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Baleares apuesta por las renovables

EFE.- El director general de Energía y Cambio Climático de las Islas Baleares, Joan Groizard, invitado por Ecologistas en Acción a explicar la situación energética del archipiélago en la Cumbre del Clima, aseguró que «con el clima que tenemos en Baleares sería vergonzoso no apostar por la energía solar». Groizard apuesta por una implantación real de las energías renovables en la Baleares  y señaló que para «ser 100% renovables no basta con una placa solar aquí y allá», sino que se necesitan «sacrificios y compromisos», informó la consejería balear de Medio Ambiente.

Groizard se centró en analizar cómo las Islas Baleares pueden acercarse a un modelo de independencia energética basado en energías renovables y explicó la experiencia de la comunidad como un territorio insular que actualmente depende del exterior para cubrir prácticamente todas sus necesidades energéticas, importando carbón, gas y gasolina. El director general ha abogado por cambiar la situación y «darle la vuelta totalmente lo antes posible». También se refirió a la futura ley de energías renovables y ley contra el cambio climático que el Gobierno de Baleares prevé impulsar esta legislatura además de la estrategia de fomento del vehículo eléctrico que ya está en marcha.

El 54% de las compañías afirma que fijar el precio del carbono es lo más efectivo para reducir emisiones de CO2

Europa Press.- Un 54% de las compañías globales de Europa, Estados Unidos y países emergentes considera que la fijación del precio del carbono es la forma más efectiva de reducir las emisiones de CO2. Esta es una de las principales conclusiones del informe de EY ‘Shifting the carbon pricing debate 2015’, que ha sido presentado en el marco de la XXI Cumbre sobre el Cambio Climático de París (COP21).

El informe recoge la opinión de un total de 116 ejecutivos de compañías globales –pertenecientes a sectores como el de la energía y los recursos naturales, la inmobiliaria y construcción, el químico o el manufacturero– sobre la fijación de precios del carbono, el impacto que esta regulación tiene en las estrategias empresariales y las reglamentaciones necesarias al respecto.

En este sentido, sólo el 7% de los ejecutivos consultados se muestra en contra de esta regulación, mientras que un 45% mantiene una posición neutral y el 48% restante se posiciona a favor.

El precio del carbono, por regiones

Por regiones, el estudio destaca un apoyo generalizado a esta regulación, especialmente en Europa y los países emergentes. Precisamente, en Europa, el 64% de los encuestados está favor de la fijación de precios, el 31% se muestra neutral y apenas el 5% en contra, mientras que en los países emergentes, el 59% es favorable a esta medida, el 34% es neutral y el 7% se declara contrario.

En cambio, en Estados Unidos la concienciación en torno a esta cuestión medioambiental es menor, pues sólo el 18% se muestra a favor, cuando el porcentaje de neutrales asciende al 73% y un 9% se declara en contra.

El socio responsable de Servicios de Sostenibilidad y Cambio Climático de EY, Juan Costa, ha comentado que «el precio del carbono es una cuestión que siempre genera debate dentro de la comunidad empresarial». «Mientras que muchas grandes empresas reconocen que el precio del carbono contribuiría a reducir las emisiones, otros tantos demandan un método armonizado, fiable y transparente que permita su implantación con rigor y disciplina», ha añadido Costa.

Impacto positivo

El informe también destaca que la fijación de precios del carbono tendría un impacto favorable, para los empresarios encuestados, en el fomento de la innovación, en las oportunidades de crecimiento sostenible y para la mejora de la competitividad de las compañías.

Asimismo, el informe revela que tres cuartos de los participantes realiza comparaciones de sus emisiones de CO2 con la media de su industria. El mismo porcentaje de directivos consultados afirma que su compañía está invirtiendo en tecnologías bajas en carbono, y el 60% ha asumido algún tipo de compromiso relacionado con las energías renovables.

Los ejecutivos son optimistas con la Cumbre de París

De forma general, el 55% de los ejecutivos encuestados confía en que las negociaciones durante la cumbre –que finalizará este viernes 11 de diciembre– puedan conducir a un sistema de fijación de precios del carbono, frente al 45% que no lo cree. Las respuestas pesimistas provienen, especialmente, de directivos consultados de Estados Unidos, donde el 67% no confía en la consecución de este objetivo.

Finalmente, el informe identifica varios pasos claves que se pueden implementar para adaptarse a este entorno cambiante. Se trata de la incorporación de evaluaciones sobre oportunidades y peligros del carbono en la estrategia corporativa, establecer un proceso de reporte sobre el carbono, comprometerse con los objetivos de reducción, comunicar los resultados y establecer un precio interno del carbono.

