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El desmantelamiento de una central nuclear paso a paso

EFE.- El proceso de desmantelamiento de una central nuclear, como el que deberá afrontar Garoña es una operación larga y compleja, en la que España cuenta con antecedentes exitosos a través de la Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos.

Creada en 1984 se trata de una entidad pública y sin ánimo de lucro responsable de la gestión de los residuos radiactivos que se generan en cualquier punto del Estado.

La empresa pública es responsable del desmantelamiento de instalaciones nucleares como Vandellós I (Tarragona), José Cabrera o Zorita (Guadalajara), las del CIEMAT en Madrid, el reactor experimental Argos I de Barcelona, la antigua fábrica de uranio de Andújar o la planta Lobo G en Badajoz, entre otras, según refleja el 6º Plan General de Residuos Radiactivos.

El proceso que deberá afrontar Garoña, a partir de ahora, se podría segmentar en nueve claves aunque cada instalación requiere un «traje a medida» y conlleva incógnitas como la estimación del coste de la operación.

Primer paso. Actividades previas:

Se desarrollan bajo la responsabilidad del operador y consisten fundamentalmente en la gestión del combustible gastado (residuo de alta actividad) y en el acondicionamiento de los residuos de operación.

Finalizada las actividades previas y con la autorización ministerial correspondiente, la titularidad (Nuclenor en el caso de Garoña) deberá ser transferida a Enresa para la ejecución del Plan de Desmantelamiento y Clausura.

Segundo paso. Plan de desmantelamiento y clausura:

Una vez que cesa la actividad se debe elaborar la documentación reglamentaria del Plan de Desmantelamiento y Clausura de Santa María de Garoña. Este proceso se concibe como una actividad industria cuya finalidad es liberar completamente el emplazamiento y la adecuada gestión de los materiales resultantes.

Incluye desde la retirada de elementos convencionales, desmontaje de componentes radiológicos, descontaminación y restauración ambiental del emplazamiento donde se ubica la nuclear.

Tercer paso. Actividades preparatorias:

En caso de ser necesarios, como ocurrió en Zorita, se deberán adecuar sistemas e instalaciones auxiliares de la planta para su funcionalidad en las nuevas actividades que deberán acoger durante el desmantelamiento.

Por ejemplo en Zorita se transformó el edificio de turbinas en una instalación auxiliar para el tratamiento y almacenamiento temporal de residuos procedente del edificio de contención.

Cuarto paso. Desmantelamiento de elementos convencionales:

Comprende la intervención sobre instalaciones convencionales a medida que no se requiere su uso, como las torres de refrigeración edificios eléctricos, sala de control…

Quinto paso. Desmantelamiento de elementos radiológicos:

Antes de todo ello, el combustible nuclear gastado debe ser cargado en contenedores y almacenado en el ATI (almacén temporal individualizado) de la instalación.

El desmantelamiento de los componentes del circuito primarios, ubicados en el interior del edificio de contención, es una de una de las actividades más complejas. En el caso de Zorita requirió el uso de herramientas de corte manejadas a distancia para segmentar bajo el agua de la antigua piscina del reactor de elementos internos y de la vasija del reactor. Además se debe desmontar in situ otros grandes componentes del circuito primario como generador de vapor.

El caso de Vandellós es diferente pues se ha dejado en pie y sellado el cajón del reactor, que esta confinado y cubierto por una estructura de protección, que se mantendrá hasta el año 2028 en que se prevé su retirada al final de «periodo de latencia».

Sexto paso. Descontaminación y demolición de edificios:

Comprende la descontaminación de paredes y suelos de los edificios radiológicos, para una vez certificada la ausencia de cualquier traza residual, proceder a su demolición con técnicas convencionales.

Séptimo paso. Gestión de materiales:

Tiene como fin optimizar el volumen de residuos y se trata de una actividad básica que se mantiene durante todas las fases de desmantelamiento. Como ejemplo, el caso de la nuclear José Cabrera (Zorita), Guadalajar, se estima que hasta el final del proceso se gestionarán alrededor de 104.000 toneladas de los que un 4 % se catalogarán como residuos radiactivos (2 % en el caso de Vandellós 1).

