron el Banco de Almacenamiento de Uranio de Bajo Enriquecimiento (LEU), emplazado en la Planta Metalúrgica de Ulba, en la ciudad de Ust-Kamenogorsk (Kazajistán), según indicó el Foro de la Industria Nuclear de España.

Según ha señalado Amano, el banco de LEU, que ha costado 150 millones de dólares (unos 134 millones de euros) y tendrá una vida útil de 20 años, «aportará una valiosa contribución a los esfuerzos internacionales para garantizar la disponibilidad de combustible para las centrales nucleares». Esta instalación albergará una reserva de hasta 90 toneladas de uranio de bajo enriquecimiento, el componente básico para la fabricación del combustible nuclear, y actuará como «suministrador de último recurso» para aquellos Estados miembros que no puedan conseguir LEU en el mercado global. Además, han señalado que también podrán acogerse a este recurso los Estados que no estén sujetos a conformidad con los criterios de idoneidad establecidos por el Comité de Gobernadores del OIEA.

Combustible nuclear para 3 años

La instalación tiene una superficie de 880 metros cuadrados y consta de una estructura de acero. La compra y el almacenamiento de las 90 toneladas de uranio de bajo enriquecimiento, suficientes para poder proporcionar energía eléctrica a una gran ciudad durante tres años, se completará a lo largo de 2018. En 2010, este Comité autorizó la construcción y operación del Banco LEU, y en julio de 2011, Kazajistán se ofreció a albergarlo en respuesta a la solicitud de Expresiones de Interés por parte del Organismo. En mayo de 2016 se firmó el acuerdo de colaboración entre el OIEA y la Kazajistán para el lanzamiento del proyecto, cuya «primera piedra» para la construcción se puso el 28 de agosto de 2016.

Kazajistán será responsable de la seguridad nuclear y física, para lo que se aplicarán todos los requisitos legales y regulatorios del país, y el OIEA es el propietario del almacenamiento, a cuyas salvaguardias estará sometido. La construcción y el funcionamiento de este Banco LEU está completamente financiada mediante los Estados miembros del OIEA y otros países e instituciones donantes (entre los que se encuentran Estados Unidos, la Unión Europea, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Noruega, Kazajistán y la Nuclear Threat Inititative).

La ONU abre mediante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) una reserva de combustible nuclear para garantizar el suministro

EFE.- Garantizar el suministro de combustible nuclear en caso de interrupción por problemas políticos o del mercado es el objetivo del banco de uranio que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) abre este martes en Kazajistán. Esta reserva almacenará 90 toneladas de uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por su siglas en inglés), el ingrediente esencial para fabricar el combustible que alimenta los reactores atómicos de agua ligera para generar electricidad.

Este material es adquirido habitualmente en el mercado abierto o por acuerdos bilaterales entre países, un circuito que este nuevo banco no quiere entorpecer. Así, el OIEA insiste en que esta reserva es un «mecanismo de último recurso» para situaciones en las que un Estado miembro de este organismo no pueda acceder al combustible por las vías habituales. De hecho, esas 90 toneladas suponen una cantidad discreta en relación al consumo mundial. Alcanzarían para una carga completa de un reactor tipo de agua ligera, capaz de suministrar electricidad a una gran ciudad durante tres años.

El OIEA, que gestiona esta reserva, estableció estrictos criterios para que un Estado miembro pueda solicitar y comprar uranio de este banco. Para empezar, tiene que haber una interrupción de suministro «debido a circunstancias extraordinarias» que hagan que el país no pueda obtener el combustible por los medios habituales. El país comprador debe comprometerse a usar el uranio sólo para producir combustible, nunca para armas, y a no volver a procesarlo o transferirlo a terceros sin expreso consentimiento del OIEA.

De cumplir esas condiciones y una vez abonado, a precio de mercado, el coste de reponer el uranio, el material será introducido en unos cilindros especiales que serían trasladados desde el norte de Kazajistán, donde se ubica el banco, hasta una instalación donde el LEU pueda ser transformado en combustible. Para asegurar el transporte, el OIEA firmó en 2015 un acuerdo con Rusia para permitir el tránsito de material por el territorio de este país.

