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Las grandes petroleras europeas se desploman por China y la caída del crudo

EFE.- Las grandes petroleras europeas se han desplomado hoy en bolsa, la mayoría en torno a un 8 %, por el temor a un frenazo de la economía china, el primer importador mundial de crudo, y por el acusado descenso de los precios del petróleo, que está en los niveles más bajos desde 2009.

Las acciones de la española Repsol han caído un 8,81 %, hasta 12,26 euros, la mayor bajada desde octubre de 2008, cuando los mercados empezaban a temer la nacionalización de YPF y llegaron a bajar un 15,75 %. El resto de las grandes petroleras europeas también han sufrido fuertes descensos: la italiana ENI se ha dejado un 7,98 %; la francesa Total, un 7,89 %; la anglo-holandesa Shell, un 7,72 % y la británica BP, un 7,32 %. En la misma línea, la portuguesa Galp ha perdido un 7,96 %. La única excepción ha sido la noruega Statoil, que ha bajado sólo un 2,84 %.

Felipe López Gálvez, analista de Self Bank, ha explicado a Efe que el descenso de las petroleras en bolsa se debe, sobre todo, a las dudas sobre la economía china, el mayor importador de crudo del mundo, y a las peores expectativas sobre el crecimiento mundial.Estos dos factores, que actúan desde el lado de la demanda, están detrás de la sostenida caída del precio del petróleo, que se encuentra en los niveles más bajos desde 2009. Otro factor a tener en cuenta, según López Gálvez, es la subida del dólar, que encarece la compra de crudo y frena el consumo.

Desde el lado de la oferta, los motivos básicos son, en su opinión, la negativa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a reducir su producción pese a la caída del precio del petróleo y la vuelta a los mercados de Irán tras el fin de las sanciones

Un grupo israelí aspira a proveer de GNL a Unión Fenosa Gas para el 2018

EFE.- Tras localizar importantes yacimientos en el Mediterráneo, Israel aspira a convertirse en potencia clave de la explotación de gas en la región y suministrar a una planta de Unión Fenosa Gas en Egipto hacia 2018. El gas natural hallado en aguas israelíes en la última década no sólo ha convertido en autosuficiente al Estado judío, sino que lo perfila como uno de los mayores exportadores del mundo y con ese objetivo las empresas productoras ya tienen elaborados planes para el corto, medio y largo plazo.

El consorcio liderado por la estadounidense Nobel Energy y la israelí Grupo Delek, explota y desarrolla los dos yacimientos estrella de gas natural de Israel en alta mar, Tamar y Leviatán, y otras dos pequeñas reservas halladas recientemente. En 2009 Israel descubrió el yacimiento de Tamar, a unos 90 kilómetros al oeste de Haifa, que comenzó a suministrar gas natural en 2013 y que, en su día, supuso un punto de inflexión para el sector energético israelí, con 10,9 trillones de pies cúbicos. Pero en 2011 se localizó Leviatán, a unos 130 kilómetros al oeste de Haifa, el mayor yacimiento descubierto nunca en el Mediterráneo, aún no desarrollado, que alberga 21,9 trillones de pies cúbicos.

Sólo con la última reserva, Israel tiene garantizado el abastecimiento de gas durante un siglo, lo que le otorga una posición geoestratégica clave en una región donde existe una elevada demanda de este recurso y en la que muchos países aún dependen en exceso del petróleo para producir electricidad. De momento está en explotación Tamar, una instalación en la que trabajan diariamente 50 personas y un puñado de veteranos de la compañía estadounidense supervisando el procesado del gas y preparando a los técnicos israelíes, custodiados todos por equipos de seguridad.

Tamar es el único proveedor de gas natural del mercado israelí y el 60% de la electricidad del país se produce con este hidrocarburo procedente de la planta, aseveran sus responsables. Yosi Abu, director ejecutivo de Delek Drilling explicó que uno de los principales objetivos que proyecta la empresa en el corto plazo es concretar el acuerdo alcanzado el año pasado con Unión Fenosa Gas (UFG), compañía participada al 50% por la española Gas Natural Fenosa y la italiana Eni.

Suministro los próximos 15 años

En virtud del mismo, la compañía hispano-italiana adquirirá 4.500 millones de metros cúbicos anuales de gas líquido durante 15 años, lo que supone más de 20.000 millones de dólares en ventas de gas. «Una de las ideas que estamos explorando con ellos es básicamente expandir Tamar y a través de un gasoducto alimentar la planta de Damietta, en Egipto, lo que requiere una inversión por nuestra parte de 2.500 millones de dólares«, señaló. «Ambas partes debemos invertir una cantidad significativa para desarrollar el gasoducto desde Tamar hasta la instalación de Damietta», explicó Abu, rechazando informaciones difundidas hace un año sobre que el acuerdo contemplaba que el gas fuera transportado en barco a Egipto desde Israel.

