Japón y Kazajistán han firmado importantes acuerdos de cooperación nuclear

Japón y Kazajistán firmaron importantes acuerdos de cooperación nuclear que permitirán a Tokio satisfacer hasta el 40 por ciento de sus necesidades de uranio y atraerán inversiones y tecnologías niponas a ese país de Asia Central.

«A Kazajistán ahora le corresponde apenas un 1% de los productos de uranio que importa Japón, pero estamos trabajando para elevar esa cuota hasta un 30 e incluso un 40 por ciento», declaró en Astaná el ministro nipón de Economía, Comercio e Industria, Akira Amari. Acompañado por directivos de importantes compañías del sector, Amari conversó con el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, y firmó con el primer ministro, Karim Masímov, una declaración de «cooperación estratégica en el desarrollo de la energía nuclear civil», informaron las agencias rusas desde Astaná.

«Ese documento proclama que somos socios estratégicos con un gran potencial de desarrollo, teniendo en cuenta cómo se complementan las posibilidades de nuestros países en sectores como la extracción de uranio, el procesamiento de combustible nuclear, la implantación de reactores atómicos a agua ligera y las finanzas», subrayó Amari.

Los empresarios japoneses firmaron 24 acuerdos de cooperación nuclear con firmas kazajas, como la participación de la compañía Marubeni en la prospección de uranio en el sur de Kazajistán y de Toshiba en la construcción de plantas atómicas en ese país.

El ministro de Energía y Recursos Minerales kazajo, Baktykozh Izmujambétov, invitó además a la nipona Kansai Electric Power Corporation a participar en la construcción de plantas eléctricas y mencionó posibles proyectos conjuntos para extraer hidrocarburos.

Funcionarios kazajos dijeron a Itar-Tass que los acuerdos nucleares suscritos convertirían a Kazajistán en uno de los tres principales suministradores de uranio a Japón, donde las plantas atómicas generan el 30% del total de energía eléctrica. Actualmente, Australia satisface un 33% de las necesidades de uranio en Japón, y otro 27% proviene de Canadá, con la importante particularidad de que el precio de ese combustible se multiplicó por doce en los últimos siete años.

Kazajistán, con las segundas reservas mundiales más grandes de uranio después de Australia, extrajo el año pasado 5.280 toneladas de ese mineral estratégico, frente a 4.346 toneladas en 2005, y se propone elevar la extracción hasta las 18.000 toneladas en 2010.

Amari señaló que actualmente Japón importa unas 8.000 toneladas de uranio anuales, pero que la creciente sed de energía -la atómica en particular-, estimula la demanda de combustible nuclear, según Interfax.

El ministro nipón subrayó que su país se propone aumentar la generación de energía en varios puntos porcentuales al año, y elevar la parte correspondiente a las centrales atómicas del 30% actual a más del 40%.

El Gobierno kazajo indicó que en las negociaciones con Amari se trató sobre «suministros de uranio, producción de combustible atómico, intercambio de tecnologías para construir reactores y formación de personal, es decir todas las facetas de la industria nuclear civil». Además, el presidente Nazarbáyev invitó a las compañías japonesas a participar en su país en importantes proyectos de implantación de altas tecnologías, la construcción de maquinaria, metalúrgicos y otros.

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