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La Hora del Planeta oscurece el mundo desde Samoa hasta las islas Cook pero también encuentra detractores

Servimedia / Europa Press.- El evento mundial de acción colectiva contra el cambio climático, La Hora del Planeta, que se celebró este sábado en todo el mundo, «distrae de los problemas reales y de las soluciones» al calentamiento global, según el director del Centro del Consenso de Copenhague (Dinamarca), Bjorn Lomborg. Lo cierto es que la décima edición arrancó en Samoa y durante 24 horas fue oscureciendo el mundo hasta llegar a las islas Cook porque 178 países y territorios se sumaron a esta iniciativa de WWF.

Con el lema Ahora es el momento. Cambia por el clima, la Hora del Planeta alerta sobre la urgencia de luchar contra el calentamiento global y de hacer realidad el Acuerdo de París, firmado el pasado diciembre para evitar que la temperatura del globo sea 2ºC superior a los niveles de la era preindustrial. Por ello, el principal objetivo que se marcó WWF para la edición de este año era promover acciones climáticas que aseguren un futuro con energías renovables.

Como novedad en España, WWF pidió a los casi 400 ayuntamientos que se sumaron a la Hora del Planeta (un 50% más que en 2015) que aprueben medidas concretas para luchar contra el cambio climático, como la aprobación de una moción que recoja los compromisos de reducción de emisiones y de eficiencia energética de las ciudades. Otras propuestas para los municipios son la incorporación de criterios de eficiencia energética en la compra de equipos y servicios, la utilización de iluminación de bajo consumo, la creación de carriles bici y el fomento del transporte público para reducir emisiones, ruido y contaminación.

Este año, WWF batió su propio récord de participación en la Hora del Planeta, con un total de 178 países y territorios de todos los continentes, miles de ciudades y cientos de monumentos emblemáticos apagados, incluyendo la Torre Eiffel (París), el Empire State Building (Nueva York), el Taipéi 101 (Taiwán), la ópera de Sídney, la Basílica de San Pedro en el Vaticano, catedrales de todo el mundo o el Coliseo. En España se apagaron monumentos muy emblemáticos como símbolo de lucha contra el cambio climático, entre ellos la Alhambra de Granada, la Catedral de Palma de Mallorca, la Basílica de San Isidoro de León, la Sagrada Familia de Barcelona y el Palacio Real de Madrid.

Asimismo, WWF destacó la participación de municipios «muy pequeños» que por primera vez se sumaron a La Hora del Planeta, como muchos de la provincia de Lérida. También participaron «prácticamente todas» las capitales de provincia. «Aunque estamos experimentando ya los efectos del cambio climático, también estamos asistiendo a un nuevo impulso en la acción climática que trasciende fronteras y generaciones. Desde nuestros hogares, trabajos y municipios estamos exigiendo de forma conjunta la acción climática para salvar al planeta», reclamó el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, que recordó que desde su organización también recomiendan medidas en todos los sectores para que se implementen durante todo el año.

Distrae de los problemas reales

Por su parte, el citado Lomborg, que también es profesor adjunto en el Copenhague Business School, considera que La hora del planeta hace «poco» por el clima y distrae de los problemas reales y de sus soluciones. «El calentamiento global es un problema real, pero la Hora del Planeta no es la respuesta», ha denunciado porque, en su opinión, las reducciones netas de emisiones son cercanas a cero. En contraposición señaló que «si se encienden muchas velas, en realidad se incrementarán las emisiones de CO2».

Además, cree que aún es más importante que la celebración de la oscuridad «envía el mensaje incorrecto» ya que mientras más de 1.000 millones de personas a nivel mundial hacen el símbolo de prescindir de una electricidad no esencial durante una hora en todo el año, otros 1.300 millones de personas de los países en desarrollo seguirán viviendo sin electricidad «como hacen el resto de las otras noches del año».

A juicio de Lomborg, una electricidad y una plenitud energética asumibles son la savia de la civilización moderna y de su prosperidad. Sin embargo, en vez de apagar las luces de cada persona, la población mundial debería centrarse en encontrar brillantes soluciones que permitan a aquellos que viven en la oscuridad permanente mejorar sus vidas sustancialmente a través de un buen acceso a la energía.

«Recortar las emisiones en el corto plazo no es una asignatura fácil. Hoy, la energía verde es aún demasiado costosa para ser una solución viable. Eso es lo que necesitamos para incrementar las inversiones globales y la investigación verde y el desarrollo. Esto generará los logros que serán necesarios en la energía durante la segunda mitad de este siglo, con menor coste y con energías limpias«, ha concluido el profesor.