Los residuos de baja y media actividad (RBM) serán ubicados en el Almacén de Residuos Radiactivos de Baja y Media Actividad de El Cabril, en Sierra Albarrana (Córdoba).

Octavo paso. Restauración del emplazamiento:

Su objetivo es devolver el emplazamiento a sus características iniciales. Garantiza que los suelos están limpios de cualquier posible radiactividad residual. Comprende el saneamiento de los terrenos y una caracterización final que permita solicitar la declaración de clausura, para devolver el emplazamiento a su propietario.

Noveno paso. Plazos:

A priori es difícil de determinar pues cada central requiere un «traje a medida». El 6º Plan General de Residuos Radiactivo indica que el desmantelamiento total (denominado Nivel 3) de las centrales nucleares de agua ligera se puede iniciar tres años después de su parada definitiva.

En el caso de la nuclear de Zorita el Estudio Básico de estrategias para el desmantelamiento de la central se presentó en 2003 con la planta con permiso hasta abril de 2006, tres años después (2006) el Plan de Desmantelamiento Preliminar, y el cronograma para su realización prevé que la caracterización final tenga lugar en 2019, 16 años después.

En el caso de Vandellós 1 la orden ministerial de cierre se aprobó en 1990, Enresa presentó el Plan de Desmantelamiento y Clausura en 1994, que se aprobó en 1998. En 2003 se concluyó el denominado nivel 2 y la última fase o desmantelamiento del cajón del reactor -nivel 3- esta prevista para el final del «periodo de latencia» en 2028.

El desmantelamiento de Garoña podría terminar en torno al año 2034 aproximadamente

Europa Press.- El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha estimado el tiempo del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en una horquilla de 13 a 16 años, lo que situaría el final de este proceso una vez pasado el año 2030.

En la comparecencia celebrada esta mañana para informar de la decisión del Gobierno de denegar la solicitud de Nuclenor, el titular de Garoña, de operar la planta hasta 2031, cuando hubiera llegado a los 60 años de vida útil, Nadal ha apuntado a que este proceso podría durar de 13 a 16 años.

En primer lugar, la central debe ser declarada en situación de cese definitivo de explotación, aunque su licencia de operación ya expiró el 6 de julio de 2013.

El Ministerio ha informado que, a continuación, el departamento que dirige Nadal deberá emitir la autorización de desmantelamiento, pero para ello el Consejo de Seguridad (CSN) emitirá un informe previo y, posteriormente, se emitirá la declaración de clausura.

Respecto a la autorización de desmantelamiento, esta deberá ser solicitada por la Empresa estatal de Residuos (Enresa), que será la empresa encargada de realizar estas actividades, que ya está próxima a terminar en la central de José Cabrera (Guadalajara), más conocida como Zorita y que dejó de operar en 2006.

En esta solicitud, Enresa además habrá de pedir la transferencia de titularidad de la central, y antes de la concesión de esta autorización y del traspaso de titularidad, se abrirá un periodo previo de desmantelamiento.

En esa fase, el titular, Nuclenor, deberá realizar un conjunto de tareas y la primera es descargar el combustible que está almacenado en la piscina de Garoña. En el caso de esta planta, el titular extrajo el combustible del reactor en diciembre de 2012, meses antes de que su licencia terminase en julio de 2013, a consecuencia de un nuevo impuesto al combustible nuclear.

Si bien, para descargar este combustible Nuclenor tendrá que construir un almacén temporal individualizado (ATI) en el que se pueda albergar todo el combustible gastado por la central a lo largo de sus casi 43 años de operación, ante la falta de un almacén temporal centralizado que ya debía haber entrado en funcionamiento en este 2017 de acuerdo con el mandato parlamentario.

Del mismo modo, antes de que Enresa asuma la titularidad de Garoña y se haga cargo del desmontaje y desmantelamiento de la central, Nuclenor deberá haber acondicionado los residuos generados durante la explotación (los residuos radiactivos de baja y media actividad que se gestionan por Enresa en El Cabril).

