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La organización ecologista Greenpeace lleva el proyecto de almacenamiento gasista de Gas Natural Fenosa en Doñana al Defensor del Pueblo

Europa Press.- Greenpeace ha presentado ante el Defensor del Pueblo nacional una queja por el proyecto de Gas Natural Fenosa, denominado Marismas, para la explotación y almacenamiento de gas en el entorno del Espacio Natural de Doñana. La organización pide que la oficina que dirige Soledad Becerril inste al Gobierno andaluz y al central a revisar la evaluación de impacto ambiental (DIA) del proyecto y ajustarla a la normativa y exigencias actuales.

Según la organización ecologista, se denuncian así que las actuaciones de Gas Natural Fenosa vulneran el artículo 45 de la Constitución, que obliga a la protección del medio ambiente, ya que considera que Gobierno y Junta «han hecho dejación de su obligación de proteger el Espacio Natural de Doñana». Greenpeace recuerda que el proyecto Marismas fue partido en 4 subproyectos (Marismas Occidental, Marismas Oriental, Saladillo y Aznalcázar) por Gas Natural Fenosa «con el objetivo de ocultar el impacto ambiental acumulado del proyecto global y lograr así más fácilmente las autorizaciones«.

«El proyecto de Gas Natural Fenosa supone un grave peligro para Doñana por las implicaciones ambientales que la explotación y almacenamiento del gas tiene para un entorno tan frágil, amenazado y necesitado de protección. Este proyecto pone de nuevo los intereses privados por delante del general», ha declarado Julio Barea, portavoz de Greenpeace. En su denuncia, Greenpeace también informa a la Defensora del Pueblo de que en la DIA, «los riesgos sísmicos de la zona no han sido debidamente considerados«, como a su juicio queda de manifiesto en el informe técnico elaborado por «prestigiosos geólogos» que recoge «explícitamente las propias dudas expuestas en la DIA”.

Greenpeace señala además que el proyecto cuenta con «un gran y contundente rechazo social manifestado en la oposición de importantes y numerosos sectores de la sociedad y también de los poderes públicos» y recuerdan que se han recogido casi 250.000 firmas en contra o que la Comisión de Medio Ambiente del Congreso aprobó una Proposición no de Ley sobre la paralización del proyecto industrial de Gas Natural en Doñana y que el Parlamento de Andalucía instó al Gobierno de esa comunidad autónoma a adoptar las medidas necesarias y a estudiar las vías legales para paralizar el citado proyecto. También han mostrado su oposición los Ayuntamientos de Viso del Alcor y de San Juan del Puerto.

Podemos y los ecologistas creen que se usará la reapertura de Garoña para alargar la vida de todas las nucleares

Redacción / Agencias.- Las principales organizaciones ecologistas y partidos políticos como Unidos Podemos y Equo han lamentado el dictamen favorable a la reapertura de la central nuclear de Garoña y auguran que con esta decisión se abre la puerta para alargar el funcionamiento de todo el parque nuclear español, sin un debate previo ni político. En este sentido, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, calificó de «absolutamente incomprensible» el informe del CSN.

A su juicio, esta decisión es «la punta de lanza para darle otro impulso a una industria que no tiene sentido», por lo que Mayoral señaló que «en estos momentos, lo que hay que hacer es cerrar la central definitivamente» ya que asegura que «otro camino no tiene sentido». Tras conocer el documento presentado por el organismo, y que ha contado con todos los votos a favor del consejo, con excepción de la exministra socialista de Medio Ambiente, Cristina Narbona, Izquierda Unida presentó en el Congreso una iniciativa en la que insta al Gobierno a «tomar las medidas necesarias para decretar el cierre y desmantelamiento definitivo» de la central burgalesa.

La formación recuerda que Garoña es la central nuclear más antigua de España y que ha operado desde 1970 hasta su parada en 2012 con un reactor fabricado por General Electric, similar a la de la accidentada central japonesa de Fukushima. Por ello, llama al Ejecutivo a «asumir la responsabilidad política y penal que pueda derivarse de cualquier decisión relacionada con la reapertura». La proposición también pide que se «elabore un estricto calendario para iniciar el cierre y desmantelamiento progresivo del resto de centrales nucleares que permita la implantación de energías renovables que sustituyan la energía nuclear» y busca que el Gobierno coordine «con las administraciones territoriales planes de dinamización de las comarcas afectadas por el cierre de centrales nucleares«.

También desde Equo se han hecho eco de su descontento con la decisión del CSN. Para su diputado y portavoz, Juan López de Uralde, es «inadmisible» que, pese a que está acreditado que Garoña sigue sin «cumplir los requisitos» de seguridad que le exigió previamente el propio CSN, se apruebe su reapertura. «Garoña es una central obsoleta y peligrosa, pero la industria nuclear la está utilizando de ariete para abrir la puerta al alargamiento de la vida de las nucleares. El hecho de que la central no haya realizado las modificaciones de diseño requeridas es motivo suficiente para que el dictamen fuera negativo, pero una vez más el CSN acomoda la legalidad a los intereses de las nucleares», ha denunciado.

