“La liberalización es positiva para la generación de nuevos servicios energéticos”

Para Nexus Energía, el 2008 que termina ha sido un año de vértigo. Pero el año 2009 promete, si cabe, ser más intenso. Pasar a administrar el grueso de la gestión de la energía fotovoltaica en el mercado eléctrico, siendo representante de más de 20.000 instalaciones solares, ha sido dar un importante salto cualitativo en la configuración de una empresa de servicios energéticos.

La valoración que se hace de este asunto desde el propio sector solar es particulamente positiva, en la medida que mejora las condiciones que establecía el R.D. 661/2007. Algo que empezó con un acuerdo el pasado 1 de julio, a raíz de la alianza alcanzada con la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) y que desde ese momento no ha hecho nada más que crecer. De hecho, Nexus Energía ya está gestionando más de 20.000 instalaciones, con 600 MW de potencia y se ha planteado un objetivo de llegar a los 1.000 MW.

Unido a esta labor en el plano de generación y su asesoramiento y acercamiento al mercado (que Jordi Sarrías, director general de Nexus Energía, señala que es extensible a otras formas de producción de energía, como las renovables), la compañía tiene ante sí varios retos añadidos más: el primero, el desarrollo del mercado en el ámbito de la comercialización, pieza pendiente, consecuencia de la liberalización inacabada y tan postergada del sector eléctrico. Y, por otro, que se resuelva finalmente la definición del Comercializador de Ultimo Recurso (CUR) que amenaza a un número importante de distribuidoras y con las que la Nexus trabaja para ofrecer una opción que gestione esta actividad.

Por este motivo, la conversación se centra en la propuesta de tarifas de último recurso elaborada por Industria y contestada por la Comisión Nacional de Energía.

En general, Jordi Sarriás reconoce que «desarrollar todo el proceso de liberalización pendiente exige y está requiriendo mucho trabajo desde el Ministerio de Industria». Asimismo, admite que «la interlocución es positiva», pero aprecia mucha precipitación en todo el proceso, partiendo de que hoy “el precio del kilowatio es un precio político”. Y que, fruto de esta precipitación es el hecho de que haya tenido que retrasarse la entrada en vigor de la liberalización. Sarrías además constata que desde el equipo actual se está dando pasos para dar mayor espacio a la comercialización.

Nexus es una sociedad que está formada por 40 accionistas, distribuidores de la denominada DT-11, cuya actividad ahora mismo afecta a más de 1.000.000 de consumidores, por lo que la limitación de la actividad de comercialización que propone el Ministerio de Industria a cinco comercializadores es una cuestión que Sarrías señala, especialmente, entre sus reivindicaciones, y que el informe aprobado por la Comisión Nacional de Energía reconoce.

El director general de Nexus considera que «no tiene sentido que los pequeños distribuidores no puedan realizar la actividad de comercialización», de forma que también puedan establecerse, fórmulas de integración a medio plazo para realizar esta actividad.

De hecho, esta es uno de los vectores del modelo de negocio de Nexus, ofrecer fórmulas a estas distribuidoras para mantener en gran parte su actividad, adhiriéndose a este proyecto, de forma que se puedan crear comercializadoras.

Sobre las negociaciones que mantiene el Ministerio de Industria con las cinco grandes eléctricas para abordar la cuestión del déficit tarifario, Sarrías reclama «una mayor transparencia» en la medida que considera que detrás de las Tarifas de Último Recurso (TUR) se están negociando más cosas. Y de hecho, estima que la postura de “laminar el déficit”, generando más déficit tarifario añadido, en un período transitorio, es una cuestión contradictoria.

Finalmente, Jordi Sarriás aboga por que la tarifa de los comercializadores de ultimo recurso sea “máxima y fija” como dice la CNE, de forma que no se permita hacer descuentos a los comercializadores (como algunos casos en Levante) dirigidos a segmentos concretos de clientes para deteriorar la acción de los nuevos entrantes como comercializadores.

En este sentido, y en un contexto de crisis económica, considera que «existen determinados servicios energéticos que pueden ser muy útiles para las empresas», como son las auditorias para reducir el coste energético que soportan las organizaciones. Y, también alternativas como «adquirir la energía en el mercado mayorista a través de una entidad como Nexus y optimizar el consumo energético». Pone por ejemplo, como en el caso del colectivo de regantes han logrado adquirir la energía en momentos en que la energía está en el entorno de los 10-15 euros MW/h, efectuando los bombeos de forma nocturna y, realizando el riego por gravedad en otros horarios.

Sarrías identifica un «amplío abanico de nuevos servicios» que se pueden articular sobre la base de la competencia. En ese espectro, sitúa a los consumidores con una potencia contratada de más de 15 kW/h y estipulados hasta 5 GW (dónde evidentemente señala que la competencia para desarrollar su actividad será más hostil). Y, considera que se pueden enriquecer estos servicios con asesoramiento sobre electricidad y gas, junto con asesorías eléctricas y energéticas globales.

Por otra parte, Sarrías señala los servicios que se pueden ofrecer al cliente productor, consistentes en «gestionar la electricidad en el mercado mayorista, asesorándole ante cambios legislativos o los propios procesos de acción de la explotación, con el conocimiento del funcionamiento del mercado y la posibilidad de arbitrar con el modelo retributivo de cada tecnología, fundamentalmente la renovable».

El director general de Nexus, afirma que esta propuesta puede aportar “más liquidez” al mercado eléctrico y profesionalizar el mundo de la producción de electricidad en estas tecnologías, mejorar la previsión y todos los procesos asociados al mismo. Pero liquidez cierta, no como en el caso de las subastas en el mercado energético.

De hecho considera que las subastas de capacidad, las famosas VPP’s, en combinación con las subastas CESUR, en el fondo se han convertido en un producto financiero, de forma que se “compran VPP y se venden CESUR”.

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