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La COP21 tiene un borrador de acuerdo para ser ultimado por los ministros

EFE.- La primera semana de negociaciones en la cumbre del clima de París (COP21) culminó con la aprobación de un borrador de acuerdo que terminarán de ultimar los ministros de cerca de 200 países a partir del lunes, en tanto que los artículos más problemáticos siguen aún sin cerrar. El documento aprobado es fruto de cuatro años de trabajo de los negociadores, que, en la cumbre de Durban (Sudáfrica) de 2011, recibieron el mandato de elaborar el texto de un acuerdo universal de lucha contra el cambio climático.

El texto ha pasado de las 55 páginas con las que llegó a París a las 48 actuales, de las que 22 corresponden al pacto en sí que se prevé aprobar el próximo viernes, 21 a un paquete de decisiones que lo desarrollarían y 5 a un anexo con 96 propuestas de cambios introducidas por las partes a última hora. La embajadora francesa en la cumbre, Laurence Tubiana, reconoció que el borrador aún recoge todas las opciones, muchas contradictorias entre sí, cuenta con más de mil paréntesis y deja sin resolver las dos áreas más conflictivas: la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo, y la financiación a estos últimos para crecer bajos en carbono y se adapten al calentamiento.

No obstante, admitió que el documento «indica el deseo de todos de alcanzar un gran pacto», aunque «todavía no estemos al final del camino» y «la mayor parte de los temas más problemáticos continúan sin resolver». «Sobre esta base deberán negociar los ministros», que el lunes a primera hora llegan París, dijo Tubiana, quien advirtió de que su Gobierno «no tiene un plan B» y confía en contar con la versión final el jueves por la mañana, para que los juristas la revisen y los traductores la preparen en los seis idiomas oficiales de la ONU, con el fin de que sea suscrita el viernes.

Tras Tubiana intervinieron en el plenario los portavoces de todos los grupos de negociación, quienes coincidieron con la idea lanzada por la jefa del equipo negociador de la Unión Europea, Elina Bardram, quien dijo que es «un texto aceptable para todos». A pesar de haber logrado una base para el futuro pacto universal de lucha contra el calentamiento en esta semana, la mayoría de los negociadores consultados reconocen que la labor diplomática que queda pendiente para los ministros es «tremenda». «Nos hubiera gustado que el texto hubiera llegado a este punto con muchos más puntos cerrados», lamentó en el plenario la embajadora de Sudáfrica, Nozipho Mxakato-Diseko, portavoz de los más de 130 países del grupo de negociación G7 más China.

La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, apuntó que «todas las opciones siguen estando encima de la mesa, no se ha avanzado en ningún punto político». Tanto Ulargui como el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete, valoraron que «las cuitas de la Unión Europea» siguen dentro del acuerdo, tanto en materia de ambición como de mitigación. «La próxima semana será la del compromiso, cuando se deban cerrar los temas más difíciles», dijo Arias Cañete.

Mientras la Unión Europea y Estados Unidos desean que la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «se vaya diluyendo», países como India, China y los países petroleros presionan para que se mantenga y para que el compromiso de cumplir los objetivos nacionales no sea obligatorio para ellos. Del mismo modo, quieren que el cometido de financiar a los más vulnerables sólo recaiga en los países considerados ricos en un anexo de la convención de cambio climático de la ONU de 1992, cuya mención actualmente, en un mundo tan diferente, enerva a la Unión Europea.

El enconamiento del debate de la diferenciación choca en muchos casos de bruces con la propia realidad: a día de hoy, 186 países, incluyendo la inmensa mayoría de las naciones en desarrollo, han presentando compromisos de reducción de emisiones para incluir en este acuerdo. Sólo Venezuela, Uzbekistán, la República Popular Democrática de Corea, Libia, Siria, Panamá, Nepal, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves y Timor Oriental no han presentado compromiso, en algunos casos por motivos evidentes de su situación de conflicto.

Aunque también contribuyen a la financiación de los más vulnerables, China aportó recientemente 3.000 millones de dólares, lo cierto es que las potencias emergentes no quieren «dejarse computar» oficialmente en este aspecto, aseguró Valvanera Ulargui. «La Unión Europea no quiere que la diferenciación se diluya de manera traumática e inmediata para estos países, pero sí que vayan contribuyendo a medida que mejoren sus economías», explicó la jefa del equipo español.

Por su parte, las ONG se mostraron optimistas respecto a «cómo avanza el proceso», aunque cautelosas «por la lentitud con la que se progresa en el contenido». Martin Kaiser, portavoz de Greenpeace, recordó que a estas alturas en la última cumbre en la que se trató de alcanzar un pacto global «había un texto de 300 páginas, frente a las poco más de 20 de acuerdo que hay en París, donde el clima de negociación es mucho más constructivo». Kaiser alertó, sin embargo, de que «el acuerdo no está garantizado». También Tasneem Essop, jefa de la delegación de WWF en la cumbre, aseguró que «los ministros van a tener que correr una carrera contra reloj para asegurar un acuerdo fuerte».

Fabius se muestra «realmente optimista»

El presidente de la cumbre del clima (COP21) y ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, afirmó que, ante los últimos avances en las negociaciones, comienza a sentirse «realmente optimista» aunque queda todavía mucho trabajo pendiente. «Con las últimas informaciones que me han llegado, empiezo a ser realmente optimista, pero aún falta mucho por hacer. Por lo tanto, diría que ésta va a ser la COP de la acción», manifestó el ministro galo. Así se pronunció en el «Día de la Acción», en el que más de 50 personalidades de todo el mundo, como los actores Leonardo DiCaprio y Sean Penn, se reúnen en París para simbolizar el apoyo de la sociedad civil a la lucha contra el calentamiento.

