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Nadal cree que el bono social aborda “con efectividad” la pobreza energética al cubrir a 7 millones de personas

Redacción / Agencias.- El ministro de Energía, Álvaro Nadal, aseguró que el bono social eléctrico aborda «con bastante efectividad» el conjunto del problema de la pobreza energética al cubrir a unos 7 millones de personas. En este sentido, Nadal indicó que, según Eurostat, la pobreza energética en España se sitúa en un 10% de personas «que tienen alguna dificultad o mucha dificultad en acceder a la energía y que les cuesta pagar el recibo», ligeramente por encima del 9,6% de la media europea.

Así, Nadal consideró que ese porcentaje de pobreza energética equivale «más o menos» a los 7 millones de personas que cubre el bono social, que consiste en un descuento de hasta el 25% en el recibo de la luz de familias con todos los miembros en paro, familias numerosas, pensiones mínimas y potencias inferiores a 3 kilovatios (kW). El ministro destacó que el actual esquema de financiación del bono social, que hacía que fuera asumido por las matrices de las grandes eléctricas, que representan aproximadamente el 94% del mercado, debe ser encauzado después de la sentencia del Tribunal Supremo que lo considera discriminatorio, para lo que es necesario «hablar con el resto de partidos políticos».

Habla de renovables y nuclear

En cuanto a determinar la competencia, Nadal indicó que en el caso de las personas de extrema vulnerabilidad es una materia que debe ser competencia de las instituciones y de las comunidades autónomas, mientras que el tema del bono social debe ser asumido por las compañías eléctricas. Al cierre de mayo de este año, había 2,4 millones de consumidores acogidos al bono social, lo que, a una media de 3 personas por vivienda, corresponde a unos 7 millones de ciudadanos.

Respecto a las renovables, Nadal criticó que hubo «una irresponsabilidad muy grande» en su desarrollo en el periodo de 2007 a 2009 en el que «se invirtió demasiado rápido en demasiada cantidad y a unos precios desorbitados», lo que hizo que ahora los españoles estén pagando 6.500 millones de euros al año en el recibo de la luz durante 25 años. «Hubo una irresponsabilidad muy grande en los años 2007, 2008 y 2009 y esa factura hay que pagarla, ajustando precios y costes y pagando la deuda», añadió al respecto.

Asimismo, Nadal defendió la necesidad de mantener las nucleares dentro del mix energético si se quiere cumplir con el objetivo de «un mundo sin emisiones de CO2«. «Es muy difícil prescindir de las nucleares, ya que son las que permiten trabajar 7 días a la semana y 24 horas diarias, eso nunca me lo va a dar la renovable», reivindicó.

Reunión con Abel Caballero (FEMP)

También en relación con la pobreza energética, el ministro se reunió con el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, para analizar las medidas que se pueden adoptar. Caballero, alcalde socialista de Vigo, ya instó al Gobierno el pasado mes de noviembre a que adoptase con urgencia las medidas necesarias para evitar las consecuencias de la pobreza energética. Se trata, según Caballero, de que «bajo ningún concepto se corte el suministro energético a todas aquellas familias en situación de vulnerabilidad que no puedan hacer frente al pago de ese suministro».

Concretamente, se trasladó al Gobierno que los Ayuntamientos informarán sobre la situación socioeconómica de aquellas personas o familias que no pueden hacer frente al pago de los suministros energéticos para mantener unas condiciones de vida dignas, de tal modo que no se pueda realizar ningún corte de suministro energético «sin un informe previo que verifique la situación socioeconómica del afectado y las necesidades que hayan podido ocasionar el impago». La Junta de Gobierno de la FEMP recordó en su petición que los Servicios Sociales municipales están preparados para dar a conocer a las compañías suministradoras la situación de los afectados.

Portugal se convierte en referencia europea para el sector de las renovables

EFE.- Con algo más de 10 millones de habitantes y aún en proceso de superar una grave crisis, un país pequeño como Portugal ha sabido jugar sus cartas para convertirse en referencia europea en energías renovables. La apuesta por las renovables comenzó hace más de una década, pero el punto álgido de este camino se produjo el pasado mayo, cuando el país consiguió abastecer todo su consumo interno durante más de cuatro días sólo con electricidad generada por renovables.

