El rayo que no cesa

El viernes y todo el fin de semana ha sido muy pródigo en las informaciones relacionadas con la operación en torno a Iberdrola, auspiciada por ACS y la compañía eléctrica pública francesa, EDF. Probablemente, no ha habido medio de información que no tenga en sus páginas una reacción, un posicionamiento o, simplemente, la patata caliente que tiene nuevamente la Comisión Nacional de Energía en virtud del escrito que ha dirigido la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán al regulador independiente.

La compañía ha requerido que se limitasen los derechos de voto de ACS en su consejo de administración al 3 %, dado que el grupo de construcción y servicios que preside Florentino Pérez, tiene una posición de control en Unión Fenosa, que no es compatible con el ejercicio de derechos en otro operador principal según la legislación española. Es decir, la legislación impide que alguien controle e intervenga la política de dos empresas, por su efecto sobre el libre mercado y la competencia. Es a lo que se denomina en derecho de competencia, defensa preventiva, y parece que, también busca anticipar una resolución de este organismo en este escenario concreto de toma de posiciones de cara al ‘asedio’, toda vez que Iberdrola ya tenía recurrido ante la Audiencia Nacional una decisión a este respecto que tomó en su momento la propia CNE y el Ministerio de Industria a cuenta de la ampliación de la participación de ACS en Iberdrola hace menos de un año, en la que se le permitió ejercer estos derechos en determinadas situaciones y cuestiones (o mejor dicho, sólo se excluyeron determinadas cuestiones)

Por otra parte, la compañía también ha pedido que se prohíba a ACS que continúe comprando acciones de Iberdrola, bien sea de forma directa o a través de intermediarios. Actualmente, tiene 7,7 % de participaciones de forma directa y un 5% en derivados de forma que impida que siga aumentando su participación hasta el 24,9 %, que fue la autorización de la CNE, (la actual legislación sobre OPAs, le permitiría llegar al 30%). Iberdrola considera que esta situación de ‘entente’ requiere un posicionamiento nuevo de la CNE y que se invaliden los permisos que ACS obtuvo en su momento, en la medida que pueden ser usados indebidamente.

Por otra parte, el ejercicio de posicionamiento (contrario y generalizado) que van teniendo gobiernos autónomos, cajas de ahorro, expertos y sindicatos, hasta la única entrevista que ha concedido José Luis Arregui, Vicepresidente de la compañía, realizada al diario EL PAÍS este domingo, hace que esté en plena incandescencia informativa permanente esta operación. Lo que está claro es que la traslación a los medios de comunicación de todas estas reacciones, inflaman aún más la trastienda de la operación.

Una cuestión que empiezan a cuestionar todos los expertos es la financiación de la operación, máxime en un momento de dificultades la liquidez en los mercados y en el crédito. Y, en el que una competición entre ofertas (se ha vuelto a nombrar a E.ON en todo el proceso) puede hacer muy costosa la operación. Algo a lo que está claro que Ignacio Sánchez Galán va a jugar como ya anticipó en su pronóstico de que la acción duplique su valor inmersa en un proceso de esta índole. En este sentido, mientras que la enorme liquidez que tiene EDF hace que su participación en la operación pueda encontrar financiación de forma sencilla y no precise acudir al mercado de capitales (eso no quiere decir que le salga barata la compra). El caso de ACS es diferente, sobre todo, cuando se ha conocido en este fin de semana se ha sabido que la caída de la Bolsa puso en su momento puso encima de la mesa la posibilidad de que tuviera que aportar garantías adicionales a la financiación obtenida para la compra de acciones de Iberdrola, lo que desató las consecuencias de la ‘delación’ del Plan. Es decir que ACS afronte una operación así de este volumen va a ser difícil. Por tanto, o bien entra un operador con mucha liquidez y tamaño, of course, y se pierde la españolidad, o las dificultades de liquidez pueden ser un serio problema. También, en tercera instancia, si hay mucho empeño, se podría buscar otros grupos (españoles) que se sumasen al asedio. Estén atentos de los que hacen caja.

Lo que si está claro es que para el gobierno, hay ya dos estrategias viables, aunque con variaciones. La primera es ponerse de perfil y esperar a que se celebren las elecciones, pedir árnica a ver que pasa, además de intentar sofocar su efecto mediático tan inoportuno. Por otra parte, si el apoyo del PNV es muy necesario en la siguiente legislatura, va a ser muy difícil que la operación siga adelante. La segunda, es abandonar el apoyo o ‘conocimiento’ explicito o soterrado (si en la organización del proyecto ha entrado la Moncloa o la Oficina Económica en algún momento, le va a costar explicarlo a sus interlocutores foráneos y sobre todo los virajes que se empiezan a difundir en los medios, en el sentido de limitar el peso de EDF en la operación y buscar nuevos colaboracionistas, además de perseguirle ya la sombra de las sospecha). La tercera opción, que es seguir con la operación tal y como estaba pensada en un primer momento, es hoy ya inviable. Que va a ser que no.

Permanezcan atentos a la pantalla.

El petróleo vuelve al alza y el G-7 pide a los productores que aumenten la oferta

El precio del petróleo ha vuelto a subir y terminó la semana por encima de los 91 dólares el barril en los mercados de futuros de Londres y Nueva York, poco antes de que el G7 pidiera en Tokio un aumento de la oferta de crudo.

Los analistas atribuyen el nuevo avance de los valores del «oro negro» a diversas noticias que han reavivado el temor a que los suministros sean demasiado ajustados frente a la demanda. Esa preocupación se impuso esta semana, unida a la percepción de que una probable recesión en Estados Unidos pueda frenar el consumo petrolero, lo que haría bajar los precios.

