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Europa, China y Estados Unidos insisten en que el pacto de París sea vinculante mientras los países subdesarrollados exigen financiación

EFE.- La Unión Europea, China o Estados Unidos, entre otras partes de la cumbre del clima de París, reclaman un pacto de lucha contra el cambio climático «legalmente vinculante«, aunque esta expresión tiene un sentido distinto para cada uno de ellos. Mientras, representantes de los países menos desarrollados piden a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia en la COP21.

Las delegaciones de los 195 países centran sus intensas negociaciones en el carácter legal del acuerdo, entre otros temas y, según diversas fuentes, se busca una fórmula cercana a lo que persigue Estados Unidos. Las fuentes también apuntaron a que esa expresión tiene un sentido distinto para cada una de las partes. El comisario de Acción por el Clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, reitera que quieren que el acuerdo y los 185 compromisos nacionales de reducción de emisiones presentados para el mismo sean jurídicamente vinculantes internacionalmente o quedarán en papel mojado. China y Estados Unidos también persiguen un pacto vinculante, pero, a diferencia de la Unión Europea, no lo quieren en su totalidad sino hasta cierto punto.

Estados Unidos busca un acuerdo por el que los países estén obligados a remitir compromisos de reducción de emisiones periódicamente, a tomar medidas internas para asegurar que cumplen lo prometido y a rendir cuentas regularmente, pero no pretende que los objetivos nacionales ofertados sean vinculantes. La legislación estadounidense dice que todo acuerdo vinculante con «objetivos» o cifras de cumplimiento obligatorio debe ser remitida al Senado, lo que el Gobierno Obama quiere eludir ante la posibilidad de que la mayoría republicana lo rechace. Esa delegación argumenta que su propuesta contentaría a países como China o India que no quieren «atar» las cifras de reducción de emisiones ofrecidas con esa fórmula legal.

Preguntado al respecto, Yvo de Boers, una de las personas que mejor conoce las negociaciones, de las que fue jefe como secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) entre 2006 y 2010, quita peso al hecho de que el futuro pacto sea «legalmente vinculante». Muchos países piden que lo sea a nivel internacional, «pero ¿qué significa? ¿Que si alguien no cumple lo llevas a la corte penal internacional? Eso nunca ocurre», señaló De Boers.

A su juicio tendría más sentido que fuera legalmente vinculante a nivel nacional, pues argumenta que «la promesa que has hecho en París, la llevas a tu Parlamento y la transformas en una ley que recoja el procedimiento para cumplirlo». De Boers vaticina que si hay un acuerdo final con todos los compromisos recogidos «y se dice que los países los implementarán en sus legislaciones y cada 5 años los revisarán y renegociarán la ambición, la Unión Europea lo aceptará» aunque no sea vinculante internacionalmente.

El embajador mexicano y miembro de la delegación de este país, Luis Alfonso de Alba, comparte la visión de que un acuerdo bien atado «en el que todas las partes pasan por un proceso de revisión del cumplimiento de sus obligaciones» es lo fundamental. Además, recuerda que el pacto prevé que cuando los países renueven en el futuro sus contribuciones nacionales no pueden prometer menos de lo ofrecido en 2015, lo que garantiza que irán revisando al alza aunque las promesas no sean jurídicamente vinculantes.

Determinará la fuerza legal del acuerdo «su contenido, no su nombre ni si es o no vinculante internacionalmente», subrayó por su parte la experta en temas legales del World Resources Institute, Eliza Northrop, quien augura que el resultado será una combinación de textos vinculantes y no vinculantes muy similar a lo que busca Estados Unidos. Northrop explicó que el acuerdo en sí será un pacto legal internacionalmente, por lo que para formar parte del mismo los países deberán ratificarlo posteriormente.

En cualquier caso, esa fórmula se sigue discutiendo en París, donde hay un nuevo texto de negociación con cinco páginas menos (50 en lugar de 55) pero con más paréntesis (1.400 frente a 1.250). El documento cuenta con 250 opciones abiertas que afectan fundamentalmente a las cuestiones más peliagudas: la financiación, mitigación y adaptación al cambio climático en los países en desarrollo y la diferenciación entre países ricos y pobres respecto a cumplir los compromisos.

Piden a Occidente más responsabilidad

Representantes de los países menos desarrollados pidieron a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia. «Es responsabilidad de todos, colectivamente. Pero tienen una mayor responsabilidad nuestros socios desarrollados, que son los que tienen la responsabilidad histórica de acudir con objetivos muy ambiciosos», afirmó el ministro de Medioambiente de Gambia, Pa Ousman Jarju, que lidera el grupo de países menos desarrollados en las negociaciones climáticas y alertó de que, si no se resuelven estas diferencias, será difícil llegar a acuerdos.

«Somos diferentes, tenemos diferentes capacidades y tenemos que asegurar que hay un acuerdo que refleja esto», dijo. En este sentido, señaló que es justo que la India defienda que tiene una posición diferente a la de otras grandes economías, debido al alto nivel de pobreza del país, por lo que consideró «justo» que trate de proteger a esta población. WWF pidió también que se tenga en cuenta la diferenciación en las negociaciones sobre el clima, de modo que se pongan sobre la mesa los conceptos de «responsabilidad y capacidad» a la hora de decidir qué esfuerzos deben hacer las partes.

