Un crudo demasiado barato amenaza con una fuerte escalada de precios futuros

La comunidad internacional no cuenta con un consenso sobre cuál es el precio adecuado para el barril de petróleo, pero los expertos del sector coinciden en que un valor muy bajo hoy amenaza con traducirse en una fuerte escalada futura.

La advertencia fue efectuada en Viena por varios responsables de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de consorcios petroleros internacionales y de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro», dijo el «número dos» del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, en un seminario internacional organizado por la OPEP.

Si bien reconoció que la caída de los precios energéticos ha contribuido a bajar la inflación, el primer director ejecutivo alterno del FMI advirtió del alto riesgo que supone la elevada volatilidad del valor del «oro negro» y pidió medidas para limitarla, como una mayor transparencia del mercado.

«A largo plazo, una recuperación económica sostenida dependerá en parte de la evolución del mercado petrolero», dijo Lipsky tras pedir medidas concretas para evitar los desequilibrios que han marcado el sector en los últimos años. «Para evitar subidas y bajadas excesivas, todos deben aportar su parte», sentenció.

El FMI espera que los precios del crudo aumenten con la recuperación de la coyuntura mundial, «aunque no a un ritmo tan dramático como el registrado en 2007 y en la primera mitad de 2008».

El experto dijo que espera que de la reunión del G-20 prevista para el 2 de abril surjan «políticas sin precedentes para la economía global«, con estímulos para estabilizar los mercados financieros y medidas para lograr una mejor regularización de los mismos.

También varios responsables de la OPEP advirtieron de numerosos atrasos y suspensiones de costosos proyectos para mantener y desarrollar la capacidad de producción, debido a que han dejado de ser rentables tras caer el precio del barril en torno al 70%.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri. Recordó que en el conjunto de los doce países miembros de la organización que dirige, y que controla cerca de dos tercios de las exportaciones de petróleo en el planeta, ya se han aplazado 35 proyectos.

«Las compañías tienen que renegociarlos. Estos proyectos se iniciaron con un precio muy alto» y el abaratamiento del crudo va a aplazar la creación de capacidad varios años, vaticinó. «Si no tenemos un precio razonable, tendremos escasez. Déjenme dejarlo claro: (el precio actual) no es viable para la seguridad energética», insistió El Badri.

Por su parte, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de la petrolera Royal Dutch Shell, recordó que aún más inviable es, en esta situación, el desarrollo de energías renovables como los biocombustibles.
«Es difícil ver cómo haremos competitivas» las fuentes alternativas frente a los fósiles combustibles que «son extremadamente competitivos», señaló.

Una ampliación dilutiva pero con atractivo a medio plazo

Gas Natural aprobó la semana pasada una ampliación de 3.500 millones de euros con la que acomete la operación de lanzamiento de la OPA por Unión Fenosa, una operación que va a cambiar la compañía que preside Salvador Gabarró duplicando su capital social y el número de acciones en circulación de la “nueva” Gas Natural.

Los más beneficiados son los accionistas de Unión Fenosa, que van a contar con una oferta por 18,33 euros antes del dividiendo, lo que supone una prima en torno del 50% respecto de la cotización anterior al anuncio de la oferta. Por el contrario, desde el punto de vista de Gas Natural, parece que este es el momento en que se empieza a apreciar con la crudeza financiera de los números que el precio pagado por la gasista es alto. En este sentido, los minoritarios pueden estar satisfechos de las negociaciones realizadas por Florentino Pérez y ACS. De hecho, la oferta ha tenido que ser modificada por la caída de las acciones de GN, más de un 30 % en un mes. Así, la ampliación que se hace a la par (lo que supone duplicar el capital social de la empresa), una nueva acción por una antigua, sale a 7,82 euros, un 30 % más barata que la cotización de este viernes, que cerró en 11,12 euros. La semana pasada perdió un 11,18% de su valor.

Los analistas señalan que la operación tiene un efecto dilutivo para la acción de Gas Natural de un 36%, debido a que ha sido preciso aumentar mucho el número de acciones emitidas, dado que es necesario dividir el beneficio entre un número mucho mayor de acciones de las previstas inicialmente.

En la ampliación, Criteria y Repsol acudirán a la misma y mantendrán su actual participación en la nueva Gas Natural del 37,4 y el 30,8% respectivamente. Por su parte, participan en esta ampliación un sindicato de Bancos integrado por UBS, Santander, Barclays, BNP Paribas, Citi, ING, y Société Générale que aseguran el 31,7 % de la misma. Lo que parece que no es seguro es que Gaz de France mantenga su actual participación en la gasista del 8,83 % y que acuda a la ampliación.