El sector energético apoya el acuerdo climático de París, con reticencias desde Carbunión, mientras Endesa apuesta por una «transición eficiente»

EFE.- El consejero delegado de Endesa y vicepresidente de Enerclub, José Bogas, señaló que para conseguir los objetivos marcados en el acuerdo de París sobre cambio climático primero se deberá gestionar una «transición eficiente» y «aprovechar al máximo los sistemas de producción actuales». En este sentido, las patronales energéticas han apoyado el acuerdo sobre cambio climático COP21, firmado en París, porque será «positivo» para el futuro, aunque con ciertas reticencias por parte de las asociaciones de los hidrocarburos y el carbón.

En una jornada organizada por Enerclub sobre este pacto, el director general de la patronal renovable APPA, José María González, lo ha calificado como «histórico», y ha afirmado que su sector sale «reforzado» de esta convención. No se ha mostrado tan convencido el presidente de la patronal del carbón Carbunión, Óscar Lapastora, que ha reclamado una «transición ordenada», debido a que los combustibles fósiles «van a seguir existiendo durante décadas».

«Una tecnología totalmente descarbonizada no es efectiva», señaló, «así que en lugar de pensar en la desaparición del carbón, habría que plantearnos maneras de seguir usándolo con menos emisiones». «El carbón está muy vivo y va a seguir estándolo», insistió Lapastora. El representante del sector del carbón tampoco cree que los objetivos que marca el acuerdo de París sean «conseguibles» y aseveró que es «complicado» que los países renuncien a explotar dos tercios de las reservas de combustibles fósiles que tengan, incluidas las de carbón.

El presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, Antonio Cornadó, subrayó que en los próximos años se seguirán construyendo centrales nucleares en Europa. Con respecto a las propuestas de regular un límite de vida útil para estas plantas de 40 años, Cornadó aseguró que «mantener 10 años más el funcionamiento de las centrales nucleares equivale a 2 años y medio de consumo eléctrico en España y ahorrar la emisión de entre 450 y 550 millones de toneladas de CO2».

Por su parte, el presidente de la patronal petrolera AOP, Álvaro Mazarrasa, reconoció que su sector «puede ser uno de los grandes perdedores» del acuerdo de París. «Los acuerdos que ha presentado la Unión Europea son mucho más ambiciosos que los que han suscrito China o los Estados Unidos», indicó. Por último, la jefa del departamento de Cambio Climático y Medio Ambiente de la patronal eléctrica Unesa, Cristina Rivero, añadió que el acuerdo es «más de lo que esperaba conseguir la comunidad internacional» y es «sobresaliente» para el sector energético.

Endesa plantea aprovechar recursos actuales

En la clausura de la jornada organizada por Enerclub, Bogas apostó por una «transición eficiente» y «aprovechar al máximo los sistemas de producción actuales». En este sentido, indicó que otro de los retos será la modernización de la red de distribución, «empezando por las políticas regulatorias«. También añadió que si se materializan las propuestas del acuerdo, que pasan por un mix energético 100% renovable en España en 2050, Bogas auguró que el ahorro energético «ya no será necesario» porque el coste de generación «será nulo».

En este sentido, la principal cuestión a tratar con un mix totalmente renovable será «adaptarse a la disponibilidad» de los recursos. Bogas aseguró que, en ese escenario, el cliente pagará «como en el sector de telecomunicaciones, por una cantidad determinada», ya que en estas redes «ya no se paga por minuto, el usuario compra un ancho de banda y puede utilizarlo en cualquier lugar». Asimismo, con este modelo renovable, el comercio de emisiones de CO2 «dejará de ser un quebradero de cabeza», ya que desaparecerán.

Alemania y la transición energética

Profundizando en las consecuencias de París, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, señaló que implementar el acuerdo implicará una «reconstrucción radical de nuestras fuentes de energía, nuestras ciudades y nuestra movilidad», lo que obliga a empezar cuanto antes este proceso de adaptación. Steinmeier se mostró convencido de la viabilidad de la transición energética y, en consecuencia, de las opciones reales de eliminar totalmente el CO2 de la economía global para finales de siglo. «La transición energética es técnicamente posible y financiable«, afirmó el ministro. Steinmeier agregó a este respecto que la transformación energética ha empezado a coger cuerpo tanto en países emergentes como industrializados.

En este sentido, el ministro de Economía y Energía alemán, Sigmar Gabriel, llamó a la transición energética de su país como «uno de los proyectos centrales de futuro» de la mayor economía europea. «Queremos demostrar que una política energética sostenible tiene sentido ecológica y económicamente», indicó. Alemania se encuentra inmersa en un ambicioso proceso de transición energética que pretende ser referente internacional y que busca acabar con la dependencia nuclear para 2022 y sustituir progresivamente en las próximas décadas los combustibles fósiles por renovables como la solar o la eólica.

Tejerina asegura que España cumplirá con la segunda fase del protocolo de Kioto pese a los aumentos de las emisiones

EFE / Europa Press.- La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró que España cumplirá con sus obligaciones del segundo periodo del protocolo de Kioto de reducción de gases de efecto invernadero, pese al aumento de emisiones registrado, al valorar el último informe de la Agencia Internacional de la Energía que refleja que las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía se mantuvieron estables por segundo año consecutivo.