En la actualidad, el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR) no fija un plazo determinado para acometer el predesmantelamiento, pero Enresa calcula que el desmantelamiento podría comenzar unos seis años después de la parada definitiva del reactor y que podría durar aproximadamente diez años.

Una vez terminen las actividades desmanteladas, se acometerá el plan de restauración del emplazamiento que tendrá que ser verificado junto con el resto de las condiciones técnicas que se establezcan. Después de ese proceso el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital deberá emitir la declaración de clausura.

Será entonces cuando Enresa devuelva el emplazamiento a su titular, en este caso Nuclenor, pero el Ministerio puede establecer restricciones de uso sobre los terrenos en los que se asentaba la instalación.

En concreto, el artículo 28 del Reglamento de Instalaciones Nucleares, precisa que el Ministerio declarará el cese de la actividad y establecerá unas condiciones que se deberán ajustar a las actividades a realizar en la instalación a partir de ese momento y el plazo en el que se deberá solicitar la autorización de desmantelamiento o bien de desmantelamiento y cierre.

En todo caso, se entiende por desmantelamiento todas aquellas actividades realizadas una vez obtenida la correspondiente autorización que permiten solicitar la declaración de clausura y que supondrá la desclasificación de la instalación y la liberación, total o restringida, del emplazamiento.

Una marcha en bicicleta sigue el río Tajo defendiendo el medioambiente y en contra de la central nuclear de Almaraz

EFE.- Ecologistas en Acción organiza una marcha en bicicleta que recorrerá el río Tajo, desde Navalmoral de la Mata hasta su desembocadura en Lisboa (Portugal), en defensa del medio ambiente y para concienciar sobre los riesgos de la energía nuclear. Se trata de la séptima edición de la denominada Ecomarcha, que se desarrolla bajo el lema Vive el Tajo: por un río vivo y sin nucleares hasta el 28 de julio.

De este modo han diseñado una ruta que pone el acento en la demanda de cierre de la central nuclear de Almaraz, así como en el cese del «maltrato que sufre» el que será el principal compañero de viaje de esta Ecomarcha: el río Tajo y sus muchos afluentes. A lo largo de estas dos semanas, 120 personas harán una ruta que también presta atención a los suelos, dentro de la campaña People4Soil (Salva el Suelo), al transporte público y sostenible, y a la lucha contra la minería del uranio.

La Ecomarcha tuvo como primera parada la central nuclear de Almaraz: reclamaron la no renovación de su permiso de explotación, que caduca en 2020. Además reclaman la paralización del Almacén Temporal Individualizado (ATI) «cuya única razón de ser es prolongar durante 20 años más los beneficios de sus empresas propietarias (Iberdrola, Gas Natural y Endesa)». La portavoz del colectivo, Paca Blanco, subrayó que el hecho de que Almaraz alcance los 60 años «supone un riesgo inaceptable dado el deterioro de las condiciones de seguridad con su envejecimiento y con el incremento de los residuos radiactivos».

A su juicio las pretensiones de alargamiento de una central “con la seguridad ya degradada supone uno de los graves problemas que tiene en la actualidad el río Tajo, y es el mayor peligro para propagar la radiactividad que pueda liberarse de la central llegando incluso a afectar a Portugal«. Con el objetivo de informar sobre el contenido de cada una de las etapas, Ecologistas en Acción ha habilitado en su página web un bicidiario.

La central nuclear de José Cabrera (Guadalajara) hace su simulacro anual con un incendio de residuos radioactivos en su ATI

Europa Press / EFE.- La central nuclear de José Cabrera, situada en el término municipal de Almonacid de Zorita (Guadalajara) y la primera que se construyó en España, ha realizado el preceptivo simulacro anual por el que practicaron la respuesta ante un incendio ocurrido en las proximidades del Almacén Temporal Individualizado (ATI) de residuos radiactivos dentro de la central.

