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La radiación de Fukushima no tuvo impacto en la salud pública, según un informe

EFE.- La radiación emanada del accidente nuclear de Fukushima no ha tenido un impacto significativo sobre la salud de los habitantes de las zonas más próximas la planta, según un informe elaborado por expertos sanitarios nipones. La gran mayoría de estos ciudadanos recibieron dosis muy leves de radiación desde la catástrofe acaecida en 2011, y no presentan una mayor prevalencia de enfermedades relacionadas con la radiactividad, según las conclusiones del estudio dirigido por Koichi Tanigawa, profesor de la Universidad Médica de Fukushima.

No obstante, el informe muestra un marcado incremento de las patologías psiquiátricas a raíz del accidente, así como un notable aumento de otras enfermedades entre las personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares tras decretarse la orden de evacuación en las proximidades de la planta. El estudio se basa en datos médicos recopilados tras el accidente causado por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011 y hasta 2014, y fue realizado a petición del Gobierno de la prefectura nipona de Fukushima.

«Afortunadamente, podemos decir que hasta la fecha no ha habido ningún impacto apreciable de la radiactividad en la salud pública de la zona», afirmó Tanigawa, quien también destacó la necesidad de «continuar analizando la situación para observar posibles efectos a más largo plazo». Entre los residentes de Fukushima, la incidencia de enfermedades como la leucemia, del cáncer de mama, de tiroides y de otros tipos es «equivalente a la de otras zonas de Japón», señaló.

El informe incluye datos de las dosis de radiación que recibieron los habitantes de las localidades más cercanas a la planta antes, durante y después de la evacuación. Los niveles de radiactividad a los que resultaron expuestos los ciudadanos de esta zona fueron «extremadamente bajos», ya que en una amplia mayoría de los casos (el 60%) se sitúan por debajo de 1 milisevert por año, dentro de los límites considerados seguros por los organismos internacionales.

Al margen de las enfermedades vinculadas a la radiación, se observa un agudo incremento del síndrome de estrés postraumático, de la ansiedad crónica, de la depresión y de otros desórdenes mentales entre la población de Fukushima. La proporción de personas con patologías psiquiátricas se situó en un 14,6% entre los ciudadanos de esta prefectura nipona entre 2011 y 2013, muy por encima de la cifra de las otras zonas del país más afectadas por la catástrofe (6,2%) y de la media nipona (4,6%). Asimismo, el informe refleja un «deterioro preocupante» en las condiciones de salud de las 165.000 personas que fueron evacuadas a raíz del tsunami, y entre los cuales cerca de 70.000 continúan sin poder volver a sus hogares.

Fukushima completa el 10% de su desmantelamiento un lustro después del accidente

EFE.- Casi 5 años después del accidente nuclear de la central nipona de Fukushima, el complejo proceso de desmantelamiento de la planta se ha completado «en un 10%», según indicó su máximo responsable, Akira Ono. La propietaria de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), ha realizado «progresos visibles» en la gestión de las instalaciones nucleares desde que quedaron devastadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, según Ono, que también admitió que hay por delante «riesgos» y «enormes desafíos».

Tras el estallido de aquella crisis atómica que atrajo la atención de todo el planeta, se ha logrado «estabilizar la seguridad de la planta», afirmó su director, que destacó «hitos» como la retirada en 2014 de todo el combustible nuclear del reactor 4, el que resultó menos afectado por la catástrofe natural, así como el procesado de todo el agua altamente radiactiva que se acumulaba en la planta. Estos pasos, unidos a otras medidas para controlar las fugas de líquido radiactivo y a los preparativos para desmantelar las siniestradas unidades 1, 2 y 3 de la planta, hacen que Ono se muestre «medianamente satisfecho» por lo logrado hasta este punto.

Pero TEPCO afronta ahora la etapa más difícil de la lucha para dejar atrás el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986: la retirada de las barras de combustible gastado y fundido de los tres citados reactores, algo que hasta la fecha nunca se ha llevado a cabo en estas condiciones. «No tenemos un conocimiento preciso del estado de las vasijas de los reactores, así que estamos ante un reto sin precedentes», admitió Ono, quien añadió que TEPCO «trata de idear soluciones», unas que sean posibles actualmente y otras que quizá resulten viables técnicamente en un futuro.