Las organizaciones ecologistas piden mayor esfuerzo en el cierre de las negociaciones climáticas de París y critican a la Unión Europea

EFE.- La Red de Acción sobre el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), alianza que engloba a varias de las principales ONG medioambientales del mundo, reconoció el rápido avance en las negociaciones para alcanzar un acuerdo, pero pidió más esfuerzo en cuestiones como la financiación. De hecho, otorgó su premio diario «Fósil» a la Unión Europea por la «falta de ambición» que, según la ONG, el bloque está mostrando en las negociaciones climática de la cumbre de París (COP21).

El director de Estrategia y Políticas de la organización Union for Concerned Scientists, Alden Meyer, consideró que «hay claramente algo de progreso: se ha resuelto el asunto del límite para la temperatura, y también la neutralidad de emisiones para la segunda mitad de siglo«. Sin embargo, puntualizó que en la financiación «queda mucho trabajo por hacer», sobre todo en lo referido a los fondos para la adaptación de los países en desarrollo antes de 2020.

La cumbre del clima (COP21) de París avanza con buen paso para lograr un acuerdo global de lucha contra el calentamiento estos días, según indicó el presidente de la reunión, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, durante la presentación esta noche de un nuevo borrador de acuerdo. El nuevo documento, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes (apenas quedan 48 frente a los 365 que tenía antes), ya tiene «la forma» del acuerdo legal que prevén adoptar 195 países más la Unión Europea.

Neutralidad de emisiones desde 2050

«Estamos muy cerca de la meta, y confiamos en que se resuelva», señaló Meyer, que agregó que la cuestión de la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «sigue entre corchetes», aunque concedió que parece haber consenso en que los 100.000 millones de dólares que deberán ser movilizados anualmente son responsabilidad de las naciones ricas. Alabó que se incluya el objetivo de la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero durante la segunda mitad del siglo, lo que «envía un mensaje fuerte al sector financiero sobre por dónde deben ir las inversiones». «Hay que resolver las cuestiones pendientes», enfatizó.

Por su lado, la responsable climática de Oxfam, Kelly Dent, señaló que en el texto sometido a análisis hay «ganancias», como la referencia a los objetivos de financiación posteriores a 2020, y «pérdidas», como que desaparece la alusión a los derechos humanos en el artículo dos del documento. También llamó la atención sobre que la controvertida cuestión de la creación de un mecanismo de «pérdidas y daños» para los países más vulnerables al cambio climático sigue abierta, algo que a su juicio es «muy importante».

Por su lado, Greenpeace, criticó que «lo que hay ahora en la mesa todavía no es suficientemente bueno». La organización ecologista cree que los actuales objetivos de emisiones no dejarán por debajo de 1,5 grados centígrados el calentamiento global y «este borrador no hace absolutamente nada por cambiar eso». «Presenciamos una muestra de impotencia internacional», sentencia Greenpeace, que cree que se está «cerrando la puerta a nuestra mejor oportunidad para evitar el calentamiento». Mientras, Ecologistas en Acción indicó que «la cumbre del clima de París se dirige hacia un acuerdo de mínimos, claramente descafeinado y sin ambición ni herramientas objetivas para convertirse en un instrumento eficaz contra el cambio climático».

Críticas a la ambición europea

Por otro lado, el contra-galardón otorgado a la Unión Europea «trata de empujar a sus líderes a que «prediquen con el ejemplo y presionen para lograr un acuerdo climático lo más sólido posible» en las negociaciones que han entrado ya en su recta final. En concreto, la CAN critica que los Veintiocho supuestamente se opusieran a que se incluyese en el texto del acuerdo una mención a la necesidad de descarbonizar completamente las economías, a pesar de que lideran la autodenominada «coalición por una ambición muy alta» en la COP21.

Esa agrupación de varios centenares de ONG afirmó que la Unión Europea también se unió a los países que se oponían a que el texto pida un aumento de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2020, una postura que el director de la CAN, Wendel Trio, consideró «contradictoria». «La falta de un verdadero liderazgo de la Unión Europea no nos ayuda para conseguir un acuerdo significativo», señaló. Durante esta cumbre climática, la CAN ha otorgado su premio Fósil del día a India, Venezuela, Arabia Saudí, Bélgica y Dinamarca, entre otros.

El nuevo borrador de París abre la reducción de emisiones a entre un 40-95% en 2050 respecto a 2010

Redacción / Agencias.- El nuevo borrador del acuerdo que estos días se está negociando en la Cumbre del Clima de París (conocida como COP21) adelgaza el texto de 48 páginas en inglés a 29 y abre la puerta a una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de entre un 40 y un 95% para 2050 con respecto a los niveles de 1990. El acuerdo parece más cercano, eso sí, aún mantiene escollos como la financiación de la lucha contra el calentamiento global.

El último borrador se presentó en la reunión del Comité de París, el segmento ministerial de alto nivel encargado de cerrar el acuerdo el próximo viernes. El texto cuenta ahora con 29 páginas (por las anteriores 48) y 47 opciones recogidas entre 366 corchetes (antes eran 228 entre 1.609). El borrador sigue dejando abierto si los países se marcan como objetivo que la temperatura no suba más de 2 grados o más de 1,5 grados, o una fórmula mixta que suscriben ya 120 países: que no suba más de 2 pero reconociendo que lo ideal sería que no aumentara más de 1,5. A las dos últimas opciones se oponen rotundamente los países productores de petróleo.

