Elcogás, un proyecto para hacer rentable la captura de CO2 que pretende ayudar a reducir las emisiones

El pasado miércoles, las entidades participantes en el Proyecto Singular Estratégico para captura y almacenamiento de CO2 celebraron en Puertollano una jornada de difusión para ampliar el conocimiento sobre estas tecnologías.

El Proyecto Singular Estratégico para la captura y almacenamiento de CO2 pertenece a una serie de proyectos que nacen de la necesidad internacional de dar soluciones a determinados problemas. Según Manuel Montes Ponce de León, la posición de España respecto a Europa en términos tecnológicos es desventajosa, puesto que no produce tecnología, pero sí la consume. Si queremos ser competitivos, explicó, necesitamos contar con capacidad de producción tecnológica.

El gasto en I+D en nuestro país no está bien repartido geográficamente -señaló Ponce- y ese gasto no ha producido los resultados esperados. Por otra parte, desde el sector privado la inversión en I+D está por debajo del nivel de las recomendaciones de la Unión Europea.

Por ello, se deben extraer una serie de conclusiones. En primer lugar, la producción científica debe de crecer en calidad y cantidad, y procurar que el desarrollo tecnológico de España se base en la investigación. Por otro lado, es necesario aumentar el número de investigadores y la financiación a la investigación, puesto que en ambos casos las cifras son insuficientes. También es necesario que aumente la participación empresarial. Y en cuanto a la política tecnológica, es esencial que las comunidades autónomas trabajen con un mayor grado de conexión entre sí, y revisar a fondo la política tecnológica en busca de un mayor número de generación de patentes.

La central de ciclo combinado de Elcogás centra su proyecto en la captura de CO2 en la precombustión de carbón. Según explicó María Ángeles Ferre, durante los próximos años el consumo de carbón seguirá aumentando en términos absolutos, pero es necesario desarrollar un sistema de eliminación de las emisiones que permita un desarrollo de forma limpia. Este sistema debe, además, ser rentable.

Ferre afirmó que “no se puede abandonar la explotación de carbón, tenemos grandes recursos energéticos de esa materia prima”. Una apuesta por la sostenibilidad del carbón es necesaria como mecanismo de continuidad del desarrollo.

Según Pedro Casero, responsable de I+D de Elcogás, éste es el primer subproyecto, de un conjunto de cuatro. Consiste en capturar CO2 en precombustión, con producción de hidrógeno (la captura de CO2 lleva implícita la producción de hidrógeno). De hecho, el 18% del hidrógeno a escala mundial se obtiene a partir de carbón. Casero recordó que la planta de Elcogás es una planta piloto, que cuenta con 14 MW térmicos para tecnologías comerciales, aunque existen otras plantas para tecnologías no comerciales. Es la primera iniciativa internacional para adaptar esta tecnología a una planta real de GICC. El presupuesto del proyecto es de más de 18 millones de euros.

En la precombustión existen tres etapas básicas. Primero se gasifica el combustible, a continuación se convierte el monóxido de carbono en dióxido de carbono y por último, se separa el CO2. Como fase posterior se puede tener en cuenta la purificación de CO2.

El almacenamiento geológico de CO2 es otro de los grandes retos implícitos en el proceso de utilización limpia de carbón. A esta cuestión se refirió Miguel Ángel Zapatero, coordinador general de almacenamiento geológico de CO2 del Instituto Geológico y Minero de España, IGME.

El almacenamiento geológico es un recurso que puede, en opinión de Zapatero, considerarse un commodity, y no es un recurso barato. Por otro lado, existe una diferencia considerable entre la capacidad de almacenamiento calculado inicialmente (capacidad teórica) y la capacidad real final del proceso (capacidad confirmada). Esta diferencia puede ser mayor o menor dependiendo de la calidad del subsuelo y de los compuestos que haya en él. Así, en estratos con agua salada, el potencial de almacenamiento varía entre un 2 y un 10% del espacio disponible en ese yacimiento, mientras que si se trata, por ejemplo, de un antiguo yacimiento de petróleo, o un yacimiento vaciado, esa capacidad de almacenamiento aumenta hasta el 30 o el 40%.

La dimensión social es un conjunto de factores que la tecnología de almacenamiento de CO2 no puede ignorar. Existe, en línea con la concienciación social, una mayor preocupación ciudadana por la proliferación de riesgos sobre tecnologías peligrosas. La población, explica Lourdes Salas, de Elcogás, entiende que la tecnología es necsaria para el desarrollo, y sin embargo se opone a tener cerca esa tecnología.

Existe un marcado desconocimiento por parte de la sociedad de diversos procesos relacionados con los desarrollos tecnológicos que afectan a la energía. Sin embargo, de todas las alternativas tecnológicas diseñadas para mitigar en mayor o menor medida el calentamiento global, el almacenamiento de CO2 es la mayor desconocida. Ni siquiera un 17% de la población ha oído hablar de esta tecnología.

Un papel fundamental en la aceptación por parte de los ciudadanos y en su participación en la toma de decisiones reside en las administraciones públicas. Según Lourdes Salas, el público quiere saber y participar en la toma de decisiones, pero se le ignora. Esto tiene como consecuencia, con frecuencia, el constante rechazo, o la aceptación reacia. Cuando se perciben beneficios que contrarrestan los riesgos, la actitud de la población puede llegar a mostrar cierta ambivalencia.

El viceconsejero de Ciencia y Tecnología de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Enrique Díez Barra, clausuró el encuentro, flanqueado por algunos de los organizadores. Según explicó, el problema de las posturas de la opinión pública se debe a una falta de difusión de los conocimientos científicos a la población. “La ciencia, el conocimiento científico, no debe ser patrimonio exclusivo de los científicos. El público debe conocer. Pero para ello hacen falta procesos educativos y formativos largos, y programas de divulgación que den a conocer ampliamente las tecnologías.

Por su parte, el consejero delegado de Elcogás, Ignacio Méndez de Vigo, explicó que el procedimiento ahora conocido de inyección de CO2 en el subsuelo es un procedimiento que se ha usado mucho para la extracción de petróleo de los pozos, “sin que a nadie le haya preocupado”. En este sentido, y en lo referente a la posibilidad de que una fuga pudiera intoxicar el entorno, Díez Barra explicó que la toxicidad de CO2 en caso de una fuga estaría directamente relacionada con el volumen de la fuga, pues en pequeñas cantidades no supone riesgo ni para las personas ni para el medio ambiente.

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