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Una indemnización de 490 millones y abrir otra nuclear culmina el acuerdo para cerrar Fessenheim, reactor más antiguo de Francia

EFE.- La eléctrica estatal EDF aprobó el acuerdo establecido con el Gobierno socialista francés para recibir una indemnización de unos 490 millones de euros para el cierre de la central nuclear de Fessenheim, la más antigua de las que están en servicio en Francia. El protocolo adoptado por el consejo de administración prevé el pago del 20% de esa indemnización en 2019 y el 80% restante en 2021, según ha indicado EDF, que precisó que los 490 millones son una estimación.

La cuantía final, equivalente a lo que la compañía dejará de ganar hasta 2041 por esa planta, se determinará en función de los precios de mercado de la electricidad y de la producción del equivalente de 900 megavatios, que es la potencia instalada allí. El consejo de administración de EDF podrá pronunciarse más adelante sobre el cierre efectivo de la central, situada en Alsacia, junto a la frontera alemana del río Rin, con dos reactores.

Esa decisión no se producirá mientras la empresa estatal no consiga las autorizaciones administrativas necesarias para continuar la construcción de su nueva planta atómica de Flamanville, en la costa de Normandía con la tecnología EPR. EDF recordó que el cierre de Fessenheim necesita un decreto para suprimir la autorización de explotación a petición de la empresa, y eso sucederá cuando entre en servicio Flamanville, «previsto a finales de 2018». Poner fin a la actividad de Fessenheim era una de las promesas electorales de François Hollande.

Hollande y su ministra de Ecología, Ségolène Royal, que en su ley de transición energética han fijado el objetivo de reducir el peso de la energía nuclear en la producción eléctrica del 75% actual al 50% en el horizonte de 2025, intentan dar los pasos necesarios para hacer irreversible el cierre de Fessenheim. El candidato de la derecha a las presidenciales de abril-mayo y favorito en las encuestas, el ex primer ministro François Fillon, prometió a los trabajadores afectados que, si llega al poder, la central alsaciana seguirá en funcionamiento.

Francia protegerá a los ciclos combinados de gas al aplicar en 2017 una tasa a las emisiones de carbono

EFE.- La ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, anunció que el compromiso de su país de imponer una tasa a las emisiones de carbono (CO2) se cumplirá desde enero de 2017 con un mecanismo aplicado a las centrales de carbón, lo que deja entrever que no se verán afectadas las de gas.

Royal indicó que se fijará un precio mínimo del carbono generado en la producción de electricidad desde el 1 de enero, como ya lo había anunciado el presidente, François Hollande, y detalló que estará «concentrado en las centrales de carbón». Se trata, según el departamento de Ecología, de que «la ganancia medioambiental sea significativa» y de que, al mismo tiempo, se preserve «la seguridad del sistema eléctrico». Es una forma de sugerir que el gravamen no pesará sobre las centrales de gas, que habían advertido de que incrementar sus cargas favorecería las importaciones de electricidad y, a la larga, pondría en peligro el parque francés.

La ministra aprovechó para avanzar que Francia apoyará la propuesta de varios parlamentarios europeos de que se incorpore en la directiva sobre el mercado del carbono un mecanismo con una tasa a las emisiones en función de «un corredor» con un máximo y un mínimo. Y apuntó que, si se estableciera a escala europea un precio del carbono de al menos de 20 euros por tonelada, Francia podría esperar recaudar cerca de 1.000 millones de euros anuales, frente a los 315 millones conseguidos en 2015.

En un informe encargado por el Gobierno francés elaborado por expertos, proponen que la tasa sobre las emisiones de CO2 en la Unión Europea se haga con un corredor de precios para dar visibilidad a los actores económicos y acelerar las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero. Su sugerencia es que la horquilla sea para 2020 de 20-30 euros como mínimo y 50 como máximo, con incrementos anuales entre el 5 y el 10%, con el objetivo de que en 2030 el valor mínimo sea de 50 euros.

La eléctrica estatal francesa EDF pretende prolongar en varias décadas el cierre de sus centrales nucleares

EFE.- La eléctrica estatal francesa EDF ha modificado su estrategia sobre el periodo de vida útil de sus centrales nucleares y quiere prolongar en «varios decenios» el cierre de algunos de sus reactores. El anuncio lo hizo la Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia (ASN), que aseguró haberse enterado de ese cambio de estrategia al convocar a EDF para asegurarse de los plazos previstos para el desmantelamiento de los reactores.

