Gazprom y la austríaca OMV crean una firma para distribuir gas en Europa

El gigante gasista ruso Gazprom ha creado una compañía junto con la petrolera austríaca OMV para establecer una plataforma de distribución de gas a terceros países europeos, informó la prensa austríaca.

El contrato se firmó en Viena, durante la visita oficial a Austria del presidente ruso, Vladimir Putin, quien dijo que el suministro de gas a Austria está garantizado con contratos hasta el año 2027.

Los presidentes de Gazprom, Alexei Miller, y de Wolfgang Ruttenstorfer, firmaron una carta de intenciones en Viena para sellar el proyecto energético.

En declaraciones a la prensa local, Miller dijo que Gazprom quiere reforzar el papel de Austria como punto de distribución de gas en Europa.

Según Ruttenstorfer, la cantidad de gas a distribuir a varios mayoristas europeos será de 7.700 millones de metros cúbicos anuales.

Además, Gazprom participará con OMV en la construcción de un depósito subterráneo de gas con una capacidad de casi 2.400 millones de metros cúbicos de gas, que representan el consumo nacional austríaco en tres mes.

Otros socios de este proyecto son la austríaca de gas RAG y el grupo comercial energético ruso-alemán Wingas.

Rusia tiene una cuota del 55 por ciento del gas consumido en Austria, frente a una media del 25 por ciento en otros países de la Unión Europea (UE).

Por otra parte, Miller ve escasas posibilidades de que se construya «Nabucco«, un proyecto que prevé la construcción de un gasoducto desde la zona del Mar Caspio, pasando por Turquía, hasta los Balcanes y Europa occidental. A su juicio, no hay suficientes recursos ni reservas para esta obra, que tampoco constituye una amenaza para otros proyectos ya existentes, aunque admitió que Rusia requiere más capacidad de transporte de gas, que debe ser creada.

Además del sector energético, los empresarios que acompañaban a Putin y sus socios austríacos han suscrito una treintena de acuerdos comerciales por valor de unos 3.000 millones de euros. El mayor de ellos es la cooperación entre la constructora austríaca Strabag y la rusa Renova, del industrial Viktor Vekselberg, para construir edificios en un sector de la ciudad rusa de Ekaterinemburgo.

A su vez, varias empresa rusas han participado en compañías austríacas. El multimillonario Oleg Deripaska, por ejemplo, ha entrado en Strabag y también ha adquirido el 40 por ciento de las acciones con derecho a voto del consorcio automovilístico Magna, del austro-canadiense Frank Stronach.

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