El presidente de Enresa dice que el desmantelamiento de la central de Garoña tendrá que esperar a 2018

Así se pronunció Gil-Ortega en la inauguración del curso patrocinado por Enresa «Residuos nucleares: la solución española«, en el Palacio de la Magdalena de Santander, sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

El presidente de Enresa aseguró que si se produce el cese definitivo de la actividad de Garoña, aunque es una decisión del Gobierno, «no hay intención de mandar los residuos a Alemania ni a Francia».

Aunque los residuos radiactivos de centrales como Vandellòs I fueron acogidos en Francia, Gil-Ortega dijo que los de Garoña no serán enviados al extranjero porque el ATC de Villar de Cañas (Cuenca) estará listo para albergar el material de alta actividad de Garoña y de los Almacenes Temporales Individualizados (ATIS) del resto de centrales españolas.

Gil-Ortega aseguró que «a la fuerza» se debe plantear la construcción de un almacén geológico profundo (AGP), el «verdadero cementerio nuclear», un debate que según el directivo debe comenzar sobre 2018, una vez terminado el ATC.

El almacén temporal tiene una vida de unos 60 años, un plazo para que el Gobierno y Enresa puedan empezar a realizar estudios sobre el AGP, según Gil-Ortega, que «con toda seguridad se llevará a cabo».

Sobre la seguridad del ATC, el presidente de Enresa sostuvo que «el terreno del almacén no se va a inundar nunca», y se va a construir allí porque los estudios demuestran que es prácticamente imposible que se anegue.

El alcalde de Villar de Cañas, José María Sáiz, manifestó que confía en que se cumplan los plazos en el proceso del ATC, ya que según los directivos de Enresa, «la empresa tiene personal y recursos suficientes para gestionar los residuos nucleares de España durante 80 años».

Según el alcalde, en octubre comenzarán las obras de acondicionamiento de carreteras por un convenio firmado entre la Diputación y Enresa, a finales de año se iniciará la construcción del vivero de empresas y a mediados de 2014 estará listo el Plan de Ordenación Municipal para poder empezar a finales de ese mismo año con la construcción del almacén.

Para Sáiz, el proyecto, en el que Enresa ya invirtió 30 millones de euros, es «una salvación para Cuenca», ya que supondrá y ya está suponiendo una inyección para la economía de una zona agrícola muy afectada por el paro.

Además, afirmó el alcalde, «el 99% de los vecinos están a favor del ATC y se han movilizado a favor de su construcción en Villar de Cañas», y sin el apoyo del pueblo, aseguró, no habría seguido adelante.

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