Fuertes subida del petróleo por la tensión en Ecuador y los buenos datos económicos

Por primera vez desde comienzos de agosto, el crudo superó la cota de los 80 dólares por barril en sus principales marcas de referencia, el Brent europeo y el WTI estadounidense.

El precio del Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cerró al semana a 81,58 dólares por barril, un 6,6 por ciento más que el viernes.

El Brent cotizó a cierre semanal a 83,75 dólares por barril, también un 6 por ciento más, mientras que el crudo de la OPEP se vendía el jueves, su último día de cotización oficial, a 77,48 dólares por barril, un 3,3 por ciento más que el lunes.

El WTI se encareció el viernes coincidiendo con los datos más recientes del Departamento de Comercio de EEUU, según los cuales ingresos personales en este país subieron un 0,5 por ciento en agosto.

A eso se sumó el incremento de la producción manufacturera de China y la publicación del nuevo índice de confianza de consumidores estadounidenses en la evolución de la economía y de su situación financiera, que bajó en septiembre hasta los 68,2 puntos, aunque se situó 1,6 puntos por encima de los pronósticos.

Ese mix de datos hizo aumentar la confianza de los operadores en que la recuperación de la demanda energética de los mayores consumidores de energía del mundo se encuentra más cerca de lo esperado.

Además, los mercados se beneficiaron de los datos difundidos recientemente sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU, que creció un 1,7 por ciento entre abril y junio, dos puntos menos que en el primer trimestre, pero una décima más de lo que se había calculado inicialmente.

Otro factor, que según la consultora vienesa JBC Energy, empujo los precios al alza, fue la más reciente inestabilidad política en Ecuador, el más pequeño de los doce miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Una revuelta de policías causó gran incertidumbre en Ecuador el jueves, sobre todo durante las largas de horas en las que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, estuvo retenido en una clínica de Quito, después de ser agredido por los agentes.

Al final, el ejército ecuatoriano liberó al presidente en una batalla en Quito que causó ocho muertos y cientos de heridos, tanto entre uniformados como civiles.

Por otra parte, el dólar estadounidense, la principal moneda con la que se negocia el crudo, siguió su senda a la baja frente al euro al bajar hasta 1,36 unidades por euro, su nivel más bajo en meses.

Apenas una repercusión para el mercado del petróleo tuvo la jornada de huelgas y protestas en Europa el miércoles, ya que ese mismo día los precios siguieron subiendo en torno al 2 por ciento.

Eso sí, los analistas de JBV Energy destacaron que las huelgas «hicieron poco para respaldar la confianza en una pronta recuperación económica en la zona euro».

Fuertes subida del petróleo por la tensión en Ecuador y los buenos datos económicos

Por primera vez desde comienzos de agosto, el crudo superó la cota de los 80 dólares por barril en sus principales marcas de referencia, el Brent europeo y el WTI estadounidense.

El precio del Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cerró al semana a 81,58 dólares por barril, un 6,6 por ciento más que el viernes.

El Brent cotizó a cierre semanal a 83,75 dólares por barril, también un 6 por ciento más, mientras que el crudo de la OPEP se vendía el jueves, su último día de cotización oficial, a 77,48 dólares por barril, un 3,3 por ciento más que el lunes.

El WTI se encareció el viernes coincidiendo con los datos más recientes del Departamento de Comercio de EEUU, según los cuales ingresos personales en este país subieron un 0,5 por ciento en agosto.

A eso se sumó el incremento de la producción manufacturera de China y la publicación del nuevo índice de confianza de consumidores estadounidenses en la evolución de la economía y de su situación financiera, que bajó en septiembre hasta los 68,2 puntos, aunque se situó 1,6 puntos por encima de los pronósticos.

Ese mix de datos hizo aumentar la confianza de los operadores en que la recuperación de la demanda energética de los mayores consumidores de energía del mundo se encuentra más cerca de lo esperado.