TEPCO confía en los avances de la robótica para las tareas más delicadas, ante la imposibilidad de que las desempeñen trabajadores humanos debido a los niveles mortales de radiación dentro de las vasijas de los reactores. Autómatas manejados por control remoto y equipados con videocámaras ya se han introducido en la vasija primaria de contención del reactor 1 para analizar las condiciones ambientales y de radiación, y para localizar el combustible nuclear fundido. TEPCO, varias tecnológicas niponas y centros estatales trabajan actualmente en otros prototipos de robots especialmente diseñados para una misión similar en los reactores 2 y 3, explicó el director de la planta.

Si el proceso avanza dentro de lo previsto, hacia 2017 se comenzaría la retirada de combustible de los tres reactores, una tarea acompañada de otras medidas de seguridad como la instalación de cubiertas protectoras para evitar que se dispersen materiales radiactivos. El desmantelamiento se alargará «entre 30 y 40 años», según el director. Asimismo, TEPCO afronta otro problema de carácter más urgente: la acumulación de agua radiactiva en la planta, contaminada con isótopos nucleares tras emplearse para refrigerar los reactores. La compañía acaba de concluir la construcción de un muro de hielo subterráneo destinado a ser parte de la solución.

El coste total del proceso de desmantelamiento se estima entre 7.700 y 15.400 millones de euros, que irán a parar principalmente a la investigación y desarrollo de la tecnología necesaria, según detalló el portavoz de la empresa, Yuichi Okamura. A ello hay que añadir 44.800 millones de euros abonados hasta ahora en compensaciones a la población que fue evacuada a raíz de la catástrofe, así como los «miles de millones de euros» que ha costado al Estado japonés sustituir el uso de energía nuclear por combustibles fósiles, añadió el portavoz.

El grupo francés Veolia completa su oferta nuclear con la compra de Kurion

EFE.- El grupo francés Veolia anunció hoy que ha completado su oferta de servicios nucleares con la adquisición de la estadounidense Kurion, cuya tecnología se usó en la estabilización de la central de la japonesa Fukushima.

La operación se eleva a 350 millones de dólares (unos 320,8 millones de euros) y permite a Veolia disponer «del conjunto de soluciones y saber hacer tanto en materia de saneamiento de equipos nucleares como en el tratamiento de desechos de radiación débil».

La unión de las tecnologías de uno y otro grupo, según su comunicado, hace que Veolia pueda desarrollar una filial industrial «de primer orden» en esas labores.

Kurion, que emplea a más de 200 personas, se fundó en 2008 y está especializada en la separación de desechos nucleares, las técnicas de estabilización y las tecnologías robóticas de acceso a lugares confinados.

La compra está todavía pendiente de la aprobación de las autoridades estadounidenses, especialmente de las encargadas de la competencia.

Veolia avanzó que a medio plazo podrían llevarse a cabo sinergias para desarrollar una oferta integrada para el saneamiento y recuperación de equipos y el tratamiento de desechos sólidos y líquidos, que será propuesta tanto al sector nuclear como a la industria petrolera y farmacéutica.

El 38% del personal que intervino en Fukushima recibió excesiva radiación

EFE.- Al mismo tiempo que la operadora de la accidentada central de Fukushima, Tokyo Electric Power (TEPCO), anuncia que ha completado la instalación de un muro subterráneo ubicado en la costa frente a la planta y destinado a contener los vertidos al mar de agua radiactiva, el Gobierno nipón ha desvelado que casi el 40% de los militares, bomberos y policías que participaron en las tareas de evacuación tras el accidente nuclear de Fukushima de 2011 recibió dosis de radiación superior al límite anual recomendado.

El Ejecutivo nipón publica estos datos tras recopilar los registros de exposición a la radiación de los cerca de 3.000 efectivos que contribuyeron a la evacuación de los residentes del área de exclusión de 20 kilómetros decretada en torno a la planta. Estos trabajos se llevaron a cabo entre el 12 y el 31 de marzo de 2011, justo después del terremoto y el tsunami el 11 del mismo mes que provocaron la catástrofe nuclear.

