Las emisiones de CO2 a nivel mundial crecerán en 2017 cerca de un 2% y seguirán creciendo en 2018

Europa Press.– Las emisiones mundiales de CO2 terminarán 2017 con un aumento del 2% después de mantenerse estables durante los últimos tres años y, según las primeras estimaciones, seguirán creciendo también en 2018, de acuerdo con los datos presentados en la revista Environmental Research Letters, que estima que 2017 terminará con 41 gigatoneladas de emisiones de CO2, de las que 37 gigatoneladas proceden del uso de combustibles fósiles.

El informe apunta que este aumento se debe sobre todo a China, que prevé emitir un 3,5% más que el año anterior, hasta 10,5 gigatoneladas por un mayor uso del carbón. Del mismo modo, India terminará el año con un aumento de sus emisiones, aunque en este caso del 2% por la debilidad económica actual, pero se prevé que si la economía se recupera pronto, las emisiones podrían volver a crecer rápidamente el próximo año. Frente a estos dos países asiáticos, el informe confirma que Europa y Estados Unidos emitieron menos CO2, entre un 0,2% y un 0,4%, pero a un ritmo «demasiado lento como para compensar la subida» en otras regiones, según los investigadores.

La directora del estudio, del Tyndall Centre for Climate Change Research de Norwich (Reino Unido) Corinne Le Quéré, ha expresado su decepción por los resultados. Por ello, advierte de que el tiempo se está agotando para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius, por no hablar del objetivo de 1,5 grados centígrados. Entre los años 2014 y 2016 las emisiones estuvieron estables pese al crecimiento económico mundial y a ello contribuyó sobre todo el menor uso del carbón, la mejora de la eficiencia energética y el auge de las energías renovables como eólica o fotovoltaica.

Para los expertos resulta especialmente satisfactorio el desacoplamiento del crecimiento del producto interior bruto (PIB) y las emisiones porque demuestra que el crecimiento económico no tiene que implicar necesariamente un aumento de las emisiones de CO2. En la última década, según el estudio, más de 20 países con un crecimiento económico constante redujeron sus emisiones. Entre ellos figuran Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Polonia, Rumanía y Serbia, que entre todos suman aproximadamente un 20% de las emisiones de CO2 mundiales.

De hecho, los expertos calculan que éstas continuarán aumentando también en el próximo año. «Este es un verdadero motivo de preocupación», apuntó Robert Jackson, de la Universidad de Stanford. Los expertos remiten a las previsiones de crecimiento económico del Banco Mundial, que calcula que en todo el mundo se crecerá un 2,9% en 2018, el mayor valor desde 2011. Y las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) son incluso superiores.

Las emisiones de CO2 aumentarán este año en el mundo entre un 0,8% y un 3% tras mantenerse desde 2014

Europa Press.- Está previsto que las emisiones mundiales de dióxido de carbono procedentes de los combustibles fósiles y la industria aumenten este año aproximadamente un 2% en comparación con el año anterior, con un rango de incertidumbre de entre el 0,8% y el 3%, tras 3 años de emisiones manteniéndose relativamente planas.

Es la conclusión del Presupuesto Global de Carbono 2017, que se publica por Global Carbon Project (GCP, por sus siglas en inglés) en las revistas Nature Climate Change, Environmental Research Letters y Earth System Science Data Discussions. El anuncio se produce mientras los países se reúnen en Bonn, Alemania, para las negociaciones anuales sobre el clima de Naciones Unidas (COP23).

El investigador principal, Corinne Le Quéré, director del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la Universidad de East Anglia (Inglaterra) destacó que «con las emisiones mundiales de dióxido de carbono de todas las actividades humanas estimadas en 41.00 millones de toneladas para 2017, el tiempo se está agotando en nuestra capacidad para mantener el calentamiento por debajo de 2 ºC. Necesitamos alcanzar un pico en las emisiones globales en los próximos años y reducir las emisiones rápidamente después para abordar el cambio climático y limitar sus impactos«.

Las emisiones de China representan el 28% de las emisiones globales. El coautor del documento Glen Peters, director de investigación de CICERO en Oslo (Noruega), quien dirigió uno de los estudios, explica: «La vuelta al crecimiento de las emisiones globales en 2017 se debe principalmente a un retorno al crecimiento de las emisiones chinas, que se prevé que crecerán un 3,5% en 2017 después de dos años con emisiones decrecientes. El uso de carbón, la principal fuente de combustible en China, puede aumentar un 3% debido al mayor aumento de la producción industrial y la menor generación de energía hidroeléctrica por menor cantidad de lluvia».