Este simulacro de emergencia, establecido en su Plan de Emergencia Interior con la participación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), comenzó a raíz de la notificación del simulado incendio con una prealerta de emergencia, según explicó el CSN. La actuación del CSN se desarrolló tanto desde la Sala de Emergencias (SALEM) como desde la central, realizando el seguimiento del estado de planta y de las actuaciones del titular para la recuperación de las condiciones de seguridad. Además, se simuló la pérdida de suministro eléctrico exterior y el fallo del generador diesel de emergencia, en cuyas tareas de mantenimiento ha resultado herido un trabajador, evacuado en helicóptero al hospital de Guadalajara.

Ante el supuesto incendio que podría haber llegado a afectar a los contenedores de residuos radiactivos del ATI, se ha declarado la alerta de emergencia y el CSN ha recomendado al Centro de Coordinación Operativa (CECOP) del Plan de Emergencia Nuclear de Guadalajara (PENGUA) el control de accesos en el entorno de la central nuclear. Además, el CSN ha simulado la activación de su unidad de apoyo a la intervención radiológica, que se ha dirigido a los controles de accesos para coordinar la actuación de los técnicos de las Unidades Técnicas de Protección Radiológica (UTPR).

Por otro lado, las mediciones ambientales que se han llevado a cabo con equipos portátiles han descartado la liberación de radiactividad. El CSN ha mantenido activada la Sala de Emergencias (Salem) y su equipo de retén, tal y como establece el modo 1 de la Organización de Respuesta de Emergencia (ORE). Un suceso de esta naturaleza habría sido clasificado como nivel 2 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).

Compromís pide en el Congreso el cierre de la central nuclear de Cofrentes al término de su licencia en 2021

Europa Press.- Compromís registró en el Congreso una proposición no de ley en la que exige el cierre y desmantelamiento de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) una vez expire su licencia de funcionamiento, en marzo de 2021. La iniciativa, presentada con Unidos Podemos, señala los riesgos y peligros que, a su juicio, supone la estrategia energética del Gobierno de prolongar la vida útil de las nucleares más allá de 25 años.

La solicitud de Compromís llega, además, después de que el director de Cofrentes, Tomás Lozano, anunciara que pedirá la renovación de la licencia en 2020. Con esta decisión, la central sigue la senda de otras plantas como Garoña, en la que el Gobierno estudia alargar su funcionamiento hasta los 60 años. Desde Compromís exigen al Gobierno «la apuesta por fuentes de energía alternativas», en lugar de «prolongar hasta la agonía el funcionamiento de las centrales».

Por otra parte, la iniciativa también insta al ministro de Energía, Álvaro Nadal, a rechazar la construcción de un almacén temporal de residuos (ATI). A su juicio, es un proyecto «innecesario» y evidencia «el fracaso de la política de gestión de basura radiactiva», según indicó el portavoz de la formación, Joan Baldoví. Para Compromís, la energía nuclear es «uno de los principales obstáculos para las fuentes renovables limpias» e incide en la necesidad de poner en marcha un plan estatal de cierre definitivo de centrales.

La central de Cofrentes advierte de que su almacén temporal individualizado (ATI) de residuos nucleares debería estar construido en 2019

EFE.- El almacén temporal individualizado (ATI) de residuos, cuya construcción reclama la central nuclear de Cofrentes, debería estar acabado en 2019, para poder realizar los protocolos de pruebas al año siguiente y estar operativo en 2021 cuando está previsto que se agoten sus piscinas de combustibles.

Así lo ha explicado el director de la central, Tomás Lozano, en una comparecencia en las Cortes de la Comunidad Valenciana, en la que ha defendido que el ATI tiene «absoluta garantía de seguridad incluso en escenarios improbables» como la desaparición de presas, lluvias milenarias o vientos de más de 140 kilómetros por hora. A petición de Compromís y PSOE, Lozano ha comparecido en la Comisión de Medio Ambiente, donde ha manifestado que el ATI «será necesario en cualquier escenario» y, aunque permite «continuar la operación de Cofrentes en 2021,» es «independiente» del proceso de autorización de explotación, que prevén solicitar en marzo de 2020.