Ejército, Policía y los bomberos

Un 38% del personal de la Fuerzas de Auto Defensa (Ejército), la Agencia Nacional de Policía y los bomberos resultó expuesto a un milisievert (que equivale a 1.000 microsievert) o más, el límite anual que recomienda la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP). De ellos, una quinta parte recibió una dosis superior a 2 milisievert y un 5% recibió entre 5 y 10 milisieverts, según datos difundidos por el Gobierno.

Mientras que la dosis máxima recomendada por la ICRP es de 1 milisievert al año, en el caso de los trabajadores de instalaciones nucleares la normativa nipona fija un límite de 100 milisieverts repartidos en cinco años y con un máximo de 50 anual. No obstante, durante la crisis de Fukushima, el Gobierno decidió elevar este tope anual hasta los 250 microsieverts de forma excepcional.

Los datos se han divulgado una semana después de que el Gobierno nipón reconociera por primera vez el vínculo entre el cáncer desarrollado por un exempleado de la central y sus tareas de limpieza y reconstrucción en la planta tras la catástrofe nuclear. El hombre, de 41 años, desarrolló leucemia tras quedar expuesto a unos 15,7 microsieverts anuales por su trabajo en la limpieza y reconstrucción de la planta, y recibirá una compensación del Estado en concepto de accidente laboral.

Muro para contener los vertidos

La barrera destinada a contener los vertidos al mar de agua radiactiva, que se comenzó a instalar en 2012, es una de las medidas que TEPCO ha tomado para evitar que el agua de los acuíferos subterráneos, que se filtra dentro de los reactores y se mezcla con el líquido altamente radiactivo empleado para refrigerar las unidades, vaya a parar al Océano Pacífico. El muro tiene 780 metros de largo y penetra a una profundidad de 30 metros bajo tierra, y ha sido instalado a lo largo de toda la franja costera frente de las instalaciones nucleares de Fukushima Daiichi.

TEPCO prevé que su instalación permita reducir la cantidad de agua contaminada que va a parar al mar desde las 400 toneladas diarias hasta unas 10 toneladas, según informó la eléctrica a través de Twitter. La barrera está formada por planchas de acero que han sido enterradas y selladas con cemento para evitar las filtraciones. Su instalación se suma a otros métodos destinados a reducir la gran acumulación de líquido tóxico que se produce cada día en las instalaciones nucleares, como un sistema de bombeo de agua subterránea contaminada para procesarla y verterla al mar de forma controlada, que se puso en marcha también recientemente.

Luz verde a la reactivación de un tercer reactor nuclear en Japón

EFE.- El Gobierno de la prefectura de Ehime autorizó la reactivación de un reactor nuclear de la planta de Ikata, que se convertirá así en el tercero en volver a funcionar en este país bajo las nuevas normas aprobadas a raíz del accidente de Fukushima en 2011. El gobernador, Tokihiro Nakamura, anunció el visto bueno a la puesta en marcha de la unidad de fisión número 3 de la central de Ikata, operada por la eléctrica Shikoku, tras reunirse con responsables de la compañía.

El reactor ya recibió a mediados de julio la luz verde de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA), al considerar que cumple las nuevas y más estrictas regulaciones en materia de seguridad que entraron en vigor después de la catástrofe nuclear provocada por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011. Se trata del último paso para la reactivación de este reactor ubicado en Shikoku, aunque éste no podrá volver a operar hasta al menos el próximo enero debido a que aún restan varios procedimientos de seguridad establecidos por la nueva normativa.

Tanto el Ayuntamiento de Ikata, localidad donde se ubica el reactor, como la asamblea de la prefectura de Ehime, habían dado previamente su respaldo a la reactivación, mientras que la población local ha expresado su rechazo a través de varias concentraciones frente a la planta. «Sería mejor no tener una central nuclear en la zona, pero nuestra única opción es usarla aplicando las medidas más avanzadas de seguridad hasta que encontremos una energía alternativa», afirmó el gobernador de la prefectura.

El Ejecutivo central, por su parte, señaló que mantiene su política de «proceder a la reactivación de todos los reactores que cumplan las estrictas normativas de la NRA», y aspira a «ganarse el entendimiento de la población local», según dijo el ministro portavoz, Yoshihide Suga. Ikata fue el quinto reactor atómico de Japón en recibir el visto bueno de la Autoridad de Regulación Nuclear por cumplir la nueva normativa de seguridad más estricta aprobada a raíz del accidente de Fukushima.