«Solíamos tener solo gobiernos, pero ahora tenemos actores, de diferentes lugares, que quieren compartir su experiencia. Esto es importante», manifestó por su parte el ministro de Medio Ambiente peruano, Manuel Pulgar. Fabius confió en que el impulso que espera que suponga la COP21 para la lucha contra el cambio climático se mantenga al término de la cumbre y llegue más allá. «La sociedad está lanzada y la acción no se parará más. Estoy completamente convencido de que el movimiento lanzado va a continuar en los años siguientes y ampliarse», afirmó.

La secretaria de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC), Christiana Figueres, recalcó que «lo que estamos haciendo en estos tres, cuatro o cinco días es muy notable, pero nada comparado con lo que tenemos que hacer», avanzó. Figueres añadió que es importante darse cuenta de que «debemos» actuar porque la ciencia apunta a que solo se dispone de un estrecho margen para contrarrestar el cambio climático, pero también por un «imperativo moral», dado que si no se toman iniciativas con rapidez, sus efectos se cebarán con los más vulnerables.

Numerosas personalidades se unen en París a la lucha contra el cambio climático

EFE.- Un desfile formado por estrellas de cine, un premio Nobel, alcaldes de megalópolis, científicos y empresarios reputados se han reunido en la cumbre del cambio climático para enviar un mensaje claro: es necesario actuar ya contra el calentamiento.

«Los días de soñar han dejado paso a los días en los que hay que hacer», proclamó el actor y director estadounidense Sean Penn durante su intervención en los eventos organizados en la cumbre COP21 de París con motivo del «Día de la Acción».

En él han tomado la palabra personalidades con experiencia en combatir el cambio climático desde campos tan variados como las finanzas, la inclusión social o la construcción.

«No tenemos que seguir teniendo miedo a lanzar compromisos que cumplir. Me gustaría pediros que os unáis a nosotros en asumirlos y ponernos bajo el futuro escrutinio de nuestros hijos», recalcó Penn, fundador de una ONG centrada en Haití.

La presencia casi secretista de uno de sus colegas de profesión, Leonardo DiCaprio, ha creado una gran expectación. Mientras los rumores circulaban de pabellón en pabellón sobre si el actor había o no dado plantón a la organización, éste se ha escurrido entre el público para recluirse en la zona VIP.

DiCaprio, que saltó al estrellato con títulos como Titanic, dirige la fundación que lleva su nombre y ha aprovechado su paso por la cumbre para cambiar de papel y ponerse detrás de la cámara en un documental que está realizando.

También aprovechó su paso por París para hacer un llamamiento a los más de mil responsables municipales que se reunieron ayer en el Ayuntamiento parisino -entre los que figuraban las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau– a comprometerse a avanzar hacia ciudades alimentadas con un 100 % de energías renovables.

Otro famoso que hoy aterrizó en la capital gala fue Arnold Schwarzenegger, que no ha dudado en acercarse a uno de los escenarios de la matanzas terroristas del pasado 13 de noviembre, la sala Bataclan, sin olvidarse de reivindicar el uso de las energías renovables.

«El futuro del que vienes 100 % energía renovable, ¿no?», le ha preguntado la ONG Greenpeace a través de Twitter, en referencia a su famosa interpretación del robot asesino Terminator. «¿California? Es el futuro. Ya tenemos un 40 % de renovables pero llegaremos al 100 %», bromeó el que fuera gobernador de este estado norteamericano como miembro del Partido Republicano, tradicionalmente escéptico respecto a la lucha contra el cambio climático.

En el bando contrario militaba el exvicepresidente de Estados Unidos y Nobel de la Paz Al Gore, una de las voces claves que ha tratado de despertar conciencia al otro lado del Atlántico sobre los efectos del calentamiento.

«Estamos viendo el crecimiento de una fuerte determinación que dice: sí, estamos dispuestos a hacer el cambio», dijo Gore en su intervención en el «Día de la Acción» de la COP y ligó el momento actual con otros sucesos que cambiaron el curso de la historia de la humanidad. «Con la esclavitud, el derecho a votar de las mujeres, el apartheid… hemos visto en cada caso que al final la discusión trata de decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto», añadió.

También participó en el acto el astronauta español Pedro Duque, como parte de un emotivo vídeo en el que él y varios de sus colegas hacían hincapié en la importancia de cuidar un planeta excepcional como es la Tierra.

Otros rostros conocidos que se han asociado estos días con la COP21, que espera lograr un acuerdo global de recorte de emisiones, son el empresario y filántropo Bill Gates, la música y poetisa Patti Smith, y los actores Robert Redford y Mark Ruffalo.

También hubo lugar para la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, su homólogo de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y el exregidor de Nueva York Michael Bloomberg, entre otros.

El broche al día ha corrido a cargo del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y del presidente de Francia, François Hollande, quien advirtió sobre el peligro que supondría para el planeta cerrar un «acuerdo de mínimos».

Mas y Urkullu presentan ante la Cumbre de París sus compromisos de reducción de emisiones

Europa Press.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado este domingo que Cataluña está actuando como si fuera un Estado en la lucha contra el cambio climático a nivel institucional, político y operativo, a pesar de que no pueda hacerlo desde el punto de vista legal.

Aprovechando para incidir en su objetivo independentista, ha viajado hasta París  para participar en el Cumbre del Cambio Climático (COP21). Mas ha explicado que su participación en la COP21 tiene como objetivo demostrar que Cataluña se toma «muy seriamente» la lucha contra el cambio climático, y ha destacado que el Govern presentará al Parlament un proyecto de ley pionero en el Estado sobre el cambio climático.

«Hemos logrado cumplir con creces los Protocolos de Kioto», ha señalado Mas, y ha insistido en que durante el período 2020-2030 trabajarán con el objetivo de rebajar el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero por debajo de lo fijado.

