La carrera de obstáculos de Enel empieza con sobresaltos

La presentación de un escrito de alegaciones por parte de Endesa para personarse como parte interesada en el proceso para la elaboración de una nueva relación de operaciones dominantes y principales, es una sorpresa tanto para el organismo regulador como para los gestores de la empresa italiana, que ven como la Comisión Nacional de Energía tendrá, en un primer término, que decidir sobre la personación de la eléctrica española en esta cuestión, antes de emitir la ansiada nueva relación (en la que se presume ya no estará Viesgo, según todas las informaciones consultadas).

Una de las primeras consideraciones que podemos hacer al hilo de esta noticia, es el valor de la palabra tiempo en las operaciones corporativas en las que estamos inmersos. Todos los expertos consultados muestran como desde la presentación pública de la OPA de Gas Natural a E.ON la duración de todo este proceso se ha extendido hasta dimensiones no previstas inicialmente por nadie. Una cuestión que introduce dosis especiales de incertidumbre para aquella empresa que se decida por lanzar una operación corporativa de estas características y máxime en un sector regulado dónde pueden estar relacionados, el regulador de los mercados (la CNMV), el sectorial (la CNE o CNMT), los servicios de la competencia y el Gobierno. Si a todos estos organismos, le incorporamos las posibles personaciones de competidores o afectados y el solapamiento con acciones jurídicas y cautelares, podemos encontrarnos con un proceso de proporciones formidables. Si incluimos que, casualmente, los organismos reguladores tienen que actualizar la lista de operadores principales o dominantes, aplicar una normativa de la Unión Europea pendiente de aplicación, la conciliación con el mercado ibérico o cualquier cuestión aparcada hasta ese momento y sin la que las decisiones podrían ser de dudosa legalidad, tenemos como consecuencia un resultado como el que estamos asistiendo: una prueba para resistente.

Empezar con demoras en relación con la participación de Enel en Endesa es un mal presagio o al menos de un cierto ‘más de lo mismo’ constante en todo lo que rodea a todos los aspirantes a ser nuevos dueños de Endesa. Tal y como anunciaba la empresa italiana, sus responsables esperaban que todo el proceso se prolongase alrededor de dos meses. Por su parte, el Consejo del Organismo, deberá decidir sobre esta cuestión, y seguramente para ello, precisará requerir informes a los servicios técnicos y jurídicos de la propia Comisión Nacional de Energía, que tendrán que ser elaborados de manera muy urgente, dado que el Gobierno parece muy interesado en ser muy ágil en esta fase del proceso.

Cuestión de paciencia o de pertinacia.

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