La ASN hizo hincapié en que los nuevos planes de la compañía, que gestiona los 55 reactores en servicio en Francia, que producen más del 75% de la electricidad del país, modifican «significativamente» tanto el ritmo de los desmantelamientos como «los escenarios asociados». En concreto, EDF quiere proceder primero al desmantelamiento completo de uno solo de sus reactores de los que se conoce como de «primera generación», que ya no están en activo, antes de ponerse con los demás, con el argumento de beneficiarse así de todas las enseñanzas obtenidas.

Eso, subrayó la autoridad de control, significa aplazar en «varios decenios» el desmantelamiento de otros reactores respecto a la estrategia presentada por EDF en 2001 y actualizada en 2013. El presidente francés, François Hollande, ya aplazó a 2018 el cierre del reactor más antiguo de los que ahora están en funcionamiento, que está en Fessenheim, en Alsacia, junto a la frontera alemana, dentro de su programa para reducir el peso de la electricidad de origen nuclear al 50% del total en el horizonte de 2025.

Ante este nuevo escenario, la ASN reclamó a EDF que haga pública y justifique «de forma detallada» este cambio de actitud y que demuestre que cumple con las exigencias legislativas sobre el desmantelamiento de los reactores de primera generación. También le exige que le someta un dossier con las disposiciones que contempla para garantizar la seguridad de las instalaciones hasta el desmantelamiento. EDF debe dar a conocer «en las próximas semanas» esta nueva estrategia, que podría recibir enmiendas de la ASN para ajustarlas a las disposiciones reglamentarias y de seguridad.

El paro de las refinerías endurece en Francia el pulso de los sindicatos contra el Gobierno por la reforma laboral

EFE.- El pulso que lidera la Confederación General del Trabajo (CGT) contra la reforma laboral del Gobierno francés se endureció con los paros y bloqueos de refinerías y depósitos petroleros, que acercan al país al desabastecimiento de gasolina. El Gobierno y el presidente, François Hollande, lanzan el doble mensaje de que la CGT está tomando como rehén al país y a su economía, y de que no hay posibilidad alguna de desabastecimiento porque se tomarán las medidas policiales que hagan falta.

Lo cierto es que, como reconoció el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, un 20% de las 12.000 gasolineras del país habían agotado total o parcialmente sus tanques y en muchas otras se formaron largas colas de automovilistas para llenar por precaución sus depósitos, lo que hizo que en los tres últimos días se hayan batido todos los récords de consumo. La escalada de la tensión subió varios enteros con el desalojo policial de las decenas de militantes de la CGT que impedían la entrada y salida de camiones de los depósitos y de la refinería de la petrolera Esso en Fos sur Mer. El sindicato denunció «un uso inaceptable de la violencia» por parte de los agentes antidisturbios.

Aún así las 8 refinerías que tiene Francia están prácticamente paralizadas. El presidente Hollande aseveró que, aunque puede haber «reivindicaciones legítimas» en las protestas contra su reforma laboral, eso no significa «aceptar lo que hoy es un bloqueo que se basa simplemente en la estrategia de una minoría». Su primer ministro, Manuel Valls, fue más directo en sus ataques contra «la radicalización de la CGT», cuya actitud descalificó como «indudablemente minoritaria» e «inaceptable». Por eso avanzó que habrá más operaciones de desbloqueo como la de Fos sur Mer, que se van a «liberar» otros centros petroleros y que el Estado actuará con «la mayor firmeza».

Lejos de amilanarse, el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, replicó que las encuestas muestran que un 74% de los franceses rechazan el proyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, y reiteró su llamamiento a una «generalización de las huelgas» en todos los sectores. Si bien las manifestaciones contra la ley El Khomri han perdido fuelle en las últimas semanas, con algunas derivas violentas que restaron popularidad a sus organizadores, el sindicato apuesta por una desestabilización de actividades estratégicas como la energía y los transportes.

Total amenaza con reducir inversiones

El presidente de la petrolera francesa Total, Patrick Pouyanné, amenazó con disminuir las inversiones en sus refinerías en Francia a la vista de las huelgas que han interrumpido su actividad, por considerar que suponen «una forma de ruptura del pacto que vincula a nuestros empleados a nuestra empresa» y eso «va a llevarnos a revisar seriamente los planes» de inversión en las instalaciones. Justificó esa reflexión por la actitud de los empleados de «secuestrar, por una causa exterior a la empresa, una herramienta de trabajo».