Fueron en total 107 horas consecutivas en las que se generaron 560 gigavatios por hora. Pero su liderazgo no se limita sólo a una anécdota de cuatro días. Según los últimos datos facilitados por Eurostat, Portugal ya es el quinto país europeo en el que las renovables cuentan con más peso en la producción eléctrica total, ya que en 2014 el 52,1% de la electricidad generada en el país procedió de fuentes verdes. Noruega (106,9%), Islandia (97,1%) Austria (70%) y Suecia (63,3%) copan las cuatro primeras plazas de esta clasificación.

El Gobierno luso quiere que Portugal genere el 60% de su energía a través de fuentes renovables en 2020 y el 80% en 2030, lo que hace pensar a los expertos del sector que en 2040 el país podría asegurar toda su producción eléctrica con energía verde. «No sería extraño que el objetivo de 2040 pueda ser el 100% de electricidad renovable. En 24 años pueden pasar muchas cosas, pero no es una idea de locos, es el camino natural», explicó el presidente de la Asociación Portuguesa de Energías Renovables (APREN), António Sá da Costa.

La apuesta por las renovables ha estado en la agenda de los tres últimos gobiernos lusos, a pesar de que la recesión económica y los tres años (2011-2014) bajo el auspicio del rescate financiero de la troika amenazaron con poner freno a los progresos alcanzados. Los datos de la oficina estadística europea muestran que el peso de las renovables en Portugal ha crecido ininterrumpidamente desde que se tienen registros (2005) y el actual Gobierno socialista, en el poder desde noviembre, ya anunció que va a realizar «inversiones prioritarias» en este sector, especialmente en energía solar.

A pesar de que es el país con mayor exposición solar de Europa, el desarrollo de este tipo de energía está muy por detrás del de otras como la hidráulica o la eólica. «Un país no puede ser dependiente de una sola tecnología. Para que esté equilibrado, las tres tecnologías principales (hidráulica, eólica y solar) deberían tener un peso semejante», defendió desde la APREN Sá da Costa, que prevé que el crecimiento de las renovables en el futuro cercano sea soportado principalmente por la solar.

La capacidad instalada de energía solar en suelo luso es de apenas 460 megavatios (frente a los 6.000 de la hidráulica o los 5.100 de la eólica), por lo que «tiene un margen de progresión bastante grande» y debe aprovechar la reciente bajada de precios en los paneles solares. El principal obstáculo al desarrollo de la solar es, según Sá da Costa, la forma de remuneración, un asunto que centra la atención del Ejecutivo portugués, que quiere transitar hacia un sistema de remuneración de las renovables a precios de mercado.

Portugal cuenta con la única fábrica en el mundo que se abastece sólo con la energía que producen sus paneles solares, la de la empresa de mobiliario Woodone, situada en la norteña Paredes. «Tenemos muchas horas de sol, que un país no aproveche un bien así es un desperdicio, y además ayudamos al medio ambiente», explicó el presidente de Woodone, Manuel Luís Martins, que en apenas 8 años consiguió que la empresa pasase de estar al borde de la quiebra a ser un referente en el aprovechamiento de las renovables.

Además de las horas de sol y del viento, Portugal cuenta con el mar. Este recurso también está empezando a ser aprovechado y a principios de julio la Unión Europea concedió un montante de 10 millones de euros de fondos comunitarios para el proyecto Waveroller, que busca convertir en electricidad la fuerza de las olas de Peniche. Con esta apuesta por las renovables, Portugal consiguió reducir su dependencia energética con el exterior, que antes de 2005 era de cerca del 90% y ahora es inferior al 75%, según APREN. «De esta bajada, alrededor del 10% se justifica por las renovables. Estamos ahorrando en la importación de carbón y de gas natural», desveló Sá da Costa.

Unión de Uniones denuncia que los agricultores y ganaderos españoles son los que pagan más cara la electricidad

Europa Press.- La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, junto a sus organizaciones territoriales, ha denunciado que los agricultores y ganaderos españoles son los que pagan más cara la electricidad en toda la Unión Europea, según han informado en un comunicado.

En concreto, la organización agraria recoge los informes de Eurostat y del propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que muestran que España es el país en el que el precio de la electricidad de uso agrario ha subido más de la Unión Europea, un 42% desde 2013, y en el que, además, esta energía resulta más cara, un 38% por encima de la media UE, para los consumos más habituales en las explotaciones agrarias.