Según este organismo, las emisiones globales de CO2 se mantuvieron en 32.100 millones de toneladas en 2015, lo que significa que se han mantenido esencialmente en ese nivel anual desde 2013. En opinión de Tejerina, son datos positivos porque reflejan «una desconexión entre el crecimiento económico y el aumento de las emisiones» contaminantes. Tras señalar que España se está recuperando de forma importante al crecer un 3,5%, garantizó que España cumplirá con la segunda fase de Kioto gracias a las políticas impulsadas por el Gobierno.

«Aunque aparentemente puede parecer que España ha incrementado sus emisiones, analizado con rigor hay muchas noticias positivas», indicó Tejerina. «Por primera vez hay, una desconexión entre crecimiento económico, lo que es importante porque España necesita crecer económicamente y seguir creando empleo», dijo. En relación a si el uso del carbón es uno de los principales responsables del incremento de las emisiones en el caso español, la ministra ha indicado que se debe a «múltiples razones».

«Pero lo importante es seguir cumpliendo con la Hoja de Ruta trazada por el Gobierno, en la que se recogen más de 43 medidas hasta el año 2020, y estamos ya trabajando en la hoja de ruta para el periodo 2020-2030 con la convicción de que para el siguiente tramo de Kioto (2013-2020) vamos a seguir cumpliendo», subrayó la ministra.

Destaca el Acuerdo de París

Respecto a la COP21, la ministra ha explicado que los países firmantes del Acuerdo, que representan el 98% de las emisiones mundiales, asumen esfuerzos para reducir emisiones con el objetivo de limitar el impacto del cambio climático. Por este motivo, la COP22 de Marrakech de este año será fundamental para concretar los aspectos técnicos que quedaron pendientes de resolución en París, además de servir «para asegurar que se dan los pasos adecuados para la puesta en marcha efectiva del Acuerdo».

Por lo tanto, la ministra entiende que el sector energético juega un papel decisivo en la mitigación del cambio climático. Así, Tejerina subrayó la importancia de los desarrollos en materia de energías renovables, mejora de la eficiencia energética y el transporte sostenible, así como la innovación y el uso de tecnologías limpias. De hecho, manifestó que estos cambios suponen una gran oportunidad para impulsar el desarrollo económico y el crecimiento de las empresas que tomen el liderazgo en estos ámbitos.

Tejerina considera que el papel de las energías renovables es clave para cumplir los objetivos. En este sentido, la ministra destacó el Marco sobre clima y energía para 2030 de la Unión Europea, que supone un apoyo decisivo para lograr una mayor participación de las renovables en el mix energético y para incrementar la eficiencia. Para la ministra, cada vez se consolida más la idea de que este cambio de modelo trae consigo nuevas y grandes oportunidades, que serán impulsadas por la «creciente movilización de financiación, tanto pública como privada».

«Contamos con un ambicioso paquete financiero, en el que destaca el Fondo Verde para el Clima, una herramienta que España ha apoyado desde su creación y a la que nos hemos comprometido a aportar 120 millones de euros en los próximos años», recordó. Además, la ministra se ha referido al compromiso anunciado por el presidente Mariano Rajoy en la Cumbre de París de movilizar 900 millones de euros anuales, a partir del año 2020, «lo que supone redoblar los esfuerzos con respecto al año 2014».

Las emisiones de CO2 se mantuvieron estables en 2015 por segundo año seguido pero Greenpeace denuncia que no es suficiente

EFE / Servimedia.- De hecho, Greenpeace urge a reducir las emisiones de CO2 porque, a pesar de que la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha detectado un estancamiento por segundo año consecutivo de las emisiones globales, son las más elevadas en la historia. Según los datos preliminares correspondientes a 2015, las emisiones globales de CO2 se mantuvieron en 32.100 millones de toneladas en 2015, lo que significa que se han mantenido esencialmente en ese nivel anual desde 2013.

En concreto, esas emisiones pasaron de los 32.134,37 millones de toneladas registrados en 2014 a los 32.137,48 millones de toneladas el año pasado. «Los nuevos datos confirman las noticias sorprendentes pero bienvenidas del año pasado: hemos visto dos años seguidos de emisiones de gases de efecto invernadero desligándose del crecimiento económico», señaló el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. El responsable de este organismo destacó que estas cifras se conocen pocos meses después del histórico Acuerdo de París en la Cumbre del Clima (COP21), que estableció objetivos globales para luchar contra el calentamiento global.