Urkullu también viaja hasta París

El lehendakari, Iñigo Urkullu, acudirá este lunes y martes a la Cumbre sobre el Cambio Climático de París (COP21), donde expondrá la apuesta por «mitigar las consecuencias del cambio climático» de Euskadi y del ‘The Climate Group’, entidad que copreside.

Según ha destacado el Gobierno vasco, la Cumbre ha integrado en su agenda, por primera vez, a entidades «subestatales» como administraciones más cercanas a la ciudadanía en la gestión de políticas medioambientales. Urkullu reivindicará ante los Estados «el papel que juegan las regiones, como administraciones más cercanas a la ciudadanía y a la gestión de las políticas industriales o de transporte».

El lehendakari, copresidente para Europa de la organización internacional medioambiental ‘The Climate Group’, que agrupa a países, regiones y estados federados, será el encargado de anunciar la apuesta por «mitigar las consecuencias del cambio climático» de esta entidad y de Euskadi.

En este sentido, el Ejecutivo Vasco se compromete a reducir en un 40% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para el año 2030 y en un 80% para 2050, tomando como referencia base el año 2005. Estos compromisos están alineados con los adquiridos por la Unión Europea y recogidos en la Estrategia Vasca de Cambio Climático.

 

 

Europa, China y Estados Unidos insisten en que el pacto de París sea vinculante mientras los países subdesarrollados exigen financiación

EFE.- La Unión Europea, China o Estados Unidos, entre otras partes de la cumbre del clima de París, reclaman un pacto de lucha contra el cambio climático «legalmente vinculante«, aunque esta expresión tiene un sentido distinto para cada uno de ellos. Mientras, representantes de los países menos desarrollados piden a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia en la COP21.

Las delegaciones de los 195 países centran sus intensas negociaciones en el carácter legal del acuerdo, entre otros temas y, según diversas fuentes, se busca una fórmula cercana a lo que persigue Estados Unidos. Las fuentes también apuntaron a que esa expresión tiene un sentido distinto para cada una de las partes. El comisario de Acción por el Clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, reitera que quieren que el acuerdo y los 185 compromisos nacionales de reducción de emisiones presentados para el mismo sean jurídicamente vinculantes internacionalmente o quedarán en papel mojado. China y Estados Unidos también persiguen un pacto vinculante, pero, a diferencia de la Unión Europea, no lo quieren en su totalidad sino hasta cierto punto.

Estados Unidos busca un acuerdo por el que los países estén obligados a remitir compromisos de reducción de emisiones periódicamente, a tomar medidas internas para asegurar que cumplen lo prometido y a rendir cuentas regularmente, pero no pretende que los objetivos nacionales ofertados sean vinculantes. La legislación estadounidense dice que todo acuerdo vinculante con «objetivos» o cifras de cumplimiento obligatorio debe ser remitida al Senado, lo que el Gobierno Obama quiere eludir ante la posibilidad de que la mayoría republicana lo rechace. Esa delegación argumenta que su propuesta contentaría a países como China o India que no quieren «atar» las cifras de reducción de emisiones ofrecidas con esa fórmula legal.

Preguntado al respecto, Yvo de Boers, una de las personas que mejor conoce las negociaciones, de las que fue jefe como secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) entre 2006 y 2010, quita peso al hecho de que el futuro pacto sea «legalmente vinculante». Muchos países piden que lo sea a nivel internacional, «pero ¿qué significa? ¿Que si alguien no cumple lo llevas a la corte penal internacional? Eso nunca ocurre», señaló De Boers.

A su juicio tendría más sentido que fuera legalmente vinculante a nivel nacional, pues argumenta que «la promesa que has hecho en París, la llevas a tu Parlamento y la transformas en una ley que recoja el procedimiento para cumplirlo». De Boers vaticina que si hay un acuerdo final con todos los compromisos recogidos «y se dice que los países los implementarán en sus legislaciones y cada 5 años los revisarán y renegociarán la ambición, la Unión Europea lo aceptará» aunque no sea vinculante internacionalmente.

El embajador mexicano y miembro de la delegación de este país, Luis Alfonso de Alba, comparte la visión de que un acuerdo bien atado «en el que todas las partes pasan por un proceso de revisión del cumplimiento de sus obligaciones» es lo fundamental. Además, recuerda que el pacto prevé que cuando los países renueven en el futuro sus contribuciones nacionales no pueden prometer menos de lo ofrecido en 2015, lo que garantiza que irán revisando al alza aunque las promesas no sean jurídicamente vinculantes.

Determinará la fuerza legal del acuerdo «su contenido, no su nombre ni si es o no vinculante internacionalmente», subrayó por su parte la experta en temas legales del World Resources Institute, Eliza Northrop, quien augura que el resultado será una combinación de textos vinculantes y no vinculantes muy similar a lo que busca Estados Unidos. Northrop explicó que el acuerdo en sí será un pacto legal internacionalmente, por lo que para formar parte del mismo los países deberán ratificarlo posteriormente.

En cualquier caso, esa fórmula se sigue discutiendo en París, donde hay un nuevo texto de negociación con cinco páginas menos (50 en lugar de 55) pero con más paréntesis (1.400 frente a 1.250). El documento cuenta con 250 opciones abiertas que afectan fundamentalmente a las cuestiones más peliagudas: la financiación, mitigación y adaptación al cambio climático en los países en desarrollo y la diferenciación entre países ricos y pobres respecto a cumplir los compromisos.

Piden a Occidente más responsabilidad

Representantes de los países menos desarrollados pidieron a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia. «Es responsabilidad de todos, colectivamente. Pero tienen una mayor responsabilidad nuestros socios desarrollados, que son los que tienen la responsabilidad histórica de acudir con objetivos muy ambiciosos», afirmó el ministro de Medioambiente de Gambia, Pa Ousman Jarju, que lidera el grupo de países menos desarrollados en las negociaciones climáticas y alertó de que, si no se resuelven estas diferencias, será difícil llegar a acuerdos.