En este escenario, JP Morgan aconseja esperar a que concluya y se liquide la emisión de valores antes de entrar en Gas Natural, dada, además, la limitada liquidez del valor. Por otra parte, considera que en ese momento se podrían conocer con mayor precisión las noticias relativas a la venta de activos. En términos de calendario, se prevé que el proceso de ampliación finalice el 3 de abril, que es cuando las nuevas acciones comenzarán a cotizar. Por otra parte, el largo plazo es lo más valorado por los analistas en la medida que la configuración como cuasi monopolio de aprovisionamiento, la integración gas y electricidad en el comportamiento del mercado eléctrico y también en la distribución (con varias zonas geográficas con solapamiento de redes) que ha permitido el gobierno, tras los informes de la CNC y la CNE, es interpretado positivamente en los análisis financieros que se han ido difundiendo estos días.

La ampliación, por su parte, va a costar del orden de unos 100 millones de euros en lo que se refiere a los gastos de la emisión. En total, un 2,87% de lo que se pretende recaudar con la operación. Según se recoge en el folleto registrado en la CNMV, estos gastos los asumirá la gasista sin que para ello precise acudir a financiación externa. Las comisiones suponen un 9,5% de las ganancias de Gas Natural en 2008, siendo la parte del león el coste del aseguramiento, 60 millones de euros.

Una ampliación dilutiva pero con atractivo a medio plazo

Gas Natural aprobó la semana pasada una ampliación de 3.500 millones de euros con la que acomete la operación de lanzamiento de la OPA por Unión Fenosa, una operación que va a cambiar la compañía que preside Salvador Gabarró duplicando su capital social y el número de acciones en circulación de la “nueva” Gas Natural.

Los más beneficiados son los accionistas de Unión Fenosa, que van a contar con una oferta por 18,33 euros antes del dividiendo, lo que supone una prima en torno del 50% respecto de la cotización anterior al anuncio de la oferta. Por el contrario, desde el punto de vista de Gas Natural, parece que este es el momento en que se empieza a apreciar con la crudeza financiera de los números que el precio pagado por la gasista es alto. En este sentido, los minoritarios pueden estar satisfechos de las negociaciones realizadas por Florentino Pérez y ACS. De hecho, la oferta ha tenido que ser modificada por la caída de las acciones de GN, más de un 30 % en un mes. Así, la ampliación que se hace a la par (lo que supone duplicar el capital social de la empresa), una nueva acción por una antigua, sale a 7,82 euros, un 30 % más barata que la cotización de este viernes, que cerró en 11,12 euros. La semana pasada perdió un 11,18% de su valor.

Los analistas señalan que la operación tiene un efecto dilutivo para la acción de Gas Natural de un 36%, debido a que ha sido preciso aumentar mucho el número de acciones emitidas, dado que es necesario dividir el beneficio entre un número mucho mayor de acciones de las previstas inicialmente.

En la ampliación, Criteria y Repsol acudirán a la misma y mantendrán su actual participación en la nueva Gas Natural del 37,4 y el 30,8% respectivamente. Por su parte, participan en esta ampliación un sindicato de Bancos integrado por UBS, Santander, Barclays, BNP Paribas, Citi, ING, y Société Générale que aseguran el 31,7 % de la misma. Lo que parece que no es seguro es que Gaz de France mantenga su actual participación en la gasista del 8,83 % y que acuda a la ampliación.

En este escenario, JP Morgan aconseja esperar a que concluya y se liquide la emisión de valores antes de entrar en Gas Natural, dada, además, la limitada liquidez del valor. Por otra parte, considera que en ese momento se podrían conocer con mayor precisión las noticias relativas a la venta de activos. En términos de calendario, se prevé que el proceso de ampliación finalice el 3 de abril, que es cuando las nuevas acciones comenzarán a cotizar. Por otra parte, el largo plazo es lo más valorado por los analistas en la medida que la configuración como cuasi monopolio de aprovisionamiento, la integración gas y electricidad en el comportamiento del mercado eléctrico y también en la distribución (con varias zonas geográficas con solapamiento de redes) que ha permitido el gobierno, tras los informes de la CNC y la CNE, es interpretado positivamente en los análisis financieros que se han ido difundiendo estos días.