Asimismo, Ousman Jarju hizo hincapié en la necesidad de que el acuerdo incluya un reconocimiento explícito sobre la ayuda ante los daños y pérdidas ocasionados por los efectos del cambio climático en los países más vulnerables. «Si la cuestión de las pérdidas y daños no se tiene en cuenta de manera adecuada, no habrá un resultado en París», resaltó. También consideró esencial asegurar que el paquete de medidas que salga de la COP21 incluya «financiación nueva, adecuada y predecible». En este sentido, aplaudió  la cooperación sur-sur anunciada por China, pero avisó de que ello «no sustituye» a las aportaciones que, a su juicio, los países ricos deben hacer y que no han de incluirse en ese paquete créditos a devolver.

Ban Ki-moon no se moja

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apremió a todos los países, ricos y pobres, a ser flexibles y demostrar su compromiso para alcanzar en París un acuerdo para combatir el cambio climático. «Todavía queda mucho trabajo por hacer. Siguen sin resolverse asuntos esenciales y no queda mucho tiempo», dijo Ban, que instó a los países desarrollados a «reconocer su responsabilidad de encabezar» el proceso y a las naciones en vías de desarrollo a «hacer más en línea con sus crecientes capacidades». En ese sentido, recordó que dentro de los países en desarrollo hay distintos niveles de riqueza y posibilidades y puso como ejemplo los fondos de cooperación prometidos por China.

El diplomático coreano, mientras tanto, evitó pronunciarse sobre una de las cuestiones esenciales de las discusiones: si el acuerdo que salga debe ser jurídicamente vinculante o no. Ban dijo que, por ahora, «se discuten muchas ideas» en ese ámbito y subrayó que lo importante es que haya un pacto que sea firme y universal. «El mundo ha estado demasiado tiempo sin un acuerdo climático universal que incluya a todos los países como parte de la solución. No podemos retrasarlo más», insistió Ban. El responsable de la ONU recordó que no hay «un acuerdo perfecto», pero dejó claro que el resultado de la negociación debe situar al mundo en el camino correcto para «una prosperidad a largo plazo, estabilidad y paz».

Acciona propone un acuerdo en la COP21 que potencie el uso de las energías renovables

Mientras las grandes ciudades están dispuestas a asumir su papel en la lucha contra el calentamiento climático, Acciona ha presentado en París, en el marco de la Cumbre del Clima COP21, una propuesta que busca alcanzar un nuevo acuerdo vinculante para frenar el calentamiento global y potenciar la transición hacia el uso de energías renovables.

«Si no se penaliza a quien contamina es muy difícil tomar medidas para cambiar el tipo de energía que se usa», ya que los subsidios que recibe el carbono suponen «cinco veces más» de las ayudas para las renovables, explicó el director del área de sostenibilidad de Acciona, Juan Ramón Silva. En la actualidad, estas ayudas para los combustibles fósiles suponen aproximadamente 548.000 billones de dólares anuales, frente a los 124.000 billones que reciben las energías verdes, detalló Silva, que indicó que resulta imprescindible la colaboración entre las instituciones públicas y el sector privado con el objetivo de «aunar fuerzas» ante un desafío tan importante.

En este sentido, el vicepresidente de la Fundación Energías Renovables, Fernando Ferrando, aseguró que en España ha disminuido el desarrollo de las renovables ya que el gobierno «las ha considerado más un problema que una solución«. Además, Ferrando instó a las empresas a mejorar su eficiencia en el consumo energético para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que reducirían los costes económicos. «Las empresas españolas deben incorporar las energías renovables a su proceso productivo», apuntó.

Acciona y otras nueve organizaciones empresariales internacionales suscribieron una carta para solicitar a los ministros de Economía y Finanzas del G20 que impulsen un marco legal, financiero y fiscal que favorezca una economía baja en carbono. «La participación en estas iniciativas no es inocua, lo que hacemos ahí es presionar a los gobiernos para que se tomen medidas más ambiciosas frente al cambio climático; las COP son eventos anuales pero nosotros trabajamos todo el año en ese asunto», aseguró Silva.

La cumbre contra el cambio climático reúne a líderes políticos, económicos y medioambientales que buscan una solución para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40% y un 70% para 2050 y alcanzar un nivel cero en 2100. Según los expertos congregados en la capital parisina, rebajar las cifras de CO2 en la atmósfera ayudaría a no sobrepasar el límite de los 2º C fijado en anteriores tratados internacionales ante el reto de frenar el calentamiento global.

España y la movilidad sostenible

Por su parte, la delegación española en la COP21, que encabeza estos días la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, participó en una jornada sobre transporte y movilidad sostenible en la que se han presentado una serie de medidas para impulsar la movilidad sostenible. España participa en una iniciativa hispano-luso-francesa para la promoción del vehículo eléctrico, que reúne a un grupo de trabajo integrado por los tres países, así como a gestores de redes de distribución eléctrica y asociaciones empresariales relacionadas, y cuyo objetivo es promover el uso de energías alternativas de transporte, especialmente eléctricas.

Grandes ciudades y cambio climático

«Los alcaldes estamos dispuestos a arrimar el hombro en este combate contra el calentamiento climático», aseguró la alcaldesa de París, la franco-española Anne Hidalgo, anfitriona de un encuentro en el que se dan cita representantes de 80 ciudades de todo el mundo. Hidalgo señaló que «gran parte de las soluciones reposan sobre los hombros» de las metrópolis, por lo que los poderes municipales «tienen que tener su papel durante la cumbre del clima». Agrupados en el llamado «C40», los regidores establecerán también sus compromisos en la reducción de emisiones contaminantes.