En cuanto a la mitigación, el documento indica que las emisiones globales de efecto invernadero deben rebajarse “a la mayor brevedad posible”, y apuntó que esas reducciones deben estar entre un 40-70% o entre un 70-95% en 2050 respecto a 2010, además mencionar por primera vez el término “descarbonización”, es decir, no usar combustibles fósiles, lo que deja para “el transcurso de este siglo”, con lo que desaparece la mención del anterior borrador de que las emisiones globales deberían ser “igual a cero en el periodo 2060-2080″. También se descarta regular las emisiones de la aviación y el transporte marítimo.

En este texto, el futuro acuerdo climático adopta ya la forma legal perseguida por potencias como Estados Unidos, India o China, que han logrado eliminar un artículo, el 17, que hacía referencia a que los compromisos de reducción de emisiones presentados por los países fueran legalmente vinculantes. Para conseguir que las 186 contribuciones nacionales de lucha contra el calentamiento se cumplan sin que sean legalmente vinculantes, el texto prevé la fórmula planteada por Estados Unidos: un mecanismo de revisión de los compromisos al detalle y transparente, que sí sería jurídicamente vinculante.  Además, los países expresan también su voluntad de revisar esas contribuciones nacionales «al alza», y se emplazan a celebrar una nueva conferencia en 2018 o 2019 a tal efecto.

Pugna entre ricos y pobres

El presidente de la COP21, Laurent Fabius, señaló en el Comité de París que el texto tiene ahora tres cuartas partes menos de opciones recogidas entre corchetes y destacó que, “por supuesto, no es la versión final del acuerdo” ya que aún no han salvado algunos desacuerdos. Los tres principales puntos conflictivos son la diferenciación a la hora de asumir responsabilidades entre países ricos y pobres, la ambición del futuro acuerdo y la transferencia financiera para la mitigación y adaptación al calentamiento en los países en desarrollo. “Nada está aprobado. Hemos hecho progresos, pero queda aún mucho trabajo”, añadió, convencido de que las delegaciones terminarán la tarea encomendada de cerrar el documento para este viernes.

Entre los escollos, Fabius indicó que la mayor controversia viene de determinar quien debe asumir buena parte del coste de dirigir la economía mundial a un sistema de bajo consumo de carbono y cada cuánto se debe urgir a los países a acelerar e incrementar sus esfuerzos. Las naciones siguen divididas respecto al texto después de 11 días de negociaciones. Por ello, Fabius pidió a los negociadores que encuentren soluciones lo más rápidamente posible”. Por último, la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, destacó que “el texto no está cerrado” y que “hay cuestiones que desaparecen y luego vuelven a aparecer”, por lo que evitó profundizar en el borrador.

«Nuestro mensaje sobre el texto es claro: no es lo suficientemente contundente y necesitamos presionar a favor de la ambición», afirmó el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete. «Hay muchas cosas abiertas importantes encima de la mesa, pero creo que lo importante es que al final logremos ese consenso y este significa, ni más ni menos, que unanimidad, que nadie se oponga al texto», dijo la ministra García Tejerina.

La ex secretaria de Estado de Cambio Climático española, y miembro de la delegación francesa, Teresa Ribera, opinó que «el nuevo documento es un termómetro para saber cuáles son los puntos de desencuentro más duros, pero sin duda es un texto más simplificado que nos sitúa en el camino del acuerdo». Estados Unidos, la Unión Europea, México, Colombia y varias decenas de países de una «alianza» a favor de sellar un pacto «ambicioso» el viernes.

Por su parte, las organizaciones ecologistas creen que en el acuerdo está todavía «lo bueno, lo malo y lo peor» y que habrá que trabajar duro en las próximas horas para que los países petroleros «no tiren hacia lo peor», apuntó Kaisa Kosonen, portavoz de Greenpeace. En la misma línea, el representante de Equo en la Eurocámara, Florent Marcellesi, consideró que «los cambios no van por buen camino; es peligroso que estén desapareciendo los artículos que hacía referencia a la defensa de los derechos humanos».

La ONU alienta al acuerdo en la Cumbre de París y Estados Unidos subraya su compromiso

EFE.- El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó su confianza en que se logrará un acuerdo positivo en la cumbre del clima de París (COP21), durante la visita que realizó a Finlandia para conmemorar el 60 aniversario de la entrada del país nórdico en la ONU.

«Aunque todavía quedan algunas cuestiones pendientes, estoy cada vez más alentado al constatar que existe un creciente impulso político y que los líderes han mostrado un fuerte compromiso al indicar a sus negociadores que es el momento adecuado para actuar», afirmó Ban en una rueda de prensa celebrada en Helsinki.