La ampliación, por su parte, va a costar del orden de unos 100 millones de euros en lo que se refiere a los gastos de la emisión. En total, un 2,87% de lo que se pretende recaudar con la operación. Según se recoge en el folleto registrado en la CNMV, estos gastos los asumirá la gasista sin que para ello precise acudir a financiación externa. Las comisiones suponen un 9,5% de las ganancias de Gas Natural en 2008, siendo la parte del león el coste del aseguramiento, 60 millones de euros.

Fuerte volatilidad en el mercado de crudo

Los mercados de petróleo vivieron una semana de extrema volatilidad, empujados entre los temores a una caída de la demanda y un posible recorte de la producción de parte de la OPEP.

Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que defiende los intereses de los países consumidores, como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), redujeron el viernes sus pronósticos de demanda petrolera mundial.

La AIE lo hizo en unos 300.000 barriles diarios, respecto a sus cifras de febrero, y fijó su pronóstico para este año en unos 84,4 millones de barriles diario (mb/d), 1,2 mb/d menos que en 2008.

Los expertos de la OPEP, por su parte, fijaron la demanda mundial en unos 84,61 mb/d, en torno a un millones de barriles diarios menos que el año anterior.

A mediados de la semana, los precios vivieron espectaculares altibajos en menos de 24 horas, cuando el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para EEUU, bajó un 7,4 por ciento el miércoles, para recuperarse un 11,1 por ciento un días más tarde.

Lo mismo sucedió con el petróleo Brent, referente para Europa, que el miércoles bajó un 5,8 por ciento, para recuperarse un 8,7 por ciento al día siguiente.

Al final de la semana, los precios se tranquilizaron y bajaron el viernes menos del 2 por ciento a ambos lados del Atlántico.

Los contratos de futuros del WTI cerraron la semana con una baja del 1,65 por ciento, para una cotización final de 46,25 dólares por barril, mientras que el Brent bajó apenas un 0,19 por ciento y cerró a 44,93 dólares por barril.

El petróleo de referencia de la OPEP, calculado como promedio de 12 tipos de crudo (uno por cada país miembro del cártel), tuvo una semana más estable. Con un inicio de la semana a 44,14 dólares por barril, el crudo OPEP cotizó el jueves pasado (su último día de cotización conocido) a 42,14 dólares tras poco movimiento en las otras jornadas.

Tanto los analistas como los operadores del mercado tienen ahora sus ojos puestos en la próxima reunión ministerial de la OPEP de Viena, y en la que no se descarta una nueva reducción de suministros de crudo.

Los recortes de producción de un total de 4,2 mb/d (un 5 por ciento de la producción mundial), pactados el año pasado, no han tenido hasta ahora el efecto deseado por el cártel.

Eso se debe a la profundidad de la crisis económica mundial, que a su vez ha hecho que los países consumidores pidan a la OPEP reconsiderar un nuevo recorte del suministro.

El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, señaló que la OPEP debe tener en cuenta el daño que pueden causar elevados precios de crudo para la economía global. «Seguiremos enviando un mensaje fuerte y claro a las naciones de la OPEP sobre la importancia de proteger la economía mundial de aumentos de precios significativos que no son buenos para ningún país», dijo Chu en una comunicado emitido en Washington.

Desde máximos históricos cercanos a los 150 dólares en julio de 2008, la cotización del crudo llegó a caer hasta los 35 dólares a finales de diciembre pasado, para luego recuperarse ligeramente.

No obstante, la OPEP se encuentra ante la dificultad de mantener un equilibrio entre lo que necesita el mundo para salir de la actual crisis y sus propios intereses.

La mayoría de los 12 países de la OPEP se encuentra bajo fuerte presión al haber calculado sus respectivos presupuestos nacionales en base a precios del crudo mucho más elevados que los actuales.

Además, bajos precios de crudo reducen el margen de maniobra para nuevas inversiones en el sector, lo que podría causar problemas de suministro y fuertes subidas de precios una vez superada la crisis.

En ese sentido, se entienden las declaraciones en Viena del ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, quien aseveró que «nadie está satisfecho» con los precios actuales, que deberían estar al menos en torno a los 70 dólares por barril.

Fuerte volatilidad en el mercado de crudo

Los mercados de petróleo vivieron una semana de extrema volatilidad, empujados entre los temores a una caída de la demanda y un posible recorte de la producción de parte de la OPEP.

Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que defiende los intereses de los países consumidores, como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), redujeron el viernes sus pronósticos de demanda petrolera mundial.

La AIE lo hizo en unos 300.000 barriles diarios, respecto a sus cifras de febrero, y fijó su pronóstico para este año en unos 84,4 millones de barriles diario (mb/d), 1,2 mb/d menos que en 2008.