«El banco de combustible es una excelente idea», afirma Heinz Gärtner, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Viena y asesor del Ministerio de Defensa austríaco. Según Gärtner, el banco asegura a los Estados el uso pacífico de la energía atómica sin necesidad de desarrollar un costoso programa de enriquecimiento. Además, afirma, reduce la dependencia que los países sin armas nucleares tienen del mercado.

El banco se ha instalado en la planta metalúrgica de Ulba, en el norte de Kazajistán. Gärtner recuerda queKazajistán es el principal miembro de la Zona Libre de Armas Nucleares de Asia Central, lo que reduce el riesgo de un ataque atómico, y además podría contribuir a que países como Mongolia e Irán se sumen también a ese acuerdo. Según el OIEA, la planta de Ulba «es una instalación nuclear con operaciones a escala comercial y la infraestructura completa para almacenar, transportar y procesar el LEU de forma segura».

Los 150 millones de dólares presupuestados para el funcionamiento del banco durante sus primeros diez años provienen de aportaciones voluntarias. Las principales provienen del empresario Warren Buffet (50 millones de dólares), Estados Unidos (49 millones) y la Unión Europea, que aporta 25 millones de euros. El OIEA también gestiona una reserva de 123 toneladas de uranio en la ciudad rusa de Angarsk, mediante un acuerdo con el Gobierno ruso, y participa en un mecanismo liderado por el Reino Unido para asegurar que no se interrumpe el suministro entre países proveedores y receptores de combustible nuclear. Estados Unidos dispone de su propia reserva de combustible nuclear.

La OIEA visita el reactor nuclear ruso que quiere revolucionar la energía atómica con su impacto mínimo sobre el medioambiente

EFE.- Una veintena de embajadores de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) visitó el recién estrenado reactor nuclear BN-800, el ingenio ruso con tecnología de neutrones rápidos que abre la puerta a una energía atómica de máxima seguridad y mínimo impacto en el medio ambiente.

«Hemos podido ver un reactor puntero, que emplea una tecnología apenas extendida en el mundo», señaló Rafael Grossi, el representante argentino en la delegación que viajó hasta la central nuclear de Beloyarsk (Urales), que hace tan sólo siete meses puso en marcha el nuevo reactor. Situada a unos 40 kilómetros al este de Yekaterimburgo, capital de los Urales, y con 52 años ya cumplidos, la central ha vuelto a marcar otro hito para la energía nuclear rusa, nada menos que el tercero pero no el último de su larga historia.

En 1964 se convirtió en la segunda central nuclear de toda la Unión Soviética y en la primera en producir energía de ese tipo en cantidades industriales. Años más tarde, en 1980, Beloyarsk acogió el primer y hasta hace medio año único reactor de neutrones rápidos industrial de todo el mundo (el BN-600), basado en una tecnología que tras más de 60 años de aplicación práctica, desde el nacimiento de la primera central soviética en 1954, sigue en la senda del perfeccionamiento con el noble reto de cerrar el ciclo de producción de energía nuclear.

El sueño de reutilizar prácticamente hasta su desaparición los residuos radiactivos que se generan durante la producción de la energía atómica parece estar más cerca que nunca con el arranque del BN-800 y el desarrollo de los futuros BN-1200, cuyo primer reactor también se ubicará en Beloyarsk. «Si en la actualidad algunos componentes de los residuos que resultan de la quema del uranio tardan miles de años hasta su total descomposición, el ciclo cerrado permitirá reducir ese plazo hasta 400 años«, explicó el ingeniero jefe de la central, Valeri Shamanski.

Los rusos dicen tener la tecnología para construir un reactor que se retroalimentará de los residuos generados por él mismo, de manera que devolverá a la naturaleza «una cantidad de material radiactivo similar a la extraída de la tierra para poner en marcha el ciclo«, añade el técnico. Porque pese a todo, subraya Shamanski, «es imposible construir un reactor que no deje nada de la llamada basura nuclear, aunque sí es posible reducir prácticamente a cero el daño al medioambiente».