Lozano expuso que la planta generó en 2016 el 35% de la demanda eléctrica de la Comunidad Valenciana, evita la emisión de 6,5 millones de toneladas de CO2 al año, su siniestrabilidad laboral es cero, invierte de media 46 millones al año, su seguridad se sitúa en la excelencia y ofrece 750 empleos directos y 800 indirectos. Asimismo, explicó que solicitaron el almacén temporal cuando la empresa pública ENRESA confirmó el retraso en el almacén temporal centralizado (ATC) programado en Villar de Cañas (Cuenca), ya que sus piscinas de combustibles se encuentran actualmente al 88% de su capacidad y prevén que se completen en 2021.

Respecto a la nueva instalación explicó que su refrigeración es por convección de aire natural, «el método más seguro», estará ubicada al oeste de las torres de refrigeración y, además de estar semisoterrada para evitar cualquier impacto ambiental, está diseñada con los más altos márgenes de sismicidad e inundabilidad. Especificó que estará construida 46 metros por encima del nivel del Júcar, lo que supone 30 metros más de lo que marca el Plan de acción territorial sobre prevención del riesgo de inundación en la Comunidad Valenciana (Patricova) y 2 metros por encima de la cota para sucesos como roturas de presas, vientos o lluvias milenarias.

Respecto a la sismicidad, ha explicado que los márgenes de diseño son «5 veces superiores a lo que establece la normativa sismoresistente aplicable en la zona para edificaciones convencionales», y además ha incidido en que cumplirá todos los criterios nucleares de seguridad. «Es la solución más extendida y se impone como solución temporal al almacenamiento de combustible gastado», ha afirmado.

El director de la central nuclear de Cofrentes ha hecho hincapié en que la política energética en los países occidentales se dirige a «permitir la energía nuclear más allá de los 40 años porque es necesaria para la transición energética cumpliendo los requisitos medioambientales y de rentabilidad». En esa línea ha afirmado que de los 445 reactores del mundo, 115 tienen concedida la operación más allá de 40 años, de ellos 80 de Estados Unidos (de un centenar) y 30 de Europa, con la excepción de Alemania, que ha optado por el cierre progresivo y que, según ha indicado, tiene el segundo precio más caro de la energía en Europa.

Ciudadanos pide que Nadal explique al Congreso el retraso en la construcción del ATC nuclear de Villar de Cañas (Cuenca)

Europa Press.- Ciudadanos ha registrado en el Congreso una solicitud de comparecencia para que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, explique cuál es la situación actual del proyecto del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en la localidad de Villar de Cañas (Cuenca), que debía estar listo en 2016. La formación naranja ha registrado, además, una pregunta sobre este mismo tema.

Ciudadanos recuerda en el documento que la decisión de llevar a cabo este almacén se aprobó el 30 de diciembre de 2011. Sin embargo, la iniciativa se ha ido retrasando a lo largo de los años entre concesiones de permisos estatales y autonómicos y el estudio de informes por parte del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para dar el visto bueno a la localización. Ha sido en abril de este año cuando el órgano regulador ha dado el visto bueno.

La empresa pública responsable de gestionar los residuos nucleares en España, ENRESA, adquirió terrenos en la localidad conquense con unas dimensiones totales de 55 hectáreas. Según su planificación, los trabajos para la construcción de ATC debían iniciarse alrededor de 2014 y deberían estar terminados en dos años. Este retraso origina un «sobrecoste», según denunció el pasado mes de abril el presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), José Antonio Gago, ya que la situación está obligando a las centrales nucleares a construir almacenes temporales individualizados (ATI) junto a cada planta.

La unidad II de la central nuclear de Almaraz se conecta a la red eléctrica tras su parada programada

Europa Press.- La unidad II de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) se conectó nuevamente a la red eléctrica nacional, tras finalizar «satisfactoriamente» la parada programada iniciada el pasado jueves, 1 de junio, para realizar las pruebas de secuencia de operabilidad del 4º generador diésel tras el mantenimiento realizado al mismo. La conexión de la unidad a la red eléctrica ha tenido lugar a las 21.15 horas de este pasado lunes, según indicó la central nuclear de Almaraz.

