“El órgano regulador debe ser la Comisión Nacional de Energía, no Red Eléctrica”

PREGUNTA.- ¿Cuáles son los puntos más destacables de su programa electoral en materia de energía?

RESPUESTA.- Nosotros pensamos que hay que plantearse las siguientes preguntas: ¿Cuál es la política energética que hay que abordar? ¿Cuándo vamos a terminar con las incertidumbres con las que nos hemos encontrado, y que afectan al mercado interior y al mercado exterior? ¿Sabemos realmente cuál es el mix de producción que queremos tener en el horizonte que se está planteando, que es el año 2030? Son cuestiones condicionadas por nuestra dependencia exterior, por los intercambios con Europa, por el desarrollo de las energías renovables, por el papel de la energía nuclear, y por el mix de generación eléctrico que queremos. Qué porcentajes queremos de carbón y petróleo.

Basándonos en el esquema resultante habrá que tomar las correspondientes medidas de política energética. Hay que hacer grandes esfuerzos -que no se están haciendo hoy- si queremos que las renovables supongan un 30% de la generación eléctrica en 2030; y si queremos que el carbón o el petróleo tengan el mismo peso, habrá que hacer un gran esfuerzo en ahorro y racionalización. Habrá que investigar para recuperar CO2, y en el caso de la nuclear, habrá que pensar o bien en nueva generación o bien en la reposición del parque actual con técnicas más modernas y seguras.

Al régimen especial habrá que darle las soluciones definitivas y transformarlo en un régimen natural, no especial, de generación eléctrica.

PREGUNTA.- Ha mencionado usted un esquema del mix energético. ¿Tienen alguna propuesta concreta para un mix determinado?

RESPUESTA.- No, y es absurdo tener propuestas concretas porque no dominamos todas las claves. Siempre habrá que tener algo de petróleo, algo de energía nuclear, algo de carbón, y sobre todo energías renovables.

PREGUNTA.- ¿El principio de su partido, entonces, es no descartar ninguna fuente de energía?

RESPUESTA.- No es realista descartar ninguna fuente de energía. En el mercado exterior dependemos mucho del gas y por ello tenemos que labrar una magnífica relación con todos los productores. En esta etapa, eso ha fallado, ha habido demasiadas “batallitas” innecesarias con Argelia y con el desarrollo del gasoducto del Mediterráneo -un desarrollo clave no sólo para España, sino para Europa-.

Decir que hay que acabar con el petróleo o con el carbón no es hablar en serio. La política energética y la política son un elemento indispensable para la vida cotidiana y el desarrollo de los países, y por ello hay que tratarlos con mucho respeto y con mucha rigurosidad. Necesitamos buscar la mayor eficiencia con el menor coste posible, y hacer diseños fantasiosos está muy bien, pero hay que sujetarse a la realidad. Hay que aprovechar el potencial de España en energía renovable.

PREGUNTA.- ¿Cree que esa puede ser la forma de reducir nuestra dependencia energética de forma considerable?

RESPUESTA.- En una parte importante, sí, y si se combina el carbón limpio con las renovables -no comprando a otros, sino desarrollándolas nosotros-. El desarrollo de las energías renovables es el desarrollo de una actividad industrial tecnológica importante. No debemos plantearlo solamente como una cuestión de política energética, sino como política industrial, y ése es otro elemento del que se habla poco.

Se presume de que somos una economía avanzada en materia de energías renovables, pero se ha ayudado muy poco a la industria nacional con las incertidumbres que se han introducido en el mercado.

España tiene un gran potencial para las renovables. En el caso de la fotovoltaica, ésta sólo representa un 0,22% del total de la energía eléctrica generada, mientras que en Alemania, con unas condiciones climáticas mucho menos favorables, es el 0,86%. Deberíamos incrementar entre 2.000 y 3.000 MW la potencia instalada. Hay que duplicar, si no triplicar, las cifras de Alemania en aportación de energía fotovoltaica a la generación eléctrica.

PREGUNTA.- Ha dicho usted que las energías renovables tienen un gran potencial de desarrollo en España y tienen que aprovecharlo. ¿Cuáles son sus objetivos o actuaciones concretas previstas para incrementar su desarrollo?