El contrato para entrega en marzo del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), el de referencia para Estados Unidos, subió un 4,15 por ciento y concluyó la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) a 91,77 dólares por barril. Si bien este valor sigue alejado de su récord de 100,09 dólares del pasado 3 de enero, es un 3,16 por ciento superior al del cierre del viernes anterior (88,96 dólares).

De forma similar, el barril del crudo Brent, referente en Europa, subió ayer 3,43 dólares en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, hasta los 91,94 dólares, un 2,5 por ciento más que el valor de la semana precedente, cuando terminó a 89,44 dólares.

Poco después de cerrar estos mercados, el G7 (países más ricos del mundo) concluyó una cumbre en Tokio con el llamamiento a las naciones exportadoras de crudo a incrementar sus suministros. «Animamos a los países de la OPEP y a otros productores de petróleo a que aumenten su producción y reiteramos la necesidad de aumentar la capacidad de las refinerías y mejorar la eficiencia energética», señala el comunicado final de la cumbre.

Las recientes subidas del precio del «oro negro» esta semana estuvieron impulsadas por rumores de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anda lejos de inclinarse por aumentar su producción. Por el contrario, hay algunos miembros, entre ellos Venezuela e Irán, que han advertido de que pueden proponer un recorte del bombeo en la reunión del grupo convocada para el 5 de marzo en Viena.

Por el momento, en la conferencia extraordinaria que celebró el pasado día 1, la OPEP decidió mantener sin cambios el nivel de su producción conjunta, fijado en 29,67 millones de barriles diarios y que abarca a doce de sus trece países miembros (todos menos Irak).

La tendencia alcista del «oro negro» se vio además impulsada por cortes de la producción petrolera en el Mar del Norte y en Nigeria, así como los crecientes indicios de que el bombeo ruso de crudo aumentará menos de lo esperado.

El consorcio Royal Dutch Shell informó de que tuvo que reducir su producción petrolera en Nigeria en unos 130.000 barriles diarios.
Las razones de «fuerza mayor» declarada en las exportaciones de crudo de Nigeria por problemas derivados principalmente de los actos de violencia en ese país, el mayor exportador de crudo de África, podrían durar hasta finales de marzo.

«Como resultado, la pérdida de producción petrolera en Nigeria podría totalizar un millón de barriles diarios en las próximas semanas», advirtió la asesora especializada JBC Energy (sucesora de PVM de Viena) en un análisis del mercado energético.

En el Mar del Norte, un corte de producción por razones técnicas fue anunciado por la empresa Total, sin que precisara cuando se reanudarán las operaciones en los campos Elgin/Franklin, que normalmente bombean cerca de 280.000 barriles diarios (bd).

A estas novedades que afectan el suministro en pleno invierno boreal se añadió la perspectiva de que la producción del campo ruso Sajalin-1 podría caer por debajo de 160.000 bd, considerablemente menos del bombeo de 200.000 bd esperado en un principio. Este hecho «es indicativo para el sector petrolero ruso», según JBC, cuyos expertos consideran que «el potencial del crecimiento del bombeo» de ese país «está limitado por un régimen tributario desfavorable, el deterioro de la calidad de los campos (petrolíferos) y por insuficiente infraestructura de oleoductos».

Por si fuera poco, el nerviosismo del mercado recibió más alimento aún con la amenaza del gigante gasístico Gazprom de cortar el suministro a Ucrania a partir del lunes y la noticia de que Exxon Mobil, la mayor petrolera del mundo, logró una orden judicial la congelación de activos de la estatal venezolana PDVSA.

Picana mayestática

Zapatero dice no ha hablado de Sarkozy del interés de EDF por Iberdrola. Curioso resulta que tras todo el conjunto de mentidos y desmentidos sobre la operación de EDF sobre Iberdrola, nadie haya hablado nada concreto con nadie. Sobre todo cuando el propio gobierno francés dice que el gobierno español era conocedor del interés de las empresas francesas (cuestión de Estado, siendo EDF participada en un 80% por el Estado). Sobre todo cuando EDF confirma también que ha hablado con ACS. ACS comunica también a la CNMV. Parece que sólo falta un eslabón (el eslabón perdido!), que es saber quien del gobierno había hablado

La escena. Imagínense, a lo mejor se pudo producir así la escena en la última cumbre hispano francesa de un tenor semejante o parecido o éste (incluimos sujetos omitidos, dado que aquí hay muchos):
Sarkozy: Que las empresas francesas energéticas (es decir una), están interesadas en las eléctricas españolas (la que queda grande). Aló les enfants de la patrie!
Zapatero: ‘Háblalo con mi Oficina (la Económica). Me gustaría que se hiciera con entendimiento (la entente que pueda surgir)”

Por tanto, seguro que Zapatero no pronunció la palabra Iberdrola y Sarkozy, tampoco.

Las relaciones entre el gobierno francés y el español son dignas de estudio, por sus malentendidos. Fíjense los abrazos del casi recién llegado de luna de miel, Nicolas Sarkozy (Nicolás I, como ya le llaman allí) y luego los conflictos dialécticos abundantes. Por ejemplo, además de lo que sale desde Francia en relación a la operación EDF-ACS para comprar Iberdrola, también lo que ha sucedido con la línea de Muy Alta Tensión en que el gobierno francés ha rebajado notablemente el optimismo del Secretario General de Energía o las críticas frontales de Sarkozy al modelo de regulación de inmigrantes español. Recuerda a aquellas fotos en las que un desaprensivo hacia un tridente sobre uno de los fotografiados, sin que se diera cuenta.