Los expertos de la OPEP, por su parte, fijaron la demanda mundial en unos 84,61 mb/d, en torno a un millones de barriles diarios menos que el año anterior.

A mediados de la semana, los precios vivieron espectaculares altibajos en menos de 24 horas, cuando el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para EEUU, bajó un 7,4 por ciento el miércoles, para recuperarse un 11,1 por ciento un días más tarde.

Lo mismo sucedió con el petróleo Brent, referente para Europa, que el miércoles bajó un 5,8 por ciento, para recuperarse un 8,7 por ciento al día siguiente.

Al final de la semana, los precios se tranquilizaron y bajaron el viernes menos del 2 por ciento a ambos lados del Atlántico.

Los contratos de futuros del WTI cerraron la semana con una baja del 1,65 por ciento, para una cotización final de 46,25 dólares por barril, mientras que el Brent bajó apenas un 0,19 por ciento y cerró a 44,93 dólares por barril.

El petróleo de referencia de la OPEP, calculado como promedio de 12 tipos de crudo (uno por cada país miembro del cártel), tuvo una semana más estable. Con un inicio de la semana a 44,14 dólares por barril, el crudo OPEP cotizó el jueves pasado (su último día de cotización conocido) a 42,14 dólares tras poco movimiento en las otras jornadas.

Tanto los analistas como los operadores del mercado tienen ahora sus ojos puestos en la próxima reunión ministerial de la OPEP de Viena, y en la que no se descarta una nueva reducción de suministros de crudo.

Los recortes de producción de un total de 4,2 mb/d (un 5 por ciento de la producción mundial), pactados el año pasado, no han tenido hasta ahora el efecto deseado por el cártel.

Eso se debe a la profundidad de la crisis económica mundial, que a su vez ha hecho que los países consumidores pidan a la OPEP reconsiderar un nuevo recorte del suministro.

El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, señaló que la OPEP debe tener en cuenta el daño que pueden causar elevados precios de crudo para la economía global. «Seguiremos enviando un mensaje fuerte y claro a las naciones de la OPEP sobre la importancia de proteger la economía mundial de aumentos de precios significativos que no son buenos para ningún país», dijo Chu en una comunicado emitido en Washington.

Desde máximos históricos cercanos a los 150 dólares en julio de 2008, la cotización del crudo llegó a caer hasta los 35 dólares a finales de diciembre pasado, para luego recuperarse ligeramente.

No obstante, la OPEP se encuentra ante la dificultad de mantener un equilibrio entre lo que necesita el mundo para salir de la actual crisis y sus propios intereses.

La mayoría de los 12 países de la OPEP se encuentra bajo fuerte presión al haber calculado sus respectivos presupuestos nacionales en base a precios del crudo mucho más elevados que los actuales.

Además, bajos precios de crudo reducen el margen de maniobra para nuevas inversiones en el sector, lo que podría causar problemas de suministro y fuertes subidas de precios una vez superada la crisis.

En ese sentido, se entienden las declaraciones en Viena del ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, quien aseveró que «nadie está satisfecho» con los precios actuales, que deberían estar al menos en torno a los 70 dólares por barril.

El año del aterrizaje forzoso

Es el momento en que se están multiplicando los análisis relativos al primer año de la acción de gobierno del segundo ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero tras las elecciones del 9 de marzo de 2008. Corresponde, por tanto, hacer también un análisis de lo que ha sido este primer año en el ámbito energético del nuevo equipo del Ministerio de Industria, con Miguel Sebastián y Pedro Marín a la cabeza de este departamento del Ejecutivo. El nombramiento de Miguel Sebastián como Ministro de Industria, Turismo y Comercio concitó, en un primer momento, ríos de tinta en los medios de comunicación en la medida que su papel en la Oficina Económica del Presidente y su relación directa con Zapatero le daban una capacidad potencial de lateralización al Vicepresidente Pedro Solbes que ofrecía enormes suspicacias. Parece que el tiempo ha dibujado una relación mucho más estable de lo que parecía en un primer momento, todo ello unido al deterioro o los ciclos por los que ha pasado la relación Zapatero-Sebastián fruto de algunas declaraciones en concreto.

En todo caso, antes de hacer este análisis, es necesario dibujar correctamente lo que es el escenario que fue el punto de partida, en la medida que este primer momento ha condicionado y condicionará en el futuro notablemente su gestión. Se cerraba en ese momento la pintoresca etapa de Joan Clos en el Ministerio de Industria (en posición dolce far niente), con Ignasi Nieto como Secretario General de Energía (intrépido, temerario y autoritario). Un extravagante tributo a determinados sectores del socialismo catalán que configuraron el equipo energético, si lo unimos al papelón de Maite Costa como Presidenta de la CNE.