De estos cinco, hasta la fecha sólo se han reactivado las unidades número 1 y 2 de la planta de Sendai, que volvieron a funcionar respectivamente en agosto y el pasado septiembre. El encendido de la unidad 1 puso fin a un apagón nuclear de casi dos años en Japón, siendo el más largo en la historia del país desde que el archipiélago empezó a producir energía atómica en 1966. De los 43 reactores en condiciones operativas que posee actualmente el país, 25 unidades de 15 centrales distintas han solicitado ya una supervisión de la NRA para su futura reactivación.

Tokio estima que para 2030 entre el 20 y el 22% de la electricidad procederá en Japón de centrales nucleares, una cifra ligeramente más baja que la de antes de Fukushima, cuando se obtenía en torno a un 30% de la fisión. El terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 provocaron en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986. Sus emisiones y vertidos radiactivos aún mantienen desplazadas a unas 110.000 personas que vivían en torno a la central y perjudicó gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.

Fukushima fue una lección para mejorar la seguridad nuclear, según un experto del OIEA

EFE.- La catástrofe de Fukushima (Japón) de 2011 abrió un proceso de examen a nivel internacional para «sacar lecciones» y ayudar a prevenir accidentes y reaccionar mejor si se producen, declara Juan Carlos Lentijo, director general adjunto de Seguridad Nuclear del OIEA.

«Después del accidente de Fukushima, ha habido una gran actividad en el entorno internacional y en el seno de los países para entender qué ocurrió, cómo se gestionó y, a partir de ello, sacar conclusiones, sacar lecciones que puedan ayudarnos a mejorar», explica Lentijo, que acaba de asumir ese cargo.

Lentijo fue director técnico de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear español y en 2012 se incorporó al OIEA como jefe de su división del ciclo de combustible nuclear. Además, lideró la misión de este organismo de la ONU para evaluar la situación en Fukushima y las labores de desmantelado de la planta.

Respecto a esas lecciones, Lentijo reconoce que algunas ya se habían aprendido tras la catástrofe de Chernóbil (Ucrania) de 1986 pero que faltó «implantar suficientemente mecanismos de prevención o respuesta».

«Hay lecciones, o hay observaciones, o hay conclusiones que tiene que ver con la prevención de accidentes, también con saber el impacto que estos pueden tener en el medioambiente o en la población y cómo mejorar las capacidades de respuesta si esto llega a ocurrir», concreta.

Entre las novedades, destaca una mayor severidad a la hora de planear y prever la posibilidad de catástrofes naturales, de forma que las centrales estén preparadas para situaciones muy críticas. Lentijo recuerda que lo sucedido en Fukushima no se debió a un fallo humano, sino a un terremoto y un tsunami que provocaron la desconexión del sistema de refrigeración y dejaron inoperativo el suministro eléctrico de emergencia.

«Todo eso ha hecho que se incorporaran mecanismos concretos: más bombas, sistemas auxiliares de lucha contra incendios, sistemas auxiliarles para prevenir que una gran avenida pueda inundar los sistemas críticos de una instalación nuclear», enumera.

El experto asegura que ese proceso de aprendizaje no sólo se aplica a centrales nuevas, ya que en materia de seguridad nuclear no puede aceptarse la división entre plantas seguras y menos seguras. «Todo esto se aplica a ambos tipos de instalaciones, no tenemos, por decirlo de alguna forma, unas centrales nucleares viejas, en las cuales no podemos confiar porque tienen un grado de seguridad precario, y unas centrales nucleares nuevas, de futuro, que son más seguras», destaca el alto directivo del OIEA.

También recuerda que tras Fukushima se realizaron test de estrés, especialmente en Europa, para detectar posibles punto débiles en el diseño y en el funcionamiento de las centrales. Con todo, Lentijo reconoce que el miedo y el rechazo a la energía nuclear que generan accidentes como el de Fukushima tiene que ser atendido con una mejor comunicación con la sociedad. «La aceptabilidad social de la energía nuclear pasa por el buen entendimiento de las condiciones de seguridad en las que estas tecnologías se pueden desarrollar y operar», opina.