¿Quién ha sido? La pregunta es, si Zapatero no ha hablado sobre Iberdrola, el gobierno francés considera que es necesaria la aquiescencia del gobierno español para una operación así, si EDF y ACS han tenido contactos para la operación de adquisición de Iberdrola, si por alguna vía el gobierno estaba informado. ¿Qué pasó en una Cumbre Hispano Francesa? ¿Qué es lo que se queda en los pliegues de la ambigüedad política y diplomática? ¿Todo lo que se habló se hizo jugando al mus, por señas? ¿Quién ha sido? ¿O utilizamos el plural mayestático?

Sánchez Galán no puede estar tranquilo. Lo que está claro es que ante tal cúmulo de despropósitos y declaraciones cruzadas, Sánchez Galán no puede estar tranquilo de que el plan no sigue adelante, sobre todo en tiempos de bolsas frágiles. Y por ello, se prepara para una batalla legal y financiera. Además el modelo de aparcamiento financiero a través de bancos y operadores de mercado a través de participaciones adquiridas que se empleó en Endesa, deja poco resuello para la confianza. Sobre todo en tiempos mayestáticos, en los que a la vez, se propone en entendimiento, para la resolución de las ‘ententes’.

Llegan las elecciones

Llegan las elecciones, ejercicio democrático sano y necesario en cualquier país avanzado, con todo su atrezo y prosopeya: los mítines, los programas, los candidatos, las batallas dialécticas, los sondeos electorales, las promesas, etc… En el caso que nos ocupa, el de la energía, tenemos que partir del propio hecho de la “oscuridad” derivada de su complejidad, en que se desenvuelve este ámbito de la economía y de la actividad de nuestro país, lo que afecta a lo que se dice y a lo que se calla.

En este sentido, son muchas las cuestiones que tendremos que tratar en el ámbito energético para conseguir una visión informada y responsable de la actuación política futura en el sector energético, estratégico para un país como el nuestro con una dependencia energética exterior muy importante. Siempre, descontando el grado de ambigüedad del lenguaje electoral (no es lo mismo lenguaje político que electoral, del mismo modo que no es lo mismo democracia que votocracia) que, generalmente, puede justificar una cosa y la contraria. Esto implica que todos seamos más exigentes a la hora de requerir concreción a los que serán poder legislativo y ejecutivo tras las próximas elecciones.

Por tanto, hay que requerir a los partidos que hayan realizado un diagnóstico certero (no ideológico) del sector energético, de su grado de liberalización, de su nivel de competencia, de su posicionamiento sobre el comportamiento en relación al funcionamiento del mercado, de los órganos reguladores y de la intervención pública en la conformación del sector empresarial, de la estabilidad regulatoria y seguridad jurídica, del modelo de desarrollo de las energías renovables, del futuro del mix de generación español atendiendo al crecimiento de la demanda y a sus sostenimiento económico y medioambiental. Después de cuáles son sus recetas y propuestas en materia de tarifa, déficit tarifario, política medioambiental, eficiencia energética (y todo, esto en serio, no colecciones de buenas intenciones y afirmaciones grandilocuentes).

La oscuridad (o mejor dicho complejidad, técnica y económica) de un sector tan estratégico para nuestra economía, tiene efectos y también sirve para que se puedan ‘perpetrar’ determinados atentados regulatorios, incluso con la aquiescencia inducida de la soberanía popular. Un ejemplo de ello, es como se asaltó la reforma del sector eléctrico en el Senado, modificasen incorporando a través de la Ley 17/2007, en el Senado a base de incorporación de enmiendas del Congreso y esquivando a la Comisión Nacional de Energía. Esta ley, que estaba llamada a ser la traslación de las Directivas Europeas pendientes de incorporación al sector eléctrico español, se quedó convertida en una involución del mercado y en la sacralización de Red Eléctrica como monopolio de transporte, propiciada desde la sección más reaccionaria de los ‘intelectuales orgánicos de la energía’ y gestionada ‘sotto voce’ por el Ministerio de Industria, valedor oficial de este grupo, una “minoría creativa” muy influyente actualmente, en la última fase de su tramitación parlamentaria. El resto se llama disciplina de partido. Otro ejemplo es el Real Decreto Ley de detracción de emisiones, cuyo trámite causa sonrojo y plantea la exposición de nuestros representantes en cuestiones tan complejas.

Por ello, es el momento, de dos cuestiones: en primer lugar, de hacer análisis del resultado de la política energética de estos cuatro años (y especialmente de este ultimo que podemos calificar de ominoso, con el fuerte deterioro de la confianza sectorial), del acrecentamiento del déficit tarifario, de la reducción del mercado liberalizado y laas agresiones al funcionamiento del mercado, y, en segundo lugar, de pedir transparencia de lo que cada programa establece a futuro. Y así, por ejemplo, conocer los resultados y propuestas de esa Prospectiva 2030 de la energía tan celosamente guardada para que no incordie en el debate electoral. Por ejemplo, también sería razonable conocer también el papel de la Oficina Económica del Gobierno en todo esto para la próxima legislatura y del actual Vicepresidente y Ministero de Economía (Solbes, mantra reclamado para el mitin del próximo domingo en Vistalegre, pero solo ante el peligro de los trajines que organiza el ‘ala oeste de la Moncloa’ en el ámbito empresarial). Todo ello con la carencia trágica de una política estratégica de futuro.