«Somos diferentes, tenemos diferentes capacidades y tenemos que asegurar que hay un acuerdo que refleja esto», dijo. En este sentido, señaló que es justo que la India defienda que tiene una posición diferente a la de otras grandes economías, debido al alto nivel de pobreza del país, por lo que consideró «justo» que trate de proteger a esta población. WWF pidió también que se tenga en cuenta la diferenciación en las negociaciones sobre el clima, de modo que se pongan sobre la mesa los conceptos de «responsabilidad y capacidad» a la hora de decidir qué esfuerzos deben hacer las partes.

Asimismo, Ousman Jarju hizo hincapié en la necesidad de que el acuerdo incluya un reconocimiento explícito sobre la ayuda ante los daños y pérdidas ocasionados por los efectos del cambio climático en los países más vulnerables. «Si la cuestión de las pérdidas y daños no se tiene en cuenta de manera adecuada, no habrá un resultado en París», resaltó. También consideró esencial asegurar que el paquete de medidas que salga de la COP21 incluya «financiación nueva, adecuada y predecible». En este sentido, aplaudió  la cooperación sur-sur anunciada por China, pero avisó de que ello «no sustituye» a las aportaciones que, a su juicio, los países ricos deben hacer y que no han de incluirse en ese paquete créditos a devolver.

Ban Ki-moon no se moja

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apremió a todos los países, ricos y pobres, a ser flexibles y demostrar su compromiso para alcanzar en París un acuerdo para combatir el cambio climático. «Todavía queda mucho trabajo por hacer. Siguen sin resolverse asuntos esenciales y no queda mucho tiempo», dijo Ban, que instó a los países desarrollados a «reconocer su responsabilidad de encabezar» el proceso y a las naciones en vías de desarrollo a «hacer más en línea con sus crecientes capacidades». En ese sentido, recordó que dentro de los países en desarrollo hay distintos niveles de riqueza y posibilidades y puso como ejemplo los fondos de cooperación prometidos por China.

El diplomático coreano, mientras tanto, evitó pronunciarse sobre una de las cuestiones esenciales de las discusiones: si el acuerdo que salga debe ser jurídicamente vinculante o no. Ban dijo que, por ahora, «se discuten muchas ideas» en ese ámbito y subrayó que lo importante es que haya un pacto que sea firme y universal. «El mundo ha estado demasiado tiempo sin un acuerdo climático universal que incluya a todos los países como parte de la solución. No podemos retrasarlo más», insistió Ban. El responsable de la ONU recordó que no hay «un acuerdo perfecto», pero dejó claro que el resultado de la negociación debe situar al mundo en el camino correcto para «una prosperidad a largo plazo, estabilidad y paz».

Acciona propone un acuerdo en la COP21 que potencie el uso de las energías renovables

Mientras las grandes ciudades están dispuestas a asumir su papel en la lucha contra el calentamiento climático, Acciona ha presentado en París, en el marco de la Cumbre del Clima COP21, una propuesta que busca alcanzar un nuevo acuerdo vinculante para frenar el calentamiento global y potenciar la transición hacia el uso de energías renovables.

«Si no se penaliza a quien contamina es muy difícil tomar medidas para cambiar el tipo de energía que se usa», ya que los subsidios que recibe el carbono suponen «cinco veces más» de las ayudas para las renovables, explicó el director del área de sostenibilidad de Acciona, Juan Ramón Silva. En la actualidad, estas ayudas para los combustibles fósiles suponen aproximadamente 548.000 billones de dólares anuales, frente a los 124.000 billones que reciben las energías verdes, detalló Silva, que indicó que resulta imprescindible la colaboración entre las instituciones públicas y el sector privado con el objetivo de «aunar fuerzas» ante un desafío tan importante.

En este sentido, el vicepresidente de la Fundación Energías Renovables, Fernando Ferrando, aseguró que en España ha disminuido el desarrollo de las renovables ya que el gobierno «las ha considerado más un problema que una solución«. Además, Ferrando instó a las empresas a mejorar su eficiencia en el consumo energético para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que reducirían los costes económicos. «Las empresas españolas deben incorporar las energías renovables a su proceso productivo», apuntó.

Acciona y otras nueve organizaciones empresariales internacionales suscribieron una carta para solicitar a los ministros de Economía y Finanzas del G20 que impulsen un marco legal, financiero y fiscal que favorezca una economía baja en carbono. «La participación en estas iniciativas no es inocua, lo que hacemos ahí es presionar a los gobiernos para que se tomen medidas más ambiciosas frente al cambio climático; las COP son eventos anuales pero nosotros trabajamos todo el año en ese asunto», aseguró Silva.

La cumbre contra el cambio climático reúne a líderes políticos, económicos y medioambientales que buscan una solución para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40% y un 70% para 2050 y alcanzar un nivel cero en 2100. Según los expertos congregados en la capital parisina, rebajar las cifras de CO2 en la atmósfera ayudaría a no sobrepasar el límite de los 2º C fijado en anteriores tratados internacionales ante el reto de frenar el calentamiento global.

España y la movilidad sostenible

Por su parte, la delegación española en la COP21, que encabeza estos días la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, participó en una jornada sobre transporte y movilidad sostenible en la que se han presentado una serie de medidas para impulsar la movilidad sostenible. España participa en una iniciativa hispano-luso-francesa para la promoción del vehículo eléctrico, que reúne a un grupo de trabajo integrado por los tres países, así como a gestores de redes de distribución eléctrica y asociaciones empresariales relacionadas, y cuyo objetivo es promover el uso de energías alternativas de transporte, especialmente eléctricas.

