Los hogares españoles pagan un 13% menos que la media europea por la electricidad

El precio de la electricidad para los hogares españoles es un 13% más bajo que en la media de la Unión Europea. Un porcentaje que cambia si nos referimos a los consumidores industriales, que también pagan menos que la media europea, pero un 4% inferior. La diferencia con el resto de europa no es positiva en todos los casos. En la factura del gas, un español paga un 17% más de la factura media europea (el cuarto precio más alto de la UE), mientras que a la industria el gas le sale, al menos comparativamente hablando, más barato. Un 12% inferior a la media.

Son datos que la Comisión Europea ha ofrecido con motivo de la publicación de su estrategia sobre energía. La cuestión más interesante es que, según la Comisión, esta diferencia se debe a que en España existe una tarifa regulada, que impide la existencia de un mercado libre de la electricidad y que es la responsable del distanciamiento entre los precios europeos y los de España. Algo que, aparentemente, puede parecer positivo para el consumidor en el caso de la electricidad, pero muy negativo para el caso del gas.

La tarifa regulada genera el polémico déficit de tarifa, que es la diferencia entre lo que a las eléctricas les cuesta producir electricidad y lo que los consumidores les pagan por ella. Una cuestión que vuelve loco al consumidor, que generalmente no termina de entender por qué las compañías eléctricas obtienen beneficios si ingresan menos de lo que gastan.

La cuestión es que las eléctricas sí cobran ese dinero de menos, y los consumidores también pagan ese dinero de menos que, aparentemente, les cuesta la factura. Pero las eléctricas lo cobran al final del ejercicio; se lo adelantan los bancos. Los consumidores no lo pagan en un año; lo pagan a lo largo de muchos años, en pequeñas dosis, en sus facturas eléctricas. Aunque no son conscientes de ello.

Los bancos, que son los que adelantan ese dinero a las eléctricas, lo cobran en el largo plazo… con intereses. A cargar en esas pequeñas dosis de las que los consumidores no son conscientes cuando pagan sus facturas mes a mes.

Pero volviendo al tema principal, el de la tarifa regulada… Además de generar un innecesario déficit que sale más caro a la larga que pagado de una vez, la tarifa da incentiva poco al consumidor a cambiar de compañía, ya que todas ofrecen los mismos precios. De esa forma, hablar de un mercado liberalizado no es más que una ilusión, ya que, en la práctica, no se comporta como tal.

Otros datos de la Comisión Europea se refieren al origen de la energía consumida en España. De la producción nacional, que actualmente alcanza sólo el 15% de lo que consumen los españoles, el 50% es de origen nuclear, un 28% lo generan las energías renovables y el carbón proporciona otro 20%.

De la energía que España importa del exterior, el petróleo y el gas natural son las fuentes más importantes, con un 49% y un 18%. De ahí que el país sea especialmente vulnerable a las oscilaciones en los precios de estas materias primas.

Desde 1990, España ha aumentado el consumo energético un 66%. El transporte se come un 40% del total, frente a la media europea del 31%. La industria representa el 33%, el comercio el 12%, y los hogares, un 15%.

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