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Pes, que preside la asociación, aseguró que los ayuntamientos «pueden ir más deprisa que los Estados» en la adopción de medidas contra la contaminación, 10.000 desde la cumbre de Copenhague. Las ciudades agrupadas en el «C40» suman unos 600 millones de habitantes y representan un cuarto de la economía mundial y un tercio de las emisiones contaminantes. En la presentación del encuentro participaron, además de los alcaldes de París y Río de Janeiro, los de Madrid, Atenas, Milán, Vancouver, Accra, Estocolmo y Copenhague.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aseguró que las medidas que se adopten deben contar con el respaldo ciudadano. «Tenemos claro que si no integramos a los ciudadanos en la lucha contra la contaminación, las leyes que podemos adoptar no serán suficientes», afirmó Carmena. La alcaldesa puso como ejemplo la respuesta de los ciudadanos de su ciudad a las medidas adoptadas por el Ayuntamiento frente a los picos de contaminación. Además, Carmena presentó el compromiso de reducir las emisiones de gases contaminantes en Madrid entre un 35 y un 40% en el horizonte de 2020.

Google realiza la mayor compra de energía renovable por una empresa no energética al adquirir 842 MW

EFE / Servimedia.- Con proveedores como la compañía española Acciona, Google ha adquirido 842 megavatios (MW) adicionales de energía solar y eólica en todo el mundo para el suministro de sus centros de datos en coincidencia con la cumbre del clima de París, lo que supone la mayor compra de energías renovables realizada por una compañía no perteneciente al sector energético.

Google duplica así la cantidad de energía renovable adquirida hasta la fecha en Estados Unidos, Suecia y Chile, por lo que cuenta con 2 gigavatios (GW), la cantidad equivalente a la retirada de casi un millón de vehículos de las carreteras, según su blog oficial. Los 842 megavatios extra proceden de varios emplazamientos y tecnologías distintas que van desde una granja eólica en Suecia a una planta solar en Chile. Google cerró contratos de entre 10 y 20 años de duración aunque no precisó la cuantía económica de los mismos.

En concreto, adquiere 701 MW de energía eólica, de los que 200 MW proceden de la granja eólica bluestem de RES Americas que se construirá en Beaver Country (Oklahoma); otros 200 MW de la granja eólica Great Western de EDF Renewable Energy, que se va a crear en Dewey (Ellis) y en Woodward Countries (Oklahoma); otros 225 MW de Invenergy en Estados Unidos; y los restantes 76 MW de la granja eólica Jenasen de Eolus Vind, que se levantará en el condado de Västernorrland (Suecia).

Por su parte, de los 141 MW de energía solar adquiridos, 61 MW provienen de Duke Energy, al ser Google su primer cliente del programa Green Source Rider utilizando para ello una nueva instalación solar que se levantará en Rutherford Country (Estados Unidos); y los otros 80 MW de la granja solar El Romero de Acciona, que se construirá en la región de Atacama (Chile).

Parte de esos megavatios comenzarán a consumirse en 2016, explicó el responsable de Energía e Infraestructura Global de Google, Michael Terrell. Sin embargo, la mayor parte de la producción procederá de plantas que aún no se han construido. Con estos nuevos proyectos eólicos y solares en todo el mundo, la compañía destacó que se acerca «todavía más» a su compromiso de triplicar su compra de energía renovable para 2025 y a su objetivo para que el 100% de sus operaciones se realicen con energía renovable.

Terrell subrayó que Google comenzó a comprar energía renovable hace un lustro y ha invertido ya 2.350 millones de euros porque quiere ser la compañía global que lidere la transición hacia fuentes de energías limpias, un camino en el que también han entrado Facebook o Microsoft. El directivo matizó que ese posicionamiento no sólo responde al deseo de combatir el cambio climático reduciendo la huella de carbono de Google, sino también a razones empresariales: estas compras aseguran un mejor precio de la energía y la diversificación de sus fuentes energéticas.

Acciona suministrará fotovoltaica en Chile

Acciona proveerá de energía 100% renovable el consumo eléctrico del centro de procesamiento de datos que Google mantiene en Quilicura (Chile). El suministro del centro de Chile provendrá de la planta fotovoltaica El Romero Solar que Acciona construye actualmente en Atacama y que será una de las diez mayores centrales fotovoltaicas instaladas en el mundo. El suministro comenzará en 2017, y permitirá inyectar hasta 80 MW de energía solar al Sistema Interconectado Central, del cual se alimenta el data center de Google, según explicó Acciona.

El Romero Solar está llamada a ser la mayor planta de Latinoamérica con 247 MWp de potencia máxima (196 MW nominales) y una producción anual de unos 500 GWh que evitará la emisión de 473.000 toneladas de CO2 en centrales térmicas de carbón. Ubicada en la región de Atacama, la planta solar ocupará una superficie aproximada de 280 hectáreas, con un área de captación solar de 1,5 millones de m2, equivalente a 211 campos de fútbol. La planta será el segundo activo de Acciona en Chile, tras el parque eólico Punta Palmeras, de 45 MW.

Greenpeace aplaude esta apuesta renovable

Greenpeace celebró el anuncio hecho por el gigante tecnológico Google para incrementar su apuesta por las energías renovables y lo consideró un ejemplo que debería alentar la ambición de quienes se encuentran negociando un acuerdo global contra el cambio climático en la capital francesa. «No hay que esperar a que suceda un milagro con la energía limpia. Google ha demostrado en repetidas ocasiones que las energías renovables están preparadas para satisfacer nuestras necesidades energéticas actuales», dijo el ecologista Gary Cook.

«El hecho de que algunas de las compañías más innovadoras del mundo se estén moviendo rápidamente hacia un futuro de energía renovable debería alentar a los negociadores en las negociaciones climática a aumentar su nivel de ambición», opinó Cook. El analista de Greenpeace instó a los gobiernos a «deshacerse de las políticas que favorecen a los combustibles fósiles» e inclinarse por las renovables. La ONG señaló que más de una docena de grandes empresas tecnológicas se comprometieron a avanzar hacia un 100% de energías renovables para sus centros de datos.