Precisó que ese examen podría afectar en particular al plan de 500 millones de euros que se debían dedicar al complejo de Donges, en la desembocadora del río Loira. El responsable ejecutivo de Total aseguró que su grupo está haciendo lo posible para garantizar el aprovisionamiento de sus gasolineras, en un momento en que el Gobierno reconoció que un 20% de las gasolineras han agotado total o parcialmente sus tanques. Por otro lado, los accionistas adoptaron en la asamblea general el reparto de un dividendo e 2,44 euros por acción a cuenta del ejercicio 2015.

El Gobierno socialista de Francia está dispuesto a aumentar la vida de sus centrales nucleares hasta los 50 años

EFE.– La ministra francesa de Ecología, la socialista Ségolène Royal, afirmó que está dispuesta a autorizar la prolongación de la actividad de las centrales nucleares de su país hasta los 50 años, al tiempo que recordó el compromiso del Gobierno de reducir el porcentaje de esta fuente en el total del país.

La duración actual de las centrales es de 40 años, pero Royal indicó a la televisión France 3 que si la Autoridad de Seguridad Nuclear lo permite está dispuesta a que vayan hasta los 50. Esa es la petición que la eléctrica pública EDF, principal propietaria de las centrales del país, hizo hace unos días. La política socialista señaló que como esas centrales ya están amortizadas la electricidad será más barata. La ministra de Ecología recordó que Francia debe ir reduciendo progresivamente el peso de la nuclear en beneficio de las renovables, para pasar el 75% actual a un 50%.

La India y Francia ratifican su alianza en energía solar

EFE.- El primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente de Francia, François Hollande, dieron inicio a la Alianza Solar con la primera piedra en Gurgaon (India) de la que será la sede central del organismo, una iniciativa conjunta lanzada en diciembre durante la Cumbre del Clima de París (COP21) y que pretende convertirse en una «plataforma de cooperación entre los países desarrollados que disponen de tecnología solar y los que están en vías de desarrollo».

En su discurso, Modi recordó que durante el último año, hasta la cumbre del clima de París, «el mundo estuvo hablando sobre cómo combatir el calentamiento global, lo que se ha convertido en una parte integral del camino hacia el desarrollo de un país». El primer ministro señaló que la alianza pretende hacerse con el apoyo de 122 naciones con más de 300 días de luz solar al año. «Debemos encontrar el equilibrio entre derechos y responsabilidades con el medio ambiente», agregó el dirigente indio.

Por su parte, el presidente francés indicó que «tras la COP21, está empezando una nueva etapa en la que nuestras palabras deben transformarse en acciones». Recordó que con la Alianza Solar se busca reunir 1,2 billones de euros hasta 2030 y generar una capacidad de 1.000 gigavatios de este tipo de energía en el plazo de 10 años. Adelantó que Francia aprobó 300 millones de euros para este tipo de iniciativas, mientras que la India ya tiene comprometidos 13,6 millones de euros. El objetivo es que en los 3 próximos años se produzca la transferencia de tecnología a países menos desarrollados y se abra este mercado para abaratar la inversión.

El presidente francés destacó el esfuerzo realizado por la India, cuarto emisor de CO2 del planeta y uno de los países más reacios a aceptar los acuerdos finalmente pactados en París. Hollande destacó cómo India se comprometió a recortar sus emisiones de carbono en un 35% para 2030 comparado con 2005 y a producir el 40% de su energía a partir de fuentes renovables. «Trabajaremos con India en la tarea vital del coste de la financiación» de estos proyectos, dijo. En ese sentido, recordó que empresas francesas ya son responsables del 10% de la capacidad de producción de energía solar instalada en India y que el objetivo sería que alcanzaran los 10 gigavatios con fines de iluminación urbana y rural.

El mundo alcanza un acuerdo histórico para luchar contra el cambio climático en la Cumbre de París

Redacción / EFE.- 195 países aprobaron en París el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático, en el que de manera histórica tanto naciones desarrolladas como en desarrollo se comprometen a gestionar juntas la transición hacia una economía baja en carbono. El Acuerdo de París, llamado a cambiar el modelo de desarrollo del planeta hacia uno libre de combustibles fósiles, se aprobó cuando su principal artífice, presidente de la COP21, Laurent Fabius, dio el martillazo del consenso y dijo: «Acabamos de hacer algo grande».