Según la AIE, la electricidad generada por las renovables desempeñó un papel «crucial», al alcanzar el 90% de la generación de nueva electricidad en 2015. La eólica fue la responsable de más de la mitad de esa nueva electricidad generada. La agencia considera que, teniendo en cuenta que el crecimiento global superó el 3%, hay evidencias de que el vínculo entre el desarrollo económico y el aumento de las emisiones se está debilitando. Recuerda también que en los más de 40 años en que la AIE ha facilitado datos sobre las emisiones de CO2, solo hay cuatro periodos en que estas se mantuvieron o cayeron respecto al año anterior, y en tres casos tuvieron que ver con crisis económicas globales.

De forma relevante, las dos mayores potencias contaminantes, Estados Unidos y China, disminuyeron sus emisiones de CO2 relacionadas con la energía en 2015. En el país americano, esa reducción alcanzó el 2%, gracias al paso en gran escala del carbón al gas natural para generar electricidad. Mientras, China disminuyó también un 1,5% sus emisiones, debido a un menor uso del carbón y a la generalización de las fuentes bajas en carbono, del 19% al 28%, especialmente las hidráulicas y las eólicas. La AIE publicará en junio su informe especial sobre la energía y la calidad del aire en todo el mundo, donde desarrollará estos datos.

Para Greenpeace no es suficiente

En este sentido, la organización ecologista indicó que el estancamiento de emisiones de dióxido de carbono demuestra cómo el trabajo de las políticas nacionales para impulsar las energías renovables está funcionando. «Pero los líderes mundiales necesitan ahora redoblar sus esfuerzos para asegurar que el aumento global de temperatura se mantenga dentro de los límites establecidos en el Acuerdo de París del año pasado», declaró la responsable de la Campaña de Energía de Greenpeace, Sara Pizzinato.

Por su parte, la responsable de la campaña global de Energía de Greenpeace Internacional, Emily Ronchon, explicó que «las emisiones de China podrían haber alcanzado su punto máximo y ahora están cayendo por segundo año consecutivo», lo que «pone al país en camino de superar sus compromisos climáticos». Sin embargo, Greenpeace critica que España figura entre «esos países que no están cumpliendo con su parte para salvar el clima», ya que en 2015 «nuevamente se redujo prácticamente a cero la instalación de nuevas renovables y al mismo tiempo el Gobierno aprobó la normativa más restrictiva del mundo en autoconsumo», en referencia a los cargos establecidos.

El almacenaje de energía renovable se presume clave para cumplir con los objetivos climáticos

EFE.- Lograr y extender el almacenaje de energía renovable será la clave para acelerar la transición energética y que los países puedan cumplir los compromisos asumidos en el acuerdo de la Cumbre del Clima de París para que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados a finales de siglo. Así lo explica Luke Sussams, analista de la organización internacional Carbon Tracker, experta en riesgo climático en los mercados financieros.

Sussams opina que el reto «crucial» para que de verdad se produzca una transición energética hacia un mundo bajo en carbono «está en avanzar en el almacenaje de la generación renovable, porque facilitaría su penetración masiva en el sistema eléctrico». «Si el almacenaje sale adelante, las renovables serán imparables, se impondrán sin ninguna duda», subraya. El analista británico es «optimista» en este sentido: «las mejoras que han experimentado las energías renovables en los últimos han sido realmente sorprendentes, la caída de los costes ha sido muy significativa, en muchísimos países se ha alcanzado la paridad».

Sussams incide en que la expansión de las renovables es «totalmente factible» sin necesidad de subvenciones: «Las ayudas y las tarifas fijas eran un apoyo para que la tecnología despegara hasta ser competitiva en el mercado, cuando esto ya sucede, las ayudas dejan de tener sentido». «Eso sí, siempre y cuando no sigan subvencionado por otra parte a los combustibles fósiles», matiza. El analista de Carbon Tracker está convencido de que la caída de precios del petróleo «no afectará a la expansión de las renovables» como, a su juicio, demuestran datos como los 329.000 millones de dólares de inversión en nuevos proyectos renovables en 2015.

«La inversión en renovables ha resistido a los bajos precios del petróleo, que se mantendrán así durante todo este año. Seguramente habrá un repunte del precio del crudo en 2017, pero dudo que volvamos a ver el barril en 100 dólares», añade. En esa línea, Sussams no cree que los bajos precios del petróleo vayan a ser un impedimento para cumplir los objetivos de reducción de emisionesa los que cerca de 200 países se comprometieron en París. Si bien «hay muchos interrogantes abiertos, como si los países se van a tomar en serio sus compromisos y los van a implementar cada 5 años para asegurar que la temperatura no sube más de 2 grados”.

«Es la primera vez en la historia de la humanidad en la que tantos gobiernos se unen en un mismo acuerdo, lo cual es un signo político tremendo para los mercados», agrega. Recuerda también que el pacto incluye «terminología muy ambiciosa que nadie pensaba que se iba a llegar a incluir», como «el compromiso de dejar la temperatura muy por debajo de los 2º, y hacer todo lo posible para que no supere el 1,5º». «Esto no quiere decir que el 1,5º grados se vaya a conseguir, porque técnicamente es casi imposible, pero hay que hablar de 1,5º», apunta Sussams.

