CCOO y Greenpeace se muestran contrarios al proyecto de Industria sobre la fotovoltaica

Comisiones Obreras (CCOO) y Greenpeace se han manifestado contrarios al proyecto del Real Decreto propuesto por el Ministerio de Industria y que regulará la energía solar fotovoltaica.

Desde el sindicato, se afirma que la aprobación de este proyecto podría «impedir un desarrollo razonable del sector fotovoltaico», aunque reconoce que las primas establecidas hasta el momento han propiciado «un desmesurado crecimiento» en 2008 de las huertas solares. Por eso, entienden que la nueva regulación debería ajustar las retribuciones y las condiciones de instalación al nuevo escenario de costes, sin tener, por ello, que poner en riesgo el sector.

CCOO considera que la energía fotovoltaica «es clave para alcanzar un modelo energético limpio» al tiempo que, con ella, se evita la dependencia energética exterior y se propicia el desarrollo del sector industrial y empresarial (En la actualidad, el empleo asociado al sector fotovoltaico es de 26.500 trabajadores). De hecho, opinan que, de aprobarse el proyecto propuesto por el ministerio, se daría «una disminución importante de la inversión en el sector y, por tanto, del empleo».

Además, CCOO considera que la fotovoltaica necesita de un marco de apoyo estable y suficiente para consolidar una actividad indstrial con gran proyección y que podría dejar de necesitar apoyo económico durante la próxima década, debido a su rápido avance.

Tanto CCOO como Greenpeace consideran el tope de instalar 300 MW cada año, a partir de 2009 ,como una medida «muy restrictiva» para el mercado español. El sindicato cree que «con modular las primas ajustándolas a la reducción de costes de las instalaciones» es suficiente para propiciar un desarrollo ordenado del sector. Mientras, Greenpeace propone que se controle el gasto con revisiones periódicas de la tarifa de venta de cada kWh producido con energía solar fotovoltaica.

Según José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de la organización ecologista, «seguimos tropezando con el miedo escénico del Gobierno ante el rápido crecimiento de esta energía renovable, que se traduce en buscar formas de limitarlo como sea».

Para Greenpeace no hay duda de la utilidad de la fotovoltaica para luchar contra el cambio climático, debido a su «enorme potencial» y las ventajas que lleva de forma inherente: creación de empleo y de actividad industrial, exportación de tecnología española, generación distribuida y eficiente de electricidad, así como al desarrollo sostenible y el acceso a la electricidad a las personas que no disponen de ella.

Por este motivo, la ecologista considera el proyecto del Ministerio de Industria como «una forma arbitraria y poco efectiva de controlar el desarrollo de la fotovoltaica» y propone crear un instrumento que responda a los fines que persiguen: «disponer de energía limpia y barata lo antes posible».

Todo ello les ha llevado a presentar sus alegaciones contra el decreto propuesto ante la Comisión Nacional de Energía, pidiendo la eliminación de los objetivos propuestos, puesto que estos «no pueden convertirse en límites para restringir el desarrollo». Greenpeace aboga por no «enfriar el sector» y perder la oportunidad de lograr que esta energía limpia sea también barata en menos de una década.

En lo único en que parecen estar de acuerdo con Industria, tanto CCOO como Greenpeace, es en el apoyo a las instalaciones fotovoltaicas situadas en edificios y tejados, ya que creen que este tipo de instalaciones apenas se han desarrollado en España. A pesar de ello, Greenpeace eliminaría barreras propuestas por el ministerio, como la exigencia de consumir la mitad de la energía en el mismo edificio o la limitación de potencia máxima por edificio de 2 MW.

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