El diputado recuerda que en el Congreso existe una «amplia mayoría» que demanda el cierre definitivo las instalaciones, y ha anunciado que su grupo impulsará las iniciativas parlamentarias necesarias para lograr ese objetivo. «La mayoría parlamentaria se ha mostrado una y otra vez contraria a la reapertura de Garoña, y el Gobierno la está desoyendo. Ahora esa mayoría debe ponerse en acción para evitar la reapertura utilizando todas las vías a su alcance», advirtió. López de Uralde explicó que si el Ministerio de Energía «sigue adelante con este disparate» y concede el permiso para reabrir Garoña, Unidos Podemos propondrá al resto de grupos aprobar una ley para decretar el cierre definitivo de la planta burgalesa.

Alargar vida del parque nuclear

Por otro lado, Paco Castejón, de Ecologistas en Acción, ha señalado que la decisión del CSN por «esperada no es menos grave». En este contexto, el ecologista ha señalado varios motivos: el primero por el riesgo que supone mantener Garoña en funcionamiento, “una peligrosa antigualla situada en la cabecera del Ebro en la que un accidente con fuga al río afectaría ecosistemas y poblaciones de las comunidades”. Por otro lado, se trata de un permiso de 17 años, el más largo concedido a una central nuclear en España que supondrá una autorización para operar hasta los 60 años dentro del actual mercado eléctrico español, en el que «las nucleares son un negocio para sus explotadores».

Castejón ha matizado que existe una batería de cambios a introducir en la central antes de su puesta en marcha, entre las que ha resaltado el cambio de cientos de kilómetros de cables o la torre de enfriamiento que la Confederación Hidrográfica del Ebro impone para la reapertura de Garoña. Para Castejón esta decisión del CSN está destrozando la credibilidad del organismo, ya que se ha elaborado “a la medida de Nuclenor” para reabrir Garoña. «Se ha abierto la puerta para alargar el funcionamiento de todo el parque nuclear español sin un debate previo ni político, ni social ni siquiera tan siquiera técnico ya que en el caso de Garoña, aún faltan inspecciones y protocolos».

Para Raquel Montón, portavoz de Greenpeace, el CSN no sólo ha abandonado la seguridad nuclear sino que la ha dañado profundamente, ya que no garantiza la seguridad nuclear. “Garoña no puede cargar combustible ni producir electricidad, sin embargo el CSN se atreve a dar un informe favorable, aun teniendo sobradas razones para no hacerlo. Sin embargo, el organismo regulador no ha dudado en menoscabar la seguridad nuclear en España e ignorar al Parlamento para favorecer los intereses de la industria nuclear», ha declarado Montón, que también cree que la «intención última» es ampliar el parque nuclear “por la puerta de atrás, sin contar con la opinión pública y el Parlamento”.

Asimismo, Greenpeace acusó al CSN de actuar con «malas prácticas» en materia de seguridad nuclear porque, según la organización, el organismo se ha saltado sus protocolos y ha ignorado sus requerimientos realizados a Garoña en 2015. Por ello, pide al ministro de Industria, Energía y Agenda Digital, Álvaro Nadal que no tenga en cuenta este informe y que «juegue limpio» y que se facilite «un tiempo» para evitar materializar la «situación dantesca» que supondría renovar la central nuclear pero sin dejarle cargar combustible y producir electricidad, los fines para los que se pidió la renovación.

Además, Montón ha señalado que esto tiene «consecuencias» sobre la política energética de España, que debería ser diseñada en función del contexto económico y ecológico, y advierte al ministro que hacer esta política sin debate y por la vía de los hechos supone «transgredir todas las normas de participación en democracia». «Nadal debe pensar si continúa con el proceso o para esta decisión que solo va a defender los intereses de las eléctricas de forma unilateral con una autorización que debería ser directamente denegada», añadió.

Ante esta situación, ha adelantado que Greenpeace pedirá la publicación de los 167 informes técnicos realizados por 16 áreas del regulador nuclear y que han servido de base para la decisión final, primero a través del CSN y, en caso de que no se publiquen, a través del Portal de la Transparencia. Del mismo modo, solicitarán adelantar el Comité para la Información y la Participación Pública del CSN, que suele celebrarse en marzo y octubre, pero no cree que el regulador acceda a su petición.

Diputación de Álava en contra

Por su parte, el diputado general de Álava, Ramiro González, aseguró que, tras la decisión del CSN, la Diputación alavesa va a seguir trabajando «en defensa de Álava, para evitar la barbaridad que supondría la reapertura» de Garoña. González denunció en el Parlamento europeo que el CSN está «incumpliendo» la normativa comunitaria en materia de seguridad nuclear, con su «oscurantismo» en torno a esta posible reapertura de la central nuclear, muy próxima al territorio alavés.

Greenpeace plantea en las cuencas mineras las renovables como alternativa económica en un futuro sin carbón

EFE.- La organización ecologista Greenpeace ha elaborado un informe en el que plantea que las energías renovables, la agroindustria y el turismo de experiencias son las posibilidades de desarrollo para la comarca minera de Teruel, ante el escenario del fin de la explotación del carbón.