Sussams está convencido de que para lograr ese objetivo climático dos tercios de las reservas de combustibles fósiles conocidas «deben quedarse bajo tierra, y en esas reservas entran tanto las que manejan las empresas como los países». Por eso el analista cree que solamente el despegue masivo de las renovables reducirá la demanda de combustibles fósiles y determinará que las reservas restantes queden bajo tierra. Respecto al carbón, opina que la demanda ya «tocó pico» y que el declive de la misma «es totalmente estructural y no cíclico». Estamos en condiciones de decir que «el declive del carbón es irreversible».

Daniel Lacalle considera que cerrar las centrales nucleares por motivos medioambientales es un «engaño» si se mantiene el carbón

Europa Press.- El economista Daniel Lacalle ha advertido de que la propuesta de acuerdo para formar Gobierno de PSOE y C’s que contempla el cierre de las centrales nucleares cuando cumplan 40 años de edad es «un engaño a los ciudadanos si se hace por motivos medioambientales» mientras se mantiene el carbón. Una medida que, según sus cálculos, conllevará «tranquilamente» un aumento del 30% de la tarifa de la luz. Así se expresó en el marco de la Jornada de experiencias operativas de la Sociedad Nuclear Española (SNE).

Respecto al compromiso de cerrar las plantas al cumplir 40 años, opina que puede hacerse, siempre y cuando el consumidor conozca, entienda y acepte lo que esa decisión conlleva. En concreto, ha advertido de que «tal y como está el mix y la estructura de costes, la propuesta supondría, tranquilamente un aumento del 30% de la tarifa para los consumidores».

Por ello, criticó que el proceso de transición tecnológica acordado no identifica cómo se realizará «sin que le suponga al consumidor un aumento total de las tarifas del 50 o 60%». Así, denuncia que «se está engañando con el coste de esas medidas» y defiende que la decisión sobre si una planta nuclear puede extender su funcionamiento no es competencia política sino de los organismos técnicos. Lacalle reclama que el objetivo sea buscar la fórmula para que el Gobierno consiga que las tarifas en España bajen. «El problema de competitividad en el que estamos a través de grandes subvenciones y enormes costes fijos debe ser la prioridad del Gobierno», aconseja.

Lacalle cuestiona también la falta de análisis económico de las medidas del acuerdo por lo que califica la propuesta de «limitada», ya que se debe entrar en detalle en el «problema triple» del sector energético, consistente en el «enorme coste de tarifa» por los costes fijos y las subvenciones; la sobrecapacidad instalada y la «decisión unilateral» de los Gobiernos de incentivar una u otra tecnología.

De este modo, está «sorprendido» porque si la propuesta es de carácter ambiental y no política, no se hable del carbón, «mucho más contaminante e ineficiente» que la energía nuclear. «Me parece curioso», comenta.  A su juicio, la transición energética y tecnológica debería acometerse desde la competencia frente a la penalización del eficiente para subvencionar al ineficiente, de modo que las más competitivas lideren la bajada de precios. Además, tachó de «error histórico y monstruoso» subvencionar tecnologías ineficientes en un momento naciente como la energía solar, sin que España pueda ahora beneficiarse de su caída de costes, y que ha provocado una sobrecapacidad del 40%, además de sobrecostes al consumidor.

Por todo ello, opina que el mix energético «no puede ser una decisión política» pues el Gobierno no tiene mejor información que las empresas sobre el desarrollo tecnológico de las tecnologías y eso provoca que se perpetúen sectores obsoletos y contaminantes como el carbón. «Me parece ideológicamente demagógico que se olvide la parte más subvencionada, más contaminante y más ineficiente en el acuerdo de PSOE y C’s. Es alucinante y tiene que ver con la decisión política de sostener a sectores rentistas», sentenció Lacalle que lamenta que, al final, es el consumidor el que paga estas decisiones en su factura.

A su juicio, la descarbonización de la economía será posible gracias a la tecnología que aumentará la eficiencia energética, que «es esencial». Sin embargo, ha asegurado que esto será «imposible» sin la nuclear. «Podremos hacer todo tipo de cábalas sobre la solar, cuyo desarrollo es espectacular, el viento, que también, la biomasa, que en realidad no es una renovable, todo eso se puede tener en cuenta y es muy importante en la transición; pero la descarbonización como objetivo fundamental no puede existir sin la nuclear, ni en España, ni en ningún otro país», ha sentenciado.

El economista defendió la nuclear porque la mayor parte del consumo energético es de base, lo que cada ciudadano consume cada día, de modo que si se prescinde de una energía ininterrumpida para sustituirla por otras con variabilidad enorme, el sistema se encarece y se incurre en riesgo de apagones. Lacalle opina que mientras la tecnología va poco a poco buscando alternativas ininterrumpibles de almacenamiento, no se puede destruir la competitividad y la capacidad de consumo solo por negar el efecto inapelable de la eficiencia.

