La aprobación con condiciones del Real Decreto de revisión de tarifas desata el revuelo en la administración

A última hora del lunes se conocía que el Consejo de Administración de la CNE había tratado, un día antes de lo previsto, el real decreto de subida de tarifas eléctricas, que los consumidores empezarán a sufrir el próximo 1 de julio. Poco más tarde, a primera hora del martes, ya figuraba en la página web de la CNE la nota de prensa en la que se explica de forma escueta pero clara cuál ha sido el resultado, en líneas generales, del análisis del Consejo. La aprobación fue unánime, pero si se tiene en cuenta que los consejeros del regulador han aplicado importantes modificaciones, el término «aprobación» se convierte en algo muy relativo.

Aparte de la llamada de atención sobre la falta de una memoria económica suficiente para determinar el cálculo de las cifras clave y la falta de datos fundamentales para justificar el incremento de tarifas, en la nota se señala que «el aumento de competencias de la CNE no debe confundirse con el reforzamiento de su independencia que la propuesta le atribuye. La independencia del regulador debe ser tratada en sede parlamentaria y sancionada por ley». Este pronunciamiento particular sobre la independencia del organismo ha provocado reacciones tempranas por parte de los principales actores en este juego: la presidenta de la CNE, el secretario general de Energía y el vicepresidente segundo y ministro de Economía.

SÍ, PERO

A Pedro Solbes le ha parecido muy bien que la CNE ponga de relieve cuáles son sus diferentes puntos de vista, ya que en su opinión, eso es una cualidad propia de un organismo «independiente y que tiene sus criterios». El vicepresidente segundo señaló que el Gobierno tendrá en cuenta las críticas de la CNE, pero subrayó que la decisión final la tomará el Ejecutivo, dejando la puerta abierta a que el real decreto sea aprobado sin ninguna modificación y sin aplicar los criterios de la Comisión Nacional de Energía.

Además, Solbes defendió la subida de la tarifa eléctrica sobre la base de que permitirá «que se consuma de acuerdo a las necesidades de los consumidores», y apuntó que este incremento «se ha aplazado estos últimos años». Solbes se refirió una vez más al déficit de tarifa -el desequilibrio entre los ingresos y los costes del sistema eléctrico-, y explicó que «esa es una mala política y hay que corregirla». El vicepresidente segundo explicó que el aumento actual de tarifa es necesario «para recuperar los incrementos de tarifa que se han venido aplazando estos últimos años».

El secretario general de Energía, Ignasi Nieto, también mostró cierto optimismo por las discrepancias de la CNE con Industria, ya que considera que son algo «sano, siempre que no se pierda de vista la defensa de los consumidores». Durante sus declaraciones, Nieto no conocía en detalle las críticas de la CNE sobre el borrador del real decreto de tarifas, pero subrayó que esas diferencias «entran dentro del juego democrático. Queremos que la CNE sea crítica. Es sano que haya divergencias».

Nieto explicó que el objetivo actual del Ministerio de Industria en lo referente a las tarifas es recortar el déficit tarifario acumulado, aunque reconoció que los consumidores de hoy «no tienen la culpa de los errores del pasado». Y achacó los errores del pasado al PP, explicando que durante sus años de Gobierno limitó al 2% la subida anual de las tarifas. Nieto señaló la intención de Industria de «recuperar terreno al déficit, pero sin que paguen los platos rotos los consumidores».

Por otro lado, la presidenta de la CNE, María Teresa Costa, insistió en que la metodología utilizada por el Ministerio de Industria para fijar la subida de la tarifa eléctrica adolece de falta de datos. Sin embargo, estas diferencias de criterio no implican, según Costa, la existencia de tensiones con el Ministerio de Industria. Para la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, la metodología tarifaria debe contemplar unos precios de la energía «reales», con unos costes conocidos y auditados, aunque ello incremente los precios finales.

VERDADES A MEDIAS

Hace pocos días que el presidente del Gobierno anunció que las tarifas eléctricas subirían en línea con el IPC. Esa afirmación contrasta, sin embargo, con lo que está sucediendo, ya que la acumulación de incrementos desde enero hasta final de año superará el 5%, mientras que la inflación no crece al mismo ritmo.

El secreto está en que las tarifas de último recurso, a las que se acogen unos 4 millones de hogares, sí experimentarán incrementos en línea con la inflación, pero el resto de las tarifas para consumidores domésticos, las que se aplican a unos 12 millones de hogares, subirán por encima del IPC. Es decir, cuando Zapatero señaló que las tarifas crecerán menos que la inflación, se refería, aunque no lo dijo, sólo a una parte de los consumidores, una minoría. Y olvidó mencionar, o no lo olvidó, al resto de consumidores.

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