El presidente de UNESA ve difícil cumplir los objetivos de renovables propuestos para el año 2020 por la UE y defiende el uso de la nuclear

El presidente de UNESA, Pedro Rivero, defendió ayer el mantenimiento del parque nuclear existente como política fundamental para el futuro energético y económico de España.

Rivero se expresó durante una jornada técnica sobre nuclear y renovables, organizada en el contexto de la feria internacional de Energía y Medio Ambiente, Genera 08, por el Foro Nuclear.

En su opinión, el sistema eléctrico español es muy robusto y hay que conservar esa ventaja, ya que tiene repercusiones directas sobre la sostenibilidad económica, medioambiental y sobre la garantía de suministro. Por otra parte, “la robustez del sistema eléctrico también garantiza unos buenos precios”, advirtió.

Rivero habló de los objetivos marcados por la Unión Europea en materia de renovables, y señaló que estos porcentajes, que tendrá que asumir cada Estado miembro, suponen una restricción a las decisiones estratégicas de inversión de las compañías. “Es dudoso que se pueda cumplir el 20/20/20 (20% de la energía procedente de renovables y un recorte del 20% en las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020)”, señaló.

Futuro de la energía nuclear

Emilio Minguez Torres, catedrático de energía nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid, coincidió con el punto de vista de Rivero de que es necesario mantener el parque nuclear existente “hasta el final de su vida útil, y en su caso, alargar la vida de las centrales”. Si éstas se cierran, debería de conservarse su emplazamiento para la construcción de nuevas centrales de tercera generación. Este contexto se daría en el medio plazo (entre 2030 y 2050).

Según Torres, la nueva generación de centrales nucleares cuenta con sistemas pasivos de seguridad que, al mismo tiempo que incrementan la seguridad de funcionamiento de las mismas, reduce los costes de construcción. Actualmente se construyen 25 nuevas centrales nucleares en 11 países. Sólo una de ellas se construye en Europa.

En cuanto a la seguridad de suministro de materia prima, Torres expuso que el combustible -principalmente uranio- está muy repartido por todo el mundo, siendo Australia el mayor proveedor, con un 25%.

La energía de fusión

Con la tecnología nuclear de fusión, que todavía debe superar muchas barreras para poder ponerse en marcha como una fuente energética, se caracteriza por una altísima producción de energía a partir de una fuente relativamente pequeña. El director del laboratorio de fusión del CIEMAT, Joaquín Sánchez, ejemplificó este hecho señalando que el litio contenido en la batería de un teléfono móvil actual sería suficiente para generar la energía que un ser humano consume a lo largo de 30 años.

La energía nuclear de fusión se está estudiando en un proyecto internacional llamado ITER, en el que participan países de todo el mundo mediante un 90% de aportación no económica (piezas, tecnología, materiales, capital humano) y un 10% de aportación económica, que en el caso de la Unión Europea se traduce en un 45 y un 5% respectivamente.

Aunque la fusión es un proceso que ya se ha conseguido, explica Sánchez, es muy complejo mantenerlo durante un período prolongado. Ello requiere confinar las partículas en circunstancias que harían que se alcanzasen temperaturas de hasta 170 millones de grados, tan alta que ningún material puede soportar, y la única forma de hacer chocar esas partículas es mantenerlas en un “recipiente magnético”, algo que se está desarrollando.

El coste del ITER es de 5.000 millones de euros, una cantidad nada desdeñable, que es lo que cuesta el consumo energético de toda la humanidad durante un día. Tras la intervención de Sánchez, el presidente de Foro Nuclear, Eduardo González, comparó esta cantidad con los 7.000 millones de euros que ha costado el AVE Madrid-Barcelona, y señaló: “tampoco es tanto dinero”.

Sin embargo, “si se consigue resolver los problemas tecnológicos de la fusión, desaparecería el problema de la energía; y no ahorrándola, sino produciendo tanta energía como sea necesario”, afirmó el director del laboratorio de fusión del CIEMAT.

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