Las ONG piden que se deje de financiar las energías fósiles inmediatamente mientras WWF ve avances en la negociación climática

EFE / Europa Press.- La delegación de WWF para las negociaciones de la Cumbre del Clima en París valoró el nuevo borrador del acuerdo y considera que se han producido algunos «avances» pero considera que «son muy lentos«. Asimismo, otras ONG que representan a la sociedad civil también celebraron los ligeros avances de los primeros días de intercambios, pero urgieron a los líderes mundiales a presentar planes concretos de financiación y a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles.

«Hay que dejar de financiar los combustibles fósiles», subrayó el responsable de Oil Change International, Alex Doukas, en representación de la Red de Acción Climática en la que se agrupan gran parte de las organizaciones no gubernamentales presentes en la COP21. Doukas indicó que cada año se destinan más de 44.000 millones de dólares en subsidios fósiles, frente a los 22.000 millones que se invierten en renovables. «Es una verdadera desgracia» que los países del G7 y Australia destinen «44 veces más» dinero a subsidios a hidrocarburos que al Fondo Verde por el clima, añadió.

Otro de los puntos en los que las delegaciones deben progresar, antes de presentar el sábado un borrador de las negociaciones, pasa por exponer planes concretos de financiación en la lucha contra el calentamiento con «reglas para contar el dinero de forma transparente», destacó Raman Mehta, de la Fundación Vasudha. Es «necesario que los ministros empujen el texto adelante y no se centren en los detalles», dijo Mehta, de cara al tramo duro de las discusiones a partir del próximo lunes con vistas a alcanzar un pacto universal y jurídicamente vinculante el 11 de diciembre.

Entre los aspectos positivos de los primeros días de negociaciones es un mayor consenso para lograr un objetivo aún más ambicioso que limitar el aumento de la temperatura del planeta a 2 grados centígrados en 2100 frente a los niveles preindustriales. «Parece que hay más comprensión sobre que 1,5 grados ya es en sí peligroso» y «el hecho de que el presidente de Francia, François Hollande, lo mencionara en su discurso muestra que tiene más apoyo», destacó Kaisa Kosonen (Greenpeace).

Agregó que también se acercan posturas entre los 196 países y la Unión Europea sobre la «necesidad de deshacerse de los combustibles fósiles para mediados de siglo» y valoró que haya 43 países que apoyen una transición al 100% a energías renovables a medio plazo. «Si le preguntas a cualquier oceanógrafo te dirá que hay que acabar con las emisiones ahora mismo», precisó al añadir que, a su juicio, es imprescindible que el texto final tenga «un lenguaje claro para los inversores y las empresas».

WWF ve avances «muy lentos»

Por su parte, la jefa de la delegación de WWF, Tasneem Essop, indicó sobre el texto preliminar que encontrar soluciones para proteger al mundo de los «devastadores estragos» del cambio climático requerirá «arduas negociaciones y múltiples textos preliminares«. Por ello, cree que aunque el proceso de negociación está en sus inicios, el proceso necesitará «bastante trabajo por delante» si se quiere convertir este texto de negociación en un acuerdo ambicioso y justo. «En general, el texto no ha variado en gran medida de lo que ya se estaba trabajando», puntualizó.

En concreto, ha explicado que los negociadores han elaborado un texto con los elementos clave del acuerdo que los líderes mundiales esperan ver, de acuerdo con sus discursos de la sesión inaugural del pasado 30 de noviembre. «Hasta ahora los cambios son una suerte de paquete mixto«, ha añadido. A su juicio, está claro que el avance ha sido «muy lento», pero reconoce que las opciones están ahora «mucho más claras y mejor estructuradas» aunque, en general, hay varias opciones «divergentes» en la versión del texto actual. «Por ahora, solo están reacomodando las sillas en la cubierta para poder ver mejor el iceberg», ha concluido.

La India bloquea las negociaciones del acuerdo climático de París y la Unión Europea empieza a flexibilizar su postura

EFE.- Las negociaciones de cerca de 200 países para lograr un acuerdo universal contra el cambio climático están en punto muerto por el bloqueo de India, que presiona para que el acuerdo diferencie claramente las responsabilidades entre naciones desarrolladas y en desarrollo en los puntos clave. Mientras, la Unión Europea mantiene su exigencia de que el acuerdo climático perseguido incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, algo que rechaza Estados Unidos, por lo que reconoció estar considerando opciones para llegar a un consenso.

Pese a que el presidente de India, Narendra Modi, subrayó en la inauguración de la cumbre del clima que su país «no quiere quedar fuera» del pacto global que se prevé aprobar en París, India no ha defraudado las expectativas de quienes vaticinaban que se convertiría en el Estado que más iba a complicar el acuerdo. La jefa del equipo negociador español, Valvanera Ulargui, explicó que India se opone a que la diferenciación entre países ricos y pobres, en que se basa el Protocolo de Kioto (1997), «se vaya diluyendo».

India persigue que las contribuciones de reducción de emisiones para el futuro acuerdo sean de cumplimiento «voluntario» para los países en desarrollo, entre los que se incluye, y sólo sean jurídicamente vinculantes para los países que un anexo de la ONU de 1992 consideró «ricos». Esa división entre ricos y pobres de 1992 dista mucho de la realidad actual y de ella no quieren ni oír hablar ni Estados Unidos ni la Unión Europea, que se oponen a que los compromisos de los países en desarrollo sean de cumplimento voluntario.