El máximo dirigente de la ONU reiteró su llamamiento a los países desarrollados a asumir su responsabilidad histórica sobre el calentamiento global. Al mismo tiempo, pidió a los países en vías de desarrollo que «hagan más», dentro de sus posibilidades, para frenar un cambio climático que afecta a toda la humanidad.

«Este es un momento crítico para que todos los países se unan por el bien de nuestro planeta y de la humanidad», resaltó.

EEUU está comprometido con la causa

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, advirtió hoy de que un fracaso en la cumbre climática de París tendría «consecuencias históricas» y urgió a todas las partes a actuar para lograr un acuerdo ambicioso, pero que tenga en cuenta las capacidades de cada país.

«No nos equivoquemos. Si la comunidad internacional no es capaz de unirse y sigue rechazando actuar ante estas amenazas, si continuamos permitiendo que las obstrucciones premeditadas hagan descarrilar la urgencia de este proceso, seremos responsables de un fracaso colectivo y moral de consecuencias históricas», dijo Kerry. También avisó de que esto repercutirá negativamente no solo en la vida de las actuales generaciones, sino también en la de «nuestros hijos y nietos».

«Estamos determinados a tener éxito en París», aseguró Kerry, quien indicó que la COP21 no sellará un «techo» sino un punto de partida para los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático en las próximas décadas.

Kerry abogó por un acuerdo «global, inclusivo, ambicioso y sostenible» con un alto grado de flexibilidad que reconozca la situación diferente en la que se encuentre cada país, pero sin dejar de mantener la «responsabilidad común» que supone la lucha contra el calentamiento global.

EEUU doblará para 2020 la ayuda pública para políticas de adaptación

Por otra parte, Kerry, anunció que su país doblará para 2020 la ayuda pública que concede a los países en desarrollo para que pongan en marcha políticas de adaptación al cambio climático. Kerry recalcó que Estados Unidos destina 2.500 millones de euros anuales a financiación climática.

De esa partida, «más de 400 millones» son subvenciones concedidas a países en desarrollo para iniciativas de adaptación ante el cambio climático, explicó el jefe de la diplomacia estadounidense, que reconoció que «se necesita más». «Por ello, me satisface anunciar hoy que EEUU se ha comprometido a doblar sus inversiones publicas con subvenciones a la adaptación climática para 2020»

La Celac quiere un acuerdo vinculante pero diferenciado por países

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) está a favor de lograr un acuerdo jurídicamente vinculante en la cumbre del clima de París (COP21), aunque con responsabilidades diferenciadas para países desarrollados y en desarrollo.

En una declaración acordada en el seno de la Celac, los países que integran esta comunidad abogan por lograr un acuerdo que evite que la temperatura del planeta aumente más de dos grados y que refleje la voluntad de los países del Norte de financiar y transferir tecnología en materia de mitigación y adaptación a los del Sur.

 

Greenpeace reclama abandonar los combustibles fósiles en 2050 para evitar el calentamiento de 1,5 grados mientras WWF pide más ambición

Europa Press / EFE.- Las organizaciones ecologistas están en vilo: WWF pide que el acuerdo que salga de la Cumbre de París incluya la revisión de las contribuciones nacionales de reducción de CO2 para mejorar «la ambición» y desde Greenpeace inciden en que es necesario el «abandono total» de los combustibles fósiles en 2050 si se quiere impedir el calentamiento global de 1,5 grados.

La responsable de la campaña de Cambio Climático de la organización ecologista, Tatiana Nuño, denuncia que a pesar de que el borrador mantiene el objetivo de no sobrepasar de 1,5 grados el aumento de la temperatura media del planeta, «detrás de algunas de las palabras» pueden verse todavía «los intereses de los estados productores de petróleo». Para Greenpeace, «lo peor» que aparece en este borrador es «cómo está formulado lo relativo a la fecha límite» para la eliminación de las emisiones de carbono. «Es necesaria una fecha clara», ha insistido y ha aconsejado establecer un «plazo ajustado» para 2050 ya que, según Greenpeace, ésta es la «única forma de no sobrepasar» ese grado y medio.

«El plazo de 2050 para la descarbonización total es factible si se pone la necesaria voluntad política. Los hechos juegan a favor. Gracias al crecimiento de las energías renovables, las emisiones mundiales pueden estar ya dejando de crecer», ha explicado Nuño. Por último, la ONG ha destacado que «hay una desconexión entre lo que está sucediendo en la sala de conferencias de la COP y lo que ocurre en el mundo real». Por ello, ha pedido a los negociadores que «eleven el listón» y que si «son capaces de comprometerse con una meta de 1,5 grados» también «deben ser capaces» de establecer una fecha de eliminación de los combustibles fósiles.