Además, los mercados se beneficiaron de los datos difundidos recientemente sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU, que creció un 1,7 por ciento entre abril y junio, dos puntos menos que en el primer trimestre, pero una décima más de lo que se había calculado inicialmente.

Otro factor, que según la consultora vienesa JBC Energy, empujo los precios al alza, fue la más reciente inestabilidad política en Ecuador, el más pequeño de los doce miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Una revuelta de policías causó gran incertidumbre en Ecuador el jueves, sobre todo durante las largas de horas en las que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, estuvo retenido en una clínica de Quito, después de ser agredido por los agentes.

Al final, el ejército ecuatoriano liberó al presidente en una batalla en Quito que causó ocho muertos y cientos de heridos, tanto entre uniformados como civiles.

Por otra parte, el dólar estadounidense, la principal moneda con la que se negocia el crudo, siguió su senda a la baja frente al euro al bajar hasta 1,36 unidades por euro, su nivel más bajo en meses.

Apenas una repercusión para el mercado del petróleo tuvo la jornada de huelgas y protestas en Europa el miércoles, ya que ese mismo día los precios siguieron subiendo en torno al 2 por ciento.

Eso sí, los analistas de JBV Energy destacaron que las huelgas «hicieron poco para respaldar la confianza en una pronta recuperación económica en la zona euro».

Fuertes subida del petróleo por la tensión en Ecuador y los buenos datos económicos

Por primera vez desde comienzos de agosto, el crudo superó la cota de los 80 dólares por barril en sus principales marcas de referencia, el Brent europeo y el WTI estadounidense.

El precio del Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cerró al semana a 81,58 dólares por barril, un 6,6 por ciento más que el viernes.

El Brent cotizó a cierre semanal a 83,75 dólares por barril, también un 6 por ciento más, mientras que el crudo de la OPEP se vendía el jueves, su último día de cotización oficial, a 77,48 dólares por barril, un 3,3 por ciento más que el lunes.

El WTI se encareció el viernes coincidiendo con los datos más recientes del Departamento de Comercio de EEUU, según los cuales ingresos personales en este país subieron un 0,5 por ciento en agosto.

A eso se sumó el incremento de la producción manufacturera de China y la publicación del nuevo índice de confianza de consumidores estadounidenses en la evolución de la economía y de su situación financiera, que bajó en septiembre hasta los 68,2 puntos, aunque se situó 1,6 puntos por encima de los pronósticos.

Ese mix de datos hizo aumentar la confianza de los operadores en que la recuperación de la demanda energética de los mayores consumidores de energía del mundo se encuentra más cerca de lo esperado.

Además, los mercados se beneficiaron de los datos difundidos recientemente sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU, que creció un 1,7 por ciento entre abril y junio, dos puntos menos que en el primer trimestre, pero una décima más de lo que se había calculado inicialmente.

Otro factor, que según la consultora vienesa JBC Energy, empujo los precios al alza, fue la más reciente inestabilidad política en Ecuador, el más pequeño de los doce miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Una revuelta de policías causó gran incertidumbre en Ecuador el jueves, sobre todo durante las largas de horas en las que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, estuvo retenido en una clínica de Quito, después de ser agredido por los agentes.

Al final, el ejército ecuatoriano liberó al presidente en una batalla en Quito que causó ocho muertos y cientos de heridos, tanto entre uniformados como civiles.

Por otra parte, el dólar estadounidense, la principal moneda con la que se negocia el crudo, siguió su senda a la baja frente al euro al bajar hasta 1,36 unidades por euro, su nivel más bajo en meses.

Apenas una repercusión para el mercado del petróleo tuvo la jornada de huelgas y protestas en Europa el miércoles, ya que ese mismo día los precios siguieron subiendo en torno al 2 por ciento.

Eso sí, los analistas de JBV Energy destacaron que las huelgas «hicieron poco para respaldar la confianza en una pronta recuperación económica en la zona euro».