Inmediatamente después, Fabius se fundía en un fuerte abrazo con la secretaria de la Convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres y con la embajadora francesa en la COP21, Laurance Tubiana, dos mujeres clave para conseguir el pacto, mientras muchos de los presentes lloraban de emoción, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Lograr este acuerdo ha costado dos décadas de cumbres del clima y 12 meses de los más intensos esfuerzos diplomáticos «que se hayan hecho en la historia», según la ONU, en los que Fabius tuvo un liderazgo fundamental.

El acuerdo tiene como objetivo «mantener la temperatura media mundial muy por debajo de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales», aunque los países se comprometen a «todos los esfuerzos necesarios» para que no rebase los 1,5 grados y evitar así «los impactos más catastróficos del cambio climático». Para lograr ese objetivo, recoge compromisos nacionales de lucha contra el cambio climático y obliga a los países tanto a rendir cuentas de su cumplimiento como a renovar sus contribuciones al alza cada 5 años. Cada Estado se compromete a tomar las medidas necesarias a nivel nacional para cumplir lo que dice en su contribución, y los que quieran podrán usar mecanismos de mercado (compraventa de emisiones) para cumplir sus objetivos.

Para asegurar que se alcanza el objetivo de menos de dos grados, la primera revisión de las contribuciones nacionales tendrá lugar en 2018, y la primera actualización de las mismas será en 2020. No habrá sanciones, pero existirá un comité de cumplimiento que diseñe un mecanismo transparente para garantizar que todo el mundo hace lo prometido en París, y que advierta antes de que expiren los plazos si está o no en vías de cumplirse.

Como objetivos a largo plazo, las naciones se proponen que las emisiones toquen techo «tan pronto como sea posible», reconociendo que esta tarea llevará más tiempo para los países en desarrollo, y que se efectúen reducciones rápidas a partir de entonces. Además, los países se comprometen a lograr «un equilibrio entre los gases emitidos y los que pueden ser absorbidos» en la segunda mitad de siglo, lo que viene a suponer cero emisiones netas, o dicho de otro modo: que no se pueden lanzar más gases que los que el planeta pueda absorber por sus mecanismos naturales o por técnicas de captura y almacenamiento geológico.

El acuerdo obliga legalmente a los países desarrollados a contribuir a financiar la mitigación y la adaptación en los Estados en desarrollo, y anima a otros países que estén en condiciones económicas de hacerlo a que también aporten voluntariamente. La intención de financiar debe ser comunicada dos años antes de transferir los fondos, de manera que los países en desarrollo puedan planificar con qué cantidades podrán disponer. No obstante, la mayor parte de las responsabilidades de financiación no están en el acuerdo sino en la decisión que lo desarrolla (que no es legalmente vinculante), donde dice que las naciones ricas deberán movilizar un mínimo de 100.000 millones anualmente desde 2020, así como revisar al alza esa cantidad antes de 2025.

El texto reconoce la necesidad de poner en marcha un «mecanismo de pérdidas y daños», asociado a los efectos más adversos del cambio climático. El nuevo acuerdo entrará en vigor cuando al menos 55 partes, que sumen en total el 55% de las emisiones globales lo hayan ratificado. «Acabamos de adoptar el acuerdo más significativo de la historia, hoy es día de celebración pero mañana mismo toca ponernos a trabajar para cumplirlo», apeló en el plenario el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

Éxito de la diplomacia francesa

El primero que decidió asumir la aventurada hazaña de intentar poner de acuerdo a cerca de doscientas naciones con intereses contrapuestos tras el devastador fracaso de la cumbre del clima de Copenhague (2009) fue el presidente francés, François Hollande, que eligió con gran tino a las dos personas para lideraron esta gesta. Frente a la costumbre de designar como presidente de la COP al ministro nacional de Medio Ambiente, Hollande optó por su titular de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, conocido por su sangre fría, para liderar la cumbre de París, apoyado por Laurence Tubiana, una diplomática implicada en las negociaciones del clima desde Kioto (1997).