«Jugar al póquer» el futuro

Por su parte, el director de Greenpeace, Kumi Naidoo, también instó a los líderes de los países negociadores a «dejar de jugar al póquer» con el futuro de la humanidad y cerrar un acuerdo ambicioso en la cumbre climática de París, que persiga contener el calentamiento global en 1,5 grados a finales de siglo. «No pueden seguir jugando a un póquer político con el futuro de nuestros hijos y sus hijos. Tienen que preguntarse: si no cierran un acuerdo ahora, cuándo; si no aquí, dónde; y si no nosotros, quiénes lo hará», dijo Kumi Naidoo.

«El planeta como tal no necesita ser salvado, porque si fracasan, lo que va a pasar es que nosotros desapareceremos, la humanidad como especie desaparecerá y una vez que esto suceda los océanos y los bosques se recuperarán», afirmó. Naidoo advirtió de que con la naturaleza no se puede negociar, ni se le puede dar una «patada hacia delante, como si fuera fútbol político». Por eso, pidió a los líderes de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, que se comprometan con un acuerdo ambicioso. «No es una cuestión -argumentó- sobre si yo o Greenpeace podremos vivir con un mal acuerdo o no. Es una cuestión de si nuestros hijos podrán vivir, sin más».

WWF pide revisar «con ambición»

La organización WWF ha reclamado que se incluya la revisión de las contribuciones nacionales de reducción de CO2 para antes de 2020, cuando entrará en vigor, para evitar que el aumento de la temperatura se acerque a 3 grados centígrados.Además, WWF advierte de que existe un «peligro real» de que si no se incluye esta revisión, el acuerdo podría estar bloqueado en los próximos 10 o 15 años ya que las actuales contribuciones son «insuficientes» para limitar a 2 o a 1,5 grados centígrados el aumento de la temperatura.

En este sentido, insta a los Gobiernos a apoyar un proceso de revisión científico «sólido, transparente e inclusivo», que se base en la equidad y la justicia para los próximos años, «lo ideal sería en 2018 y antes de que el nuevo acuerdo entre en vigor» para incrementar el nivel de ambición. «Los días que quedan deben servir para asegurar un acuerdo sobre este elemento crítico. Necesitamos que los países den un paso adelante y defendemos esto como una cuestión de urgencia», subrayó la ONG.

Presión global para el acuerdo

Por su parte, la presidenta de WWF, Yolanda Kakabadse, confía en que de la cumbre del clima salga un acuerdo global de lucha contra el cambio climático porque «los que toman las decisiones saben que, si no toman medidas ahora, estamos fritos» por el calentamiento. La exministra ecuatoriana de Medio Ambiente y líder de una de las principales organizaciones ecologistas afirma que el momento actual de las negociaciones «es de un pánico lógico». «Estamos en un momento de mucha tensión, pero confío en que haya un acuerdo decente, responsable y de alguna manera visionario», explica.

A Kakabadse no le «preocupa» que los países «estén posicionados hoy de manera muy dura» porque «eso forma parte de una estrategia, siempre se ponen radicales antes de ceder». Su «miedo» es «que se licuen los acuerdos y los países empiecen a aflojar y a ser menos ambiciosos», pero agrega que veía «más riesgo de que eso pasara en cumbres anteriores, no en esta donde hay tanta presión global». «Creo que los tomadores de decisiones tienen claro que la COP21 tiene que ser significativa, no hay más tiempo para esperar«, subraya una de las mujeres más influyentes en materia medioambiental.

Pekín emite su primera alerta roja por contaminación

EFE.- La capital china emitió hoy su primera alerta roja de la historia por contaminación, la más grave de una escala de cuatro, según anunció este lunes la agencia oficial Xinhua.

La Oficina Medioambiental de Pekín advirtió de que la alerta roja estará activa desde el martes a las 07.00 de la mañana, hora local (23.00 GMT), hasta el jueves a las 12.00 del mediodía (04.00 GMT), cuando se espera que lluvias ayuden a disipar la contaminación.

La ciudad volvió a declarar el domingo la alerta naranja, la que antecede a la roja, poco después de que la metrópolis registrara los peores niveles de calidad del aire del año hace una semana.

El anuncio de hoy incluye un amplio catálogo de medidas para reducir la polución y combatir sus efectos en la población.

Entre éstas se incluyen la suspensión de la construcción al aire libre y la actividad de las industrias más contaminantes; la prohibición de circulación a vehículos pesados, la reducción de coches oficiales en las carreteras en un 30 por ciento, y que los vehículos privados sólo circulen en días alternos.

También se recomienda a escuelas e institutos que cierren durante los días de alerta, aunque no están obligados a ello.

Pekín puso en marcha un nuevo programa para medir y reducir los niveles de contaminación a finales de mayo, que reemplazó a uno lanzado en 2013.

El nuevo programa mantuvo los cuatro colores utilizados para indicar la gravedad de la contaminación, siendo el rojo el más grave y seguido por el naranja, el amarillo y el azul, pero varió los requisitos sobre cuándo emitir cada alerta.