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

El petróleo se encarece a pesar de las dudas sobre la recuperación de la economía

Así, el Texas cerró la semana de cotizaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York con un precio de 76,49 dólares por barril, un 3,8% más que hace siete días.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el petróleo del mar del Norte, Brent, se encareció un 0,8% respecto al viernes anterior y cotizó a 78,87 dólares/barril.

La semana comenzó con los mercados pendientes de la reunión que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) prevista para el martes y de la posibilidad de que de ella salieran nuevas medidas para atajar la desaceleración en el crecimiento de la primera economía mundial.

Así, tanto el crudo Brent europeo como el Texas estadounidense evolucionaron al alza el lunes gracias al ambiente de optimismo en las Bolsas y la depreciación del dólar frente al euro, lo que siempre anima la compra de materias primas que, como el petróleo, se negocian en la divisa estadounidense.

Esa confianza de los mercados revirtió el martes tras decidir la Fed mantener sin cambios los tipos de interés. Además, el banco central estadounidense expresó su preocupación sobre una posible deflación en el país, añadiendo así más temores sobre la recuperación economía del planeta y del consumo de crudo.

Tanto el Brent como el Texas reaccionaron con pérdidas del 1,13 y del 1,79% respectivamente, una tendencia que continuó el miércoles por la llegada de malas noticias sobre el aumento de las reservas de petróleo en Estados Unidos.

Ese día, el Departamento de Energía de EEUU informó de que la semana pasada los inventarios crecieron en un millón de barriles y quedaron en 358,3 millones de barriles.

Ese dato significa que las reservas de crudo son superiores a la media para esta época del año y son un 6,8% mayores que las de hace un año, algo que indica que el consumo de esta materia prima no acaba de recuperarse en la mayor economía del planeta.

Los dos últimos días de la semana, varios indicadores económicos contradictorios marcaron el precio del crudo que, pese a la incertidumbre sobre el rumbo económico, evolucionó al alza.

Por un lado, el jueves se supo que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos aumentó en 12.000 y se ubicó en 465.000 la semana pasada. Pese a ese nuevo revés, el petróleo se encareció empujado por la mejora en la venta de viviendas en EEUU en agosto y, sobre todo, por el mensaje tranquilizador de Barack Obama.

«Hemos reformado nuestro sistema financiero global, empezando por Wall Street, para que una crisis como ésta no se vuelva a repetir», declaró», afirmó el mandatario estadounidense ante la Asamblea de Naciones Unidas.

El inquilino de la Casa Blanca llegó a asegurar que la economía mundial se ha apartado «del borde del precipicio».

Al finalizar la semana, datos sobre el aumento de la adquisición de bienes de capital, como herramientas o maquinaria, enviaron una nueva señal positiva al mercado sobre la mejora de la actividad empresarial.

El petróleo se encarece a pesar de las dudas sobre la recuperación de la economía

Así, el Texas cerró la semana de cotizaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York con un precio de 76,49 dólares por barril, un 3,8% más que hace siete días.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el petróleo del mar del Norte, Brent, se encareció un 0,8% respecto al viernes anterior y cotizó a 78,87 dólares/barril.

La semana comenzó con los mercados pendientes de la reunión que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) prevista para el martes y de la posibilidad de que de ella salieran nuevas medidas para atajar la desaceleración en el crecimiento de la primera economía mundial.

Así, tanto el crudo Brent europeo como el Texas estadounidense evolucionaron al alza el lunes gracias al ambiente de optimismo en las Bolsas y la depreciación del dólar frente al euro, lo que siempre anima la compra de materias primas que, como el petróleo, se negocian en la divisa estadounidense.

Esa confianza de los mercados revirtió el martes tras decidir la Fed mantener sin cambios los tipos de interés. Además, el banco central estadounidense expresó su preocupación sobre una posible deflación en el país, añadiendo así más temores sobre la recuperación economía del planeta y del consumo de crudo.