Pese al esfuerzo y la convicción de Francia, el acuerdo no hubiera sido posible sin el impulso recibido por líderes globales como los de Estados Unidos, China, la India o Alemania, que captaron que luchar contra el calentamiento no es una cuestión sectorial y medioambiental, sino transversal, que afecta a todas las políticas. Cada uno tenía sus razones: Barack Obama llegó a la Casa Blanca comprometiéndose a combatir «la mayor amenaza que pesa sobre las generaciones futuras» y no quería dejarla sin un pacto; y el primer ministro indio, Narendra Modi, es muy consciente de que necesita el apoyo financiero para alumbrar con renovables al 20% de su población aún sin acceso a la electricidad.

Tampoco hay que olvidar a la secretaria de la convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres, que asumió el puesto 6 meses después de que el fracaso de Copenhague pusiera seriamente en duda la capacidad de las Naciones Unidas como marco de entendimiento de los países en esta cuestión. Para trasladar con fuerza el mensaje de que era «el momento» del acuerdo la costarricense se ha rodeado, en la sombra, de un equipo de 10 influyentes personalidades de todo el mundo, entre ellos el expresidente de México Felipe Calderón, o la exsecretaria de Estado española de cambio climático, Teresa Ribera, hoy parte de la delegación francesa y clave en las negociaciones con Latinoamérica.

Cuando llega la hora de la verdad y arranca la reunión de París, Francia demuestra haber aprendido de manera sobresaliente de los errores de Copenhague, y dirige las negociaciones con una transparencia sin precedentes. La primera semana deja hacer a los negociadores y Fabius se inventa un órgano llamado Comité de París compuesto de 14 ministros para facilitar y liderar las negociaciones. Los ministros no estaban nombrados al azar, sino escogidos con astucia entre los países que más resistencia ofrecían en algunos puntos, como Arabia Saudí, Venezuela, Bolivia o Brasil. Así neutraliza a los principales agentes de discordia y hace pesar sobre sus hombros la responsabilidad de resolver los desencuentros.

El jueves, cuando se acerca la hora del acuerdo y los países escenifican sus posturas más duras, Fabius decide inteligentemente dar el viernes como día de reflexión, recibir en su despacho a todos y posponer al sábado el acuerdo. A las 11.30 del sábado, un flamante Fabius entra en el plenario a presentar el acuerdo en medio de la ovación de los presentes, lo que demostraba que los países habían visto el texto final de consenso que Francia terminó de redactar a las 06.30 y que lo aceptaban. Francia da 6 horas para que el documento sea traducido a los idiomas oficiales de la ONU y revisado por los juristas y convoca un plenario para su aprobación a las 17.30.

El plenario se mantiene en vilo durante dos horas que pudieron truncar el acuerdo. Estados Unidos había advertido de que la versión inglesa contenía un error de traducción respecto a lo acordado, y que donde decía que las naciones desarrolladas «deben» seguir encabezando los esfuerzos de reducción de emisiones tendría que haber figurado un condicional: «deberían». Nicaragua, uno de los solo nueve países que no han presentado objetivos de contribución nacional en la lucha contra el cambio climático, indicó que se negaba a aceptar el cambio y que pensaba bloquearlo.

La obstrucción de Nicaragua hubiera mandado al traste el pacto, que obligatoriamente debía aprobarse por consenso, si no fuera porque el resto de países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, (Venezuela, Ecuador, Bolivia o Cuba) le dejaron sola. Al verse acorralada, Nicaragua decide abandonar el bloqueo y, dos horas después de lo previsto, Fabius toma posesión del estrado para dar un rápido martillazo y fundirse en un fuerte abrazo a tres con Tubiana y Figueres, mientras gran parte de los negociadores presentes mostraban su emoción.

Numerosas personalidades se unen en París a la lucha contra el cambio climático

EFE.- Un desfile formado por estrellas de cine, un premio Nobel, alcaldes de megalópolis, científicos y empresarios reputados se han reunido en la cumbre del cambio climático para enviar un mensaje claro: es necesario actuar ya contra el calentamiento.

«Los días de soñar han dejado paso a los días en los que hay que hacer», proclamó el actor y director estadounidense Sean Penn durante su intervención en los eventos organizados en la cumbre COP21 de París con motivo del «Día de la Acción».

En él han tomado la palabra personalidades con experiencia en combatir el cambio climático desde campos tan variados como las finanzas, la inclusión social o la construcción.

«No tenemos que seguir teniendo miedo a lanzar compromisos que cumplir. Me gustaría pediros que os unáis a nosotros en asumirlos y ponernos bajo el futuro escrutinio de nuestros hijos», recalcó Penn, fundador de una ONG centrada en Haití.