En diciembre cerró la última mina de interior de Aragón, ubicada en Ariño, localidad donde todavía se explota una a cielo abierto junto a otra en Estercuel, y ambas con la incertidumbre de si cerrará o no la central térmica de Andorra (Teruel), su principal cliente. Las comarcas mineras como la de Teruel ven ya cerca un futuro sin carbón y la realidad es que no ven futuro, porque tal y como demuestra el estudio de la organización ecologista, siguen siendo muy dependientes del lignito.

«Si se hubieran hecho estos trabajos desde el principio, quizá la transición ya se hubiera hecho con los fondos que se han invertido», explica Tatiana Nuño, responsable de Energía de de Greenpeace. Bajo el título Más allá del carbón. Alternativas sostenibles para el futuro de las cuencas mineras. Estudio de caso: El desarrollo alternativo de la cuenca minera de Teruel, el informe es el primero que realiza de manera detallada la ONG sobre una zona minera, apunta Nuño. En el caso de la cuenca minera turolense, el estudio concluye que, a pesar de los planes de reconversión, casi la mitad del Valor Añadido Bruto de la zona continúa dependiendo de la extracción minera y de la central térmica de Andorra.

El futuro pasaría, según este estudio, por el turismo de experiencias, el sector agroalimentario y sobre todo el desarrollo de energías renovables, para lo que la zona tiene, según Nuño, mucho a su favor, al contar con estructuras de evacuación previas y de grandes redes de transporte de energía. También destaca el estudio la existencia de recursos energéticos tanto en energía solar como en eólica y en menor medida biomasa. La organización ecologista ha elegido la cuenca minera turolense como caso de estudio, y piensa que su experiencia puede servir para otras zonas de España, que deberían contar con un plan coordinado por las administraciones.

El desempleo en las minas y los negocios relacionados ha ido en aumento en el último año y el futuro es más que incierto para la central térmica de Andorra, después de que Endesa no se plantee de entrada la inversión en las centrales térmicas. Según Nuño es necesaria una «transición justa y sostenible de todas las cuencas minero eléctricas» y hacer un seguimiento de los fondos públicos que se han dedicado a la reconversión.

El «año perdido» en funciones, lo peor de 2016 para los ecologistas y ratificar el Acuerdo de París, lo mejor

Europa Press.- La parálisis en las políticas ambientales provocadas por la situación prolongada de Gobierno en funciones durante casi un año y la rápida ratificación a nivel mundial del Acuerdo del Clima de París, en el que la Unión Europea ha vuelto a tomar el liderazgo, son las cuestiones que peor y mejor valoran, respectivamente, las organizaciones ambientales más relevantes de España.

En su balance de 2016, el portavoz de Amigos de la Tierra, Alejandro González, ha valorado que este año de «parálisis» política no ha producido «ningún avance» en la legislación para el medio ambiente. A nivel internacional, ha destacado que en la cumbre del Clima de Marrakech, con el Acuerdo de París ya en vigor, se han empezado a «sentar las bases» para luchar contra el cambio climático. A nivel europeo se ha referido a la reciente aprobación de la Directiva de Eficiencia Energética bajo el paquete de Clima y Energía del comisario Miguel Arias Cañete para poder avanzar en el autoconsumo de energías renovables.

Por su parte, el coordinador de Ecologistas en Acción, Francisco Segura ve «luces pero más sombras» en este 2016 del que lamenta que se ha perdido un año en la lucha contra el cambio climático, un aspecto sobre el que «no se ha hecho nada relevante» puesto que España y el resto de los países «siempre posponen hasta el año siguiente la toma de acciones».

Mientras, el director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, considera que tras este «año perdido» y de «escasa y pobre actividad parlamentaria» todas las cuestiones ambientales «siguen igual», así que, en resumen, «todo sigue mal». A su juicio, la «principal novedad» es que durante casi todo 2016 España ha tenido un gobierno en funciones y que, posteriormente no se ha producido un cambio respecto a la anterior política ambiental. Asimismo, lamenta que aún haya permanecido el impuesto al sol y que se mantenga la pobreza energética.

En la misma línea, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, cree que 2016 pasará a la historia en España porque estuvo «sin Gobierno» y porque «una vez más las políticas ambientales se han visto arrinconadas». Sin embargo, resaltó que 2016 ha sido «un buen año» porque en Europa se ha ratificado el Acuerdo de París «como nunca se había hecho, antes de que todos los países lo hubieran ratificado». Con ello, celebra que la Unión Europea demostró que quería ir «claramente» al «liderazgo» para poner freno al cambio climático.

Mientras, el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, rememora varios hechos de 2016. A nivel internacional, señala que se la subida de temperaturas ha constatado el avance del cambio climático este año y cree que esto ayuda a adquirir una mayor toma de conciencia en este momento de «gran transición mundial» después del Acuerdo de París. «Las sociedades de todo el mundo va en otra dirección; la cuestión es cómo de rápidos serán los cambios fruto del Acuerdo, pero el nivel de concienciación nunca se había visto antes», opina. Otras «buenas noticias» se han producido con la prohibición de la perforación del Ártico.