La negociación no sólo permanece paralizada en ese punto, también lo está en todos los párrafos más importantes del acuerdo, cuyo cumplimiento India quiere condicionar a la recepción de financiación por parte de los países desarrollados. La propia contribución presentada por India, el tercer mayor emisor tras China y Estados Unidos, de reducir la intensidad de sus emisiones entre un 33-35% para 2030 respecto a 2005 y que el 40% de su electricidad provenga de renovables, está condicionada a la recepción de 206.000 millones de dólares de la comunidad internacional.

Transferencia sin coste de conocimientos

India quiere, además, que el acuerdo recoja la obligatoriedad de los Estados desarrollados de transferir, sin coste, conocimiento en tecnologías bajas en carbono a los países en desarrollo, un asunto regulado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y que no puede ser tratado en esta convención. El país asiático no está solo: un buen número de naciones en desarrollo que se beneficiarían de que las contribuciones sean voluntarias le secundan en silencio. «Tememos que China, que oficialmente se presenta como facilitador, sea más bien un apoyo», indicó un negociador de la delegación británica.

Para los negociadores más optimistas el bloqueo de India forma parte de una postura táctica y esperan que la próxima semana, cuando los ministros acudan a París a ultimar el acuerdo, la India ceda si se les asegura la financiación y parte del lenguaje que desean en transferencia tecnológica. Hay quien va más allá y cree que el bloqueo se debe a un conflicto de «orgullo país» mal gestionado: países como Estados Unidos no han dejado de repetir en los últimos meses lo «cooperante» que estaba China para alcanzar un acuerdo internacional, frente a «lo problemática» que estaba siendo India.

«India se ha podido sentir herido como país porque no se haya reconocido su recorrido», indicó la ex secretaria de Estado española de cambio climático Teresa Ribera. La realidad es que el mix energético de India es cada vez más limpio y que, aunque el carbón es la fuente de energía más barata y abundante del país, cada vez más caro y complicado de extraer.

«La mayoría de los bancos ven más potencial en financiar proyectos solares que nuevas plantas de carbón», aseguró un delegado de India en la cumbre, al tiempo que consideró que su país «no puede aceptar limitar duramente sus emisiones cuando todavía estamos tratando de alumbrar a gran parte de la población, el 20% de nuestros habitantes no tienen acceso a la electricidad». Apuntó a que los países ricos son los principales responsables del cambio climático, y que aún «un estadounidense medio emite 10 veces más al año que la media de un habitante en India».

La única manera de acercar posturas, por ahora, cuando ninguna delegación quiere ceder en sus líneas rojas, sería que los más ricos aporten fondos para ayudar a financiar el recorte de emisiones de los que están en desarrollo. Las «diferencias en la negociación en estos momentos son sanas, no se está debatiendo en contra de nadie», dijo la secretaria de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueras, quien insistió en que «queremos un acuerdo con todo el mundo a bordo, nadie se quedará en el camino».

La Unión Europea busca consensos

Bruselas mantiene su exigencia de que el acuerdo climático incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, según afirmó Elina Bardram, negociadora de la delegación comunitaria. «Abogamos con fuerza por objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, y al mismo tiempo, como en toda negociación, tenemos que escuchar a todas las partes y considerar las circunstancias que nos permitan llegar al acuerdo más general, inclusivo y dinámico«, aseguró Bardram.

La negociadora europea recalcó que, en cualquier caso, la «fortaleza y la credibilidad» del acuerdo que se espera que salga de París «no se va a juzgar en función de una sola cuestión, sino del nivel de ambición de varios elementos del acuerdo». Apuntó a cuestiones como el establecimiento de un sistema de transparencia y rendimiento de cuentas a la hora de mostrar los esfuerzos hechos por cada país para cumplir con sus objetivos, así como el modo en que se fija la mitigación y cómo se formulan los compromisos que van a ser aplicados.

«Las negociaciones están en marcha, no ha habido ninguna concesión por parte de la Unión Europea, pero, como otros, estamos mirando soluciones que nos lleven a un acuerdo», manifestó Bardram. La negociadora instó también a todas las partes a acelerar los trabajos para poder alcanzar un consenso para el día 11, cuando finalizará la cumbre. «El trabajo duro acaba de comenzar ahora, hemos empezado esta sesión final con un texto de 51 páginas y claramente demasiadas opciones sobre la mesa. Las negociaciones tienen que ponerse a trabajar seriamente, para acortar y pulir el texto», apuntó.

«La gente se está reservando las balas como si fuéramos a estar en París tres semanas, en vez de dos», afirmó por su parte Karsten Sach, una de las negociadoras de la delegación alemana. Sach mostró su pesar porque las conversaciones no están avanzando tan rápido como desearía y consideró que los políticos deberían poner presión sobre los técnicos para que aceleren su trabajo. En la misma línea, Bardram afirmó que es necesario que se busquen ya puntos en común entre las diferentes partes y apuntó que la Unión Europea está dispuesta a actuar como una «constructora de puentes», así como a «comprometerse en negociaciones sustanciales» para lograr que la temperatura global permanezca por debajo de los dos grados Celsius.

China promete reducir un 60% sus emisiones invernadero del sector energético en 2020 y WWF cree que puede cumplir

Mientras diversas urbes de todo el planeta se comprometieron durante la conferencia medioambiental de París (COP21) a destinar el 10% de sus presupuestos anuales a mitigar el cambio climático, el gobierno de China anunció que reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético en un 60% de aquí a 2020 y que las emisiones anuales de CO2 disminuirán en 180 millones de toneladas.