La presencia casi secretista de uno de sus colegas de profesión, Leonardo DiCaprio, ha creado una gran expectación. Mientras los rumores circulaban de pabellón en pabellón sobre si el actor había o no dado plantón a la organización, éste se ha escurrido entre el público para recluirse en la zona VIP.

DiCaprio, que saltó al estrellato con títulos como Titanic, dirige la fundación que lleva su nombre y ha aprovechado su paso por la cumbre para cambiar de papel y ponerse detrás de la cámara en un documental que está realizando.

También aprovechó su paso por París para hacer un llamamiento a los más de mil responsables municipales que se reunieron ayer en el Ayuntamiento parisino -entre los que figuraban las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau– a comprometerse a avanzar hacia ciudades alimentadas con un 100 % de energías renovables.

Otro famoso que hoy aterrizó en la capital gala fue Arnold Schwarzenegger, que no ha dudado en acercarse a uno de los escenarios de la matanzas terroristas del pasado 13 de noviembre, la sala Bataclan, sin olvidarse de reivindicar el uso de las energías renovables.

«El futuro del que vienes 100 % energía renovable, ¿no?», le ha preguntado la ONG Greenpeace a través de Twitter, en referencia a su famosa interpretación del robot asesino Terminator. «¿California? Es el futuro. Ya tenemos un 40 % de renovables pero llegaremos al 100 %», bromeó el que fuera gobernador de este estado norteamericano como miembro del Partido Republicano, tradicionalmente escéptico respecto a la lucha contra el cambio climático.

En el bando contrario militaba el exvicepresidente de Estados Unidos y Nobel de la Paz Al Gore, una de las voces claves que ha tratado de despertar conciencia al otro lado del Atlántico sobre los efectos del calentamiento.

«Estamos viendo el crecimiento de una fuerte determinación que dice: sí, estamos dispuestos a hacer el cambio», dijo Gore en su intervención en el «Día de la Acción» de la COP y ligó el momento actual con otros sucesos que cambiaron el curso de la historia de la humanidad. «Con la esclavitud, el derecho a votar de las mujeres, el apartheid… hemos visto en cada caso que al final la discusión trata de decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto», añadió.

También participó en el acto el astronauta español Pedro Duque, como parte de un emotivo vídeo en el que él y varios de sus colegas hacían hincapié en la importancia de cuidar un planeta excepcional como es la Tierra.

Otros rostros conocidos que se han asociado estos días con la COP21, que espera lograr un acuerdo global de recorte de emisiones, son el empresario y filántropo Bill Gates, la música y poetisa Patti Smith, y los actores Robert Redford y Mark Ruffalo.

También hubo lugar para la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, su homólogo de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y el exregidor de Nueva York Michael Bloomberg, entre otros.

El broche al día ha corrido a cargo del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y del presidente de Francia, François Hollande, quien advirtió sobre el peligro que supondría para el planeta cerrar un «acuerdo de mínimos».

Francia promete en la Cumbre de París 2.000 millones de euros para fomentar las renovables en África

EFE / Europa Press.- El presidente francés, François Hollande, se comprometió a desbloquear 2.000 millones de euros hasta 2020 destinados al fomento de las energías renovables en África, para que contribuya también a combatir el calentamiento climático. «Francia quiere dar ejemplo«, dijo el presidente galo, que reunió en la cumbre del clima de París a una docena de jefes de Estado para estudiar las ayudas de los países desarrollados al continente africano.

De esta forma, Francia multiplica por dos la ayuda a este capítulo con respecto al quinquenio anterior y «supone un impulso al fondo de 100.000 millones» que los países en vías de desarrollo han pedido en París para afrontar la transición energética. El dinero, dijo Hollande, podrá canalizarse a través de la llamada Iniciativa Africana sobre las Energías Renovables que dirige la Unión Africana (UA), presente también en la cumbre climática. Los presidentes africanos se mostraron dispuestos a reducir sus emisiones, pero aseguraron que no podrán hacerlo sin el respaldo de los más ricos. «Nosotros no hemos fomentado el calentamiento climático, pero somos quienes más lo sufrimos», aseguró la presidenta de la UA, Nkozasana Dlamini-Zuma.