El BN-800 es un reactor a medio camino hacia el ciclo cerrado que emplea el combustible MOX, una mezcla de óxido de uranio y óxido de plutonio. Los expertos de la corporación rusa Rosatom, aseguran que se trata de un combustible para el futuro, porque permite incorporar el plutonio extraído del combustible usado y otros deshechos radiactivos en un nuevo ciclo de producción. Pero tras dar una segunda vida a esos desechos primarios, los residuos ya no pueden ser reutilizados.

Japón opta por verter el tritio radiactivo de Fukushima al mar

EFE.- El Ministerio de Industria nipón ha concluido que verter al océano Pacífico el tritio generado por la accidentada central de Fukushima es la opción más factible de todas las propuestas para gestionar este isótopo radiactivo generado por la planta.

El comité encargado del asunto ha estimado que el vertido es la alternativa más conveniente en términos de costes y de duración de entre las cinco que se barajaban, según detalló el diario Asahi, que ha tenido acceso al contenido de una reunión celebrada en la víspera en el ministerio.

Pese a las protestas de grupos ecologistas, el vertido controlado de tritio, isótopo con una vida media de 12 años, es la opción que más se ha barajado por considerarse que tiene un impacto menor sobre el medio ambiente.

Entes como el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) consideran que es una práctica aceptable en un contexto como este.

La empresa operadora de Fukushima ha estado utilizando un sistema de filtrado para limpiar los miles de toneladas de agua radiactiva que cada día genera la planta como consecuencia del accidente ocasionado por el terremoto y tsunami de marzo de 2011. Sin embargo, el tritio es el único de los isótopos radiactivos que el sistema de filtrado es incapaz de eliminar.

El Ministerio de Economía, Comercio e Industria nipón solicitó ideas para el tratamiento de este agua con tritio y recibió propuestas de varias empresas y una universidad.

Finalmente, el comité ha determinado que el vaciado controlado de tritio al mar costará unos 3.400 millones de yenes (27,5 millones de euros) y llevará casi siete años y medio.

De momento, se desconoce en qué fechas comenzarán a realizarse los vertidos, ya que la operadora de la central ha asegurado que no los hará hasta no lograr el consentimiento de las cofradías locales de pescadores.

España acogerá en mayo la segunda Conferencia Internacional de Reguladores de seguridad nuclear

Europa Press.- España acogerá del 11 al 13 de mayo la segunda Conferencia Internacional de Reguladores de Seguridad Nuclear, organizada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA). La conferencia se centrará en la importancia de un organismo regulador independiente y fuerte, los retos nuevos de los reguladores; los eventos de seguridad nuclear; la protección de la información y la confidencialidad; la efectividad de la seguridad; la investigación en seguridad de los reactores; transporte seguro y la cultura de seguridad nuclear.

En diciembre de 2012, la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos acordó realizar la primera conferencia de reguladores nucleares de todo el mundo para analizar el amplio rango de las actividades relevantes para reforzar la aproximación a la seguridad de los reguladores. Cuatro años después, en coordinación con el regulador estadounidense, el regulador español CSN será el encargado de promover la cooperación internacional para avanzar en la cultura de seguridad nuclear. En esta ocasión, el objetivo será reforzar la capacidad de construcción de la seguridad nuclear en todo el mundo y apoyar la implantación de buenas prácticas en este ámbito.

Japón acoge el primer foro internacional sobre el desmantelamiento de Fukushima

EFE.- Mientras siguen encontrándose sorpresas desagradables en Fukushima, dónde se ha detectado radiación inusualmente alta en un depósito de agua, estos días se celebra en Iwaki (Japón), localidad situada a 40 kilómetros al sur de la accidenta planta nuclear, el primer Foro Internacional para el Desmantelamiento de la Central Nuclear de Fukushima Daiichi, convocado por el Ministerio nipón de Economía, Comercio e Industria con el objetivo de promover avances en el largo proceso para finiquitar la crisis atómica originada por el seísmo y tsunami del 11 de marzo de 2011.

«La cita tiene un primer objetivo, eminentemente técnico, en terrenos como el desmantelamiento en sí o la gestión de residuos», explicó el vicedirector general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el español Juan Carlos Lentijo. «Se trata de poner en común experiencia y conocimientos de cara a perfeccionar y orientar las tareas para desmantelar la planta, una labor que se calcula que llevará entre tres y cuatro décadas, y las que haya que ejecutar en un futuro en otras instalaciones, ya sea en situaciones similares o distintas», añadió.