Del mismo modo, habría que pedir al Partido Popular explicaciones de su participación en la operación de asedio al mercado eléctrico que el mismo propugnó) aprobando la Ley 17/2007 o su posición tibia en el Real Decreto Ley de Detracción de Emisiones , de que va a hacer con las tarifas (si va seguir sosteniendo que no crezcan y no reconozcan los costes de generación) y si va a permitir, en consecuencia, que los españoles sigan embalsando intereses y deudas energéticas para el futuro.

Y todo eso es ahora, no el 10 de marzo.

¿Hay alguien que quiera vender Iberdrola?

Las perspectivas de que la compra de Endesa por parte de Enel y Acciona se repita ahora con Iberdrola no parecen bienvenidas desde ningún ángulo. Todas las manifestaciones de opinión que se han hecho públicas hasta el momento defienden el statu quo de Iberdrola de una forma o de otra. Bien se trate de evitar un troceamiento de la compañía, que es uno de los escenarios a temer, bien se trate de dejar que la eléctrica vasca, española, caiga en manos extranjeras. O peor, en manos de un gobierno extranjero. Un Gobierno, dicho sea de paso, que apuesta firmemente por la energía nuclear.

Todas las opiniones salvo la del Gobierno de España, que ni se ha mostrado a favor ni en contra (igual que hizo cuando paró los pies a E.On para abrir la puerta a Enel). No en vano, quizás, habló el presidente de Electricité de France, Pierre Gadonneix, al afirmar que «no se lanzaría a la adquisición de Iberdrola si no obtuviera luz verde del Gobierno español». Conviene no olvidar esta afirmación en caso de que la operación salga adelante.

Algo que contrasta con la versión oficial de los representantes del Ejecutivo sólo han dejado patente que actuarán, si es necesario, para defender la libertad de mercado y a los accionistas. La única nota discordante, la de Pedro Solbes -discordancia que ya se ha convertido en habitual-, al señalar, este lunes, que le parecía contradictorio «que una empresa pública como EDF entre en un sector privatizado», antes de recordar que a España le costó mucho esfuerzo privatizar determinados sectores.

Iberdrola es el último gran estandarte energético que le queda a España y, además, una de las compañías que mejor nombre se está haciendo en el extranjero a base de apostar por la energía renovable que más éxito está teniendo: la eólica. La filial de renovables de Iberdrola cuenta con una cartera de proyectos de más de 40.000 MW, y ya tiene instalados más de 7.000 en todo el mundo.

Puede que esa creación de valor de Iberdrola no tenga nada que ver con la defensa que de su «españolidad» y de su integridad se está haciendo estos días públicamente y a diestro y siniestro. El último en romper una lanza ha sido el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien ayer se mostró contrario a que EDF entre en Iberdrola, explicando por si acaso que su posición no significa una «renacionalización» de las empresas públicas que fueron privatizadas.

Juan Luis Arregui -vicepresidente de Iberdrola- también se ha pronunciado en contra de una posible división de Iberdrola, algo que podría ocurrir en el caso de que ACS y EDF conspiren para hacerse con el gigante eléctrico.

Pero igualmente se han manifestado Mariano Rajoy, el secretario general del Partido Popular, líder de la oposición y candidato a próximo presidente del Gobierno, al estar «radicalmente en contra de que una empresa modelo como es Iberdrola y que tiene accionistas españoles» pase a manos extranjeras; el gobierno extremeño, que cree «fundamental» que Iberdrola siga en manos españolas (la eléctrica tiene una importante presencia en territorio extremeño), y señala que el planteamiento de Iberdrola está basado en el capitalismo productivo y no en el capitalismo especulativo; y la BBK, que rechaza que Iberdrola se trocee y sea controlada por una empresa pública extranjera.

¿Tiene alguien razón? Desde luego, hay quien tiene razones para desear hacerse con Iberdrola, y hay quien las tiene para no querer que Iberdrola se vaya de manos españolas. Lo cierto es que, por el momento, solamente las voces de los propios implicados -nos referimos a ACS y EDF- muestran interés en llevar a cabo tal operación. Florentino se quedó con las ganas la última vez, y no dejará pasar la oportunidad fácilmente. En cuanto al Gobierno español, calla, pero existe un refrán que dice que, quien calla, otorga.

Todos los demás dicen que no.

La OPA es la continuación de la política por otros medios

Clausewitz, estratega militar, decía que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Frase acuñada que en su momento no incluía un componente cínico en su comulación. El prusiano pensaba que la guerra era un acto político que incluía dentro de sus características componentes semejantes a las controversias. Hemos de tener en cuenta todos los atavismos que encerraba tanto la política como la guerra en los siglos XVIII y XIX para entender el fenómeno bélico de esta manera. En el fenómeno bélico cuenta tanto el odio, la violencia, como el azar y las probabilidades. Su definición de la guerra es: «Constituye un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad». Como en las OPAS, como sucedió con el caso de Endesa y como parece que se aventura la operación iniciada para cambiar la actual propiedad de Iberdrola.

Para Clausewitz la guerra incorporaba tanto enemistad, violencia, talento, estrategia, azar y probabilidad. Por ello debía involucrar también al pueblo, al gobierno y a los ejércitos. Las pasiones que deben prender en la guerra tienen que existir ya en los pueblos afectados por ella; el alcance que lograrán el juego del talento y del valor en el dominio de las probabilidades del azar dependerá del carácter del comandante en jefe y del ejército; los objetivos políticos, sin embargo, incumbirán solamente al gobierno.»