Por otro lado, el economista cree que los objetivos de cambio climático alcanzados en la Cumbre del Clima (COP21) se pueden conseguir «en cuanto se quiera» pero el problema es una falta de voluntad por lo que, en realidad, «es un cuento chino«. Desde su análisis, los objetivos de cambio climático no se conseguirán subiendo los costes a los ciudadanos del tercer mundo, ni los precios de la energía ni poniendo trabas al crecimiento económico y está «100% seguro» de que como no va a ocurrir es «con planes quinquenales».

Lacalle criticó estas cumbres, que «cuestan una pasta» y que son parte del juego en el que se comprometen a invertir 100.000 millones de dólares que “no conseguirán nada” mientras se trasladen los errores de planificación y los costes a los ciudadanos. En este sentido, plantea que si China, Rusia o Venezuela, por ejemplo, cierran sus empresas «estatales» bajaría la temperatura «ya», pero estamos ante un «cuento chino» que van a pagar, por ejemplo, ciudadanos europeos, que emiten el 12% del total de gases invernadero, o los españoles, que representan un 1% del PIB mundial.

A su juicio, por ejemplo, la realidad es que Venezuela no quiere cerrar sus empresas estatales y, de hacerlo, exigiría que el resto de los países pagaran su esfuerzo. «Esto es un impuesto adicional que están introduciendo por la nada. Es una vuelta al rentismo», ha denunciado. Finalmente, desconfía de que esto se vaya a lograr fomentando sectores no rentables, provocando un endeudamiento del PIB. También lamenta que la propuesta sea hacer desaparecer un 20% del PIB mundial para frenar las emisiones cuando la limitación del calentamiento global llegará, «y esta es la parte positiva», con tecnología «que es imparable».

La española Teresa Ribera, entre los candidatos a reemplazar a Figueres en la secretaría de Cambio Climático de la ONU

EFE.– La ONU baraja una lista de 10 candidatos para suceder a la costarricense Christiana Figueres como jefa de la diplomacia climática internacional en la que aparece la ex secretaria de Estado de Cambio Climático española Teresa Ribera, según The Guardian. Figueres ya ha confirmado que no renovará ni ampliará su mandato como secretaria general de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) más allá del turno de seis años que expira a comienzos de julio.

El organismo ha abierto el proceso para relevarla y, según fuentes consultadas, busca una personalidad fuerte y curtida en la diplomacia climática para ocupar un puesto clave en los próximos años, en los que se debe ratificar el acuerdo de París, cerrar flecos pendientes e implementarlo antes de que entre en vigor en 2020. Entre los candidatos están asimismo la embajadora mexicana en Alemania, Patricia Espinosa, que presidió la cumbre del clima de Cancún (2010), el titular peruano de Ambiente y presidente de la cumbre climática de Lima (2014), Manuel Pulgar, y la ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.

El portavoz brasileño en las negociaciones de Rio+20, André Corréa Lago, aparece también en la lista, junto al director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el turco Fatih Birol; el ministro de Medio Ambiente de Gambia, Pa Ousman Jarju; la diplomática climática surafricana Nozipho Joyce; la embajadora de Granada en la ONU, Dessima Williams, y Laurence Tubiana, la embajadora francesa que dirigió las negociaciones de la COP21. Ribera es una de las candidatas mejor valorada en la lista que está sobre la mesa del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, por su experiencia en la negociación internacional.

Entre otros cargos, Ribera ha sido directora de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), entre 2004 y 2008, y secretaria de Estado de esta materia de 2008 a 2011. Ribera dirige desde julio de 2014 el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI), que ha orientado en la trastienda la cumbre de París y el acuerdo histórico de lucha contra el cambio climático alcanzado. Los aspirantes deberán presentarse por sí mismos a un puesto que tiene una gran responsabilidad: que el acuerdo de París se aplique y los países combatan de manera efectiva el calentamiento global.

Los ecologistas piden el cierre programado de las centrales de carbón

EFE / Europa Press.- Las cinco organizaciones ecologistas de ámbito nacional reclamaron a la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que el Gobierno aborde el cierre programado de las centrales de carbón para cumplir los objetivos asumidos en el acuerdo del clima de París. Así lo indicó a la salida del Consejo Nacional del Clima, la portavoz de cambio climático de WWF, Mar Asunción.

Las cinco grandes organizaciones ecologistas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) exigieron a la ministra Tejerina «mayor ambición a nivel nacional, ya que en las proyecciones que se manejan para los próximos años siguen aumentando las emisiones». «Nos parece que es totalmente impresentable que un país desarrollado como España, no lance el mensaje adecuado, y maneje escenarios en los que crecen las emisiones», indicó Asunción.