Evaluación de riesgos en Fukushima

Las sesiones tratarán la evaluación de riesgos que encaran las operaciones en la accidentada central o el análisis de posibles estrategias para la retirada del combustible fundido, la labor más compleja de todo el proceso. «En lo referente a Fukushima se trata también de entender lo sucedido y sacar lecciones de ello», opinó Lentijo, que también es director del departamento de seguridad nuclear del organismo con sede en Viena (Austria).

La cita, que también cuenta con la presencia del director general de la Agencia de la Energía Nuclear de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), William D. Magwood IV, busca además promover avances en investigación y desarrollo para poder afrontar de manera segura las labores de desmantelamiento a través del uso de maquinaria o dispositivos robóticos. En este sentido, en el foro participan representantes de empresas punteras y centros de investigación.

Lentijo destacó la importancia del que considera el otro gran objetivo del encuentro; «mejorar la comunicación» entre el sector nuclear y el resto de la sociedad. «La aceptación del público es clave. La gente quiere saber en qué se está avanzando en el caso de Fukushima o qué riesgos persisten en materia de seguridad y es importante transmitir correctamente toda esa información«, aseveró el dirigente.

Radiación inusualmente alta en agua

Por otra parte, el personal de la central nuclear de Fukushima ha detectado unos niveles inusualmente altos de radiación en un depósito de agua subterráneo en desuso e investiga el origen de estas mediciones, según confirmó la empresa operadora de la planta.El pasado 6 de abril, los técnicos de la planta midieron 8.100 becquereles por litro de agua de sustancias emisoras de rayos beta en el tanque en cuestión.La cifra es casi 100 veces superior en comparación con los 87 becquereles por litro que los aparatos registraron una semana antes.Al día siguiente, las muestras de agua del tanque arrojaron aún un nivel de radiación aún mayor, 9.300 becquereles, según detalló una portavoz de Tokyo Electric Power (TEPCO).

El tanque en cuestión fue construido hace tres años para almacenar las numerosas toneladas de agua muy contaminada que generaba la planta tras el accidente de 2011. Sin embargo, debido a diversas fugas, estos tanques pronto fueron sustituidos por otros más sólidos y permanecen desde entonces en desuso.La mayor parte de líquido radiactivo fue extraído mediante sistemas de bombeo aunque aún queda algo en su interior.Pese a que ya no son empleados para almacenar agua tóxica, los técnicos de Fukushima revisan regularmente los niveles de radiación de estos depósitos. TEPCO ha dicho que seguirá investigando el origen de este incremento ante la posibilidad de que algún tipo de agua contaminada se esté filtrando al interior de este depósito.

Japón, Estados Unidos y Francia trabajarán juntos para desmantelar Fukushima, cuya situación todavía es complicada según la OIEA

EFE / Europa Press.- La situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada«, cuando se cumplen 5 años desde que un tsunami posterior al terremoto que convulsionó el país nipón provocara un accidente sin precedentes en un reactor atómico. En este sentido, el Gobierno de Japón trabajará con Estados Unidos y Francia para desarrollar las tecnologías necesarias para retirar el combustible fundido de la accidentada planta.

El trabajo para desmantelar Fukushima se ha completado en un 10%. De este modo, el Ejecutivo nipón espera completar el desmantelamiento de la planta, propiedad de la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (TEPCO), con la ayuda de expertos y tecnologías de Estados Unidos y Francia. El Departamento de Energía estadounidense y la Agencia Nacional de Investigación gala colaborarán con el Ministerio de Ciencia y Tecnología japonés para llevar a cabo las labores pendientes. Washington ayudará a Tokio a crear equipamiento y tecnología para hacerse cargo y deshacerse de los residuos radiactivos derivados de las labores de desmantelamiento, mientras que París cooperará con el país asiático para desarrollar tecnologías por control remoto que puedan resistir entornos con altos niveles de radiación.