En conjunto, una etapa de fuertes tribulaciones, justificaciones genitales en muchos casos, de un enfrentamiento abierto con el sector, desarrollo regulatorio atroz fuertemente desequilibrado, iniciativas muy precipitadas y espasmódicas, judicialización del sector, arbitrariedad e inseguridad regulatoria, deterioro del modelo de mercado y liberalización, sumisión a REE irrogada en regulador in péctore (a la que sólo le faltaban las autoliquidaciones de sus activos) y derroche del déficit tarifario “a todo trapo” en momentos en que la crisis económica no azotaba a la economía española y era posible buscar una transición, modelo latino, por plazos, dosificada, menos dolorosa, pero el problema es que no había convicción para realizarla.

Por tanto, si hacen la lista de los asuntos que tiene hoy en cartera el actual equipo Ministerial, casi se puede ver el paralelismo con todas las trapisondas heredadas del anterior equipo energético y que es necesario arreglar, con un comportamiento que se mezclaba con lo que Enric Juliana califica de “pensamiento mágico” (capacidad que atribuye a determinados miembros de la clase política catalana actual de pensar que con sólo desear algo se puede conseguir, como un Estatuto de Autonomía sin mácula). Así, por ejemplo, lo primero que tuvo que arreglar este equipo fue el disparate de la regulación de los mecanismos retributivos de la energía fotovoltaica (que se había desbocado por una política de incentivos insoportable y descontrolada, fruto de una mala regulación). En todo caso, ahora en este sector cunde la impresión de que ha habido un exceso de frenada.

Segunda cuestión de gran calado en este año: la negociación para resolver el sangrante y lacerante problema del déficit tarifario que hace daño a consumidores, empresas y al país en su conjunto y que fue cebado con la política de tarifa baja con precios altos de la energía y las materias primas incomprensiblemente seguida en la etapa anterior. Un proceso que parece que está llevando más tiempo del previsto inicialmente (un exceso de optimismo ha hecho apreciar un acuerdo final inminente en varios momentos), en el que el Ministerio de Industria dibujó una regla de tercios (consumidores, Administración y empresas), sobre la que después han existido injerencias desde Moncloa y de determinados sectores involucionistas y retroprogresivos del sector energético. Todo ello ha ido retrasando este proceso. En todo caso, el fracaso de la CNE en la subasta del déficit tarifario, mitad por la situación financiera del país y mitad por la incapacidad para gestionar los avales públicos de este activo, nos ha llevado al aterrizaje forzoso.

Traca final: la aplicación del modelo ISO en las redes, tanto gasista como eléctrica, recientemente conocida, con la intención de abordar uno de los temas más espinosos del sector energético español. Una medida que ha desbordado a Red Eléctrica de España y a su procedimiento para tenerlo todo atado y bien atado, de forma que el propio Ministro de Industria, Miguel Sebastián deja en evidencia a su presidente actual Luis Atienza en su pretensión de que no va haber cambios en REE. A lo mejor es que está releyendo “El Gatopardo”, pero es evidente que la cúpula directiva de REE no pasa por sus mejores horas tras la publicación de esta noticia.

En todo caso, podemos resumir que este equipo energético ha tenido un comportamiento mucho más cauteloso que el equipo anterior, además de tener que resolver los follones almacenados (muchos van a ir estallando en breve). Algo que es necesario y de agradecer para el sector energético y para la economía española, necesitada de volver a los métodos.

El año del aterrizaje forzoso

Es el momento en que se están multiplicando los análisis relativos al primer año de la acción de gobierno del segundo ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero tras las elecciones del 9 de marzo de 2008. Corresponde, por tanto, hacer también un análisis de lo que ha sido este primer año en el ámbito energético del nuevo equipo del Ministerio de Industria, con Miguel Sebastián y Pedro Marín a la cabeza de este departamento del Ejecutivo. El nombramiento de Miguel Sebastián como Ministro de Industria, Turismo y Comercio concitó, en un primer momento, ríos de tinta en los medios de comunicación en la medida que su papel en la Oficina Económica del Presidente y su relación directa con Zapatero le daban una capacidad potencial de lateralización al Vicepresidente Pedro Solbes que ofrecía enormes suspicacias. Parece que el tiempo ha dibujado una relación mucho más estable de lo que parecía en un primer momento, todo ello unido al deterioro o los ciclos por los que ha pasado la relación Zapatero-Sebastián fruto de algunas declaraciones en concreto.