RESPUESTA.- Las energías renovables también tienen condicionantes, como el espacio físico, pero cuentan con una serie de condicionantes, uno de los cuales es el espacio físico o la disponibilidad de la materia prima -el viento, el sol o la biomasa-. En el caso de la energía eólica, los planes están suficientemente maduros, aunque falta cierta coordinación y trabajo de promoción con el conjunto y acorde con las Comunidades Autónomas. Es más importante plantearse objetivos de mejora de la respuesta administrativa que objetivos de producción. Es necesario reducir la burocratización, agilizar de los permisos, recortar el tiempo de los estudios de impacto ambienta. Estos procesos pierden mucho tiempo.

La energía eólica va cubriendo sus objetivos razonablemente y es necesario enfocar los esfuerzos en otras tecnologías, como la solar. El sector industrial está haciendo un esfuerzo muy importante en lo referente a estudios de costes, y hecho con rigor, que permitirá establecer con fidelidad cuál debe de ser la prima de retribución al sector.

El propio sector considera que es capaz de reducir costes en los elementos que componen la inversión, que son sobre todo el silicio y los materiales captadores. Y ahí hay un campo muy importante de análisis y de estudio para determinar cómo hacer la convergencia que finalmente tenga la prima de retribución a la energía fotovoltaica y los precios en el mercado de la energía eléctrica. Que posiblemente, en el año 2030 puedan llegar a estar muy cerca, si no a converger. Pero hay que madurar, hay que darle tiempo al tiempo, y hay que saber que una energía menos contaminante nos tiene que costar dinero. Esa cultura hay que transmitírsela también al ciudadano.

PREGUNTA.- Sobre su comentario acerca de las centrales de carbón. Ha dicho usted que no se puede descartar ninguna tecnología, lo que nos obligará a utilizar esta materia prima de forma limpia, es decir, cumpliendo con los compromisos del protocolo de Kyoto. Aparte de estos objetivos de reducción de emisiones de carbono, ¿cómo actuarán en materia de detracción de los derechos de emisión de CO2?

RESPUESTA.- El Ministerio debe reconsiderar el Real Decreto de los derechos de emisión, madurarlo y llegar a un acuerdo con el sector. Lo que no puede ser es que el que hace esfuerzos por producir con una energía menos contaminante se vea perjudicado, y que todos aquellos que siguen produciendo con energía contaminante, vean que salen beneficiados y que les merece la pena seguir produciendo con contaminación. El Ministerio tiene que modificar para el año 2008 el Real Decreto por el cual deduce los derechos de emisión, ese proceso debe hacerse de acuerdo con el sector.

O bien modifica los criterios por los cuales se adjudicó los derechos de emisión, y se adjudican a aquellos que hacen un esfuerzo inversor real para contaminar menos, o plantea un decreto de deducción de derechos de emisión, de acuerdo con el sector, premiando a quien invierte para contaminar menos y sancionando a quien más contamina.

No es simplemente una actuación administrativa, supone un importante grado de negociación. Esta cuestión debe ser tratada mediante Proyecto de Ley, con presentación y debate en Cortes Generales, con posibilidad de enmiendas, y debate parlamentario.

PREGUNTA.- La cuota de mercado de las empresas eléctricas actuales que operan en nuestro país se está estudiando cómo fragmentarla. Se están aplicando subastas y otro tipo de limitaciones a la actuación de estas empresas. ¿Cómo valora el grado de liberalización del sector energético español?

RESPUESTA.- Es muy bajo. Lo que falla fundamentalmente es la comercialización, en gran parte porque las empresas están muy a gusto en esta situación actual. El Gobierno no ha sabido resolver el tema de la comercialización. Una de las razones por las que se impide la entrada de compañías europeas a vender electricidad en España, y que los consumidores españoles no encuentren energía competitiva o competencia en el mercado de la electricidad en España, es porque no funciona la comercialización.

Creo que un motivo que induce a EDF a entrar en España por la vía de la adquisición una adquisición es precisamente la imposibilidad de entrar por otras vías como la comercialización. Como está limitada por las subastas, hay una intervención, más que una regulación, por parte de la administración, pues lógicamente nadie está incentivado para montar una comercializadora que no sabe a qué precios va a poder comprar la energía en el día a día, hora a hora, y cómo la va a poder vender después.

