«Europa no tiene una política energética integrada suficientemente definida»

Más de una decena de expertos hablaron el martes y miércoles de esta semana de los asuntos que más preocupan a la Unión Europea en materia de energía. Por un lado, la dependencia energética de la UE respecto de terceros países, y por otro, la ineficiencia y la necesidad de reducir las emisiones de CO2 para que el abastecimiento sea compatible con la conservación del entorno.

Si algo ha quedado patente a lo largo de las jornadas, es que en Europa todavía no existe un consenso ni una dirección a seguir, ni en lo referente a la seguridad energética ni tampoco en lo referente al cambio climático. El Director General de Relaciones Externas de la Comisión Europea, Eneko Landaburu, ha señalado que «lo primero que tenemos que hacer es poner orden en nuestra propia casa. Es necesario que tengamos en cuenta que la seguridad energética y el cambio climático acentuarán aún más las tensiones internacionales, y no tenemos una postura política suficientemente definida, con el resultado de que no logramos hablar con una sola voz en el panorama internacional». Con estas afirmaciones ha coincidido el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, Jacek Saryusz-Wolski, quien además ha apuntado que «la diplomacia energética tendrá que jugar un papel central en las consideraciones sobre seguridad energética europea».

En este sentido, se ha hablado de las relaciones con Rusia, sin que se alcanzasen conclusiones demasiado optimistas al respecto. El presidente del Instituto de Política Energética de Moscú, Vladimir Milov, expuso afirmaciones muy críticas sobre Rusia, en las que explicó que «bajo la adminsitración de Putin es muy difícil esperar cualquier liberalización». Milov se permitió recordar una cita del presidente ruso en la que hacía referencia a la importancia de Gazprom como «herramienta de influencia política en el campo de juego internacional», y los acontecimientos que tuvieron lugar en los años siguientes, como la encarcelación de Mijail Khodorkovsky, presidente y dueño de Yukos.

Por todo ello, se hace necesario diversificar la importación de energía para consumir en la Unión Europea, ante el peligro de dependencia excesiva de Rusia. Una circunstancia que, en determinadas situaciones, como las interrupciones de suministro vividas hace unos meses, puede poner a Europa en dificultades. Según Milan Horácek, de Los Verdes, «es importante establecer vínculos con gobiernos como Azerbaiyán o Turkmenistán, pero sin perder de vista los objetivos de la UE de fomentar la democracia y el respeto a los derechos humanos».

En opinión de Jan-Horst Keppler, profesor de la Dauphine University de Paris, «existen riesgos serios para la seguridad del suministro en Europa, aunque actualmente no se puede hablar de crisis». Y, por otro lado, señala Keppler, «la Unión Europea utiliza cada día más gas por unidad de PIB», lo que es insostenible a largo plazo.

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