En todo caso, antes de hacer este análisis, es necesario dibujar correctamente lo que es el escenario que fue el punto de partida, en la medida que este primer momento ha condicionado y condicionará en el futuro notablemente su gestión. Se cerraba en ese momento la pintoresca etapa de Joan Clos en el Ministerio de Industria (en posición dolce far niente), con Ignasi Nieto como Secretario General de Energía (intrépido, temerario y autoritario). Un extravagante tributo a determinados sectores del socialismo catalán que configuraron el equipo energético, si lo unimos al papelón de Maite Costa como Presidenta de la CNE.

En conjunto, una etapa de fuertes tribulaciones, justificaciones genitales en muchos casos, de un enfrentamiento abierto con el sector, desarrollo regulatorio atroz fuertemente desequilibrado, iniciativas muy precipitadas y espasmódicas, judicialización del sector, arbitrariedad e inseguridad regulatoria, deterioro del modelo de mercado y liberalización, sumisión a REE irrogada en regulador in péctore (a la que sólo le faltaban las autoliquidaciones de sus activos) y derroche del déficit tarifario “a todo trapo” en momentos en que la crisis económica no azotaba a la economía española y era posible buscar una transición, modelo latino, por plazos, dosificada, menos dolorosa, pero el problema es que no había convicción para realizarla.

Por tanto, si hacen la lista de los asuntos que tiene hoy en cartera el actual equipo Ministerial, casi se puede ver el paralelismo con todas las trapisondas heredadas del anterior equipo energético y que es necesario arreglar, con un comportamiento que se mezclaba con lo que Enric Juliana califica de “pensamiento mágico” (capacidad que atribuye a determinados miembros de la clase política catalana actual de pensar que con sólo desear algo se puede conseguir, como un Estatuto de Autonomía sin mácula). Así, por ejemplo, lo primero que tuvo que arreglar este equipo fue el disparate de la regulación de los mecanismos retributivos de la energía fotovoltaica (que se había desbocado por una política de incentivos insoportable y descontrolada, fruto de una mala regulación). En todo caso, ahora en este sector cunde la impresión de que ha habido un exceso de frenada.

Segunda cuestión de gran calado en este año: la negociación para resolver el sangrante y lacerante problema del déficit tarifario que hace daño a consumidores, empresas y al país en su conjunto y que fue cebado con la política de tarifa baja con precios altos de la energía y las materias primas incomprensiblemente seguida en la etapa anterior. Un proceso que parece que está llevando más tiempo del previsto inicialmente (un exceso de optimismo ha hecho apreciar un acuerdo final inminente en varios momentos), en el que el Ministerio de Industria dibujó una regla de tercios (consumidores, Administración y empresas), sobre la que después han existido injerencias desde Moncloa y de determinados sectores involucionistas y retroprogresivos del sector energético. Todo ello ha ido retrasando este proceso. En todo caso, el fracaso de la CNE en la subasta del déficit tarifario, mitad por la situación financiera del país y mitad por la incapacidad para gestionar los avales públicos de este activo, nos ha llevado al aterrizaje forzoso.

Traca final: la aplicación del modelo ISO en las redes, tanto gasista como eléctrica, recientemente conocida, con la intención de abordar uno de los temas más espinosos del sector energético español. Una medida que ha desbordado a Red Eléctrica de España y a su procedimiento para tenerlo todo atado y bien atado, de forma que el propio Ministro de Industria, Miguel Sebastián deja en evidencia a su presidente actual Luis Atienza en su pretensión de que no va haber cambios en REE. A lo mejor es que está releyendo “El Gatopardo”, pero es evidente que la cúpula directiva de REE no pasa por sus mejores horas tras la publicación de esta noticia.

En todo caso, podemos resumir que este equipo energético ha tenido un comportamiento mucho más cauteloso que el equipo anterior, además de tener que resolver los follones almacenados (muchos van a ir estallando en breve). Algo que es necesario y de agradecer para el sector energético y para la economía española, necesitada de volver a los métodos.

El temor a un nuevo recorte de la OPEP impulsa los precios del crudo

El temor a que la OPEP cierre más aún el grifo para impulsar los precios del petróleo se impuso al final de la semana a los malos datos económicos de EEUU y la zona del euro, lo que hizo repuntar el precio del crudo por encima de los 45 dólares en Nueva York.