PREGUNTA.- ¿Y cuáles son las medidas que ustedes proponen para mejorar esta situación?

RESPUESTA.- Es fácil analizar el problema, pero la solución es compleja.Es importante regular bien la comercialización. Mientras no haya buenos intercambios internacionales en electricidad y gas, no va a haber posibilidad de mejorar la comercialización. Puede que haya posibilidad de comprar electricidad a EDF a 32 euros por megavatio, pero no hay forma de transportar esa electricidad, ni por las horas en las que es posible traerla ni por las cantidades que se manejan. Primero hay que agotar lo que existe en el propio mercado, porque el propio mercado es autosuficiente.

PREGUNTA.- La legislación europea prevé la desaparición de la tarifa regulada. Y en España el déficit tarifario crece constantemente. ¿Cuál es su opinión sobre el mantenimiento de la tarifa eléctrica?

RESPUESTA.- Este año hay que hacer una labor de mentalización y de información pública y de explicar que no es posible seguir con la situación actual. No se puede mantener todos los electrodomésticos que tenemos en una casa a un precio del kilovatio de 13 ó 14 céntimos de euro. Solamente producir esa electricidad cuesta prácticamente 3 ó 4 veces más.

En segundo lugar, los ciudadanos no pueden pedir energías renovables y disfrutar de las tarifas francamente ventajosas de que gozan ahora. La energía cuesta dinero, y ni hay que taparse los ojos ni los partidos pueden hacer demagogia con esta cuestión. El consumidor tiene que saber que debe ahorrar y que tiene que ser eficiente y exigente consigo mismo, como lo está siendo el consumidor industrial.

PREGUNTA.- Entiendo que usted está abogando también porque desaparezca la tarifa refugio…

RESPUESTA.- Sí. Pero estudiaría la tarifa refugio como componente de la política social. La manera de mantenerla es por tramos y vinculada a niveles de renta. Los ayuntamientos, administraciones, las comunidades autónomas, tienen información suficiente de cuál es la situación social de cada ciudadano y cuál es su capacidad. Y las compañías eléctricas tienen un historial de consumos por el que pueden determinar a quién se le puede aplicar y a quién no. Hay datos suficientes para establecer todos esos tramos y establecerlos solamente con una política social. Pero el resto debe estar sujeto a una tarifa que sea progresiva pero que se acerque lo más posible a los costos. Adelantar esta liberalización al mes de julio, como ha manifestado el Gobierno que quiere hacer, supone una labor clara de concienciación y una labor valiente de estudio de lo que todo esto significa.

Para decidir cuál va a ser la tarifa, el Gobierno debe hacer un ejercicio en coordinación y cooperación con las CCAA en este tema. España es plural, no sólo cultural y lingüísticamente, sino también desde el punto de vista de la economía. La economía industrial necesita seguir siendo competitiva, y la energía se ha convertido en materia prima para muchas industrias. Por lo tanto una liberalización a lo loco sólo nos puede llevar a un descalabro industrial. Hay que favorecer los pactos y negociaciones (un ejemplo claro es Fortia) desde la Administración, pero no intervenir.
PREGUNTA.- ¿Considera que es necesario abordar con celeridad la independencia de los reguladores en el ámbito energético?

RESPUESTA.- Sin duda. Tiene que establecerse una fórmula para definir cuáles son los papeles que corresponden al Ministerio de Industria, y cuáles son los papeles que corresponden a la CNE. Creo que el órgano regulador debe ser la Comisión Nacional de Energía, no Red Eléctrica; Red Eléctrica tiene que cumplir el papel de gestor del sistema. Tiene que tener una importante función de control y de gestión, de la red de alta tensión. En lo que respecta a las redes de media y baja tensión, la opinión de nuestro partido es muy clara. Ha de ser coordinado por Red Eléctrica, pero con las Comunidades Autónomas, y en aquellas comunidades donde las empresas han demostrado tener una importante eficiencia en la red, no tiene por qué entrar Red Eléctrica. Lo que tiene que hacer Red Eléctrica es garantizar que haya alguien que invierta, renueve y tenga la red al día, especialmente en media y baja tensión.