Grandes ciudades y cambio climático

«Los alcaldes estamos dispuestos a arrimar el hombro en este combate contra el calentamiento climático», aseguró la alcaldesa de París, la franco-española Anne Hidalgo, anfitriona de un encuentro en el que se dan cita representantes de 80 ciudades de todo el mundo. Hidalgo señaló que «gran parte de las soluciones reposan sobre los hombros» de las metrópolis, por lo que los poderes municipales «tienen que tener su papel durante la cumbre del clima». Agrupados en el llamado «C40», los regidores establecerán también sus compromisos en la reducción de emisiones contaminantes.

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Pes, que preside la asociación, aseguró que los ayuntamientos «pueden ir más deprisa que los Estados» en la adopción de medidas contra la contaminación, 10.000 desde la cumbre de Copenhague. Las ciudades agrupadas en el «C40» suman unos 600 millones de habitantes y representan un cuarto de la economía mundial y un tercio de las emisiones contaminantes. En la presentación del encuentro participaron, además de los alcaldes de París y Río de Janeiro, los de Madrid, Atenas, Milán, Vancouver, Accra, Estocolmo y Copenhague.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aseguró que las medidas que se adopten deben contar con el respaldo ciudadano. «Tenemos claro que si no integramos a los ciudadanos en la lucha contra la contaminación, las leyes que podemos adoptar no serán suficientes», afirmó Carmena. La alcaldesa puso como ejemplo la respuesta de los ciudadanos de su ciudad a las medidas adoptadas por el Ayuntamiento frente a los picos de contaminación. Además, Carmena presentó el compromiso de reducir las emisiones de gases contaminantes en Madrid entre un 35 y un 40% en el horizonte de 2020.

Las ONG piden que se deje de financiar las energías fósiles inmediatamente mientras WWF ve avances en la negociación climática

EFE / Europa Press.- La delegación de WWF para las negociaciones de la Cumbre del Clima en París valoró el nuevo borrador del acuerdo y considera que se han producido algunos «avances» pero considera que «son muy lentos«. Asimismo, otras ONG que representan a la sociedad civil también celebraron los ligeros avances de los primeros días de intercambios, pero urgieron a los líderes mundiales a presentar planes concretos de financiación y a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles.

«Hay que dejar de financiar los combustibles fósiles», subrayó el responsable de Oil Change International, Alex Doukas, en representación de la Red de Acción Climática en la que se agrupan gran parte de las organizaciones no gubernamentales presentes en la COP21. Doukas indicó que cada año se destinan más de 44.000 millones de dólares en subsidios fósiles, frente a los 22.000 millones que se invierten en renovables. «Es una verdadera desgracia» que los países del G7 y Australia destinen «44 veces más» dinero a subsidios a hidrocarburos que al Fondo Verde por el clima, añadió.

Otro de los puntos en los que las delegaciones deben progresar, antes de presentar el sábado un borrador de las negociaciones, pasa por exponer planes concretos de financiación en la lucha contra el calentamiento con «reglas para contar el dinero de forma transparente», destacó Raman Mehta, de la Fundación Vasudha. Es «necesario que los ministros empujen el texto adelante y no se centren en los detalles», dijo Mehta, de cara al tramo duro de las discusiones a partir del próximo lunes con vistas a alcanzar un pacto universal y jurídicamente vinculante el 11 de diciembre.

Entre los aspectos positivos de los primeros días de negociaciones es un mayor consenso para lograr un objetivo aún más ambicioso que limitar el aumento de la temperatura del planeta a 2 grados centígrados en 2100 frente a los niveles preindustriales. «Parece que hay más comprensión sobre que 1,5 grados ya es en sí peligroso» y «el hecho de que el presidente de Francia, François Hollande, lo mencionara en su discurso muestra que tiene más apoyo», destacó Kaisa Kosonen (Greenpeace).

Agregó que también se acercan posturas entre los 196 países y la Unión Europea sobre la «necesidad de deshacerse de los combustibles fósiles para mediados de siglo» y valoró que haya 43 países que apoyen una transición al 100% a energías renovables a medio plazo. «Si le preguntas a cualquier oceanógrafo te dirá que hay que acabar con las emisiones ahora mismo», precisó al añadir que, a su juicio, es imprescindible que el texto final tenga «un lenguaje claro para los inversores y las empresas».

WWF ve avances «muy lentos»

Por su parte, la jefa de la delegación de WWF, Tasneem Essop, indicó sobre el texto preliminar que encontrar soluciones para proteger al mundo de los «devastadores estragos» del cambio climático requerirá «arduas negociaciones y múltiples textos preliminares«. Por ello, cree que aunque el proceso de negociación está en sus inicios, el proceso necesitará «bastante trabajo por delante» si se quiere convertir este texto de negociación en un acuerdo ambicioso y justo. «En general, el texto no ha variado en gran medida de lo que ya se estaba trabajando», puntualizó.

En concreto, ha explicado que los negociadores han elaborado un texto con los elementos clave del acuerdo que los líderes mundiales esperan ver, de acuerdo con sus discursos de la sesión inaugural del pasado 30 de noviembre. «Hasta ahora los cambios son una suerte de paquete mixto«, ha añadido. A su juicio, está claro que el avance ha sido «muy lento», pero reconoce que las opciones están ahora «mucho más claras y mejor estructuradas» aunque, en general, hay varias opciones «divergentes» en la versión del texto actual. «Por ahora, solo están reacomodando las sillas en la cubierta para poder ver mejor el iceberg», ha concluido.

La India bloquea las negociaciones del acuerdo climático de París y la Unión Europea empieza a flexibilizar su postura

EFE.- Las negociaciones de cerca de 200 países para lograr un acuerdo universal contra el cambio climático están en punto muerto por el bloqueo de India, que presiona para que el acuerdo diferencie claramente las responsabilidades entre naciones desarrolladas y en desarrollo en los puntos clave. Mientras, la Unión Europea mantiene su exigencia de que el acuerdo climático perseguido incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, algo que rechaza Estados Unidos, por lo que reconoció estar considerando opciones para llegar a un consenso.