A nivel nacional, coincide en que 2016 ha sido un año «de parón» que se suma «al retroceso ambiental de los años anteriores, porque en medio ambiente, cuando no se avanza se está, en realidad retrocediendo». Entre los pocos éxitos, se refirió a la campaña en favor de Doñana, que situó este enclave en el escaparate internacional y que considera que ha dado frutos respecto a los proyectos de gas.

Greenpeace filtra un informe que revela los graves fallos de seguridad en las plantas de BP

Europa Press.- La petrolera británica BP ha estado cerca de sufrir al menos dos accidentes potencialmente letales por las deficiencias en la metodología para monitorear la seguridad de sus refinerías y plantas petroquímicas, según un informe obtenido por Greenpeace al que ha tenido acceso ‘Financial Times’.

Una investigación interna realizada en 2015 demostró que el gigante petrolero británico necesita abordar de forma «urgente» sus problemas en la gestión de información de ingeniería en relación con sus operaciones de refino de crudo.

A raíz del desastre medioambiental causado por el accidente de la plataforma Deepwater Horizon en 2010, BP introdujo estrictos procedimientos de seguridad, pero el informe revela varios «conatos de accidente» en refinerías y plantas químicas, según asegura la cabecera británica.

El mayor problema detectado por el informe se produjo en 2014 en la localidad norteamericana de Whiting, próxima a Chicago y a la orilla del lago Michigan, en una instalación de la petrolera con capacidad para procesar 413.000 barriles de crudo al día.

La máquina que extrae azufre y otras impurezas de la gasolina en Whiting sufrió un incidente calificado como «HiPo» o potencialmente letal que provocó pérdidas por valor de 258 millones de dólares (242 millones de euros) en BP.

Asimismo, la investigación interna reveló otro fallo potencialmente letal en la planta de Hull, en el noreste de Inglaterra, como consecuencia de diseños y procedimientos imprecisos e incompletos.

El informe concluye que en BP «no existe un enfoque estándar y global en la gestión de datos e información de ingeniería durante la vida de los activos». «Esto conduce a una falta consistente de responsabilidad clara para manejar información crítica de la ingeniería», precisa el estudio.

Los autores de la investigación, gerentes de BP en conjunto a consultores de IBM y Worley Parsons, recalcaron la «necesidad urgente» de realizar mejoras con un coste aproximado de 170 millones de dólares (160 millones de euros) en cinco años.

Greenpeace señala con una flecha gigante a la central nuclear de Almaraz (Cáceres) para exigir su cierre

EFE.- La central nuclear de Almaraz (Cáceres), inmersa en su 23ª recarga de combustible y trabajos de mantenimiento general de la Unidad II, fue señalada por los activistas de Greenpeace con una gran flecha flotante de 500 metros en el embalse situado junto a la central «para indicar al Gobierno que esta central debe de ser la siguiente en cerrar después de que lo haga la de Garoña (Burgos), ya que su renovación de licencia de actividad está cerca”.

Vigilancia al usar un dron

Efectivos de la Guardia Civil mantuvieron un dispositivo de vigilancia sobre esta acción reivindicativa, con especial atención al uso de un dron por parte de los activistas, según explicaron fuentes de la central nuclear de Almaraz. Los activistas se encontraban en una zona transitable del embalse Arrocampo y no sobrepasaron «el muro de separación térmica del agua«, según añadieron estas últimas fuentes. En este sentido, fuentes de Greenpeace reiteraron que el propósito de su acción no era violar el perímetro de seguridad de la central ni cuestionar la seguridad de la misma. «El objetivo es señalarla para que sea la siguiente en cerrar», han insistido.

Bajo el lema Central de Almaraz, siguiente en cerrar y Ni una licencia más, la organización reclama al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que no autorice a Almaraz a continuar, que no facilite más licencias a ninguna otra planta atómica y que se termine así con la producción de residuos radiactivos. Además, destaca que un cierre nuclear escalonado generaría 300.000 empleos. Junto a la gran flecha, han situado una pancarta de 240 metros cuadrados con su logotipo. La instalación, que en 2020 cumplirá 40 años de vida operativa, es propiedad de Iberdrola (52,7%), Endesa (36%) y Gas Natural Fenosa (11,3%).

En este contexto, la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón, aseveró que el nuevo Ejecutivo con su ministro de Industria al frente, no puede eludir la cuestión del cierre progresivo de las nucleares y «debe hacerlo con urgencia». A su juicio, el reto no es solo cerrar las «obsoletas instalaciones nucleares de manera ordenada» para evitar riesgos mayores, sino asegurar la financiación para su desmantelamiento y la gestión de sus residuos radiactivos, porque «sería vergonzoso» dar más licencias para que “las eléctricas sigan ganando más y que los consumidores paguen de su bolsillo el coste del desmantelamiento de sus nucleares y de sus residuos de por vida”.