Así, desde entonces la alerta naranja salta a partir de los 200 microgramos de concentración por metro cúbico de las llamadas partículas PM 2,5 -las más dañinas para la salud-, y la roja se activa cuando los niveles de polución se mantengan por encima de esa cifra durante al menos tres días.

Alrededor de las 18.00 horas de hoy, hora local (10.00 GMT), la concentración de las llamadas partículas PM 2,5 estaba en torno a los 240 microgramos, muy por encima de la máxima que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 25 microgramos.

La nueva normativa indica que las alertas naranja y roja serán emitidas al menos 24 horas antes de que la contaminación alcance los picos máximos.

Pekín nunca había activado la alerta roja desde que adaptó el sistema de cuatro colores en 2013, un año que comenzó con niveles inauditos de contaminación (alrededor de los 900 microgramos de partículas PM 2,5 por metro cúbico de aire, según los medidores, a comienzos de enero de ese año).

En 2014, la capital china emitió la alerta azul once veces, la amarilla cinco y la naranja dos, si bien otros sistemas de medición de la contaminación, como el de la Embajada de EE.UU., suelen indicar mayores niveles de polución que las cifras oficiales que divulgan las autoridades locales.

El anuncio de la capital china coincide con el comienzo de las negociaciones políticas de los ministros de Medio Ambiente en la cumbre del clima de París (COP21) para tratar de alcanzar un acuerdo universal contra el calentamiento global antes del viernes.

Pekín ya decretó otra alerta naranja el pasado 30 de noviembre coincidiendo con el inicio de esa cumbre, el mismo día en que el presidente chino, Xi Jinping, destacaba en la capital francesa los proyectos de su país, el que más emisiones de efecto invernadero lanza a la atmósfera, para reducirlas.

La COP21 tiene un borrador de acuerdo para ser ultimado por los ministros

EFE.- La primera semana de negociaciones en la cumbre del clima de París (COP21) culminó con la aprobación de un borrador de acuerdo que terminarán de ultimar los ministros de cerca de 200 países a partir del lunes, en tanto que los artículos más problemáticos siguen aún sin cerrar. El documento aprobado es fruto de cuatro años de trabajo de los negociadores, que, en la cumbre de Durban (Sudáfrica) de 2011, recibieron el mandato de elaborar el texto de un acuerdo universal de lucha contra el cambio climático.

El texto ha pasado de las 55 páginas con las que llegó a París a las 48 actuales, de las que 22 corresponden al pacto en sí que se prevé aprobar el próximo viernes, 21 a un paquete de decisiones que lo desarrollarían y 5 a un anexo con 96 propuestas de cambios introducidas por las partes a última hora. La embajadora francesa en la cumbre, Laurence Tubiana, reconoció que el borrador aún recoge todas las opciones, muchas contradictorias entre sí, cuenta con más de mil paréntesis y deja sin resolver las dos áreas más conflictivas: la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo, y la financiación a estos últimos para crecer bajos en carbono y se adapten al calentamiento.

No obstante, admitió que el documento «indica el deseo de todos de alcanzar un gran pacto», aunque «todavía no estemos al final del camino» y «la mayor parte de los temas más problemáticos continúan sin resolver». «Sobre esta base deberán negociar los ministros», que el lunes a primera hora llegan París, dijo Tubiana, quien advirtió de que su Gobierno «no tiene un plan B» y confía en contar con la versión final el jueves por la mañana, para que los juristas la revisen y los traductores la preparen en los seis idiomas oficiales de la ONU, con el fin de que sea suscrita el viernes.

Tras Tubiana intervinieron en el plenario los portavoces de todos los grupos de negociación, quienes coincidieron con la idea lanzada por la jefa del equipo negociador de la Unión Europea, Elina Bardram, quien dijo que es «un texto aceptable para todos». A pesar de haber logrado una base para el futuro pacto universal de lucha contra el calentamiento en esta semana, la mayoría de los negociadores consultados reconocen que la labor diplomática que queda pendiente para los ministros es «tremenda». «Nos hubiera gustado que el texto hubiera llegado a este punto con muchos más puntos cerrados», lamentó en el plenario la embajadora de Sudáfrica, Nozipho Mxakato-Diseko, portavoz de los más de 130 países del grupo de negociación G7 más China.

La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, apuntó que «todas las opciones siguen estando encima de la mesa, no se ha avanzado en ningún punto político». Tanto Ulargui como el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete, valoraron que «las cuitas de la Unión Europea» siguen dentro del acuerdo, tanto en materia de ambición como de mitigación. «La próxima semana será la del compromiso, cuando se deban cerrar los temas más difíciles», dijo Arias Cañete.