Estas mismas fuentes precisan que los generadores diésel son equipos capaces de proporcionar la energía necesaria para garantizar el abastecimiento a los sistemas de seguridad de la planta en caso de pérdida de suministro exterior. Según explicaron desde la central, durante esta parada programada, la ejecución de los trabajos se ha desarrollado «con éxito y dentro de la planificación inicialmente prevista». De esta forma, se ha reanudado el actual ciclo de operación de esta unidad hasta la próxima parada para recarga de combustible, cuya ejecución está programada para el próximo mes de abril de 2018.

Silencio en la cumbre hispano-lusa

La central nuclear extremeña no fue tema de conversación entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro de Portugal, Antonio Cósta, durante la celebración de la cumbre hispano-lusa. Así lo indicó el jefe del Ejecutivo español, que precisó que ambos países ya han hablado todo lo que tenían que hablar y que, si hay que hablar en el futuro, harán «lo mismo». Estas palabras han sido suscritas por su homólogo portugués, que ha confirmado que las diferencias quedaron solucionadas. En la misma línea, ha añadido que si se vuelven a plantear las tratarán como en el pasado.

Los Gobiernos de España y Portugal llegaron en abril a un acuerdo sobre el almacén de residuos en la central nuclear de Almaraz (Cáceres), después de que el país vecino mostrara su recelo a la construcción de un ATI en un emplazamiento cercano a su territorio y recurriera a la Comisión Europea para denunciarlo. Finalmente, se alcanzó un acuerdo amistoso en el que se incluye la consulta y evaluación conjunta.

Greenpeace pide cerrar la central

Por su parte, Greenpeace exigió a Rajoy que se comprometa a fijar el cierre de Almaraz, cuya seguridad «preocupa enormemente» a la población de Portugal. La ONG asegura que ha conocido documentos que demuestran que el Gobierno portugués conoce los planes de ampliar la vida de la planta y que el almacén nuclear no cuenta con estudios sobre su seguridad en caso de accidente. Greenpeace insta a Rajoy a que tenga «un gesto» con el primer ministro luso, Antonio Costa, y se comprometa a cerrar la instalación cercana a Portugal.

«El Gobierno portugués no debería aceptar que no hay riesgos para la seguridad sin analizar la posibilidad de un accidente grave, ni admitir este almacén nuclear sabiendo que sirve para ampliar la licencia de Almaraz», ha declarado la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón. Montón subraya que el presidente no puede ignorar el derecho de la sociedad hispano-lusa ante la decisión de ampliar la vida de las nucleares, en lugar de obedecer a las empresas eléctricas porque las consecuencias de un posible accidente los pagarían las personas».

El primer ministro portugués asegura que el ATI de Almaraz ya es tema tratado de cara a la cumbre ibérica

EFE.- El primer ministro portugués, António Costa, señaló que no está previsto abordar de forma específica el tema del ATI nuclear de Almaraz durante la cumbre ibérica de la próxima semana porque ya fue tratado por él mismo y por los ministros lusos de Exteriores y Medioambiente con sus homólogos españoles.

«No vamos a tratar específicamente este tema en la cumbre porque ya ha sido tratado directamente por el ministro de Exteriores con su homólogo, por el ministro de Medioambiente y su homólogo y por mí mismo con el presidente del Gobierno de España», señaló Costa. La construcción de un almacén de residuos nucleares en Almaraz (Cáceres), situada a 100 kilómetros de la frontera, provocó un incidente entre el Gobierno español y el portugués, que defendía que no se había evaluado el impacto transfronterizo del proyecto.

Ambos países, con mediación europea, alcanzaron un acuerdo para que Portugal retirase una queja interpuesta en la Comisión Europea y, a cambio, España se comprometía a no hacer nada «irreversible» y a no autorizar el funcionamiento del almacén hasta que Lisboa estudiara la información pertinente sobre la infraestructura. Hace un mes, el grupo de trabajo creado por el Gobierno portugués consideró que el proyecto es «seguro» y «adecuado» y emitió un parecer positivo. Costa defiende que el Gobierno portugués no actuó con pasividad, ya que exigió a España que le presentase toda la documentación disponible.