Hollande señaló que la aportación francesa busca que otros países contribuyan al fondo común de ayuda a la implantación de las renovables en ese continente. El dinero «permitirá la puesta en marcha de proyectos concebidos por gobiernos africanos o por organizaciones de la sociedad civil», indicó. El Banco Mundial y otras instituciones afirmaron que estudiarán modalidades de financiación de esos proyectos. El presidente francés aseguró que el fomento de las energías solar, eólica, hidroeléctrica o geotérmica, «en función del potencial de cada país», entran en los proyectos que se financiarán. Hollande indicó que todos esos proyectos deben «ir acompañados de la lucha contra el terrorismo», porque de lo contrario «las infraestructuras que se construyan serán enseguida destruidas» por grupos yihadistas.

Francia restringe más las manifestaciones

La Policía francesa prolongó un día más la prohibición de manifestarse en torno a la Cumbre del Clima de París (COP21), hasta el 13 de diciembre, y extendió la restricción a municipios de la periferia de la capital francesa como Le Bourget, donde se celebra la conferencia.La nueva orden policial se enmarca dentro de las medidas excepcionales de seguridad adoptadas tras los atentados del 13 de noviembre. Además de prohibir manifestaciones en las zonas colindantes a la Cumbre del Clima, se impedirá categóricamente que se celebren protestas en varios puntos específicos de París como los Campos Elíseos, el Grand Palais o la Plaza de la Concordia, todos ellos relativamente cerca del Palacio del Elíseo.

Un portavoz de la Policía explicó que si bien no se impiden automáticamente las manifestaciones en otros puntos de la capital entre las fechas señaladas, las fuerzas de seguridad analizarán si la naturaleza de las mismas supone un riesgo para la seguridad antes de autorizarlas. Las penas por incumplir esa disposición de seguridad pueden ascender a seis meses de prisión y a 7.500 euros de multa. El pasado domingo, en la víspera de la inauguración de la COP21, las unidades de antidisturbios de la Policía dispersaron con gases lacrimógenos y cargas una protesta en la plaza de la República, en el centro de París, vinculada con la Cumbre del Clima.

Pese a que la manifestación no había sido autorizada, sí se permitió que, apenas dos horas antes, se formase una cadena humana que se extendió pacíficamente a lo largo de varias avenidas y bulevares del este de París, desde la plaza de la República hasta la plaza de la Nación, un recorrido de unos 3 kilómetros. Desde el pasado 26 de noviembre, y en aplicación del estado de emergencia que rige en Francia tras los atentados, se ha colocado en libertad vigilada a 24 militantes ecologistas que, entre otras medidas, tienen obligación de presentarse 3 veces al día en comisaría.

Francia limitará la cumbre climática de París a los debates centrales y prohibirá las manifestaciones

Europa Press.- Francia limitará la cumbre climática de Naciones Unidas que se llevará a cabo en París dentro de dos semanas a negociaciones clave y cancelará marchas y conciertos previstos, tras los ataques terroristas que causaron la muerte de 129 personas, según el primer ministro, Manuel Valls.

Ningún líder extranjero solicitó a Francia que posponga la cumbre, que se iniciará el 30 de noviembre y que apunta a delinear un acuerdo global para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, una medida que implicaría «abdicar frente a los terroristas», según Valls. No obstante, «una serie de manifestaciones previstas no se desarrollarán y la cumbre será reducida a las negociaciones. Muchos conciertos y festejos serán cancelados», precisó.

Ecologistas tienen previsto reunirse para rediseñar los planes de una marcha preparada para el 29 de noviembre, en la víspera del inicio de la cumbre, que esperaba que atrajera a más de 200.000 personas para presionar a los gobiernos a recortar las emisiones de gases nocivos. Los principales grupos han dicho que respetarán cualquier prohibición decretada bajo el estado de emergencia en Francia, tras los ataques mortales perpetrados el viernes por Estado Islámico en París.

El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, que está asistiendo a una cumbre del G20, ha indicado que muchos líderes mundiales reconfirmaron que acudirán a la reunión climática. Según Fabius, algunos mandatarios le dijeron: «No sólo tenemos planeado asistir, sino que ahora debemos hacerlo, porque tenemos que demostrarle a los terroristas que no les tenemos miedo». Alden Meyer, de la Unión de Científicos Comprometidos, aseguró que no cree que los ataques del viernes afecten el resultado de la cumbre climática, que prevé acordar un plan de restricción de la emisión de gases de efecto invernadero.