Si hacemos el símil con la operación ACS-EDF para hacerse con el control de Iberdrola, parece que nada de esta concepción es ajeno, sólo cambiamos el escenario bélico por el escenario de los mercados financieros. El tablero político no es que esté al margen, es que está muy involucrado. Por eso se producen esos efectos pardójicos. Gobierno español que dice que no tiene propuestas concretas (¿Sarkozy le diría a Zapatero en la Cumbre, “alguien de los nuestros tiene interés en alguna de las empresas de tu país?”) Rajoy, por su parte, se muestra en contra de que Iberdrola vaya a parar a manos francesas. Por otra pare, Solbes se muestra contrario a que se desgüace (una operación que hoy explica de forma muy completa El Confidencial).

El gobierno español se ha encargado de lo primero que hay que hacer en una estrategia militar, que consiste en los efectos logíticos y de aprovisionamiento: diezmar a las empresas eléctricas con respecto a sus homólogas europeas. En primer lugar, porque en el sector eléctrico ha ocurrido algo que no ha pasado en otros sectores económicos de nuestro país: una desconfianza ejercida hacia las empresas, que ha contribuido a que sea un objetivo disminuir su cuota de mercado, cebándose con ellas. De esta manera, no pueden utilizar la interconexión para importar energía, se les ha aplicado un modelo de subastas de energía primaria que no se conoce cual es su objetivo de mercado y además se han detraído los derechos de emisión, cosa que no ha ocurrido en Europa.

Todo ello con unas tarifas intervenidas, que no reconocen los costes reales y con el precio de la energía por debajo de los precios en Europa, pero con la sospecha permanente ejercida desde el poder sobre las eléctricas, por el mero hecho de que el kilowatio se ha convertido en un caballo de batalla político. El objetivo o el resultado es que las dos grandes eléctricas dejen de serlo. De hecho, las dos grandes eléctricas, han perdido más de 30 puntos de participación en el mercado eléctrico desde 1997, momento en que se liberaliza el mercado, (del 76% al 48% sumadas). Fruto de una simplificación conceptual, la Administración española y en especial esta, no ha diferenciado entre el poder de mercado de las empresas y la utilización de poder de mercado (es decir si fijan precios mediante acuerdos entre ellas), máxime cuando los precios en el mercado español se forman en un proceso de mercado con fuerte competencia y de forma muy transparente. Una forma de repartir estopa a diestro y siniestro.

En paralelo, las empresas extranjeras que se están mostrando interesadas por adquirir las compañías españolas, siguen perteneciendo mayoritariamente a sus respectivos Estados, tienen un poder de mercado mucho mayor, y además, la situación tarifaria de estos países y los ingresos son muy diferentes, con un proteccionismo estatal reconocido sin pudor, incluso por como ejercen la diplomacia exterior económica ni rubor. Por su parte, la Comisión Europea mira para otro sitio, capaz de cuestionar las condiciones de la CNE a la operación Enel-Acciona (que, en lo fundamental, eran trasladar un esquema ‘a la belga’ con el poder de control del gobierno italiano y que se eliminarían por simple extinción de estas prerrogativas estatales). Por tanto, no se trata de ejercer patriotismo económico o de una lucha contra el liberalismo de los mercados. Se trata justamente de lo contrario, es decir de no hacer antipatriotismo económico, de fomentar el antiliberalismo, los monopolios o el intervencionismo por esta vía, de que exista competencia en igualdad de condiciones y de preguntarse si realmente las empresas españolas (castigadas por una regulación incierta, sin objetivos de mercado y con resultados de la misma más que cuestionables) y la energía española es comprada por las empresas extranjeras o por los propios Estados. En ese caso, el gobierno español, no ha entendido donde está la guerra y dónde está perdiéndola.

Sigamos con las incursiones prebélicas en la que nos encontramos hoy. Sánchez Galán, fija un precio de 20 euros por acción para Iberdrola, al modo en que el guión se viene repitiendo con respecto a una operación que tuvo bastante de requiebros, como fue la de Enel Acciona y que también acabó doblando el precio de la acción. Aviso a navegantes. Ha comenzado la guerra de guerrillas de los intermediarios financieros y los operadores. Hay una diferencia, el papel tan inicial y tan incipiente que ya han tomado las Comunidades Autónomas, incluida las socialistas que se muestran en contra de esta operación. Eso, sin que el Gobierno Vasco o el PNV (que incluso podría jugar un papel mucho mayor en la próxima legislatura) se hayan manifestado hasta el momento.

La OPA, esta operación en ciernes, es por tanto la continuación de la política por otros medios. La guerra ha comenzado.

El Kremlin decide quién dirigirá el gigante energético tras las elecciones

El Kremlin reveló que podría colocar al actual jefe del Gobierno, Víctor Zubkov, al frente del gigante energético Gazprom en sustitución de Dmitri Medvédev, candidato del oficialismo en las elecciones presidenciales rusas del 2 de marzo.

Un alto representante del Gobierno anunció a las agencias rusas de que Zubkov puede ocupar el cargo de presidente del Consejo de Directores de Gazprom, que ahora desempeña el viceprimer ministro primero Medvédev, delfín del actual presidente Vladímir Putin.

De confirmarse la noticia, el Kremlin completaría así los cambios en puestos clave llamados a garantizar al equipo actual el control del poder y la política rusa tras las elecciones, pues Putin ya ha aceptado encabezar el futuro Gobierno de Medvédev si éste gana los comicios, algo que nadie cuestiona. De esta forma, mediante tal «doble enroque» Medvédev ocuparía el puesto de Putin, éste el de Zubkov, y éste último el del actual viceprimer ministro al frente de la directiva de Gazprom, convertido en los últimos años en un instrumento clave de la política rusa.