El país vive esta semana una crisis de contaminación del aire que ha provocado que se emitiera un alerta naranja, el segundo nivel más alto, que conlleva el cierre de autopistas y la paralización de obras de construcción y recomendaciones a los ciudadanos para que permanezcan en sus casas. El Ministerio de Protección Medioambiental indicó que las emisiones se disparan durante el invierno por los sistemas de calefacción y la baja ventilación natural. Por su parte, el delegado de China en París, Su Wei, subrayó con «preocupación» lo que considera que es una «falta de compromiso de las naciones más ricas para recortar drásticamente sus emisiones de CO2 y ayudar a los países en desarrollo a abordar el calentamiento global.

Tras el anuncio y también desde París, la ONG WWF apuntó que los compromisos expresados por China «no solo son posibles, sino también económica y técnicamente viable». El informe Future Generation 2.0 de WWF concluye que China dispone de potencial técnico para generar el 84% de sus necesidades energéticas con fuentes renovables en 2050 y a un coste mucho más bajo» que dependiendo del carbono.

El análisis del Instituto de Investigación de Transición Energética en el que se basa el informe de WWF sobre China revela que el país podría cumplir con los compromisos internacionales expresados antes de la COP de París para que las emisiones lleguen a su límite y se reduzcan significativamente y se genere el 20% de su energía mediante fuentes de combustibles no fósiles en 2030, por lo que podría prescindir del carbón en su mix energético en 2050 o antes.

La líder de la Iniciativa Global de Clima y Energía de WWF, Samantha Smith, destacó que China tiene una «gran oportunidad» en las negociaciones del clima de Naciones Unidas para «promover más apoyo» de cara a lograr un «sólido acuerdo». «Nuestra información muestra que los objetivos que China ha establecido no solo son ambiciosos, sino que son totalmente realistas», ha subrayado, al tiempo que ha añadido que el informe publicado por la ONG demuestra que el futuro de bajas emisiones está al alcance y a una fracción del coste de la trayectoria actual de China.

Para el director de WWF en China, Lo Sze Ping, el informe demuestra que «es posible» y que para lograr un futuro «altamente eficiente y alimentado por renovables, la voluntad política es un elemento clave». «Mientras más rápido el gobierno de China envíe señales claras para la transición energética, más pronto podemos garantizar un crecimiento sostenible para nuestra economía», alentó.

Presupuestos contra el cambio climático

Cali, México, Río de Janeiro, Santa Fe y otras 15 urbes de todo el planeta se comprometieron  en la COP21 a destinar el 10% de sus presupuestos anuales a mitigar el cambio climático. Esa promesa representa un compromiso de 5.200 millones de dólares que afectará a 33 millones de personas, señaló la Fundación Rockefeller, que impulsa la iniciativa junto con el grupo «100 ciudades resilientes». Forman también parte de ese compromiso capitales como Accra, Ammán, Atenas, Kigali y París, así como otros los municipios estadounidenses de Berkeley, Boulder, Nueva Orleans, Oakland, Pittsburgh y Tulsa, la británica Bristol, la libanesa Biblos, la china Huangshi, la holandesa Rotterdam o la japonesa Toyama.

El PSOE rechaza la energía nuclear y el fracking mientras acusa al Gobierno de castigar a las renovables

Redacción / Agencias.- La secretaria de Cambio Climático y Sostenibilidad del PSOE, Pilar Lucio, comprometió que si los socialistas gobiernan España después de las elecciones del día 20 impulsarán un «gran pacto social y político» entre todos los agentes implicados para diseñar una ley de Transición Energética en la que no tendrá cabida ni la energía nuclear ni el fracking por los riesgos medioambientales que implica su utilización, algo que considera «líneas rojas» para su partido.

Lucio insistió además en que si el PSOE gobierna se procederá al «clausura definitiva» de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que lleva varios años inactiva, y al cierre progresivo del resto de las centrales cuando termine su ciclo de vida útil. Así, Lucio calculó para 2028 el cierre del último reactor nuclear. Según indicó, el PSOE es la «única garantía» para evitar la reapertura de la planta, frente a un PP que carece de toda «credibilidad» en materia energética y medioambiental. La clausura de estas centrales, según explicó, es posible si, como plantea el PSOE en su programa, se realiza una «apuesta decidida» por las fuentes de energía renovables y se adoptan medidas de «eficiencia energética«.

Además Lucio criticó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por presumir de sus políticas medioambientales en la cumbre del Clima que se celebra en París, hasta el 11 de diciembre, después de haber «recortado» las principales leyes medioambientales impulsadas durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. De esta manera, los socialistas calificaron de «inaceptable» que Rajoy trasladara ante los asistentes las diferentes políticas medioambientales desarrolladas por el Ejecutivo en estos cuatro años, que desde el PSOE tachan de «fracaso».

La secretaria de Cambio Climático del PSOE reprochó al actual Gobierno de Mariano Rajoy proponer una ley contra el cambio climático mientras «ha destrozado al sector de las renovables, una de las mayores herramientas para luchar contra el calentamiento global». Así, recordó que el primer decreto ley de Rajoy fue la moratoria de las energías renovables y criticó que haya modificado las leyes de Costas, de Patrimonio Natural, de Evaluación Ambiental o de Residuos para «reducir las exigencias en materia medioambiental». También ha denunciado que durante estos años de gobierno del PP «se han perdido el 80% de los fondos destinados a eficiencia energética que hay en la Unión Europea«.

Por su parte, el cabeza de la lista del PSOE al Congreso por Álava, Javier Lasarte, también centró su discurso preelectoral en incidir en un «no rotundo» a la central de Garoña y al fracking. Lasarte ha advertido de que el PP «pretende» reabrir la central y construir un almacén de residuos nucleares junto a ella. El candidato socialista se ha referido así al visto bueno del Centro de Seguridad Nuclear (CSN) a unas obras para mejorar la planta, así como a la declaración de impacto ambiental favorable del Gobierno central para crear un almacén de residuos nucleares en Garoña.