Pese a que el presidente de India, Narendra Modi, subrayó en la inauguración de la cumbre del clima que su país «no quiere quedar fuera» del pacto global que se prevé aprobar en París, India no ha defraudado las expectativas de quienes vaticinaban que se convertiría en el Estado que más iba a complicar el acuerdo. La jefa del equipo negociador español, Valvanera Ulargui, explicó que India se opone a que la diferenciación entre países ricos y pobres, en que se basa el Protocolo de Kioto (1997), «se vaya diluyendo».

India persigue que las contribuciones de reducción de emisiones para el futuro acuerdo sean de cumplimiento «voluntario» para los países en desarrollo, entre los que se incluye, y sólo sean jurídicamente vinculantes para los países que un anexo de la ONU de 1992 consideró «ricos». Esa división entre ricos y pobres de 1992 dista mucho de la realidad actual y de ella no quieren ni oír hablar ni Estados Unidos ni la Unión Europea, que se oponen a que los compromisos de los países en desarrollo sean de cumplimento voluntario.

La negociación no sólo permanece paralizada en ese punto, también lo está en todos los párrafos más importantes del acuerdo, cuyo cumplimiento India quiere condicionar a la recepción de financiación por parte de los países desarrollados. La propia contribución presentada por India, el tercer mayor emisor tras China y Estados Unidos, de reducir la intensidad de sus emisiones entre un 33-35% para 2030 respecto a 2005 y que el 40% de su electricidad provenga de renovables, está condicionada a la recepción de 206.000 millones de dólares de la comunidad internacional.

Transferencia sin coste de conocimientos

India quiere, además, que el acuerdo recoja la obligatoriedad de los Estados desarrollados de transferir, sin coste, conocimiento en tecnologías bajas en carbono a los países en desarrollo, un asunto regulado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y que no puede ser tratado en esta convención. El país asiático no está solo: un buen número de naciones en desarrollo que se beneficiarían de que las contribuciones sean voluntarias le secundan en silencio. «Tememos que China, que oficialmente se presenta como facilitador, sea más bien un apoyo», indicó un negociador de la delegación británica.

Para los negociadores más optimistas el bloqueo de India forma parte de una postura táctica y esperan que la próxima semana, cuando los ministros acudan a París a ultimar el acuerdo, la India ceda si se les asegura la financiación y parte del lenguaje que desean en transferencia tecnológica. Hay quien va más allá y cree que el bloqueo se debe a un conflicto de «orgullo país» mal gestionado: países como Estados Unidos no han dejado de repetir en los últimos meses lo «cooperante» que estaba China para alcanzar un acuerdo internacional, frente a «lo problemática» que estaba siendo India.

«India se ha podido sentir herido como país porque no se haya reconocido su recorrido», indicó la ex secretaria de Estado española de cambio climático Teresa Ribera. La realidad es que el mix energético de India es cada vez más limpio y que, aunque el carbón es la fuente de energía más barata y abundante del país, cada vez más caro y complicado de extraer.

«La mayoría de los bancos ven más potencial en financiar proyectos solares que nuevas plantas de carbón», aseguró un delegado de India en la cumbre, al tiempo que consideró que su país «no puede aceptar limitar duramente sus emisiones cuando todavía estamos tratando de alumbrar a gran parte de la población, el 20% de nuestros habitantes no tienen acceso a la electricidad». Apuntó a que los países ricos son los principales responsables del cambio climático, y que aún «un estadounidense medio emite 10 veces más al año que la media de un habitante en India».

La única manera de acercar posturas, por ahora, cuando ninguna delegación quiere ceder en sus líneas rojas, sería que los más ricos aporten fondos para ayudar a financiar el recorte de emisiones de los que están en desarrollo. Las «diferencias en la negociación en estos momentos son sanas, no se está debatiendo en contra de nadie», dijo la secretaria de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueras, quien insistió en que «queremos un acuerdo con todo el mundo a bordo, nadie se quedará en el camino».

La Unión Europea busca consensos

Bruselas mantiene su exigencia de que el acuerdo climático incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, según afirmó Elina Bardram, negociadora de la delegación comunitaria. «Abogamos con fuerza por objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, y al mismo tiempo, como en toda negociación, tenemos que escuchar a todas las partes y considerar las circunstancias que nos permitan llegar al acuerdo más general, inclusivo y dinámico«, aseguró Bardram.

La negociadora europea recalcó que, en cualquier caso, la «fortaleza y la credibilidad» del acuerdo que se espera que salga de París «no se va a juzgar en función de una sola cuestión, sino del nivel de ambición de varios elementos del acuerdo». Apuntó a cuestiones como el establecimiento de un sistema de transparencia y rendimiento de cuentas a la hora de mostrar los esfuerzos hechos por cada país para cumplir con sus objetivos, así como el modo en que se fija la mitigación y cómo se formulan los compromisos que van a ser aplicados.

«Las negociaciones están en marcha, no ha habido ninguna concesión por parte de la Unión Europea, pero, como otros, estamos mirando soluciones que nos lleven a un acuerdo», manifestó Bardram. La negociadora instó también a todas las partes a acelerar los trabajos para poder alcanzar un consenso para el día 11, cuando finalizará la cumbre. «El trabajo duro acaba de comenzar ahora, hemos empezado esta sesión final con un texto de 51 páginas y claramente demasiadas opciones sobre la mesa. Las negociaciones tienen que ponerse a trabajar seriamente, para acortar y pulir el texto», apuntó.