Tanto el Brent como el Texas reaccionaron con pérdidas del 1,13 y del 1,79% respectivamente, una tendencia que continuó el miércoles por la llegada de malas noticias sobre el aumento de las reservas de petróleo en Estados Unidos.

Ese día, el Departamento de Energía de EEUU informó de que la semana pasada los inventarios crecieron en un millón de barriles y quedaron en 358,3 millones de barriles.

Ese dato significa que las reservas de crudo son superiores a la media para esta época del año y son un 6,8% mayores que las de hace un año, algo que indica que el consumo de esta materia prima no acaba de recuperarse en la mayor economía del planeta.

Los dos últimos días de la semana, varios indicadores económicos contradictorios marcaron el precio del crudo que, pese a la incertidumbre sobre el rumbo económico, evolucionó al alza.

Por un lado, el jueves se supo que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos aumentó en 12.000 y se ubicó en 465.000 la semana pasada. Pese a ese nuevo revés, el petróleo se encareció empujado por la mejora en la venta de viviendas en EEUU en agosto y, sobre todo, por el mensaje tranquilizador de Barack Obama.

«Hemos reformado nuestro sistema financiero global, empezando por Wall Street, para que una crisis como ésta no se vuelva a repetir», declaró», afirmó el mandatario estadounidense ante la Asamblea de Naciones Unidas.

El inquilino de la Casa Blanca llegó a asegurar que la economía mundial se ha apartado «del borde del precipicio».

Al finalizar la semana, datos sobre el aumento de la adquisición de bienes de capital, como herramientas o maquinaria, enviaron una nueva señal positiva al mercado sobre la mejora de la actividad empresarial.

El petróleo se encarece a pesar de las dudas sobre la recuperación de la economía

Así, el Texas cerró la semana de cotizaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York con un precio de 76,49 dólares por barril, un 3,8% más que hace siete días.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el petróleo del mar del Norte, Brent, se encareció un 0,8% respecto al viernes anterior y cotizó a 78,87 dólares/barril.

La semana comenzó con los mercados pendientes de la reunión que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) prevista para el martes y de la posibilidad de que de ella salieran nuevas medidas para atajar la desaceleración en el crecimiento de la primera economía mundial.

Así, tanto el crudo Brent europeo como el Texas estadounidense evolucionaron al alza el lunes gracias al ambiente de optimismo en las Bolsas y la depreciación del dólar frente al euro, lo que siempre anima la compra de materias primas que, como el petróleo, se negocian en la divisa estadounidense.

Esa confianza de los mercados revirtió el martes tras decidir la Fed mantener sin cambios los tipos de interés. Además, el banco central estadounidense expresó su preocupación sobre una posible deflación en el país, añadiendo así más temores sobre la recuperación economía del planeta y del consumo de crudo.

Tanto el Brent como el Texas reaccionaron con pérdidas del 1,13 y del 1,79% respectivamente, una tendencia que continuó el miércoles por la llegada de malas noticias sobre el aumento de las reservas de petróleo en Estados Unidos.

Ese día, el Departamento de Energía de EEUU informó de que la semana pasada los inventarios crecieron en un millón de barriles y quedaron en 358,3 millones de barriles.

Ese dato significa que las reservas de crudo son superiores a la media para esta época del año y son un 6,8% mayores que las de hace un año, algo que indica que el consumo de esta materia prima no acaba de recuperarse en la mayor economía del planeta.

Los dos últimos días de la semana, varios indicadores económicos contradictorios marcaron el precio del crudo que, pese a la incertidumbre sobre el rumbo económico, evolucionó al alza.

Por un lado, el jueves se supo que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos aumentó en 12.000 y se ubicó en 465.000 la semana pasada. Pese a ese nuevo revés, el petróleo se encareció empujado por la mejora en la venta de viviendas en EEUU en agosto y, sobre todo, por el mensaje tranquilizador de Barack Obama.