El directivo de Delek indica que las medidas burocráticas israelíes son el último escollo: «Estamos a la espera de recibir la aprobación final del marco regulador por el Gobierno, que esperemos que se alcance en el próximo mes o dos, y luego llevar adelante el proyecto y poder comenzar a suministrar gas en 2018». En Egipto hay una alta demanda de gas para el consumo doméstico y la inestabilidad política obligó a que Damietta quedara paralizada desde 2012 y a que UFG denunciara a ese país ante la corte de arbitraje internacional Ciadi en 2013.

UFG aspira a adquirir el gas natural líquido israelí y desde Egipto exportarlo en barcos cisterna. También tiene los ojos puestos en hacerse con una parte importante del campo de Leviatán. «El gas natural líquido es más caro que el natural por el procesado, pero la habilidad de proveer este gas a Damietta es una situación en la que todos ganamos, los israelíes, los egipcios y UFG», abunda Abu. La concreción del plan significa asimismo un giro copernicano en las relaciones entre Israel y Egipto en materia de energía, espoleadas en los últimos años por la convulsa situación política regional.

El gas venezolano explotado por Repsol y Eni en el mar llega por primera vez a tierra firme

EFE.- El yacimiento de gas descubierto en 2009 en el Golfo de Venezuela por la española Repsol y la italiana Eni registró su primer envío de suministro a tierra firme, en un hecho que el presidente del país, Nicolás Maduro, tildó de «histórico».

La ceremonia del primer envío de gas desde el bloque Cardón IV, explotado a 50 kilómetros de la costa y en el que se confirman reservas de gas de 17 billones de pies cúbicos (TCF), contó con la presencia del presidentes de Repsol, Antonio Brufau, y directivos de Eni. La licencia del bloque está operada por la empresa mixta Cardón IV-SA, constituida al 50% por Repsol y Eni, y el restante 50% por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), a través de su filial Pdvsa Gas. La producción se realiza a través de cuatro plataformas que cuentan con conexiones submarinas que llevan el gas hasta la costa para su procesamiento.

El presidente de PDVSA Gas, Antón Castillo, dijo que, además de abastecer el mercado venezolano, este gas servirá «para apalancar la industria petroquímica de los fertilizantes y la termoelectricidad del país», sustituyendo 50.000 barriles diarios de diesel que hasta ahora alimentaban las plantas termoeléctricas venezolanas. «En esta primera fase se producen 150 millones de pies cúbicos al día, alcanzará los 450 millones a finales de año y alcanzaremos para el 2020 la cantidad de 1.200 millones de pies cúbicos, soportados con una inversión de 6.600 millones de dólares», detalló Castillo.

En el Cardón IV se encuentra el megacampo Perla, desde donde Repsol indicó que procedió el gas enviado al continente y que efectivamente se destinará exclusivamente al consumo local de Venezuela. Además de esta explotación de gas, Repsol está presente en Venezuela desde 1993 y el año pasado alcanzó una producción neta de 36.800 barriles de petróleo al día. Los 1.200 millones de pies cúbicos al día que saldrán de Cardón IV a partir de 2020 se mantendrán hasta 2036, cuando finalizará el contrato de Venezuela con Eni y Repsol.

Una huelga paraliza la actividad en uno de los principales yacimientos de crudo libios, en el sur del país

Según su relato, los huelguista cerraron el acceso a las instalaciones el domingo en demanda del pago de los salarios atrasados, un retraso que de acuerdo a responsables oficiales se debe a un error de coordinación.

El portavoz de la Compañía libia de Petróleo (CNP), Mohamed al Harari, explicó que el Ministerio de Finanzas transfirió el dinero, y que el retraso fue debido al cambio en las mismas instalaciones de la Guardia de servicio.

Al Fil, que es explotado por una empresa conjunta propiedad de la CNP y la italiana Eni, produce unos 80.000 barriles diarios, una cantidad que le sitúa entre los yacimientos que más producen en el país.

El campo reinició sus actividades este año, paradas desde que milicianos de la región Zintán, que se oponen a un gobierno autoproclamado en Trípoli, lograran bloquear el oleoducto principal.

La industria petrolera libia se ha desmoronado desde que hace cuatro años la OTAN contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Muamar Gadafi y el control de los recursos energéticos del país se convirtiera en el principal punto de conflicto entre los diversos grupos alzados.

En la actualidad, Libia es un estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde las últimas elecciones, el poder está dividido entre los gobiernos de Trípoli y de Tobruk, a quienes apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de petróleo, armas, personas y drogas.

En medio, se fortalecen grupos yihadistas afines al grupo del EI y a la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la asociación terrorista más fuerte en el norte de África.