Las ONG plantearon a la ministra «objetivos energéticos concretos para que bajen las emisiones», entre ellos «la necesidad de tener un cierre programado de las centrales de carbón, ya que estos dos últimos años las emisiones de electricidad con carbón han estado aumentando muchísimo». Asunción lamentó, sin embargo, que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, «siga buscando recovecos para que España continúe produciendo electricidad del carbón».

Los ecologistas quieren que España apoye en el seno de la Unión Europea una mayor ambición de los compromisos de reducción presentados para 2030 cuando se ratifique el acuerdo de París. Actualmente, la Unión Europea se ha comprometido a una reducción de emisiones del 40%, a un porcentaje de renovables del 27% y la misma cifra en eficiencia energética para 2030. Asunción lamentó también «las evasivas y las respuestas generales» con las que la ministra ha contestado a sus preguntas.

“Falta compromiso contra cambio climático”

Por otro lado, las ONG ambientales no ven que el Gobierno esté dando pasos decididos para luchar contra el cambio climático en España, pese a ser uno de los países más vulnerables de Europa a este fenómeno. Así, el portavoz de Amigos de la Tierra, Héctor del Prado, lamentó que García Tejerina se dedicara a «tirar balones fuera» sobre todo respecto a la vinculación de modelo energético con las emisiones de efecto invernadero. Además criticó que la ministra se ciñera a que España se limita a los objetivos marcados por la Unión Europea, algo que, aunque es perfectamente legal, Del Prado cree que España debería ir más allá puesto que es una de las grandes economías y «debe dar ejemplo».

«La ministra dice que el Acuerdo de París y los objetivos 2020 van bien y que va a cumplir con todo. Ha explicado verdades a medias. Da la sensación de que todo va perfecto, pero algo no va bien cuando llevamos los 9 meses consecutivos más calurosos de la historia«, comentó. Para Del Prado, el Ministerio y la Oficina Española de Cambio Climático tienen «buenas intenciones, pero les falta fuerza para imponerse a otros departamentos y ser más ambiciosos”, en alusión al Ministerio de Industria.

En la misma línea, la portavoz de energía de Greenpeace, Tatiana Nuño, subrayó que en 2015 se aumentó un 23% el uso de carbón lo que ha provocado un crecimiento de las emisiones de CO2 del 4%. «Con el Acuerdo de París en la mano, que marca el fin de los combustibles fósiles, deberían trabajar en algún programa para marcar el fin de las térmicas de carbón y en un plan de transición justa una economía baja en carbono. Está claro que no podemos seguir subvencionando las energías sucias», opina Nuño que calificó de «un poco difusa» la respuesta de García Tejerina en esta cuestión.

Reclama medidas ambiciosas al Gobierno

De este modo, le han trasladado que el Gobierno sigue favoreciendo las energías sucias y que prevén que pese al Acuerdo de París vaya a haber «cambios importantes en las políticas que marquen la diferencia» por lo que ha advertido al Ministerio de Agricultura de que ese acuerdo global no es suficiente, de modo que se deben implantar medidas más ambiciosas. En cuanto al Plan Nacional de Adaptación cree que se debería recalcular el crecimiento de emisiones previsto hasta 2020.

Por su parte, el portavoz de energía de SEO/BirdLife, David Howell, reprochó que a pesar de que las emisiones han aumentado la ministra ha tratado de presentar los datos como «una buena noticia», igual que los datos del Plan Nacional de Adaptación o de la implantación del Acuerdo de París. A su juicio, España debería estar liderando la lucha contra el cambio climático en Europa al ser uno de los países más vulnerables, por su dependencia de los combustibles fósiles y sus condiciones climáticas. Entre las propuestas que WWF considera necesarias, estima que Europa debe modificar el sistema del comercio de emisiones, la directiva de renovables, avanzar en eficiencia energética y acometer un reparto de esfuerzos en los sectores difusos.

«Lo suyo es tener ya propuestas firmes en esas áreas para descarbonizar el transporte y la economía con avances importantes, no con el goteo actual de pequeñas medidas», ha valorado Howell, que cree que a España le faltan también mayores objetivos en el Plan Nacional de Adaptación para reducir la vulnerabilidad de España al calentamiento global. Finalmente, ha indicado que las ONG han instado al Ministerio a establecer un programa de cierre de las minas de carbón, de las centrales térmicas y de las nucleares.

El Ministerio de Medio Ambiente confirma que las emisiones de CO2 aumentaron un 0,5% en 2014 frente al año anterior

Redacción / Agencias.- Las emisiones de CO2 aumentaron un 0,5% en 2014 respecto al año anterior, según los datos del último Inventario Nacional de Emisiones de gases de efecto invernadero, que incorpora la serie 1990-2014. La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en funciones, Isabel García Tejerina, informó en el Consejo Nacional del Clima de estos datos que remitirá a Naciones Unidas el 15 de marzo próximo.