«Hemos reformado nuestro sistema financiero global, empezando por Wall Street, para que una crisis como ésta no se vuelva a repetir», declaró», afirmó el mandatario estadounidense ante la Asamblea de Naciones Unidas.

El inquilino de la Casa Blanca llegó a asegurar que la economía mundial se ha apartado «del borde del precipicio».

Al finalizar la semana, datos sobre el aumento de la adquisición de bienes de capital, como herramientas o maquinaria, enviaron una nueva señal positiva al mercado sobre la mejora de la actividad empresarial.

La incertidumbre económica lleva a la baja al crudo Texas

En Nueva York, el crudo de Texas, referente en EEUU, terminó el viernes en los 73,66 dólares, apuntándose una caída semanal del 3,64%.

Este tipo de crudo ha sido el más castigado esta semana, en el que ha descendido en cuatro de las cinco jornadas de cotización, con una caída acumulada de 2,79 dólares, la mayor desde mediados de agosto.

El Brent, en Londres, cerró también en negativo el viernes, en 78,21 dólares, pero en el conjunto de la semana ganó cinco centavos respecto al cierre de hace siete días. Por su parte, el crudo de la OPEP gana 83 centavos en las últimas cuatro jornadas y acabó la semana en 75,49.

La caída especialmente marcada del crudo de Texas, que difiere de la semana plana de las otras dos marcas de referencia internacional, se debe a la reapertura de un gran oleoducto que abastece EEUU con crudo canadiense, después de una semana de inactividad, según la consultora de energía JBC.

El cierre de esa infraestructura impulsó los precios, y su reapertura está semana hizo que el Texas perdiera rápidamente valor, presionado también por los malos datos sobre la salud de la primera economía del planeta, lo que afecta a la demanda de hidrocarburos.

La confianza de los consumidores de Estados Unidos en la economía de su país descendió en septiembre, hasta su nivel más bajo desde agosto de 2009, según datos de la Universidad de Michigan.

El índice de confianza que elabora esa entidad se situó en septiembre en 66,6 puntos, desde los 68,9 puntos de agosto y frente a los cerca de 70 puntos que esperaban los analistas.

En cualquier caso, y a pesar de la fluctuación de las cotizaciones, el crudo sigue manteniéndose dentro de la banda de los 70 a los 85 dólares, en la que se ha movido la mayor parte del tiempo en los últimos dos años.

Antes de la próxima reunión de la OPEP en Viena el próximo 14 de octubre, el secretario general de la organización, Abdala Salem El-Badri, se ha quejado de la gran volatilidad de los precios y advirtió de que la recuperación económica se está ralentizando.

«No está realmente recuperándose (la economía), porque los paquetes de estímulo le permitieron crecer, pero el mercado está atento a esos paquetes, a ver cómo será la salida de ellos, y todavía se desconoce la salida», explicó El-Badri a Efe esta semana.

Si bien esas cotizaciones muestran cierta estabilidad, al mismo tiempo hay «demasiada volatilidad. Los precios suben y bajan 10 dólares, eso es mucho. La media es 78, suben a 84, y luego bajan a 74 y 70, en tres días. No queremos esto. Queremos, al menos, precios estables. No fijamos ningún nivel», insistió.

En este entorno de incertidumbre económica, la aparición de un huracán bautizado como «Karl», que se degradó en las últimas horas a tormenta tropical, no ha tenido prácticamente ningún efecto alcista.

La preocupación económica ocupa toda la atención de los mercados, más aún cuando incluso el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, advirtió ayer en Viena de que las expectativas son peores de lo calculado.

«Teníamos unas previsiones sobre el debilitamiento de la recuperación en el segundo semestre. La cuestión era conocer cómo de débil iba a ser, y tengo que decir que la desaceleración es mayor de lo que pensábamos», afirmó.