Los eurodiputados defienden la producción y el uso de biocombustibles «avanzados»

Estos carburantes «avanzados» solucionan el principal problema que plantean los biocombustibles tradicionales, ya que no fomentan el abandono de cultivos para la alimentación ni destruyen bosques y su servicio natural como sumideros de dióxido de carbono (CO2), que ayuda a reducir las emisiones.

Los eurodiputados defendieron, por tanto, fomentar la producción de estos nuevos biocombustibles y apoyaron introducir de manera gradual objetivos obligatorios para su utilización.

Como umbrales mínimos propusieron un 0,5% en 2016, un 2,5% en 2020 y un 4% en 2025, según informó la Eurocámara.

En cuanto a los biocombustibles convencionales, producidos a partir de cereales y otros cultivos ricos en almidón, azúcar y oleaginosas, propusieron que no representen más del 6,5% del consumo final de energía en el transporte en 2020 (frente al 5% propuesto inicialmente por la Comisión).

El eurodiputado español del PP Alejo Vidal-Quadras, ponente del informe en la Eurocámara, consideró que el acuerdo es equilibrado puesto que aborda el problema del cambio de uso del terreno y al mismo tiempo protege las inversiones que ya se han hecho.

Sin embargo, la ONG ecologista Transport & Environment (T&E) consideró que el voto debilita una propuesta que ya era modesta de por sí, lo que dificulta la transición hacia biocombustibles más sostenibles.

Destacó además que los eurodiputados hayan votado en contra de contabilizar las emisiones asociadas a la producción de biocombustibles, e incluso en contra de la presentación de informes.

Los eurodiputados no quisieron incluir la medición de emisiones en la legislación porque consideraron que no existe de momento un modelo fiable de medición, pero no descartan hacerlo en un futuro.

«Es incomprensible que los parlamentarios encargados de la política energética de la Unión Europea quieran hacer la energía más sucia y más cara», señaló la directora de combustibles para transporte de T&E, Nusa Urbancic.

La propuesta, aprobada por 47 votos a favor, 8 en contra y ninguna abstención, será votada por la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el próximo 10 de julio, y por el pleno en otoño.

Los eurodiputados defienden la producción y el uso de biocombustibles «avanzados»

Estos carburantes «avanzados» solucionan el principal problema que plantean los biocombustibles tradicionales, ya que no fomentan el abandono de cultivos para la alimentación ni destruyen bosques y su servicio natural como sumideros de dióxido de carbono (CO2), que ayuda a reducir las emisiones.

Los eurodiputados defendieron, por tanto, fomentar la producción de estos nuevos biocombustibles y apoyaron introducir de manera gradual objetivos obligatorios para su utilización.

Como umbrales mínimos propusieron un 0,5% en 2016, un 2,5% en 2020 y un 4% en 2025, según informó la Eurocámara.

En cuanto a los biocombustibles convencionales, producidos a partir de cereales y otros cultivos ricos en almidón, azúcar y oleaginosas, propusieron que no representen más del 6,5% del consumo final de energía en el transporte en 2020 (frente al 5% propuesto inicialmente por la Comisión).

El eurodiputado español del PP Alejo Vidal-Quadras, ponente del informe en la Eurocámara, consideró que el acuerdo es equilibrado puesto que aborda el problema del cambio de uso del terreno y al mismo tiempo protege las inversiones que ya se han hecho.

Sin embargo, la ONG ecologista Transport & Environment (T&E) consideró que el voto debilita una propuesta que ya era modesta de por sí, lo que dificulta la transición hacia biocombustibles más sostenibles.

Destacó además que los eurodiputados hayan votado en contra de contabilizar las emisiones asociadas a la producción de biocombustibles, e incluso en contra de la presentación de informes.

Los eurodiputados no quisieron incluir la medición de emisiones en la legislación porque consideraron que no existe de momento un modelo fiable de medición, pero no descartan hacerlo en un futuro.

«Es incomprensible que los parlamentarios encargados de la política energética de la Unión Europea quieran hacer la energía más sucia y más cara», señaló la directora de combustibles para transporte de T&E, Nusa Urbancic.

La propuesta, aprobada por 47 votos a favor, 8 en contra y ninguna abstención, será votada por la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el próximo 10 de julio, y por el pleno en otoño.

Los eurodiputados defienden la producción y el uso de biocombustibles «avanzados»

Estos carburantes «avanzados» solucionan el principal problema que plantean los biocombustibles tradicionales, ya que no fomentan el abandono de cultivos para la alimentación ni destruyen bosques y su servicio natural como sumideros de dióxido de carbono (CO2), que ayuda a reducir las emisiones.

Los eurodiputados defendieron, por tanto, fomentar la producción de estos nuevos biocombustibles y apoyaron introducir de manera gradual objetivos obligatorios para su utilización.

Como umbrales mínimos propusieron un 0,5% en 2016, un 2,5% en 2020 y un 4% en 2025, según informó la Eurocámara.

En cuanto a los biocombustibles convencionales, producidos a partir de cereales y otros cultivos ricos en almidón, azúcar y oleaginosas, propusieron que no representen más del 6,5% del consumo final de energía en el transporte en 2020 (frente al 5% propuesto inicialmente por la Comisión).

El eurodiputado español del PP Alejo Vidal-Quadras, ponente del informe en la Eurocámara, consideró que el acuerdo es equilibrado puesto que aborda el problema del cambio de uso del terreno y al mismo tiempo protege las inversiones que ya se han hecho.

Sin embargo, la ONG ecologista Transport & Environment (T&E) consideró que el voto debilita una propuesta que ya era modesta de por sí, lo que dificulta la transición hacia biocombustibles más sostenibles.

Destacó además que los eurodiputados hayan votado en contra de contabilizar las emisiones asociadas a la producción de biocombustibles, e incluso en contra de la presentación de informes.

Los eurodiputados no quisieron incluir la medición de emisiones en la legislación porque consideraron que no existe de momento un modelo fiable de medición, pero no descartan hacerlo en un futuro.

«Es incomprensible que los parlamentarios encargados de la política energética de la Unión Europea quieran hacer la energía más sucia y más cara», señaló la directora de combustibles para transporte de T&E, Nusa Urbancic.

La propuesta, aprobada por 47 votos a favor, 8 en contra y ninguna abstención, será votada por la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el próximo 10 de julio, y por el pleno en otoño.

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