Mientras la Unión Europea y Estados Unidos desean que la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «se vaya diluyendo», países como India, China y los países petroleros presionan para que se mantenga y para que el compromiso de cumplir los objetivos nacionales no sea obligatorio para ellos. Del mismo modo, quieren que el cometido de financiar a los más vulnerables sólo recaiga en los países considerados ricos en un anexo de la convención de cambio climático de la ONU de 1992, cuya mención actualmente, en un mundo tan diferente, enerva a la Unión Europea.

El enconamiento del debate de la diferenciación choca en muchos casos de bruces con la propia realidad: a día de hoy, 186 países, incluyendo la inmensa mayoría de las naciones en desarrollo, han presentando compromisos de reducción de emisiones para incluir en este acuerdo. Sólo Venezuela, Uzbekistán, la República Popular Democrática de Corea, Libia, Siria, Panamá, Nepal, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves y Timor Oriental no han presentado compromiso, en algunos casos por motivos evidentes de su situación de conflicto.

Aunque también contribuyen a la financiación de los más vulnerables, China aportó recientemente 3.000 millones de dólares, lo cierto es que las potencias emergentes no quieren «dejarse computar» oficialmente en este aspecto, aseguró Valvanera Ulargui. «La Unión Europea no quiere que la diferenciación se diluya de manera traumática e inmediata para estos países, pero sí que vayan contribuyendo a medida que mejoren sus economías», explicó la jefa del equipo español.

Por su parte, las ONG se mostraron optimistas respecto a «cómo avanza el proceso», aunque cautelosas «por la lentitud con la que se progresa en el contenido». Martin Kaiser, portavoz de Greenpeace, recordó que a estas alturas en la última cumbre en la que se trató de alcanzar un pacto global «había un texto de 300 páginas, frente a las poco más de 20 de acuerdo que hay en París, donde el clima de negociación es mucho más constructivo». Kaiser alertó, sin embargo, de que «el acuerdo no está garantizado». También Tasneem Essop, jefa de la delegación de WWF en la cumbre, aseguró que «los ministros van a tener que correr una carrera contra reloj para asegurar un acuerdo fuerte».

Fabius se muestra «realmente optimista»

El presidente de la cumbre del clima (COP21) y ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, afirmó que, ante los últimos avances en las negociaciones, comienza a sentirse «realmente optimista» aunque queda todavía mucho trabajo pendiente. «Con las últimas informaciones que me han llegado, empiezo a ser realmente optimista, pero aún falta mucho por hacer. Por lo tanto, diría que ésta va a ser la COP de la acción», manifestó el ministro galo. Así se pronunció en el «Día de la Acción», en el que más de 50 personalidades de todo el mundo, como los actores Leonardo DiCaprio y Sean Penn, se reúnen en París para simbolizar el apoyo de la sociedad civil a la lucha contra el calentamiento.

«Solíamos tener solo gobiernos, pero ahora tenemos actores, de diferentes lugares, que quieren compartir su experiencia. Esto es importante», manifestó por su parte el ministro de Medio Ambiente peruano, Manuel Pulgar. Fabius confió en que el impulso que espera que suponga la COP21 para la lucha contra el cambio climático se mantenga al término de la cumbre y llegue más allá. «La sociedad está lanzada y la acción no se parará más. Estoy completamente convencido de que el movimiento lanzado va a continuar en los años siguientes y ampliarse», afirmó.

La secretaria de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC), Christiana Figueres, recalcó que «lo que estamos haciendo en estos tres, cuatro o cinco días es muy notable, pero nada comparado con lo que tenemos que hacer», avanzó. Figueres añadió que es importante darse cuenta de que «debemos» actuar porque la ciencia apunta a que solo se dispone de un estrecho margen para contrarrestar el cambio climático, pero también por un «imperativo moral», dado que si no se toman iniciativas con rapidez, sus efectos se cebarán con los más vulnerables.

Numerosas personalidades se unen en París a la lucha contra el cambio climático

EFE.- Un desfile formado por estrellas de cine, un premio Nobel, alcaldes de megalópolis, científicos y empresarios reputados se han reunido en la cumbre del cambio climático para enviar un mensaje claro: es necesario actuar ya contra el calentamiento.

«Los días de soñar han dejado paso a los días en los que hay que hacer», proclamó el actor y director estadounidense Sean Penn durante su intervención en los eventos organizados en la cumbre COP21 de París con motivo del «Día de la Acción».

En él han tomado la palabra personalidades con experiencia en combatir el cambio climático desde campos tan variados como las finanzas, la inclusión social o la construcción.

«No tenemos que seguir teniendo miedo a lanzar compromisos que cumplir. Me gustaría pediros que os unáis a nosotros en asumirlos y ponernos bajo el futuro escrutinio de nuestros hijos», recalcó Penn, fundador de una ONG centrada en Haití.

La presencia casi secretista de uno de sus colegas de profesión, Leonardo DiCaprio, ha creado una gran expectación. Mientras los rumores circulaban de pabellón en pabellón sobre si el actor había o no dado plantón a la organización, éste se ha escurrido entre el público para recluirse en la zona VIP.