De esta forma, Unión de Uniones pide contratos y tarifas adaptados a las necesidades de las explotaciones agrarias, cifrando en 225.500 usuarios los afectados del sector agrario, muchos de ellos con regadíos alimentados con electricidad o ganaderías de diversas aptitudes para instalaciones de ordeño, calefacciones u otros equipos.

Unión de Uniones considera que la liberalización del sector, que debería haber supuesto beneficios para el consumidor, ha ocasionado el «perverso efecto contrario» y junto con la desaparición de las tarifas especiales de riego, ha provocado un incremento exagerado del coste de la energía eléctrica en las explotaciones agrarias.

La organización ha solicitado una auditoría de los costes de la energía para averiguar si existen prácticas anticompetitivas en el mercado eléctrico que elevan artificialmente los precios al consumidor. Además, insiste en que se precisan de unos modelos de contratación de suministro que se adecue a su estacionalidad y unas tarifas que no supongan por su alto coste una merma de competitividad de las explotaciones españolas.

Por último, ha recordado que la electricidad es, comparativamente con los combustibles fósiles, mucho menos contaminante y un elemento fundamental para que la agricultura, sobre todo en el área mediterránea, centro y sur de España, sea rentable y sostenible así como para la modernización del sector.

Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia y España pagaron el recibo de electricidad más caro de la Unión Europea en 2015

Europa Press / EFE.- El precio de la electricidad en los hogares españoles fue el quinto mayor de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2015 y se situó sólo por detrás de los registrados en Dinamarca, Alemania, Irlanda e Italia, según datos de Eurostat. El último informe muestra que, al medirse esta variable según el poder de compra de los ciudadanos de cada país, España ocupa la tercera posición de la Unión Europea, empatada con Rumanía y por detrás de Portugal y Alemania.

Durante el segundo semestre de 2015, el precio de la electricidad subió de media un 2,4% entre los 28 países de la Unión Europea con respecto al mismo periodo de 2014, hasta 21,1 euros por cada 100 kilovatios hora (kWh). En el caso de España, el incremento del semestre fue menor, del 0,1%, mientras que el precio de los 100 kWh se situó en 23,7 euros. España solo es superada por Dinamarca (30,4 euros), Alemania (29,5 euros), Irlanda (24,5 euros) e Italia (24,3 euros). Pese a no aludir al término de la potencia contratada, Eurostat asegura que el precio incluye costes regulados y corresponde a un consumidor medio de entre 2.500 y 5.000 kWh anuales.

Los precios de la electricidad han subido un 33% en la Unión Europea desde 2008 y en la actualidad oscilan desde el nivel más bajo, que se da en Bulgaria con 10 euros por cada 100 kWh, hasta el más elevado, que se da en Dinamarca, con 30 euros. Una vez ajustado al poder de compra de cada país, España registra un precio de 26,5 euros, el mismo que Rumanía, y solo por debajo de los 29,3 euros de Portugal y los 28,3 euros de Alemania. La mejor relación entre precio y poder de compra se da en Finlandia, Suecia, Luxemburgo y Francia, con unos niveles que oscilan entre los 12 y los 15 euros.

Los mayores aumentos en los precios de la electricidad doméstica se registraron en Letonia (26,8%), Bélgica (15,1%) y Bulgaria (6,9%). Por contra, los mayores descensos se observaron en Chipre (22%), Lituania (5,8%) e Irlanda (3,2%). Los impuestos y gravámenes representaron de media el 33% de los precios de la electricidad en la Unión Europea en la segunda mitad de 2015 y el 23% de los del gas. En lo que respecta a la electricidad, la proporción de impuestos y gravámenes asociados variaron significativamente entre los Estados miembros, desde el 69% en Dinamarca, el 52% en Alemania y el 50% en Portugal al 5% en Malta y en el Reino Unido.