Por ello, dice que tanto los organismos reguladores de cada país como el OIEA deben explicar las medidas de seguridad de forma neutra y objetiva, ni a favor ni en contra de la energía nuclear. «A fin de cuentas, una central nuclear no es una cosa que está aislada del resto de entorno social o económico o ambiental sino que forma parte integral de ello», resume.

«Lo que sí que transmitimos (desde el OIEA) es que si su país toma la decisión de utilizar la energía nuclear, usted tiene que tener claro que tiene que desarrollar unas estructuras y tiene que asumir unos compromisos que son muy serios«, subraya.

Entre esos compromisos se cuenta el de qué hacer con lo residuos que genera la energía nuclear, y cuya capacidad de contaminación se prolonga, en algunos casos, por miles de años. En ese sentido, Lentijo indica que para los llamados residuos de alta actividad la solución pasa por los almacenamientos geológicos profundos que, asegura, proporcionan la estabilidad y la seguridad que requieren esa basura radiactiva.

Japón reactiva un segundo reactor nuclear bajo la normativa pos-Fukushima

EFE.- Japón reactivó el reactor 2 de la central nuclear de Sendai (suroeste del país), la segunda unidad de fisión que comienza a operar en el país asiático bajo la nueva normativa de seguridad más estricta aprobada a raíz del accidente en Fukushima en 2011.

En torno a las 10.30 hora local (1.30 GMT) Kyushu Electric Power, operadora de la planta, retiró las barras de control -usadas para inhibir el proceso de fisión- del reactor, que aún tardará varias horas en alcanzar su fase crítica y varias semanas en comenzar sus operaciones comerciales.

La reactivación de esta unidad llega apenas dos meses después de la del reactor 1 de Sendai, el primero en funcionar bajo la nueva normativa pos-Fukushima, considerada por el actual Gobierno como «la más estricta del mundo». El encendido de la unidad 1 puso fin a un apagón nuclear de casi dos años en Japón, siendo el más largo en la historia del país desde que el archipiélago empezó a producir energía atómica en 1966.

Sin embargo, el nuevo marco de seguridad reforzada aprobado por la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) tras el accidente provocado por un terremoto y tsunami en Fukushima no contenta a los japoneses, la mayoría de los cuales rechaza la reactivación de centrales por miedo a que se repita otra tragedia, según muestran las encuestas.

Por su parte, el Gobierno liderado por el primer ministro Shinzo Abe defiende la necesidad de retomar la energía nuclear de cara a estimular el crecimiento económico.

El Ejecutivo estima que para 2030 entre el 20 y el 22 por ciento de la electricidad procederá en Japón de centrales nucleares, una cifra ligeramente más baja que la de antes de Fukushima, cuando se obtenía en torno a un 30 por ciento de la fisión.

De los 43 reactores en condiciones operativas que posee actualmente el país, 25 unidades de 15 centrales distintas han solicitado ya una supervisión de la NRA para su futura reactivación.

El terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 provocaron en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986. Sus vertidos y emisiones radiactivas aún mantienen desplazadas a unas 110.000 personas que vivían en torno a la central y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.

El desastre nuclear de Fukushima pudo evitarse con otro diseño, según una investigación

Europa Press.- Investigadores de las universidades del Sur de California y Utku Kânoglu de Turquía han publicado un informe exhaustivo de informes oficiales japoneses y noticias previas al desastre, cuyas conclusiones, publicadas en Philosophical Transactions A de la Royal Society, determinan que el desastre de la central nuclear de Fukushima tras el tsunami que asoló la costa este japonesa el 11 de marzo de 2011 se pudo haber evitado.

Estos investigadores encontraron que defectos de diseño, fallos de regulación y un análisis indebido del riesgo habían condenado a Fukushima. «Había problemas de diseño que llevaron al desastre y que deberían haberse tratado mucho «, dijo Costas Synolakis, de la Universidad de California. Los autores describen el desastre como una «cascada de fracasos industriales, regulatorios y de ingeniería», que llevó a una situación en la infraestructura crítica, los generadores de respaldo para mantener el enfriamiento de la planta en caso de pérdida de la alimentación principal, a sufrir daños irreparables.