Recarga de combustible en Almaraz                    

Mientras tanto, la central nuclear de Almaraz está realizando su 23ª recarga de combustible y trabajos de mantenimiento general de la Unidad II. Según indicaron, el acoplamiento a la red está previsto para el próximo 18 de diciembre, lo que supone una parada programada de 41 días. Para esta recarga se contrataron a más de 70 empresas especializadas, que emplearán a 1.200 trabajadores adicionales a la plantilla habitual de la central, la mayoría de Extremadura. Estos profesionales han recibido la formación adecuada a las actividades a realizar en la planta enfocada a la prevención de riesgos laborales y a evitar el error humano en la ejecución de los trabajos programados.

Además de los trabajos propios de recarga de combustible y mantenimiento general, se continuará con la implantación de modificaciones de diseño vinculadas a compromisos con el CSN. Como nuevas actividades incluidas en esta recarga se encuentran las relacionadas con el programa de Inspección en Servicio y, entre ellas, destacan la inspección por ultrasonidos de las penetraciones de la tapa de la vasija y la inspección visual de la vasija e inspección de las zonas roscadas de la brida. Además, Almaraz llevará a cabo una prueba de estanqueidad del recinto de contención y de las toberas del sistema de rociado y se procederá a la sustitución del juego de dosímetros de acuerdo al programa de dosimetría neutrónica exterior de la vasija.

El Acuerdo del Clima de París entra en vigor en todo el mundo aunque España aún no lo ha ratificado

Europa Press.- El calificado como «histórico» Acuerdo de París contra el Cambio Climático, que se adoptó el pasado mes de diciembre en la capital francesa, entró en vigor a nivel mundial este viernes, apenas una semana antes de que comience la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático (COP22) que se celebrará en Marrakech, aunque España aún no ha ratificado sus compromisos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El acuerdo, adoptado en la COP21, ya está en vigor, tal y como se acordó, 30 días después de que al menos 55 países que suman el 55% de las emisiones globales de CO2 ratificaran su compromiso de lucha para conseguir que el incremento de la temperatura global del planeta se quede por debajo de los 2 grados centígrados y conseguir una economía libre de emisiones en la segunda mitad de siglo. Lo cierto es que España no ha ratificado todavía el acuerdo formalmente, aunque sí participó en la firma del mismo en una ceremonia auspiciada por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, el 22 de abril.

A este respecto, el secretario de Estado en funciones, Pablo Saavedra, explicó que ya está «todo preparado» pero «no ha sido posible ratificarlo por parte de un Gobierno en funciones» y confía en que, en el primer consejo de ministros «ordinario» del próximo viernes 11, el Ejecutivo pueda elevar a las Cortes Generales su ratificación y que el Parlamento pueda tramitarlo «en el menor tiempo posible«. En todo caso, ha admitido que no se puede esperar que España deposite sus instrumentos de ratificación antes o durante la COP22 de Marruecos porque la tramitación parlamentaria llevará «entre 3 y 6 meses».

«Es un tema de procedimiento y no tiene más consideración porque estoy seguro de que va a existir un consenso de todas las fuerzas parlamentarias están de acuerdo en la ratificación», ha apostillado. Una vez elevado, todo dependerá del Parlamento, aunque reconoce que la aplicación práctica para España viene dada por la ratificación de la Unión Europea y que bajo este paraguas estará representada en la toma de decisiones, ya que la posición común de cara a la COP está aprobada por sus Estados miembro.

En cuanto al papel de España, Saavedra ha manifestado que en la Cumbre de Marrakech que se celebrará del 7 al 18 de noviembre España persigue avanzar en «todos los temas» de forma «equilibrada» y prestará especial atención a obtener resultados «tangibles en los textos de negociación». Igualmente, ha destacado que en ese marco España perseguirá aumentar la acción climática y los mecanismos de transparencia antes de 2020, de modo que en esta cumbre se logren reglas que hagan «operativo» el Acuerdo de París y sentar las bases para que los países implanten sus planes de lucha contra el cambio climático a partir de 2020.

Saavedra destacó que el acuerdo es «un paso decisivo y salto cualitativo» respecto al Protocolo de Kioto por lo que su entrada en vigor es «una excelente noticia» porque supone que el acuerdo tiene continuidad y que el impulso tras la COP21 «no ha cedido«. Del mismo modo, espera que su «gran ambición» se vaya incrementando y resaltó que ha sido firmado por todo el mundo y ratificado tempranamente por más de 80 países que suman en torno al 70% de las emisiones de CO2.

Piden a España ratificarlo ya

Por su parte, las ONG ambientales celebraron la entrada en vigor del Acuerdo del Clima, que consideran «el de mayor trascendencia social» de la historia. La directora ejecutiva de SEO/Birdlife, Asunción Ruiz, pide a España «la máxima diligencia al nuevo Gobierno para que pueda ratificar los compromisos climáticos durante la celebración de la COP22 «. «Sería una fantástica señal al mundo de que España está a la altura de los problemas globales a los que se enfrenta en próximas décadas», manifestó. A su juicio, se deberá dar un «vuelco» al modelo económico y energético que se ha construido durante décadas en el planeta. En este sentido, ha pedido que la nueva legislatura siente las bases de ese cambio de modelo.