El barril de crudo de Texas, referencia en EEUU, se encareció un 4,4 por ciento y cerró la semana a 45,52 dólares el barril, el nivel más alto desde finales de enero.

En Londres, el Brent se apuntó un 2,7 por ciento y se situó en 44,85 dólares, mientras que el crudo de referencia de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) se encareció 2,02 dólares -un 4,8 por ciento- y cotizó a 43,79 dólares por barril el jueves.

El secretario general de la OPEP, Abdala Salem El Badri, criticó a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) por mostrarse favorable a que este año el barril de petróleo cotizase a 40 dólares, al asegurar que dañaría a la industria del crudo. «Los comentarios de la AIE son confusos y engañosos. Mientras se pide que los precios sigan en los 40 dólares, también se quieren inversiones que no son económicamente viables a esos precios», explicó.

La AIE aseguró que si el barril de crudo se mantuviera este año a unos 40 dólares, el mundo obtendría un billón de dólares como estímulo económico para salir de la crisis por los bajos precios.

El ministro de Energía y Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, propuso recientemente un recorte del bombeo en la próxima reunión de la OPEP para estabilizar el precio en «al menos 70 dólares«.

Arabia Saudí, el primer productor petrolero del mundo y la voz más influyente en la OPEP, aseguró a finales de 2008 que un precio «justo» para el petróleo serían 75 dólares.

Ante esta situación, el mercado entendió que el mensaje que les lanzaba el grupo es que en su próxima reunión ministerial en Viena el próximo día 15 la OPEP podría cerrar más las espitas.

El descenso en el consumo de crudo por la crisis económica ha favorecido un continuado alza de las reservas en los países industrializados y un abaratamiento del crudo, lo que ha llevado a la OPEP a recortar su oferta en unos 4,2 millones de barriles desde el pasado septiembre.

El mensaje del grupo petrolero pudo más en los mercados que los datos negativos de la economía estadounidense, que destruyó 651.000 puestos de trabajo en febrero y elevó la cifra de desempleo al 8,1 por ciento, un nivel que inédito desde hace 25 años.

Mientras, en el Viejo Continente, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, aseguró que la recesión será más dura y más larga de lo esperado. El Eurostat constató que el crecimiento del PIB en la zona del euro cayó un 1,5% en el último trimestre del 2008, debido a un descenso en la demanda interna y las exportaciones.

Por el lado de los anuncios positivos, las autoridades chinas aseguraron que el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, sólo por detrás de EEUU, muestra ya «signos de recuperación» ante la crisis, tales como «un repunte del consumo y la inversión».

El primer ministro, Wen Jiabao, había asegurado el jueves que China lograría crecer un 8% en 2009, el nivel mínimo para seguir creando empleo en el gigante asiático.

El temor a un nuevo recorte de la OPEP impulsa los precios del crudo

El temor a que la OPEP cierre más aún el grifo para impulsar los precios del petróleo se impuso al final de la semana a los malos datos económicos de EEUU y la zona del euro, lo que hizo repuntar el precio del crudo por encima de los 45 dólares en Nueva York.

El barril de crudo de Texas, referencia en EEUU, se encareció un 4,4 por ciento y cerró la semana a 45,52 dólares el barril, el nivel más alto desde finales de enero.

En Londres, el Brent se apuntó un 2,7 por ciento y se situó en 44,85 dólares, mientras que el crudo de referencia de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) se encareció 2,02 dólares -un 4,8 por ciento- y cotizó a 43,79 dólares por barril el jueves.

El secretario general de la OPEP, Abdala Salem El Badri, criticó a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) por mostrarse favorable a que este año el barril de petróleo cotizase a 40 dólares, al asegurar que dañaría a la industria del crudo. «Los comentarios de la AIE son confusos y engañosos. Mientras se pide que los precios sigan en los 40 dólares, también se quieren inversiones que no son económicamente viables a esos precios», explicó.

La AIE aseguró que si el barril de crudo se mantuviera este año a unos 40 dólares, el mundo obtendría un billón de dólares como estímulo económico para salir de la crisis por los bajos precios.

El ministro de Energía y Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, propuso recientemente un recorte del bombeo en la próxima reunión de la OPEP para estabilizar el precio en «al menos 70 dólares«.

Arabia Saudí, el primer productor petrolero del mundo y la voz más influyente en la OPEP, aseguró a finales de 2008 que un precio «justo» para el petróleo serían 75 dólares.

Ante esta situación, el mercado entendió que el mensaje que les lanzaba el grupo es que en su próxima reunión ministerial en Viena el próximo día 15 la OPEP podría cerrar más las espitas.