En cuanto al precio doméstico del gas, durante el segundo semestre de 2015 se produjo un descenso interanual del 1,7% en la Unión Europea, hasta una media de 7,1 euros por 100 kWh. Este producto experimentó un encarecimiento del 35% desde 2008 y en la actualidad oscila entre los 3 euros de Rumanía y los 12 en Suecia. El precio medio de los 100 kWh de gas en España fue el tercero más elevado de la Unión Europea, con 9,3 euros, frente a la media de 7,1 euros de la Unión Europea, y solo por detrás de Suecia y Portugal. Este nivel se produjo a pesar de abaratarse un 2,9%.

La dependencia de la Unión Europea de la energía importada aumentó al 53,4% en 2014 y en España al 72,9%

Redacción / Agencias.- La Unión Europea registró un índice de dependencia energética del 53,4% en 2014, tres décimas más que el año anterior, según los datos publicados por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. La dependencia de las importaciones energéticas del bloque comunitario fueron mayores en 2014 que en 1990, pero ligeramente inferiores que en su momento más crítico, en 2008, cuando llegaron a un máximo del 54,5%. España fue el octavo país con mayor dependencia en 2014.

Eurostat destaca que la evolución de la dependencia energética se ha mantenido por encima del 50% desde 2004. Este índice varía mucho entre los Estados, ya que mientras que la mitad de ellos dependen sobre todo de las importaciones energéticas para sostener su consumo, la otra mitad registró una dependencia por debajo del 50%. Por países, los menos dependientes fueron Estonia (8,9%), Dinamarca (12,8%) y Rumanía (17%), mientras que en el extremo contrario se situaron Malta (97,7%), Luxemburgo (96,6%) y Chipre (93,4%). El índice de dependencia también fue elevado en 2014 en España, un 72,9%, frente al 70,4% del 2013, pero inferior al pico máximo de 2005, del 81,4% y mayor que en 1990 (63,1%).

Entre los cinco países comunitarios que más energía consumen, los menos dependientes fueron el Reino Unido (45,5%) y Francia (46,1%), en contraste con Alemania (61,4%), España (72,9%) e Italia (75,9%). Eurostat destaca también que en 2014 hubo nueve Estados miembros que registraron los índices de dependencia más bajos desde 1990: Bulgaria, Estonia, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Malta, Portugal y Rumanía. Por contra, la República Checa es el único país de la Unión Europea que alcanzó un pico en sus importaciones energéticas en ese año aunque fuera sólo con un 30,4%.

El 84% de los impuestos medioambientales en España son sobre el sector energético, frente al 77% de media en Europa

Redacción / Agencias.- Los datos de un estudio publicado por Eurostat reflejan que la recaudación de España aumentó en 10 años en 3.106 millones de euros a través de estos impuestos, hasta los 19.220 millones de euros de 2013 frente a los 16.114 millones de euros de 2003.

El estudio apunta que, en términos comparativos, España es el séptimo país de la Unión Europea que menos ingresos recibe a partir de impuestos medioambientales, con esos 19.220 millones de euros que suponen un 5,7% sobre el total de la recaudación tributaria en 2013. Este porcentaje supone una reducción de 4 décimas con respecto a 2003, cuando los ingresos por impuestos medioambientales alcanzaron los 16.114 millones y representaron el 6,1% del total. No obstante, España se encuentra por debajo de la media de la Unión Europea en los dos casos: mientras que en 2003 los tributos medioambientales representaban el 6,9% del total, en 2013 fueron del 6,3%. El objetivo para 2020 es alcanzar el 10%.

Los países donde los impuestos medioambientales representan un mayor porcentaje sobre el total de ingresos tributarios y contribuciones sociales son Eslovenia (10,5%), Bulgaria (10,1%) y Croacia (9,6%). En la situación contraria se encuentran Bélgica y Francia (4,5%) y Alemania (5,4%). El informe también desglosa en tres categorías los tipos de impuestos medioambientales. En España el 84% eran impuestos a la energía, el 14% al transporte y el 2% a la contaminación y a otros recursos. En el conjunto de la Unión Europea, estas tres categorías representaban el 77%, 20% y el 3%, respectivamente. La metodología de Eurostat define los impuestos medioambientales a aquellos sobre alguna materia con un impacto negativo específico en el medio ambiente.