Por su parte, Greenpeace ve una «muy buena noticia para el planeta» su entrada en vigor porque comienza un «camino irreversible» hacia la «completa» eliminación de los combustibles fósiles. La directora internacional de la ONG, Jennifer Morgan, ha calificado de «momento crucial» el presente para «evitar el caos climático» mediante soluciones limpias, seguras e inteligentes que ya están probadas y listas para ser implantadas. «Las renovables son beneficiosas para la salud, el empleo y el medio ambiente, por lo que no podemos dejar pasar esta oportunidad con objetivos nacionales débiles que supondrán grandes gastos y grandes riesgos», ha concluido Morgan.

A nivel nacional, Greenpeace espera que el nuevo Gobierno «no eluda sus responsabilidades y comience a poner en marcha medidas para reducir sus emisiones». La responsable de la campaña de cambio climático de la ONG, Tatiana Nuño, advierte al nuevo Gobierno de que «tiene que dar un giro de 180 grados a las políticas energéticas que han marcado los últimos años» y favorecer un crecimiento «acelerado» de las energías renovables, permitir el autoconsumo y fijar en 2025 como máximo el cierre de las térmicas de carbón. «Son objetivos imprescindibles tras la entrada en vigor del Acuerdo de París», ha apostillado.

Del mismo modo, espera que en las negociaciones de Marrakech, los Gobiernos aborden con urgencia la brecha entre los compromisos asumidos y los necesarios para lograr que la temperatura del planeta no supere 1,5ºC de incremento. En esta línea, el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, lamentó que el acuerdo COP21 entra en vigor con un nivel de ambición «insuficiente» ya que aunque se cumpliera «todo lo previsto en el acuerdo» se seguirá superando los límites del objetivo de seguridad, pues la temperatura global se incrementaría unos 3,4ºC.

A nivel nacional, criticó que el Gobierno no haya ratificado el acuerdo con la «excusa» de que estaba en funciones pero asegura que con ahora ya no hay razón para que España no ratifique el acuerdo. Aún más, quiere que España sea un «actor relevante» que contribuya a ese esfuerzo global y para ello cree que lo primero es «hacer los deberes en casa». En ese sentido, recomienda al nuevo Ejecutivo que impulse las renovables, acabe con el carbón y aporte recursos suficientes al Fondo Climático porque por mucha crisis económica que tenga España «están mucho peor en los países en desarrollo que sufren las peores consecuencias del cambio climático».

García Tejerina continúa al frente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y las organizaciones ambientales expresan su decepción

Europa Press.- Las ONG ambientales han lamentado la falta de «interés ambiental» del presidente, Mariano Rajoy, que no ha aprovechado la oportunidad para dar un «giro» a su política ambiental para que esta tuviera un «peso fuerte» dentro del Gobierno con una «estrategia» de sostenibilidad. De este modo, el presidente del Gobierno ha decidido que Isabel García Tejerina continúe al frente del Ministerio de Medio Ambiente, donde durante los últimos años ha seguido la línea marcada por su predecesor Miguel Arias Cañete.

Ahora, el tema pendiente más urgente en materia ambiental para Tejerina en materia de Medio Ambiente es la ratificación del Acuerdo de París contra el cambio climático, que ya ha entrado en vigor a nivel mundial y que ya ha ratificado la Unión Europea y varios de sus Estados miembro, así como otros países como Estados Unidos o China. España, acude así a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático que se celebrará en Marruecos hasta mediados de mes sin que haya ratificado sus compromisos.

En esta línea España deberá reducir sus emisiones de gases invernadero, tanto las sujetas al mercado de emisiones, tales como la energía y otras industrias, como las de los sectores difusos: las del transporte o la vivienda. Además, en esta senda hacia una economía libre de emisiones, España deberá replantearse el parón que han experimentado las energías renovables tras el conocido como impuesto al sol, que ha ralentizado el sector.

Decepción en las organizaciones ambientales

El portavoz de Amigos de la Tierra, Alejandro González, lamentó que no se haya apostado por una estrategia de sostenibilidad en la que se separase el Ministerio de Medio Ambiente del de Agricultura y que de este dependiera la parte de Cambio climático o que junto a Industria colgase la parte de Energía y Sostenibilidad. «Es la línea continuista del Gobierno que hemos criticado en la anterior legislatura», ha comentado.

En cuanto a la renovación de Isabel García Tejerina al frente de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, no le sorprende y la encuadra en su estrategia de continuidad. Sobre el nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal ha dicho que «habrá que ver por donde cojea» aunque se mostró «aliviado» por que no sea su hermano, el secretario de Estado de Energía Alberto Nadal, y le insta a hacer una «política inversa» al sistema energético actual.

En la misma línea, el coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Francisco Segura, augura que Tejerina hará «la misma política continuista» por lo que cree que su nombramiento es «una mala noticia» porque España necesita una política «más contundente» en cuanto a cambio climático y que sea un «contrapeso fuerte» al Ministerio de Energía que prevé que seguirá con las «energías sucias». Así, ha recomendado al Ejecutivo que apueste por una reducción fuerte de las emisiones y por la defensa de la calidad del aire. Por ello, reivindica un «vuelco por la sostenibilidad» que pone en duda que este Gabinete vaya a liderar. «No es lo que necesitábamos», ha resumido.