«La gente se está reservando las balas como si fuéramos a estar en París tres semanas, en vez de dos», afirmó por su parte Karsten Sach, una de las negociadoras de la delegación alemana. Sach mostró su pesar porque las conversaciones no están avanzando tan rápido como desearía y consideró que los políticos deberían poner presión sobre los técnicos para que aceleren su trabajo. En la misma línea, Bardram afirmó que es necesario que se busquen ya puntos en común entre las diferentes partes y apuntó que la Unión Europea está dispuesta a actuar como una «constructora de puentes», así como a «comprometerse en negociaciones sustanciales» para lograr que la temperatura global permanezca por debajo de los dos grados Celsius.

China promete reducir un 60% sus emisiones invernadero del sector energético en 2020 y WWF cree que puede cumplir

Mientras diversas urbes de todo el planeta se comprometieron durante la conferencia medioambiental de París (COP21) a destinar el 10% de sus presupuestos anuales a mitigar el cambio climático, el gobierno de China anunció que reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético en un 60% de aquí a 2020 y que las emisiones anuales de CO2 disminuirán en 180 millones de toneladas.

El país vive esta semana una crisis de contaminación del aire que ha provocado que se emitiera un alerta naranja, el segundo nivel más alto, que conlleva el cierre de autopistas y la paralización de obras de construcción y recomendaciones a los ciudadanos para que permanezcan en sus casas. El Ministerio de Protección Medioambiental indicó que las emisiones se disparan durante el invierno por los sistemas de calefacción y la baja ventilación natural. Por su parte, el delegado de China en París, Su Wei, subrayó con «preocupación» lo que considera que es una «falta de compromiso de las naciones más ricas para recortar drásticamente sus emisiones de CO2 y ayudar a los países en desarrollo a abordar el calentamiento global.

Tras el anuncio y también desde París, la ONG WWF apuntó que los compromisos expresados por China «no solo son posibles, sino también económica y técnicamente viable». El informe Future Generation 2.0 de WWF concluye que China dispone de potencial técnico para generar el 84% de sus necesidades energéticas con fuentes renovables en 2050 y a un coste mucho más bajo» que dependiendo del carbono.

El análisis del Instituto de Investigación de Transición Energética en el que se basa el informe de WWF sobre China revela que el país podría cumplir con los compromisos internacionales expresados antes de la COP de París para que las emisiones lleguen a su límite y se reduzcan significativamente y se genere el 20% de su energía mediante fuentes de combustibles no fósiles en 2030, por lo que podría prescindir del carbón en su mix energético en 2050 o antes.

La líder de la Iniciativa Global de Clima y Energía de WWF, Samantha Smith, destacó que China tiene una «gran oportunidad» en las negociaciones del clima de Naciones Unidas para «promover más apoyo» de cara a lograr un «sólido acuerdo». «Nuestra información muestra que los objetivos que China ha establecido no solo son ambiciosos, sino que son totalmente realistas», ha subrayado, al tiempo que ha añadido que el informe publicado por la ONG demuestra que el futuro de bajas emisiones está al alcance y a una fracción del coste de la trayectoria actual de China.

Para el director de WWF en China, Lo Sze Ping, el informe demuestra que «es posible» y que para lograr un futuro «altamente eficiente y alimentado por renovables, la voluntad política es un elemento clave». «Mientras más rápido el gobierno de China envíe señales claras para la transición energética, más pronto podemos garantizar un crecimiento sostenible para nuestra economía», alentó.

Presupuestos contra el cambio climático

Cali, México, Río de Janeiro, Santa Fe y otras 15 urbes de todo el planeta se comprometieron  en la COP21 a destinar el 10% de sus presupuestos anuales a mitigar el cambio climático. Esa promesa representa un compromiso de 5.200 millones de dólares que afectará a 33 millones de personas, señaló la Fundación Rockefeller, que impulsa la iniciativa junto con el grupo «100 ciudades resilientes». Forman también parte de ese compromiso capitales como Accra, Ammán, Atenas, Kigali y París, así como otros los municipios estadounidenses de Berkeley, Boulder, Nueva Orleans, Oakland, Pittsburgh y Tulsa, la británica Bristol, la libanesa Biblos, la china Huangshi, la holandesa Rotterdam o la japonesa Toyama.

Obama asegura que las medidas contra el cambio climático son «un imperativo» económico y de seguridad

Europa Press / EFE.- El presidente estadounidense, Barack Obama, reclamó un «esquema perdurable» para afrontar el cambio climático porque las medidas contra este problema son «un imperativo» económico y de seguridad. En el marco de la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático de la ONU que se celebra en París (Francia), Obama aseguró que Estados Unidos buscará un acuerdo que impulse las economías además de ayudar al medio ambiente.

A su juicio, si se deja que el mundo se caliente y los niveles del mar aumenten «tan rápido como lo están haciendo» y que los patrones climatológicos sigan cambiando de maneras «más inesperadas», entonces pronto habrá que destinar más y más recursos económicos, no en oportunidades de crecimiento para los pueblos sino en adaptarse a las «vastas consecuencias del clima cambiante». Además, considera que un pacto por el clima fuerte enviaría una señal tanto a los investigadores como a los inversores de que el cambio es necesario y que podrá estimular la innovación energética. Por ello, Obama ha manifestado que espera que Estados Unidos pueda apoyar sus compromisos climáticos para ayudar a otros países a presentar sus objetivos energéticos.

«Todavía necesitamos un acuerdo en París», indicó Obama, que añadió que su principal objetivo es lograr asegurar que Estados Unidos sea «un líder en llevarse un acuerdo satisfactorio para casa». Finalmente, ha advertido de que el aumento del nivel del mar y el calentamiento del clima podría mermar los recursos económicos. En este contexto, apuntó que «la mejor manera de dirigir la innovación y de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es «ponerle precio» pero no espera que eso suceda por parte de la actual mayoría republicana en el Congreso y Senado estadounidense.