La regulación del conjunto del sector pertenece a la Comisión Nacional de Energía. La Comisión debe sancionar, atender recursos y resolverlos; debe ser la última instancia de resolución de esos recursos. En todo caso están los Tribunales para quien no esté de acuerdo. Pero no tiene por qué ser el Ministerio, el que, en materia de regulación, y de recursos de regulación, sea la instancia definitiva.

La elección del regulador tiene que depender de las Cortes Generales y dar cuenta ante ellas de sus actuaciones regulatorias. También tiene que tener diferenciados los órganos consultivos.

PREGUNTA.- Sector empresarial e intervención pública. El grado de liberalización del sector energético español es mayor que en otros países, como Italia o Francia. ¿Cómo ve el intento de entrada de EDF –una compañía participada por el sector público francés- en una empresa española totalmente liberalizada como es Iberdrola?

RESPUESTA.- Así planteado, mal. No es equitativo ni justo, aunque pongo el énfasis en equitativo. Es un disparate de la política energética de la Unión Europea. Si jugamos a Unión Europea, jugamos a Unión Europea, y si jugamos a Estados, entonces jugamos a Estados y por tanto las reglas de juego son diferentes.

Nadie se puede oponer a que EDF entre en España ni a que Iberdrola o Unión Fenosa, o Endesa, entren en Francia. El mercado es el mercado, y si aceptamos sus reglas, tienen que estar abiertos para todos. Pero mientras no haya reciprocidades, está bien claro

Y mucho menos se debe mezclar esa falta de reciprocidad y esa exigencia de entrar en un mercado con posibles medidas de fuerza política que pueda haber detrás. Sobre todo, y particularmente, en el caso francés. Estamos hablando de energía: si hay que hablar de política, habrá que hablar en otras mesas. Los problemas políticos no se resuelven en el campo de la energía.

El día que se pueda comprar EDF en Francia, estaremos encantados de que EDF entre aquí.

Pero que se manifieste que la entrada de EDF tendrá como objetivo fragmentar una de las empresas estratégicas es muy grave. Es una frivolidad, y que a eso se esté prestando uno de los accionistas de referencia de la compañía, es doblemente frívolo. En otros términos, esa actitud recibiría el nombre de egoísmo, puesto que no hay ninguna visión estratégica, sino que la única estrategia es la de buscar lo mejor para la propia cuenta de resultados.

Nos oponemos rotundamente a todo ese tipo de actuaciones. Otra cosa es que se pretenda comprar una participación y tratar buscar que la empresa se consolide, se fortalezca y convierta en un instrumento impulsor de la economía vasca y la española. Que todo eso sirva para una cooperación energética entre Francia y España, algo que no se ha planteado, pero que es absolutamente necesaria en materia de trasvase de electricidad y de gas. Y también en lo referente a racionalización de costes, porque la energía en Francia es sensiblemente más barata que aquí, y esto puede contribuir a reducir el coste energético del Estado.

Esta cuestión incita a una segunda reflexión: cómo encaminar las decisiones dentro de una política energética europea, y de colaboración entre estados para una política energética común. Deshaciendo empresas, lo único que estamos haciendo es perjudicar a la economía. Sobre todo cuando esta empresa, líder del sector energético, aporta sinergias e incentivos a otras industrias españolas.

PREGUNTA.- Respecto a esa falta de reciprocidad, ¿cree que se debería reclamar en la próxima legislatura a la Unión Europea una mayor simetría en los procesos de privatización y liberalización del sector de la energía?

RESPUESTA.- Por supuesto. A la política económica española, y también a la vasca, se le ha mirado con lupa desde Europa, cuando esa liberalización no se ha aplicado ni a Alemania ni a Francia. No entendemos cómo la UE sigue permitiendo que el órgano regulador en Alemania sea la propia compañía privatizada E.On. Y que el órgano regulador francés tenga una dependencia de las decisiones gubernamentales mucho mayor que la Comisión Nacional de Energía. Y sobre todo lo demás, ¿por qué no se está fomentando la creación de un órgano regulador único europeo? Está bien que en Europa termine habiendo sólo dos o tres grandes compañías, siempre que no se haga desde posiciones de ventaja. Dejemos que se haga como se hace en todo proceso mercantil, y que sean los accionistas los que decidan. Pero no debe hacerse en base a unos intereses políticos que finalmente sólo acaban beneficiando a uno o dos gobiernos de la Unión Europea.

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