Gazprom, la mayor compañía gasística del mundo, es monopolista de la distribución de gas en Rusia, satisface más del 30 por ciento de las necesidades de carburante en Europa, tiene una capitalización de 330.000 millones de dólares y aporta el 13 por ciento de los ingresos a las arcas del Estado.

Con anterioridad, fuentes oficiosas habían adelantado la posibilidad de que la directiva de Gazprom la ocupara el propio primer ministro Putin, pues la legislación prohíbe tal compaginación de cargos al presidente ruso, pero la permite al jefe del Gobierno. A la luz de ello, la versión revelada «demuestra que la decisión final aún no está tomada y que el círculo de personas de confianza es muy reducido», según el diario digital Newsru.com.

El propio Putin, al ser preguntado por la prensa en 2006 si encabezaría Gazprom tras abandonar el Kremlin, respondió que «difícilmente podría dirigir alguna empresa». «Por mi carácter y por mi experiencia de vida, no me siento empresario», dijo entonces el número uno del Kremlin, lo que no significa que no podría cambiar de decisión.

Al vencer el plazo para presentar candidaturas al Consejo de Directores del consorcio, el Gobierno informó de que ha promovido como representantes del Estado a Zubkov, al actual presidente de Gazprom, Alexéi Miller, y a la ministra de Desarrollo Económico y Comercio, Elvira Nabiúllina. La reunión anual de los accionistas de Gazprom en la que debe ser aprobado el Consejo y elegido su presidente tendrá lugar el 27 de junio, ya después de las elecciones de marzo y de la investidura del nuevo presidente, que se espera en mayo.

Medvédev, amigo y colaborador de Putin desde hace 17 años y ex jefe de su gabinete de la Presidencia, encabezó Gazprom en junio de 2000, cuando su capitalización era de apenas 6.350 millones de dólares y su indicador en la bolsa rusa de solo 187,4 puntos. Desde entonces, su indicador bursátil subió más de diez veces, y la capitalización, en casi 50 veces, gracias a la disparada demanda de hidrocarburos en el mundo, que multiplicó por cinco el precio del carburante en Europa, y a la reestructuración interna del consorcio.

Con apoyo del Kremlin, ese gigante de la extracción, transporte y venta de carburante ha lanzado en los últimos años una política agresiva para acceder a la distribución en Europa, si bien de paso ha asustado al mundo con sus «guerras del gas» contra las vecinas Ucrania y Bielorrusia, que afectaron a los consumidores europeos.

Gazprom, con un 50,002 por ciento de participación estatal, controla las mayores reservas mundiales de gas natural (17% de las mundiales y 60% de las rusas), estimadas en 29,85 billones de metros cúbicos y valoradas en 182.500 millones de dólares, según la agencia RIA Nóvosti. Al consorcio le corresponde un 20% de la extracción mundial de gas y un 85% de la rusa, y en 2006 sus empresas extrajeron 556.000 millones de metros cúbicos de carburante, mil millones más que el año anterior.

Además, Gazprom es propietario de la mayor red mundial de transporte de gas, con 156.900 kilómetros de gasoductos, a través de los cuales sus empresas en 2006 suministraron 316.300 millones de metros cúbicos de gas a 79.750 ciudades y localidades de Rusia.

La compañía exporta gas a 32 países, y en 2006 suplió 161.500 millones de metros cúbicos de carburante a los estados europeos y otros 101.000 millones a los países de la comunidad pos-soviética más los tres bálticos, Lituania, Letonia y Estonia.

Paranoia en el cenáculo

Los escarceos de la operación de adquisición por parte de EDF y ACS de Iberdrola no han podido venir en peor momento: la precampaña electoral, con su efecto caja de resonancia, lo que implica que se hayan puesto los anclajes para acallar su efecto. Todo son llamadas y admoniciones a moderar el discurso y a controlar una bomba informativa que estalla torpemente en un momento inoportuno.

Por tanto, los primeros efectos que se pueden apreciar desde una cierta distancia del trading informativo diario, estriba en los nervios de los protagonistas, que participan en una montaña rusa informativa, si no fuera, porque tienen la convicción de que los españoles piensan que los gobiernos están para eso, para intervenir en las empresas y en los mercados. ¿Será por eso la asombrosa reaccion silente del Partido Popular y de Manuel Pizarro, ese hombre ‘llanote’ llegado para decir la verdad y hablar claro en lo económico?

Desde el miércoles están siendo unos días muy raros con este motivo. Días de vértigo en los teléfonos móviles y en los medios de comunicación. Que el gobierno sea intervencionista con las empresas y los sectores económicos parece que es claro, está asumido, forma parte de una cultura latina de ocupación de la sociedad civil y está en línea con la actuación de los últimos gobiernos. Ahora, que esto se certifique a unos días de las elecciones parece bochornoso a todas luces, y puede ser un ‘boomerang’ de consecuencias impredecibles, si hubiese una oposición eficaz ‘a lo británico’. Zapatero, podría ser el presidente que pasará a la historia como el mandato en que con su colaboración, ha cambiado la propiedad de las empresas eléctricas españolas, de forma que se haya erosionado la capacidad de las empresas, a la vez, que hemos acabado mal en Bruselas. Todo por pensarse muy poco lo que supone poner el cartel de ‘Se Vende’.