Del mismo modo, el director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, opina que Rajoy no tiene el medio ambiente en su agenda de prioridades porque no ha diseñado un Ministerio de Medio Ambiente dentro del nuevo Ejecutivo. «Para él, el medio ambiente es marginal», ha criticado Rodríguez tras conocer la «continuidad» de la ministra Isabel García Tejerina. Por ello, ha anunciado que la ONG luchará contra el «retroceso ambiental» sufrido en esta legislatura y que «España no merece», aunque confía en que esta política pueda compensarse con la nueva composición parlamentaria.

Respecto a Álvaro Nadal indicó que tiene ante sí un reto muy grande, que es la transición energética y lograr un sistema que permita cumplir el Acuerdo del Clima de París y que sea 100% renovable. Además, subrayó que tendrá el reto de decidir qué pasará con los residuos radiactivos así como con las renovaciones de licencia de todas las centrales nucleares y buscar alternativas ante el fin en 2018 de los subsidios al carbón.

Igualmente, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, cree que en la nueva legislatura se necesita una mayor defensa ambiental así como sentar las bases para que la gobernanza global sea «más fuerte que nunca». Por ello, reclama a la renovada ministra que el medio ambiente tenga «la suficiente fuerza en el Gobierno» y que la política energética de «un giro de 180 grados». De este modo, insta a Tejerina y a Nadal que «hagan pinza» y se alíen para luchar contra el cambio climático.

Por último, el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, considera «muy decepcionante» el nuevo Gabinete porque «no responde en absoluto al reto de necesidad ambiental actual». Además, lamenta que el medio ambiente se mantenga con un «perfil marginal» dentro del Gobierno y critica a Rajoy por no haber hecho «al menos» un gesto o haberle dado «mayor relevancia». En cuanto al nuevo ministro de Energía, se ha mostrado expectante «a ver si se toma en serio el impulso a las renovables» y si se decide a cambiar la política energética del Gobierno. «Vamos a darle un voto de confianza. Tiene que darle un giro radical. Esperábamos algo más de cambio y peso ambiental en el nuevo Gobierno», concluye.

A Equo no le gusta

Por su parte, el diputado de Equo, Juan López de Uralde, ha señalado en un tuit que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirma con su nuevo gabinete que no tenía «la más mínima intención de cambiar nada de lo hecho en la anterior legislatura». Del mismo modo, ha usado la red social para manifestar su rechazo hacia el nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, al que considera «alma gemela de Alberto Nadal», secretario de Estado de Energía. «Así que, más de lo mismo,: energía sucia y menos renovables si cabe«, ha escrito el diputado verde.

El caso de una fuga en 2007 de partículas radiactivas de la central nuclear de Ascó deberá resolverse en juicio

Europa Press / EFE.- El caso de una fuga de partículas radiactivas en la central nuclear de Ascó (Tarragona) en noviembre de 2007, durante las tareas de recarga del grupo I, se resolverá finalmente en juicio después de que el juzgado estimara parcialmente algunos de los recursos que en su día presentaron el Ministerio Fiscal y la entidad Ecologistas en Acción, al cual se adhirió Greenpeace, contra el archivo de la causa, por lo que revocó su sobreseimiento provisional.

En el auto, el Juzgado de Instrucción 1 de Gandesa (Tarragona) ha dado la razón a los ecologistas en que debe ser en juicio donde se contrasten las periciales de los demandantes y de la Asociación Nuclear Ascó Vandellós (Anav), ya que llegaron a conclusiones contrarias. «Dado que nos hallamos en presencia de periciales que alcanzan conclusiones distintas, deberá ser en el acto de juicio oral donde se practique la prueba en toda su extensión a fin de determinar qué efectos sobre las personas, bienes y medioambiente se produjeron por la emisión», razona el tribunal.

Sin embargo, el juzgado de Gandesa ha confirmado el sobreseimiento de la causa contra dos inspectores residentes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en el momento en que se produjo la fuga, Antonio García Rotellar y Manuel Oliva González, que habían sido investigados, después de haberlo pedido tanto la Fiscalía como la Anav ante lo que la acusación no presentó recurso. En noviembre de 2015, el juzgado de Gandesa había archivado la causa a petición de la Anav por esta fuga que tuvo su origen en los trabajos de recarga de Ascó I en noviembre de 2007, en los que se ensució el sistema de ventilación del edificio de combustible.

Durante los hechos se liberaron un millar de partículas radiactivas cuando finalizaba el proceso de recarga de la central. Durante este proceso, un operario derramó agua contaminada con las partículas cerca de una reja de aspiración del circuito de ventilación, que se acabó expulsando por las chimeneas hasta el exterior. Anav, propietaria de Ascó, no informó de los hechos al CSN hasta abril del 2008. El incidente, calificado inicialmente de nivel 1 en la escalera INES, fue elevado a nivel 2 por el CSN por «inadecuado control del material radiactivo y por proporcionar información incompleta y deficiente al organismo regulador«.