La Comisión Europea, España y Portugal sellan un acuerdo para la construcción del ATI de Almaraz al considerarse “seguro”

EFE.- El grupo de trabajo creado por el Gobierno portugués para valorar la futura construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) de residuos nucleares en la central española de Almaraz consideró que esta instalación es «segura» y «adecuada» y emitió un parecer positivo sobre el proyecto. Consecuentemente, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el primer ministro luso, António Costa, sellaron un acuerdo sobre la futura construcción del ATI en la central cacereña.

«Tras nuestra reunión en Malta el 3 de febrero y el amistoso acuerdo alcanzado a iniciativa del presidente Juncker, hemos llegado a un acuerdo sobre el caso de Almaraz», indicaron en un comunicado conjunto. Según dijeron, el acuerdo se basa «con solidez» en un conjunto de conclusiones operacionales que «sientan el camino para la implementación del acuerdo y ofrecen fuertes garantías para todas las partes».

«Gracias a la asistencia continuada y a la mediación de la Comisión Europea en este proceso, hemos llegado a un acuerdo en beneficio de todos», subrayaron, a la vez que recalcaron su «compromiso para implementarlo fielmente». Asimismo, trabajaron «en espíritu de buenas relaciones de vecindad» y de manera «constructiva, con la voluntad de encontrar soluciones pragmáticas». Igualmente, señalaron que acelerarán el trabajo del grupo de alto nivel sobre Interconexiones para el Suroeste de Europa y reiteraron su «firme voluntad de desarrollar proyectos europeos de interconexión que unan nuestros mercados energéticos«.

La construcción del ATI de Almaraz, situado a 100 kilómetros de la frontera lusa, provocó un incidente entre el Gobierno español y el portugués, que incluso llegó a interponer una queja ante la Comisión Europea al entender que España no había valorado el impacto transfronterizo del proyecto. Ambos países alcanzaron un acuerdo «amistoso» que preveía que Portugal retirase la queja y por el que España se comprometía a no hacer nada «irreversible» y a no autorizar el funcionamiento del almacén hasta que Lisboa estudiara la información pertinente sobre la infraestructura.

La Comisión Europea recordó que, tras una visita de las autoridades portuguesas y altos funcionarios comunitarios a Almaraz, las autoridades españolas «compartieron una cantidad sustancial de información detallada sobre aspectos medioambientales y de seguridad» del proyecto. El análisis del Gobierno portugués resultó en diferentes conclusiones y recomendaciones para responder a sus preocupaciones sobre los potenciales efectos transfronterizos del almacén. Esas recomendaciones fueron presentadas a las autoridades españolas y a los servicios de la Comisión Europea, que se mostraron de acuerdo con los asuntos abordados, apuntó el Ejecutivo comunitario. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aseguró entonces que las medidas que exigirá al operador abordarían la totalidad de las recomendaciones hechas.

La Comisión Europea indicó también que las partes han acordado asimismo continuar el intercambio de información sobre el almacén, y para ello España ya invitó a Portugal a nombrar a representantes que asistan a la reunión anual de información organizada en el municipio de Almaraz para informar al público sobre cuestiones relacionadas con la operación de la planta nuclear. Igualmente, las autoridades españolas acordaron compartir con las portuguesas cualquier otra información relevante sobre el almacén.

Portugal considera “segura” la construcción

«La construcción del ATI es una solución adecuada en términos de seguridad y almacenamiento, tomando como referencia patrones y prácticas internacionales», señaló el presidente de la Agencia Portuguesa del Medioambiente, Nuno Lacasta, que explicó que no se detectaron impactos transfronterizos para Portugal en situación normal de funcionamiento o en caso de accidentes «severos«.En cuanto al peligro sísmico, el grupo de trabajo considera que la construcción se llevará a cabo en una zona de «baja peligrosidad sísmica».Aun así, el grupo deja varias recomendaciones e insta a las autoridades portuguesas a que acompañen la evaluación que realicen el CSN y otras autoridades españolas en las fases futuras del proceso de construcción y operación del ATI.