En cuanto a la recaudación total, las mayores cantidades corresponden a Alemania (57.582 millones), Italia (54.893), Reino Unido (50.624), Francia (42.937), Países Bajos (21.558) y España (19.220). La cantidad total en los 28 Estados miembros ascendió a 330.082 millones de euros. En la última década, la recaudación de los impuestos ambientales aumentaron en todos los países, salvo Portugal (582 millones menos) y Alemania (231 millones menos), pero la proporción de estos tributos dentro de los ingresos por impuestos y contribuciones sociales bajó en la mayoría, especialmente en Chipre (-3,8%), Portugal (-3%) y Malta (-2,5%), mientras donde más aumentó fue en Estonia (1,9%) y Eslovenia (1,8%).

Los hogares españoles pagan la cuarta electricidad y el tercer gas más caros de la Unión Europea

Redacción / Agencias.- Los hogares españoles tienen la cuarta electricidad más cara de la Unión Europea sólo por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda, así como el tercer precio de gas natural más elevado, por detrás únicamente de Suecia y Portugal, según el último informe de la oficina comunitaria de estadística Eurostat sobre los precios domésticos de la energía en la segunda mitad del año 2014.

El informe cifra en el 4,1% el encarecimiento de la electricidad en los hogares españoles en el segundo semestre de 2014 con respecto al mismo periodo de 2013, y en el 7,5% la subida experimentada por el recibo de gas. Además, señala que el recibo doméstico de luz en España es también, en términos absolutos y al margen del poder del compra de los consumidores, el cuarto más elevado de la Unión Europea, por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda.

Los hogares españoles pagan 23,7 euros por cada 100 kilovatios hora (kWh) de electricidad, frente a la media de 22,1 euros de la zona euro o de 20,8 euros de la Unión Europea. En Dinamarca se pagan 30,4 euros, frente a 29,7 euros en Alemania o 25,4 euros en Irlanda. Medido en poder de compra, un hogar español paga 26 euros por 100 kWh, solo por detrás de los 28,5 euros del alemán y los 27,5 del portugués y chipriota, y por encima de los 20,8 euros de la media de la Unión Europea y los 22,1 de la eurozona.

Descensos en el Este europeo

Los mayores aumentos en los precios de la electricidad doméstica se registraron en Francia (un 10,2% más), seguida de Luxemburgo (un 5,6% más), Irlanda (un 5,4%), Grecia (un 5,2%), Portugal (4,7%), el Reino Unido (4,6%) y en España (4,1%). Por el contrario, los mayores descensos se observaron en Malta (un 26,2% menos), la República Checa (10,2%), Hungría (9,9%), Holanda (9,6%) y Eslovaquia (9,2%). Si se miden los precios en relación con el estándar de poder adquisitivo (PPS) de los países, se puede observar que, con respecto al coste de otros bienes y servicios, los precios de electricidad doméstica más bajos se dieron en Finlandia (12,4 PPS por cada 100 kilovatios por hora), Letonia (13,7 PPS) y en Luxemburgo (14,2 PSS).

Este alto nivel de precios se produce a pesar de que los impuestos en España son inferiores a la media europea. Los hogares españoles afrontan cargas fiscales del 21%, frente al 36% de media de la zona euro y el 32% de la Unión Europea, un 23% en el gas, y muy por debajo del 57% de Dinamarca o del 52% de Alemania pero por encima del 5% de Malta o Reino Unido. En cuanto a las subidas del semestre, el 4,1% de incremento español supera la media de la Unión Europea, del 2,9%. También sucede en el gas, donde el alza media fue del 2%, frente al 7,5% español.

Subidas desde el año 2008

Desde 2008, los precios domésticos de la electricidad han subido más de un 30% en la Unión Europea, mientras que los del gas han experimentado un incremento del 35% en este mismo periodo. La subida de precios domésticos del gas en España fue la segunda mayor de la Unión Europea, solo por detrás de la registrada en Portugal, del 11,4%, lo que contrasta con los descensos del 18% en Lituania y del 13% en Hungría.

En poder de compra, un hogar español paga 10,5 euros por 100 kWh de gas, frente a 7,2 euros de media en la Unión Europea y 7,9 euros en la zona euro. El importe español solo queda superado por los 12,8 euros de Portugal. En términos absolutos, el precio doméstico es el tercero mayor de Europa, con 9,6 euros, sólo por detrás de los 11,4 euros de Suecia y de los 10,4 euros de Portugal.