Greenpeace cree que el fondo de gestión de residuos radiactivos es insuficiente y sólo financiará un 30% del coste

Redacción / Agencias.- Greenpeace advierte de que la dotación del fondo destinado a la gestión de residuos radiactivos y futuros desmantelamientos de centrales nucleares resulta «insuficiente» puesto que «sólo alcanza para financiar el 30% del coste». Según esta organización, las inversiones vinculadas al desmantelamiento de las centrales son públicas y se llevan a cabo con dinero ya recaudado pero señalan que la cifra actual es de 4.200 millones de euros «frente a los 22.200 millones de euros requeridos, según cálculos del Tribunal de Cuentas».

A esos 4.200 millones de euros, “un 19% del gasto total”, se añade que si el almacenamiento temporal de los residuos es mediante ATIs se añaden 370 millones de euros, y si es mediante ATC son 1.232 millones de euros, “lo que significa un 2% y un 5% por ciento, respectivamente, de la inversión total”. Por tanto, “a pesar de que el parque nuclear en España ya ha alcanzado el 84% de la vida útil, las ayudas disponibles ni siquiera alcanzan el 30% del total que se va a requerir”, según ha denunciado la organización.

El director de Greenpeace, Mario Rodríguez, ha calificado el fondo como «infradotado» ya que con él «no podría afrontarse una situación crítica» y denunció a las compañías eléctricas por la existencia de este «enorme agujero que estas empresas no han pagado». En este sentido, el grupo ecologista insta al Gobierno a que «no se conceda la licencia de explotación a los reactores nucleares operativos» a medida que vayan finalizando las concesiones, entre 2021 y 2024.

Para Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, el plan vigente de residuos radiactivos es «obsoleto» a pesar de la actualización agregada por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) en 2015. Por ello propone elaborar un nuevo plan que gestione los residuos producidos hasta la finalización de las licencias de explotación en vigor. También plantea revitalizar las comarcas que, hasta ahora, eran dependientes de las nucleares por su emplazamiento. Montón ha explicado que existen unos 20 años «de colchón» en la que el propio desmantelamiento de la central y la colocación de renovables supone trabajo para el entorno. Sin embargo, advierte de que «si no se revitalizan las comarcas, tras los 20 años habrá un gran bajón».

Tasas “insuficientes” para las eléctricas

Montón reconoce que «las eléctricas sí están pagando las tasas, pero éstas son insuficientes» y por ello ha instado a modificar el modelo de recaudación por otro «más apropiado» ya que «mientras el fondo disponible no alcanza, las empresas propietarias de las centrales ingresaron por la producción nuclear 30.837 millones de euros entre 2005 y 2015. «Es imprescindible que la financiación del desmantelamiento nuclear y la gestión de residuos radiactivos no recaiga en los ciudadanos del futuro sino en las compañías que han obtenido los beneficios», ha insistido la responsable de nucleares de Greenpeace. A su juicio, «aún hay tiempo de hacer las cosas bien».

Por ello, desde Greenpeace consideran «imprescindible» el establecimiento de un sistema de financiación de proyectos de desmantelamiento que desarrolle un marco legal adecuado y, sobre todo, parta de una correcta estimación de los costes, tanto de forma previa al desmantelamiento como de forma periódica durante las sucesivas revisiones de costes. Además, señalan que para asegurar que el coste no se traslada a la ciudadanía y se asegure el principio de justicia intergeneracional y no se deje a generaciones futuras es necesario provisionar los fondos necesarios durante el periodo de vida útil de las centrales nucleares.

Sobre esta situación, Greenpeace denuncia que las empresas dueñas de las centrales no tienen preparado esa cuantía necesaria para tener cubierto el cierre, a pesar de que sus beneficios son de 72.000 millones de euros. «Podría tratarse de una situación similar a la del rescate bancario, porque las eléctricas se han dedicado a invertir sus beneficios y no aguardarlos para la llegada del cierre, por lo que no podrán afrontarlo económicamente», denuncian desde la organización. En este sentido, critican la falta de control sobre este tema de los diferentes gobiernos que han ido pasando a lo largo de los años.

Impacto económico del desmantelamiento nuclear

Greenpeace insistió en que el cierre gradual de las centrales nucleares tendría «un claro impacto positivo en términos ambientales y de seguridad«, además de suponer un «importante incentivo» para la economía española y la creación de empleo. Respecto al impacto económico ligado al cierre de las centrales nucleares españolas, implicaría un aumento del PIB de unos 20.000 millones de euros según el estudio El inevitable cierre de las centrales nucleares españolas: una oportunidad económica y social, realizado por la organización.

Según su informe, las actuaciones ligadas al desmantelamiento, la gestión de los residuos y la sustitución de la energía nuclear por otras fuentes «supondrían la creación neta de unos 300.000 empleos, de los que 100.000 corresponden al desmantelamiento de las nucleares y 200.000 a la instalación de nueva potencia renovable». Montón precisó que los dos sectores más beneficiados serían el comercio y la hostelería, que aglutina la mayor parte de los impactos inducidos y las actividades financieras, profesionales y científicas, que concentran una parte muy significativa del impacto directo de las inversiones. La ONG ha organizado cinco carreras populares simultáneas en las poblaciones cercanas a las centrales nucleares este domingo, con objeto de recoger apoyo ciudadano contra la industria nuclear.