DiCaprio, que saltó al estrellato con títulos como Titanic, dirige la fundación que lleva su nombre y ha aprovechado su paso por la cumbre para cambiar de papel y ponerse detrás de la cámara en un documental que está realizando.

También aprovechó su paso por París para hacer un llamamiento a los más de mil responsables municipales que se reunieron ayer en el Ayuntamiento parisino -entre los que figuraban las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau– a comprometerse a avanzar hacia ciudades alimentadas con un 100 % de energías renovables.

Otro famoso que hoy aterrizó en la capital gala fue Arnold Schwarzenegger, que no ha dudado en acercarse a uno de los escenarios de la matanzas terroristas del pasado 13 de noviembre, la sala Bataclan, sin olvidarse de reivindicar el uso de las energías renovables.

«El futuro del que vienes 100 % energía renovable, ¿no?», le ha preguntado la ONG Greenpeace a través de Twitter, en referencia a su famosa interpretación del robot asesino Terminator. «¿California? Es el futuro. Ya tenemos un 40 % de renovables pero llegaremos al 100 %», bromeó el que fuera gobernador de este estado norteamericano como miembro del Partido Republicano, tradicionalmente escéptico respecto a la lucha contra el cambio climático.

En el bando contrario militaba el exvicepresidente de Estados Unidos y Nobel de la Paz Al Gore, una de las voces claves que ha tratado de despertar conciencia al otro lado del Atlántico sobre los efectos del calentamiento.

«Estamos viendo el crecimiento de una fuerte determinación que dice: sí, estamos dispuestos a hacer el cambio», dijo Gore en su intervención en el «Día de la Acción» de la COP y ligó el momento actual con otros sucesos que cambiaron el curso de la historia de la humanidad. «Con la esclavitud, el derecho a votar de las mujeres, el apartheid… hemos visto en cada caso que al final la discusión trata de decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto», añadió.

También participó en el acto el astronauta español Pedro Duque, como parte de un emotivo vídeo en el que él y varios de sus colegas hacían hincapié en la importancia de cuidar un planeta excepcional como es la Tierra.

Otros rostros conocidos que se han asociado estos días con la COP21, que espera lograr un acuerdo global de recorte de emisiones, son el empresario y filántropo Bill Gates, la música y poetisa Patti Smith, y los actores Robert Redford y Mark Ruffalo.

También hubo lugar para la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, su homólogo de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y el exregidor de Nueva York Michael Bloomberg, entre otros.

El broche al día ha corrido a cargo del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y del presidente de Francia, François Hollande, quien advirtió sobre el peligro que supondría para el planeta cerrar un «acuerdo de mínimos».

Mas y Urkullu presentan ante la Cumbre de París sus compromisos de reducción de emisiones

Europa Press.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado este domingo que Cataluña está actuando como si fuera un Estado en la lucha contra el cambio climático a nivel institucional, político y operativo, a pesar de que no pueda hacerlo desde el punto de vista legal.

Aprovechando para incidir en su objetivo independentista, ha viajado hasta París  para participar en el Cumbre del Cambio Climático (COP21). Mas ha explicado que su participación en la COP21 tiene como objetivo demostrar que Cataluña se toma «muy seriamente» la lucha contra el cambio climático, y ha destacado que el Govern presentará al Parlament un proyecto de ley pionero en el Estado sobre el cambio climático.

«Hemos logrado cumplir con creces los Protocolos de Kioto», ha señalado Mas, y ha insistido en que durante el período 2020-2030 trabajarán con el objetivo de rebajar el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero por debajo de lo fijado.

Urkullu también viaja hasta París

El lehendakari, Iñigo Urkullu, acudirá este lunes y martes a la Cumbre sobre el Cambio Climático de París (COP21), donde expondrá la apuesta por «mitigar las consecuencias del cambio climático» de Euskadi y del ‘The Climate Group’, entidad que copreside.

Según ha destacado el Gobierno vasco, la Cumbre ha integrado en su agenda, por primera vez, a entidades «subestatales» como administraciones más cercanas a la ciudadanía en la gestión de políticas medioambientales. Urkullu reivindicará ante los Estados «el papel que juegan las regiones, como administraciones más cercanas a la ciudadanía y a la gestión de las políticas industriales o de transporte».

El lehendakari, copresidente para Europa de la organización internacional medioambiental ‘The Climate Group’, que agrupa a países, regiones y estados federados, será el encargado de anunciar la apuesta por «mitigar las consecuencias del cambio climático» de esta entidad y de Euskadi.

En este sentido, el Ejecutivo Vasco se compromete a reducir en un 40% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para el año 2030 y en un 80% para 2050, tomando como referencia base el año 2005. Estos compromisos están alineados con los adquiridos por la Unión Europea y recogidos en la Estrategia Vasca de Cambio Climático.