«Si pones un precio, entonces el mercado entero respondería», admitió Obama que estima que si la gente se da cuenta de los costes del cambio climático, entonces se empezará a poner una etiquetar el precio del daño que se está haciendo. «Obviamente no mantengo ninguna ilusión de que este Congreso imponga algo como eso», confesó el presidente estadounidense respecto a que los políticos de su país establezcan un sistema de mercado de emisiones de CO2.

La cumbre climática COP21 persigue hasta el 11 de diciembre un acuerdo para reducir las emisiones de CO2 que por primera vez englobe a la mayoría de los países, asumiendo Estados Unidos su papel de segundo emisor mundial. En este sentido, Obama subrayó el «liderazgo» que Estados Unidos y China han asumido en la cuestión climática desde que mostraran su disposición a contribuir a contener el calentamiento del planeta, una percepción que quiso reforzar inaugurando su presencia en la COP21 con un encuentro bilateral con el presidente chino Xi Jinping.

Seis años después de que Estados Unidos contribuyera a forjar el fiasco de la cumbre climática de Copenhague, Obama se dice consciente en el tramo final de su mandato de la necesidad de tomar cartas en la lucha contra el calentamiento global. Aunque el presidente estadounidense no ha dado muestras de aceptar el acuerdo climático vinculante que otras partes como la Unión Europea reclaman, sí ha advertido de que su país debe actuar para no perder influencia en una cuestión que «todo el mundo se está tomando muy en serio«.

La prioridad de Europa es lograr un acuerdo «ambicioso» de reducción de las emisiones, que cuente con un mecanismo de transparencia al que estén sujetas todas las partes para asegurar que cumplen y con un sistema de revisión periódica que les permita ir aumentando los esfuerzos comprometidos. Al igual que China, Estados Unidos quiere margen para decidir de qué modo pone en la práctica la lucha contra el cambio climático. «La gente puede tener la confianza de que cumpliremos», afirmó Obama, quien advirtió de que, incluso en el caso de que el próximo inquilino de la Casa Blanca sea un republicano, Estados Unidos deberá mantener los objetivos climáticos para no dañar su credibilidad e influencia.

Las organizaciones ecologistas como Greenpeace celebran que Estados Unidos llegue, aunque sea tarde, a la lucha contra el cambio climático, pero advierten de que para ser creíble tiene que ir más allá. El escepticismo también es compartido en otros socios que aún recuerdan que Obama llegó a la anterior cumbre, en Copenhague, con la promesa renovadora que inspiraba su Yes, we can (Sí, podemos) y se marchó sin romper con la postura tradicionalmente inmovilista de Estados Unidos en materia climática.

Empleados de Iberdrola llegan a París para entregar el manifiesto contra el cambio climático de la compañía

Europa Press / EFE.- Empleados de Iberdrola han llegado a París tras realizar una ruta de 12 de etapas en bicicleta eléctrica para entregar el manifiesto contra el cambio climático de la compañía y dar a conocer en la COP21, la Cumbre de Cambio Climático que se celebra hasta el 11 de diciembre, los compromisos de reducción de emisiones de la compañía.

La ruta, bajo el lema #Just2Challenge, comenzó el 20 de noviembre en Bilbao, con motivo de la presentación del Manifiesto contra el Cambio Climático de Iberdrola, un acto que contó con la presencia del presidente de Iberdrola España, José Luis San Pedro. Tras su intervención, el presidente de Iberdrola España entregó el Manifiesto de Iberdrola al equipo de profesionales de cambio climático de la compañía que llegaron a París, tras recorrer 1.400 kilómetros tras su paso por ciudades como San Sebastián, Biarritz, Tours u Orleáns.

A través de #Just2Challenge, Iberdrola persigue sensibilizar a toda la sociedad sobre la necesidad de alcanzar un acuerdo vinculante en la COP21 que permita limitar el incremento de la temperatura por debajo de los 2ºC a final de siglo, límite establecido por el comité científico IPCC. Además, los profesionales que participaron en esta ruta quisieron transmitir que el sector eléctrico debe ser parte de una solución en la que deben participar, además, todos los actores: administraciones públicas, empresas y ciudadanos. Esta iniciativa se ha podido seguir desde la web www.just2challenge.com, en la que se ha ido contando el día a día del viaje emprendido en Bilbao, además de concienciar sobre la necesidad de dar respuesta a este importante reto global.

El Manifiesto contra el Cambio Climático de Iberdrola fija los cinco ejes principales de la empresa en su lucha contra el calentamiento global. Plantea, en primer lugar, la necesidad de actuar lo antes posible contra este reto global que implica a toda la sociedad. Esta actuación debe pasar por un acuerdo vinculante que permita limitar el incremento de la temperatura global por debajo de los 2ºC para el año 2100.

En la consecución de este acuerdo, Iberdrola considera que el sector eléctrico, que representa el 28% de las emisiones mundiales de CO2, debe jugar un papel esencial, mediante el impulso de tecnologías renovables sostenibles y eficientes. Para que este impulso a las fuentes de generación limpias sea efectivo y sostenible, es necesario, tal y como Iberdrola refleja en su Manifiesto, que se dé una señal real de los precios del CO2 y que afecte a todos los sectores económicos, no únicamente a la generación de energía eléctrica. Iberdrola considera que, si se transmiten de forma correcta estas señales, las políticas climáticas no solo aportarán soluciones contra el calentamiento global, sino que también supondrán una oportunidad de crecimiento económico y prosperidad.

La compañía, cuyas emisiones por kilovatio hora (kWh) son ya un 30% inferiores a la media del sector eléctrico europeo, apoya el proceso de negociaciones sobre cambio climático y considera imprescindible la aportación del sector privado en las mismas. Por ello se ha comprometido en la Cumbre del Clima de París a reducir su intensidad de emisiones en un 50% para 2030, con respecto a sus emisiones específicas de 2007, y de ser neutra en carbono en el año 2050.