Industria entierra las “negociaciones” con las eólicas y promoverá una reforma de las renovables sin acuerdo con el sector

Desde que se ha conocido el dictamen del Consejo de Estado sobre la reforma de las renovables a que se haya conocido que la Secretaria General de Energía daba por concluidas las negociaciones con el sector eólico ha pasado un tiempo casi infinitesimal, si incluimos este largo puente de mayo. Tal y como avanzaba ayer Energía Diario, Nieto se había planeado una solución que consistía en poner el turbo y apretar el acelerador para llevarse el gato al agua en la reforma de las renovables, introduciendo el menor número de modificaciones en su propuesta de Real Decreto, ni del informe contrario de la Comisión Nacional de Energía, ni de las graves carencias que señalaba el informe del Consejo de Estado, sobre garantía de potencia, ausencia de memoria económica, inexistencia de informes de Medio Ambiente y Economía, y atención de las indicaciones de la CNE. Caso omiso a las recomendaciones del órgano regulador y consultivo del gobierno.

Nieto, por tanto, va a enviar en breve y en este estado, con las negociaciones abiertas, el proyecto de real decreto a la Comisión de Subsecretarios, del mismo modo que utilizando la misma “tecnología regulatoria” que utilizó para aprobar las tarifas de los activos regulados gasistas, saltándose el dictamen de la Comisión Nacional de Energía, ‘corriendo’ medio punto la retribución de los activos e hizo caer en bolsa a Red Eléctrica y Enagás más de un 25 % de su valor, sin ningún rubor. El portazo de Ignasi Nieto ha encendido fuertemente los ánimos en el sector que tiene hoy previsto una conferencia de prensa con tal motivo.

Por lo que se conoce de la negociación, siguen estando cuestiones pendientes muy importantes abiertas como son la formula de las actualizaciones de la retribución, el tratamiento de la actualización de las primas, primas y complementos y la garantía de potencia. Todo ello, en línea con las pretensiones del actual Secretario General de Energía: ganar discrecionalidad (en realidad, arbitrariedad) para fijar en cada momento la retribución de forma unilateral, evitando fijar el necesario marco estable que permita realizar inversiones en este tipo de activos, cuya duración es superior a quince años.

Ignasi Nieto ‘anda suelto’

Ignasi Nieto ha mostrado durante todo el proceso de negociación con el sector eólico, tres constantes: una posición muy rígida e inflexible, la precisión y el dominio de las trampas regulatorias, que introduce en los mecanismos, las ecuaciones y los articulados y, finalmente la utilización de los datos que mejor resultan para sus posiciones, de forma que desoye todas las indicaciones del Consejo de Estado de remitirse al informe de la CNE o emplea para calcular la rentabilidad del sector, el período más alto de precios en el ‘pool’ (primer semestre del año pasado). Se culmina así, gracias a las habilidades, finuras y trampas regulatorias en los articulados, Nieto haya venido ‘pastoreando’ desde finales de marzo al sector eólico con un espejismo de negociación ficticia y casi teatral, según los propios participantes.

Al parecer lo que se conoce es que Clos ampara esta actuación mientras que no le suponga una violencia con Moncloa, una cuestión que ya sorteó el propio Nieto en la primera fase del proceso de la modificación de este Real Decreto, con el informe negativo de la Comisión Nacional de Energía y el escándalo abierto en un primer término. La solución de Nieto fue un conjunto de modificaciones que abrían cuestiones tan graves como en su primera redacción en términos de estabilidad regulatoria. Así, lo que parece claro es que, dado lo complejo de la regulación, que los postulados políticos del gobierno en materia de renovables, los interpreta y afina regulatoriamente y ‘a su manera’ con muy pocos contrapesos, el Secretario General de Energía ‘anda suelto’.

Dada la importancia de la cuestión, no se trata en este caso de que haya una lucha entre las empresas de un sector, frente a un Secretario General de Energía, temerario y rebelde, como han querido retratar los medios afines, haciendo un flaco favor a las posiciones de poder del actual responsable de Energía. Se trata de la necesidad de que exista estabilidad regulatoria y no arbitrariedad para continuar avanzando en el aumento del parque de generación a través de renovables. Del mismo modo que hay que promover que exista un marco estable para las inversiones gasistas o para otro tipo de activos estratégicos regulados en el sector de la energía, como defendemos en nuestro ideario.

Hoy, España es un país que tiene un sector eólico muy importante (líderes en Europa y en el mundo), y que además genera innovación y tecnología en este terreno, expuesto al terror y riesgo regulatorio (una cuestión que en las comparativas internacionales de confianza de un país es muy peyorativo). De hecho, hasta el Plan de Energías Renovables 2005 alaba en su exposición de motivos el R.D. 436/2004 por lo que ha conseguido de desarrollo del sector gracias a la estabilidad regulatoria. Este nuevo paso, no va a aportar confianza a los operadores, ni a los mercados, ni la inversión en este sector (y lo que es peor, las señales que se envía de provisionalidad y la arbitrariedad jurídico).

Sería razonable que, alguien evitase males mayores, introdujera cordura y no se produjera una imprudencia de estas características por parte del Gobierno, de forma que se establecieran señales inequívocas de que es lo que quiere el ejecutivo en materia de energías renovables, evitando las actuaciones individuales y el manierismo regulatorio interesado.

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