Ha saltado por los aires un proceso que tiene mucho de conspirativo y eso siempre genera que todo se desarrolle con mucha fruición. Por ejemplo, en estos dos últimos días, han proliferado los Ministros y Secretarios de Estado (desde Joan Clos que mira que tiene mala suerte con las OPAS y las intervenciones en la prensa, hasta David Vegara) dando evasivas y desmentidos, cada vez más increíbles, en la medida que la propia realidad los iba traicionando sin pudor. Así, Gobierno de Francia certifica el conocimiento de La Moncloa en la operación EDF y ACS para el control de Iberdrola. Solbes otra vez al margen. Todo confirma varias cosas y ninguna positiva para el gobierno y la credibilidad política y neutralidad en lo económico y empresarial. Los ciudadanos se merecen un gobierno que no mienta, que no oculte, o al menos que no enrede, o por favor, tengan un mínimo, un gobierno que se coordine. Se merecen también una oposición que no calle en un asunto como éste y que prefiera seguir rodeada de sotanas.

En paralelo, Sarkozy (Nicolás I como también le llaman) le hace el ‘avión’ a Zapatero. En un día. En primer lugar, le frustra la estrategia de decir que el gobierno es neutral, le coloca a EDF, una especie de resarcimiento por las dificultades que tuvo la francesa con Rodrigo Rato su primera intentona en España, en un lejano puente temporal para sabotear la revuelta del 2 de mayo de 1808. Después, Sarko, que saborea las mieles del éxito y la fama, integra la política española en su decorado. Primero con Zapatero, sus acuerdos con las línea de MAT y , después, con sus promiscuidades contra la línea de MAT. Después va y avala a Mariano Rajoy. La refriega electoral de fondo hace estas cosas poco entendibles y precipita el vértigo nuevamente.

En otro corto espacio de tiempo Zapatero tampoco está presente en la reunión de los Big-4 y llegan nuevas (y malas) noticias económicas con el trasfondo electoral, para un gobierno que vive del piloto automático. El IPC continúa desbocado El 4,4 %.

Seguimos con los comportamientos paradójicos de estos dos días. La Comisión Europea abre expediente de infracción a España por las condiciones de la OPA de Enel y Acciona sobre Endesa. ¿Cómo puede ser, si todo se hizo conforme a lo que se acordó con la Oficina? Si la operación está cerrada y liquidada. Más vértigo.

Taguas, actual responsable del cenáculo, la Oficina, con esa capacidad de emitir ordenes (su voz le acompaña) participa activamente en este proceso y ordena tranquilidad. Los cenáculos en los que se cuecen todos estos asuntos están con los nervios a flor de piel y piden mucha más discreción, para que todo siga su curso. Pero un cenáculo es siempre un cenáculo y todas las operaciones que pasan por la Moncloa, pasan de ser clandestinas a oficiales, por la vía de los hechos relevantes, en muy poco tiempo. Un país acostumbrado a la intervención pública en las empresas, a tolerar la mano política, es capaz de sacrificar la economía productiva y a los accionistas por los designios políticos. Por eso, es un país de cenáculos.

Mientras, inexorablemente, los operadores financieros en el mercado compran acciones de Iberdrola en el mercado y las ‘aparcan’, procedimiento muy al uso para secar de liquidez un valor y atacarle a posteriori mediante una OPA definitiva y certera en la que habiendo comprado barato, el recorrido de precios del papel restante puede ser mayor. Dicen que ya tienen el 7%. ¿Se preparan para el asalto final para después del 9 de marzo?

Resumen: pasan muchas cosas en poco tiempo. Se confirma por la ‘diplomacia francesa’ que el gobierno está informado, mientras en las tribunas se disimula o dice lo contrario. Tiempos de paranoia.

La OPEP aboga por mantener la oferta ante la incertidumbre económica

La gran mayoría de los ministros de la OPEP abogaron por no modificar el nivel actual de su oferta conjunta de crudo en la reunión extraordinaria que celebra en Viena, ante la incertidumbre sobre una posible recesión de la economía.

La 146 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la primera de 2008, está marcada por la preocupación de que Estados Unidos entre en recesión y arrastre a la desaceleración económica al resto del mundo, lo que llevaría a un freno de la demanda petrolera.

La cuota actual de producción de crudo, de doce de los trece miembros del grupo (todos menos Irak), es de 29,67 millones de barriles diarios (mbd), y los mercados petroleros «esperan que la OPEP decida mantenerla sin cambios», dijo Ehsan Ul-Haq, analista de la consultora especializada PVM.

En Londres y Nueva York, los precios del «oro negro» se vendían en torno a los 90 dólares por barril, debido a un temor generalizado de que la demanda petrolera se retraiga con fuerza, explicó el experto.

«Tenemos que ser muy cautelosos con el tema de la economía y la desaceleración, sus posibles efectos, de manera tal que nosotros creemos que deben mantenerse los mismos niveles de producción», dijo el ministro venezolano de Petróleo, Rafael Ramírez.

Ramírez atribuyó a una alta actividad especulativa en los mercados de futuros la subida del precio del crudo, así como a los problemas geopolíticos, y de forma similar, su homólogo ecuatoriano, Galo Chiriboga, dijo que «al mercado no hay que alimentarlo con información que lo altere y que genere situaciones especulativas». «Desde ese punto de vista, creemos que el nivel de abastecimiento que la OPEP da al mercado es adecuado», señaló Chiriboga.