Empleados de Iberdrola llegan a París para entregar el manifiesto contra el cambio climático de la compañía

Europa Press / EFE.- Empleados de Iberdrola han llegado a París tras realizar una ruta de 12 de etapas en bicicleta eléctrica para entregar el manifiesto contra el cambio climático de la compañía y dar a conocer en la COP21, la Cumbre de Cambio Climático que se celebra hasta el 11 de diciembre, los compromisos de reducción de emisiones de la compañía.

La ruta, bajo el lema #Just2Challenge, comenzó el 20 de noviembre en Bilbao, con motivo de la presentación del Manifiesto contra el Cambio Climático de Iberdrola, un acto que contó con la presencia del presidente de Iberdrola España, José Luis San Pedro. Tras su intervención, el presidente de Iberdrola España entregó el Manifiesto de Iberdrola al equipo de profesionales de cambio climático de la compañía que llegaron a París, tras recorrer 1.400 kilómetros tras su paso por ciudades como San Sebastián, Biarritz, Tours u Orleáns.

A través de #Just2Challenge, Iberdrola persigue sensibilizar a toda la sociedad sobre la necesidad de alcanzar un acuerdo vinculante en la COP21 que permita limitar el incremento de la temperatura por debajo de los 2ºC a final de siglo, límite establecido por el comité científico IPCC. Además, los profesionales que participaron en esta ruta quisieron transmitir que el sector eléctrico debe ser parte de una solución en la que deben participar, además, todos los actores: administraciones públicas, empresas y ciudadanos. Esta iniciativa se ha podido seguir desde la web www.just2challenge.com, en la que se ha ido contando el día a día del viaje emprendido en Bilbao, además de concienciar sobre la necesidad de dar respuesta a este importante reto global.

El Manifiesto contra el Cambio Climático de Iberdrola fija los cinco ejes principales de la empresa en su lucha contra el calentamiento global. Plantea, en primer lugar, la necesidad de actuar lo antes posible contra este reto global que implica a toda la sociedad. Esta actuación debe pasar por un acuerdo vinculante que permita limitar el incremento de la temperatura global por debajo de los 2ºC para el año 2100.

En la consecución de este acuerdo, Iberdrola considera que el sector eléctrico, que representa el 28% de las emisiones mundiales de CO2, debe jugar un papel esencial, mediante el impulso de tecnologías renovables sostenibles y eficientes. Para que este impulso a las fuentes de generación limpias sea efectivo y sostenible, es necesario, tal y como Iberdrola refleja en su Manifiesto, que se dé una señal real de los precios del CO2 y que afecte a todos los sectores económicos, no únicamente a la generación de energía eléctrica. Iberdrola considera que, si se transmiten de forma correcta estas señales, las políticas climáticas no solo aportarán soluciones contra el calentamiento global, sino que también supondrán una oportunidad de crecimiento económico y prosperidad.

La compañía, cuyas emisiones por kilovatio hora (kWh) son ya un 30% inferiores a la media del sector eléctrico europeo, apoya el proceso de negociaciones sobre cambio climático y considera imprescindible la aportación del sector privado en las mismas. Por ello se ha comprometido en la Cumbre del Clima de París a reducir su intensidad de emisiones en un 50% para 2030, con respecto a sus emisiones específicas de 2007, y de ser neutra en carbono en el año 2050.

Francia promete en la Cumbre de París 2.000 millones de euros para fomentar las renovables en África

EFE / Europa Press.- El presidente francés, François Hollande, se comprometió a desbloquear 2.000 millones de euros hasta 2020 destinados al fomento de las energías renovables en África, para que contribuya también a combatir el calentamiento climático. «Francia quiere dar ejemplo«, dijo el presidente galo, que reunió en la cumbre del clima de París a una docena de jefes de Estado para estudiar las ayudas de los países desarrollados al continente africano.

De esta forma, Francia multiplica por dos la ayuda a este capítulo con respecto al quinquenio anterior y «supone un impulso al fondo de 100.000 millones» que los países en vías de desarrollo han pedido en París para afrontar la transición energética. El dinero, dijo Hollande, podrá canalizarse a través de la llamada Iniciativa Africana sobre las Energías Renovables que dirige la Unión Africana (UA), presente también en la cumbre climática. Los presidentes africanos se mostraron dispuestos a reducir sus emisiones, pero aseguraron que no podrán hacerlo sin el respaldo de los más ricos. «Nosotros no hemos fomentado el calentamiento climático, pero somos quienes más lo sufrimos», aseguró la presidenta de la UA, Nkozasana Dlamini-Zuma.

Hollande señaló que la aportación francesa busca que otros países contribuyan al fondo común de ayuda a la implantación de las renovables en ese continente. El dinero «permitirá la puesta en marcha de proyectos concebidos por gobiernos africanos o por organizaciones de la sociedad civil», indicó. El Banco Mundial y otras instituciones afirmaron que estudiarán modalidades de financiación de esos proyectos. El presidente francés aseguró que el fomento de las energías solar, eólica, hidroeléctrica o geotérmica, «en función del potencial de cada país», entran en los proyectos que se financiarán. Hollande indicó que todos esos proyectos deben «ir acompañados de la lucha contra el terrorismo», porque de lo contrario «las infraestructuras que se construyan serán enseguida destruidas» por grupos yihadistas.