Además, precisó que las emisiones en 2014 alcanzaron los 333 millones de toneladas de CO2-equivalente, lo que representa un «ligero» incremento del 0,5% respecto al año 2013. En este sentido, Tejerina ha subrayado que «se ha conseguido desacoplar el ritmo de crecimiento económico y de emisiones», ya que el incremento es inferior a la variación interanual del PIB para el mismo periodo, que se sitúa en un aumento del 1,4%.

De estos datos, explicó que las emisiones de los sectores sujetos al Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión aumentaron un 1,7% respecto a 2013, mientras que los sectores difusos disminuyeron en un 0,14% en el mismo periodo. «Es en estos sectores difusos (agricultura, los transportes y los residuos, entre otros) donde tenemos un objetivo nacional de reducción de emisiones y donde se puede valorar el efecto de las medidas nacionales puesta en marcha en el marco de la Hoja de ruta 2020», precisó.

Respecto a la Hoja de Ruta de Sectores difusos 2020, ha apuntado que incluye 43 medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sectores como el de la vivienda, los transportes y los residuos, entre otros. García Tejerina destacó que la activación de las medidas de la actual hoja de ruta se encuentra aproximadamente en un 80% de lo planificado y que es importante implantar al 100% para conseguir una senda descendente de emisiones a 2020. A este respecto, anunció que la Oficina Española de Cambio Climático está revisando la hoja de ruta para identificar nuevas políticas de mitigación tempranas que permitan cumplir con lo establecido de una forma «costoeficiente» en 2030.

Del mismo modo, aplaudió el papel «clave» de la Unión Europea en la Cumbre de París, y aseguró que seguirá trabajando para mantener ese liderazgo en la nueva fase de implantación a nivel nacional que se abre tras el acuerdo, que lanza una “señal clara y unánime” de avanzar hacia un modelo de desarrollo económico, social y medioambiental. Al respecto, calificó la cita de «éxito» de la comunidad internacional por establecer un «marco que responde a las realidades geopolíticas y económicas actuales e intuye las futuras». A su juicio, este marco refuerza la cooperación internacional.

La Oficina Española de Cambio Climático cree que el acuerdo de París nos sitúa ante un nuevo modelo de desarrollo

EFE.- La directora de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, considera que el acuerdo en la lucha contra el cambio climático alcanzado en París nos proporciona «la certeza de que estamos a las puertas de un nuevo desarrollo económico, de que vamos a una economía baja en CO2». El acuerdo «no es perfecto, pero nos proporciona las pautas para alcanzar la perfección», incidió la directora de la OECC.

A su juicio, París es también «el paradigma de un acuerdo moderno: porque ha conseguido que cerca de 200 países se pongan de acuerdo para integrar la mitigación y adaptación al cambio climático en su política de desarrollo». Ha destacado el hecho de que los países se hayan comprometido a que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados a finales de siglo, pero también a hacer lo posible para que ese incremento no supere los 1,5 grados.

Para ello se «ha reforzado el mecanismo de transparencia y rendición de cuentas» para asegurar que los países desarrollan «sendas de cumplimiento» para lograr el objetivo. Para que así sea, Ulargui recordó que existirá una especie de «escrutinio internacional» y los países se sentarán cada 5 años para hacer balance de la situación de cumplimiento y demostrar que «los próximos objetivos de reducción de emisiones que se pongan sobre la mesa son los mejores posibles».

La investigadora experta en cambio climático del Real Instituto Elcano, Lara Lázaro, también indicó que el acuerdo de París «es una victoria de la diplomacia internacional», y que fue posible gracias a que las negociaciones se llevaron a cabo de manera «inclusiva y transparente«. Entre «las luces» del pacto citó que «se haya salvado el proceso multilateral de negociación», y entre las sombras que «la ambición de los compromisos nacionales de reducción de emisiones presentados por los países no sea suficiente para que la temperatura no aumente más de 2ºC».

«A este ritmo de emisiones habremos consumido el presupuesto de carbono necesario para limitar la temperatura del planeta a dos grados en 10 o 15 años», ha apuntado Lázaro, quien ha considerado que al acuerdo de París le ha faltado «poner un precio al CO2, recoger la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles y compromisos concretos de las ciudades«, donde se producen la mayor parte de las emisiones.

El portavoz de cambio climático de SEO/BirdLife, David Howell, asegura el acuerdo de París marca «el principio del fin de los combustibles fósiles«. No obstante, Howell apela a los países, y en concreto a España, a poner en marcha «un modelo país» que permita cumplir los compromisos hechos en París. Ha insistido también en que habrá que implementar los compromisos tanto en materia de mitigación como de financiación porque de momento «no son suficientes», e incluir las emisiones del transporte aéreo y marítimo en el acuerdo, y que cambie el modelo de consumo cuanto antes.