Estas posturas de los dos miembros latinoamericanos de la OPEP coincidían con las expresadas por la mayoría de los demás delegados, con lo cual a última hora se divisaba lo que parecía un consenso, aunque algunos delegados, como Ali I. Naimi, ministro de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, no se habían pronunciado. Sin embargo, y a pesar de los rumores de que Riad podría inclinarse a ceder a las presiones de los consumidores para aumentar los suministros con el fin de contribuir a abaratar el petróleo y aliviar así las presiones inflacionistas, Naimi dijo a la prensa que «los fundamentos del mercado están saludables».

Esa declaración daría pie a pensar que también los saudíes estiman que el mercado no requiere más crudo y que si finalmente pidieran un aumento de la producción, sería sólo un gesto hacia los consumidores para evitar que culpen a la OPEP de los altos precios.

Estados Unidos y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) han estado presionando a los productores para que abran sus espitas. Algunos observadores aseguran que, de todos modos, Arabia Saudí ya ha reaccionado a esas presiones y está bombeando más de 9,2 mbd, es decir, unos 300.000 bd por encima del límite fijado.

Así las cosas, el presidente de turno de la OPEP y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, recordó esta mañana que «hay países más sensibles (que otros) a las presiones políticas», pero estimó que un aumento de la producción no ayudaría en estos momentos a impulsar la economía mundial. «No hay necesidad de más petróleo», sentenció Jelil.

Por otro lado, varios analistas y fuentes de la OPEP estimaban que, muy al contrario, en el seno de la organización se estaba hablando ya de la necesidad de preparar no un incremento, sino un recorte de la oferta, que podría ser pactado en la reunión convocada para el 5 de marzo. «A pesar de que los precios están en 90 dólares, todos tienen miedo de que la demanda se reduzca fuertemente», dijo Ul-Haq.

Venezuela pedirá una reducción de la oferta de la OPEP si se produce «una desaceleración de la demanda y una caída del precio del petróleo», que prolongaría el descenso registrado desde principios de año (después de que se rompiera por primera vez la barrera de los 100 dólares el 3 de enero), dijo Ramírez. «Nadie decreta las recesiones, se producen. De repente estamos en ella ya. Hay que evaluar su efecto en la demanda», advirtió el ministro venezolano en sus declaraciones a la prensa.

El proyecto de Florentino para crear una gran eléctrica

El presidente de ACS, Florentino Pérez, nunca ha abandonado su idea de crear un gran grupo energético en España a partir de Unión Fenosa, un proyecto en el que, una vez fuera de juego Endesa y considerando el peso del negocio gasista en la eléctrica gallega, sólo encaja Iberdrola.

ACS mostró pronto sus cartas y en septiembre de 2006 reveló que había comprado un porcentaje de Iberdrola, con intención de elevarlo en el futuro. Dos meses después, logró el permiso de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para alcanzar hasta un 24,9 por ciento (ahora posee el 7,7 de forma directa y un 5 por ciento adicional mediante derivados). Sin embargo, estos planes han tropezado con la oposición de Iberdrola, protagonizada por su presidente, Ignacio Sánchez Galán, quien ha preferido convertirse en un actor principal del mercado energético europeo, ganando tamaño.

Además, la eléctrica se ha abstenido de proponer cualquier movimiento hasta recibir señales claras de que la normativa española sobre competencia no convertirá la futura compañía en una empresa del mismo tamaño (el famoso «uno más uno no puede sumar uno» de Sánchez Galán).

Pese a las dificultades, Florentino Pérez no ha cejado en su empeño, y en este sentido, hay que entender los movimientos del grupo público francés EDF para tomar posiciones en el accionariado de Iberdrola, según el entorno del empresario.

Las respuestas que han dado ACS y el gigante francés sobre sus intenciones en Iberdrola han sido lo suficientemente parciales como para dejar entrever que podría estar gestándose una operación, una nueva vía que permita a ACS conformar un gran grupo energético, lo que alienta todo tipo de especulaciones.

Según el Financial Times, EDF y la constructora española han mantenido conversaciones preliminares para hacerse con Iberdrola y, una vez tomado el control, dividirla. La francesa se quedaría con Scottish Power y activos suficientes como para alcanzar entre el 5 y el 10 por ciento de cuota del mercado español, mientras que ACS incorporaría a Unión Fenosa la parte que le correspondiera.

Otra posibilidad que apuntan fuentes del mercado, sería que accionistas contrarios a la actual dirección de Iberdrola tomen posiciones y, a medio plazo (léase después de las elecciones del 9-M), presentar una oferta. La pugna entre accionistas afines y contrarios a Sánchez Galán es un elemento que puede ser clave para el éxito o fracaso de una eventual operación.

En un informe, el banco Fortis señala que el equipo gestor de Iberdrola «complicaría de modo importante» una opa si consiguiera la adhesión de un 34 por ciento de su capital, por las limitaciones de voto estatutarias.

Fortis opina que la eléctrica tiene en contra a ACS, el banco francés Natixis, Albert Frere y el Santander, mientras que las cajas de ahorro y otros empresarios individuales, que suman un 27 por ciento del capital, estarían a favor.

Por último, otras fuentes optan por explicar los recientes acontecimientos siguiendo el principio formulado por Guillermo de Ockham en el siglo XIV que estipula que en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta.

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, celebraron recientemente una cumbre en la que la energía tuvo un papel destacado. La delegación francesa mostró su interés por entrar en el mercado español y no se encontraron con una negativa tajante. Las palabras del portavoz del Gobierno francés, David Martinon, parecen corroborar esta última explicación, ya que éste aseguró que el Ejecutivo español «está informado del interés» de EDF, pero añadió que cualquier inversión «debe hacerse con el acuerdo de las autoridades españolas».