En las cuatro centrales nucleares dañadas (Onagawa, Fukushima Dai-ichi, Fukushimi Dai-ni y Toka Dai-ni) 22 de los generadores diesel de respaldo de 33 existentes fueron arrasados, incluyendo 12 de 13 en Fukushima. De las 33 líneas totales de energía de reserva todos menos dos fueron borradas por el tsunami. Al no poder enfriarse, los reactores de Fukushima acabaron fundidos uno por uno. «Lo que condenó a Fukushima Dai-ichi fue la destrucción de los generadores diesel de emergencia«, escribieron los autores.

China planea reanudar la construcción de 31 centrales nucleares en el interior del país

EFE.- Los planes de construir hasta 31 centrales de energía nuclear en zonas del interior de China, que se habían bloqueado en el último lustro tras la catástrofe de Fukushima (Japón), se podrían reanudar en el periodo 2016-2020, según varios expertos. Diez divisiones administrativas en zonas no costeras del país manejaban planes de desarrollo de reactores nucleares, aunque el accidente nuclear de 2011 en Japón detuvo muchos proyectos atómicos en China, especialmente en el interior, donde el riesgo de seísmos suele ser mayor que en la costa.

El desbloqueo de estas obras se podría confirmar oficialmente con la publicación del XIII Plan Quinquenal, la «hoja de ruta» económica para China entre 2016 y 2020, que se presentará en el próximo plenario del Partido Comunista, posiblemente en octubre, y debería aprobarse en la sesión anual del Legislativo, en marzo. La segunda economía mundial, que en lo que va de siglo ha emprendido una amplia estrategia de diversificación de sus fuentes energéticas, planea que sus centrales nucleares tengan una capacidad instalada de producción eléctrica de 58 millones de kilovatios.

Informes de la Academia China de Ingeniería, ligada al Gobierno, ya han recomendado la reanudación de los proyectos en zonas centrales del país, argumentando que el rápido crecimiento económico en ellas exige un mayor abastecimiento energético. Junto a la reanudación, y para atender el aumento de la preocupación por la seguridad de la energía nuclear que provocó el desastre de Fukushima, se creará un equipo nacional de emergencia y rescate, compuesto por unos 320 efectivos, con el fin de hacer frente a posibles accidentes. China ya reanudó en enero la construcción de la central nuclear de Shidao, que será la mayor del país asiático, paralizada desde el desastre de Fukushima.

Japón permite el regreso a una localidad evacuada al completo tras Fukushima mientras la planta de Sendai carga combustible

Europa Press / EFE.- El Gobierno japonés revocó la orden de evacuación de la localidad de Naraha, en los alrededores de la central nuclear de Fukushima, una de las siete en las que el total de la población tuvo que abandonar la zona. Así fue después de que las autoridades niponas declararan que los trabajos de descontaminación concluyeron y que los cerca de 7.300 residentes podrán regresar a sus hogares y reanudar sus actividades comerciales.

No obstante, la localidad deberá eliminar las preocupaciones de los residentes sobre los efectos de la radioactividad. El accidente nuclear de Fukushima de 2011 no provocó víctimas mortales de forma directa, aunque sí afectó a la vida de decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonar sus casas y pasaron a vivir en situación precaria. Además, la radioactividad dejó un rastro de contaminación que ha ido remitiendo con el paso del tiempo.

Cargarán combustible en otro reactor

El operador de la central nuclear de Sendai comenzará próximamente a cargar combustible en el reactor 2 de la planta, el segundo que será reactivado en Japón tras el apagón nuclear motivado por el accidente de Fukushima.Kyushu Electric Power, propietaria de la planta, tiene previsto reactivar el nuevo reactor a mediados de octubre.El reactor 2 de la central de Sendai, situada al sur de Japón, será el segundo reactivarse bajo los nuevos estándares de seguridad más estrictos exigidos desde el año pasado por la Autoridad de Regulación Nuclear.

La operadora ya reactivó el reactor número 1 de la planta en agosto y reanudó el suministro de electricidad generada a partir de energía atómica tres días más tarde, aunque se espera que sus operaciones comerciales comiencen este mes. La reanudación de Sendai supone la primera vez que Japón cuenta con energía atómica desde 2013, después de que dos reactores de la planta de Oi fueran reactivados por un período de 13 meses ante la escasez de suministro eléctrico en la región de Kansai, la segunda más poblada del país.