La Agencia Internacional de la Energía prevé una recuperación del petróleo y un aumento de las renovables para 2020

EFE / Europa Press.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) predijo una recuperación del crudo para 2020 y un progresivo incremento de las energías renovables, si bien alertó de los peligros si persistiera el bajo precio actual del petróleo. Al presentar el informe Perspectivas para la energía mundial 2015, el director ejecutivo del organismo, Fatih Birol, sostuvo que el precio del barril, actualmente en 47 dólares, subirá a medida que el mercado «se reequilibra», con un aumento de la demanda y descenso del suministro.

La caída de los precios provoca un reequilibrio natural del mercado, dejando fuera a los agentes con mayores costes de producción. Siendo así, el precio del crudo llegaría a 80 dólares en 2020, cuando se alcanzaría un pico de demanda. Posteriormente, continuaría subiendo pero moderadamente, debido a precios también al alza, hasta los 103,5 millones de barriles diarios en 2040. En este «escenario central» presentado por la AIE, la demanda de crudo conjunta de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón desciende en 10 millones de barriles diarios en los próximos 25 años, mientras que el suministro de fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) también baja, hasta 55 millones de barriles diarios, por falta de inversiones.

Dependencia progresiva de Oriente Medio

En los países de la OPEP, donde producir petróleo es más barato, el mayor crecimiento de la producción vendría de Irak e Irán, aunque ambos países afrontan respectivamente «el riesgo de inestabilidad y falta de infraestructuras», dijo Birol. En 2020, Estados Unidos toca su pico en la producción de gas de lutita, con unos 5 millones de barriles diarios, debido al aumento de los costes de producción, pues cada vez hay que acceder a yacimientos más remotos. Aunque la persistencia de los bajos precios del petróleo «es menos probable», existen riesgos que «no pueden ignorarse», avisó Birol, que alertó de que los precios bajos llevarían a medio plazo a una dependencia de «un pequeño número de países de Oriente Medio».

Esta circunstancia sería una consecuencia directa de que los precios bajos dejarían fuera los productores con costes más altos, lo que provocaría una dependencia de los países del Golfo, con una cuota del 75% de la producción. Birol insistió en que esta hipótesis es «poco probable» debido a que ni siquiera los productores de Oriente Medio «podrán soportar la caída de beneficios por precios bajos». En todo caso, subrayó, el bajo precio actual «no debe llevar a la autocomplacencia», pues, aunque beneficia al consumidor, «amenaza la seguridad energética» y aumenta el riesgo de un encarecimiento súbito, por lo que «se debe aprovechar para reforzar la capacidad de afrontar futuros desafíos a la seguridad energética», manteniendo una inversión adecuada en infraestructuras.

Se confirma la transición energética

Otro riesgo de que persistan los precios bajos del crudo es que «los países dejen de invertir en renovables», lo que socavaría su actual tendencia al alza. Una «buena noticia» del informe anual de la AIE, según Birol, es que «confirma la transición energética» hacia un panorama con mayor preponderancia de las energías renovables, especialmente la eólica y la solar, que crecen más que la hidráulica. Las energías renovables fueron responsables de casi el 50% de la nueva producción de electricidad mundial en 2014, revela la Agencia, que dice que las fuentes no fósiles podrían contribuir en un 25% a la balanza energética en 2040 si los países mantienen sus promesas de inversión y eficiencia.

Según documentos presentados por los Estados, la demanda de energía subirá un tercio hasta 2040 impulsada sobre todo por India y China, país donde sin embargo se ralentiza, mientras que bajará en la Unión Europea un 15%, en Japón un 12% y en Estados Unidos un 3%. En 2040, las importaciones netas de petróleo de China son cinco veces mayores que las de Estados Unidos, mientras que India supera con creces a las de la Unión Europea, pronostica la Agencia. China, en transición de una economía industrial a una de servicios, aumenta sus medidas de eficiencia energética y reduce drásticamente su consumo de carbón para 2040, lo que tendrá grandes consecuencias para los mercados de materias primas, apunta la AIE.

Mientras la demanda mundial de energía crece, debido al incremento en los países emergentes, también se espera que baje el nivel de emisiones gracias a medidas de eficiencia. A partir de los datos adelantados con vistas a la cumbre de París, Birol se congratuló de que los países tienden a las energías renovables y al ahorro energético, pero advirtió de que, aún así, no se conseguirá el objetivo de limitar a 2ºC el calentamiento global si no se toman medidas adicionales, como reducir las emisiones de metano o restringir el consumo contaminante de la industria.

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