Japón ya ha enviado varios robots al interior de dos de los tres reactores dañados durante el accidente, donde los niveles de radiación actuales impiden la entrada de un humano. Los dispositivos introducidos en el reactor 1, el peor parado, fueron abandonados tras resultar dañados por la radiactividad.  Por otro lado, expertos de universidades, investigadores e ingenieros investigarán en materia de robótica, procesamiento de imagen y otras tecnologías para avanzar en el proceso de desmantelamiento.

En los últimos 5 años, el Gobierno nipón y TEPCO han lidiado con las toneladas de agua contaminada empleada para enfriar los reactores cuando el seísmo y el tsunami los dejaron sin los generadores primarios y de emergencia, pero ahora tienen que seguir avanzando en los trabajos, incluida la retirada del combustible. La retirada de las barras de combustible fundido es el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento de la central, que llevarán tres o cuatro décadas.

Situación “todavía complicada” en Fukushima

Por otro lado, la situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada», según el director general adjunto y responsable del Departamento de Seguridad Nuclear de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Juan Carlos Lentijo, que cree que aún «lo más difícil de controlar» un lustro después son los núcleos de los reactores fundidos. Eso sí, destacó que la situación en la planta atómica «ha mejorado mucho» respecto a cuando visitó la central en 2011. Ahora, subraya que el programa de actividades tiene el objetivo final de desmantelar la central, para lo que faltan «unos decenios». Ahora lo importante es que la estabilización de la central se garantice de forma sostenible para el futuro.

Lentijo, ingeniero vallisoletano, indica que una de las cuestiones que plantean más retos a corto plazo es la acumulación del agua contaminada y la filtración del agua subterránea que baja de la colina hacia los edificios principales. Para ello, recuerda que se diseñaron numerosos sistemas de descontaminación del agua y una barrera para prevenir que esta siga entrando. En Fukushima se implantaron numerosas medidas y sistemas para evitar que el agua contaminada salga al mar. La última novedad, que está en su fase final de implantación, es la construcción de una barrera de hielo en el suelo, cuyos sistemas ya están instalados y pronto comenzará la etapa de pruebas para llegar a «eliminar o limitar la acumulación de agua contaminada».

Sin embargo, el responsable de la OIEA estima que a largo plazo las actividades más importantes y difíciles será la retirada del combustible nuclear que quedó dañado. «Tienen buenos planes iníciales y ahora tienen que diseñar en detalle las actividades concretas para ponerlas en marcha», comentó. Con todo, apunta que el de Fukushima no será un desmantelamiento «normal», por lo que aplaudió el programa japonés de investigación muy ambicioso con el que se desarrollarán nuevas tecnologías y programas. En todo caso, considera que «lo más difícil de controlar» son los núcleos de los reactores fundidos, mientras que calificó de «experiencia extraordinaria» el proceso de retirar el combustible nuclear gastado que había en el reactor 4.

Por otro lado, el directivo de la OIEA ha destacado que los datos apuntan que en el futuro seguirá aumentando el parque nuclear mundial. Los datos hablan de una previsión de crecimiento, aunque ha puntualizado que «no está igualmente distribuida en todas las regiones del mundo» sino que la tendencia ascendiente se observa en Asia frente a la estabilización o descenso en Europa o Estados Unidos. Lentijo ha agregado que como tecnología, la nuclear tiene ventajas e inconvenientes y que es decisión de las autoridades de cada país tenerla en cuenta como uno de los posibles vectores de futuro para determinar la forma de cumplir los objetivos del cambio climático puesto que ha recordado que no contribuye a emitir CO2.

Finalmente, sobre la operación a largo plazo, ha manifestado que el tiempo en las centrales nucleares no es una cuestión de años, sino de condiciones de funcionamiento y conservación y, por ello, considera que cuando se llega a las edades para las que fueron licenciadas, se debe analizar las mejoras que se deben implantar si se quieren operar durante más tiempo. «No existe una vida determinada para las instalaciones, sino una vida condicionada por las autorizaciones que tienen. Se plantean por 40 años y después de decenios de operación y revisiones periódicas se comprueba si la instalación puede seguir operando si cumple las medidas de seguridad necesarias», ha concluido Lentijo.