El descenso en el consumo de crudo por la crisis económica ha favorecido un continuado alza de las reservas en los países industrializados y un abaratamiento del crudo, lo que ha llevado a la OPEP a recortar su oferta en unos 4,2 millones de barriles desde el pasado septiembre.

El mensaje del grupo petrolero pudo más en los mercados que los datos negativos de la economía estadounidense, que destruyó 651.000 puestos de trabajo en febrero y elevó la cifra de desempleo al 8,1 por ciento, un nivel que inédito desde hace 25 años.

Mientras, en el Viejo Continente, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, aseguró que la recesión será más dura y más larga de lo esperado. El Eurostat constató que el crecimiento del PIB en la zona del euro cayó un 1,5% en el último trimestre del 2008, debido a un descenso en la demanda interna y las exportaciones.

Por el lado de los anuncios positivos, las autoridades chinas aseguraron que el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, sólo por detrás de EEUU, muestra ya «signos de recuperación» ante la crisis, tales como «un repunte del consumo y la inversión».

El primer ministro, Wen Jiabao, había asegurado el jueves que China lograría crecer un 8% en 2009, el nivel mínimo para seguir creando empleo en el gigante asiático.

El crudo se fortalece y endereza su tendencia bajista

Los precios del petróleo encadenaron una segunda semana de fortalecimiento y subieron entre el 10 y el 15 por ciento, apuntalados por un aumento del consumo de gasolina en EEUU y signos de que la OPEP proseguirá su política de reducir la oferta.

Si bien las cotizaciones retomaron la tendencia bajista y cerraron con pérdidas, en la perspectiva semanal se impuso un vigoroso aumento.

Los contratos para entrega en abril del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), la referencia en América, concluyeron en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) a 44,76 dólares por barril, un 1% menos que el jueves, pero con una subida de casi el 15% frente al valor del viernes precedente.

En el Intercontinental Exchange Futures de Londres, el barril del crudo Brent, el referente en Europa, subió en la semana un 10,6%, hasta quedar a 46,35 dólares.

Y el crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se recuperó hasta los 42,95 dólares el jueves pasado, desde los 38,14 dólares que valía el barril siete días antes.

Al igual que en la semana anterior, los datos difundidos el miércoles por el Departamento de Energía de Estados Unidos dieron un fuerte impulso a los precios al reflejar un mayor consumo energético del esperado por los analistas.

El informe oficial reveló que las reservas almacenadas de gasolina, tras caer en 3,4 millones de barriles, se situaron un 7,6% por debajo de las registradas hace un año, mientras que la demanda de ese combustible subió un 1,7%, hasta los 9 millones de barriles diarios (mbd).

En cuanto al crudo, los inventarios aumentaron en 700.000 barriles diarios, mucho menos que los 2 millones de barriles vaticinado por los expertos.

Según la consultora JBC Energy, con sede en Viena, se tiene la impresión de que el fuerte abaratamiento del crudo y sus productos derivados, especialmente la gasolina, han favorecido el aumento del consumo en las últimas semanas, a pesar de la crisis financiera y económica de la coyuntura mundial.

El valor del «oro negro» se ha depreciado cerca del 70% desde sus máximos históricos, de más de 147 dólares por barril, alcanzados en el pasado mes de julio.

Por otro lado, al fortalecimiento de los precios han contribuido los indicios de que la OPEP está manteniendo una buena disciplina en el cumplimiento de los recortes de su producción conjunta de crudo pactados entre septiembre y diciembre. El último acuerdo, una reducción de 2,2 mbd, entró en vigor el 1 de enero pero los ministros del grupo ya habían adelantado que necesitarían unas seis semanas para implementarlo.

En total, la OPEP ha retirado cerca de 4 mbd desde julio y si bien no ha logrado hasta ahora el efecto deseado de recuperar el valor del barril hasta los 70 dólares, al menos parecería que ha detenido el precipitado desplome de los precios.

A medida que se acerca el 15 de marzo, fecha de la próxima reunión de esta organización que controla cerca del 40 por ciento de la producción mundial de crudo, los mercados estarán cada vez más atentos a las señales de los ministros de Energía y Petróleo de los doce países miembros.

«Es muy probable que la OPEP adopte decisiones el 15 de marzo para reducir más la producción y ayudar a estabilizar los precios», dijo recientemente el ministro de Energía de Argelia, Chakib Jelil, a la radio pública de su país. Venezuela, Irán e Irak han expresado su disposición a aprobar eventualmente un nuevo recorte de la oferta petrolera.