Francia restringe más las manifestaciones

La Policía francesa prolongó un día más la prohibición de manifestarse en torno a la Cumbre del Clima de París (COP21), hasta el 13 de diciembre, y extendió la restricción a municipios de la periferia de la capital francesa como Le Bourget, donde se celebra la conferencia.La nueva orden policial se enmarca dentro de las medidas excepcionales de seguridad adoptadas tras los atentados del 13 de noviembre. Además de prohibir manifestaciones en las zonas colindantes a la Cumbre del Clima, se impedirá categóricamente que se celebren protestas en varios puntos específicos de París como los Campos Elíseos, el Grand Palais o la Plaza de la Concordia, todos ellos relativamente cerca del Palacio del Elíseo.

Un portavoz de la Policía explicó que si bien no se impiden automáticamente las manifestaciones en otros puntos de la capital entre las fechas señaladas, las fuerzas de seguridad analizarán si la naturaleza de las mismas supone un riesgo para la seguridad antes de autorizarlas. Las penas por incumplir esa disposición de seguridad pueden ascender a seis meses de prisión y a 7.500 euros de multa. El pasado domingo, en la víspera de la inauguración de la COP21, las unidades de antidisturbios de la Policía dispersaron con gases lacrimógenos y cargas una protesta en la plaza de la República, en el centro de París, vinculada con la Cumbre del Clima.

Pese a que la manifestación no había sido autorizada, sí se permitió que, apenas dos horas antes, se formase una cadena humana que se extendió pacíficamente a lo largo de varias avenidas y bulevares del este de París, desde la plaza de la República hasta la plaza de la Nación, un recorrido de unos 3 kilómetros. Desde el pasado 26 de noviembre, y en aplicación del estado de emergencia que rige en Francia tras los atentados, se ha colocado en libertad vigilada a 24 militantes ecologistas que, entre otras medidas, tienen obligación de presentarse 3 veces al día en comisaría.

Rajoy promete una Ley de Cambio Climático y nuevas ayudas para reducir emisiones

EFE.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha anunciado hoy que si sigue al frente del Ejecutivo en la próxima legislatura, aprobará una ley de cambio climático para dar coherencia a todas las decisiones en esta materia, y subrayó que España aumentará sustancialmente las ayudas para la reducción de emisiones.

Rajoy ha hecho estos anuncios en la conferencia de prensa que ha ofrecido en París con motivo de su participación en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno con la que se ha iniciado la conferencia mundial sobre cambio climático COP21 en la capital francesa.

El jefe del Ejecutivo español ha querido aprovechar para elogiar a Francia y a su presidente, François Hollande, por la organización de esta cumbre en unos «momentos difíciles», en referencia a los atentados de París del 13 de noviembre.

«España afronta esta cumbre desde el compromiso», ha explicado al recordar que el país ha puesto en marcha medidas concretas como programas de renovación de la flota de vehículos, actuaciones para aumentar la eficiencia energética en edificios o financiación de proyectos concretos de reducción de emisiones.

Se trata de una «ambición» que ha garantizado que España seguirá manteniendo a partir de 2020 porque junto al resto de socios europeos ha asumido el compromiso de reducir las emisiones en al menos un 40 % en 2030 con respecto a 1990.

Señaló que prueba de ese compromiso es el anuncio de una ley de cambio climático y el aumento de las ayudas para reducir emisiones destinadas a países en desarrollo.

A veinte días de las próximas elecciones generales en España, Rajoy ha explicado que esa ley «dotará de coherencia a las actuaciones de todos los implicados en la transición a una economía baja en carbono, que crezca y que cree empleo».

También ha precisado que el texto legal recogerá los compromisos de España en materia de cambio climático y «descarbonización» de la economía y, en particular, en reducción de emisiones, mejora de la eficiencia energética y participación de las energías renovables.

Además, creará un marco institucional único que dote de agilidad a todas las actuaciones y promoverá las que tengan una mayor capacidad de reducir emisiones al menor coste teniendo en cuenta su impacto sobre la actividad económica y sobre la creación de empleo.

El presidente del Gobierno español ha señalado que también abordará un diseño a medio plazo y coordinado de todos los recursos que las administraciones públicas españolas destinen al cumplimiento de los objetivos de cambio climático, y racionalizará la fiscalidad medioambiental para que contribuya a alcanzar los objetivos.

Ha aclarado que no se trata de crear ningún nuevo impuesto medioambiental, sino de racionalizar el conjunto de normas en materia fiscal y ambiental de las diversas comunidades y de la propia administración del Estado.

En definitiva, según ha explicado Rajoy, se trata de coordinar todos los programas y actuaciones de apoyo a la eficiencia energética, en particular en los ámbitos de transporte, edificación y alumbrado público, así como apoyo a las tecnologías renovables y de I+D.

Respecto a la movilización de recursos financieros a países en desarrollo en sus esfuerzos para llevar a cabo actuaciones de lucha contra el cambio climático, Rajoy ha dicho que el compromiso de España también ha sido claro en los últimos cuatro años.

En ese tiempo, ha aportado 1.400 millones de euros a ese fin, y a eso se suma que, recientemente, el Gobierno ha acordado la contribución financiera al Fondo Verde del Clima por un importe de 120 millones de euros entre 2015 y 2020.

Para el futuro, Rajoy ha avanzado que se va a reforzar este compromiso y, en concreto, España aumentará sustancialmente sus aportaciones anuales a proyectos que favorezcan la transición de una economía baja en carbono en países en desarrollo hasta llegar a duplicarlas en 2020 con niveles del entorno de 900 millones de euros al año.

Rajoy señaló que cree que esta cumbre debe lograr un acuerdo «global, ambicioso y jurídicamente vinculante» que comprometa a todos en función de sus respectivas capacidades y circunstancias.

«Este es un asunto en el que o estamos implicados todos, o será muy difícil y complicado luchar contra el cambio climático», ha advertido.