«Varios factores apuntan a un aumento continuo en 2018», advierte el coautor del informe Robert Jackson, copresidente del GCP y profesor de Ciencias del Sistema Terrestre en la Universidad de Stanford (Estados Unidos). «Es una preocupación real. La economía mundial está repuntando lentamente. A medida que aumenta el PIB, producimos más bienes que, en su creación, generan más emisiones», subraya.

Sin embargo, el equipo cree que, a pesar del crecimiento en 2017, es demasiado pronto para decir si se trata de un evento puntual en el camino hacia un pico global de emisiones o el comienzo de un nuevo periodo con presión al alza sobre el crecimiento global de las emisiones. A largo plazo, es poco probable que las emisiones vuelvan a las altas tasas de crecimiento persistentes observadas durante la década de 2000 de más del 3% anual. Es más probable que las emisiones se estabilicen o tengan un ligero crecimiento positivo, gracias a los recortes de emisiones nacionales comprometidos en la Cumbre COP21.

Según el Global Carbon Project, las emisiones globales de dióxido de carbono de todas las actividades humanas (combustibles fósiles, industria y cambio en el uso de la tierra) alcanzarán alrededor de 41.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2017. Las emisiones mundiales de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y la industria llegarán a alrededor de 37.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2017. En 2017, las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y la industria crecerán un 2% (de 0,8% a 3%), tras tres años de casi ningún crecimiento (2014-2016). El PIB aumentará un 3,6%, según cifras del Fondo Monetario Internacional.

Se prevé que las emisiones chinas subirán un 3,5% en 2017 mientras su PIB aumentará aproximadamente un 6,8%. Se proyecta que las emisiones de Estados Unidos disminuyan en un 0,4% en 2017, más bajo que el declive del 1,2% anual que viene cayendo de media durante la década anterior, con un inesperado incremento en el consumo de carbón. El PIB subió alrededor de un 2,2% en 2017. Además, se estima que las emisiones de India crecerán un 2% en 2017, en comparación con el 6% anual promediado en la década anterior, debido a las intervenciones gubernamentales significativas en la economía, cuyo PIB sube un 6,7%.

Se espera que las emisiones europeas disminuyan provisionalmente en un 0,2% en 2017, más bajo que el descenso del 2,2% anual promediado con respecto a la década anterior mientras el PIB sube alrededor de un 2,3%. El documento calcula que las emisiones de los países restantes, que representan aproximadamente el 40% del total mundial, aumenten en torno al 2,3% en 2017. La energía renovable ha aumentado rápidamente un 14% anual en los últimos cinco años, aunque desde una base baja.

El Presupuesto Global de Carbono lo realizan 76 científicos de 57 instituciones de investigación en 15 países que trabajan bajo el paraguas del Proyecto Global de Carbono (GCP). El presupuesto, ahora en su 12° año, estudia profundamente la cantidad de combustibles fósiles que queman las naciones de todo el mundo y dónde termina. El GCP está patrocinado por Future Earth y World Climate Research Programme.

La directora ejecutiva de Future Earth, Amy Luers, señala: «Las noticias del presupuesto de carbono de este año son un paso atrás para la humanidad. Debemos revertir esta tendencia y comenzar a acelerar hacia un mundo seguro y próspero para todos». «Esto significa que hay que priorizar el acceso a las energías responsables para los cientos de millones de personas en todo el mundo sin acceso a la electricidad. Afortunadamente, ahora no solo es posible, sino que en la mayoría de los casos tiene simplemente sentido financiero satisfacer estas necesidades de electricidad con fuentes de energía renovables«, agrega esta experta.

La ONU insta a los gobiernos y empresas a tomar medidas «urgentes» para cumplir los objetivos climáticos acordados en París

Europa Press.- La ONU ha instado a gobiernos y empresas a tomar medidas de carácter «urgente» para poder cumplir con los objetivos climáticos acordados en la Cumbre de París de 2015. Así lo recoge el VIII Informe de Brecha de Emisiones Emissions Gap Report de Naciones Unidas, publicado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn (Alemania).

Este informe considera que las promesas nacionales sólo representan un tercio de la reducción de las emisiones que se requieren para 2030 para cumplir con los objetivos climáticos, e insta a sector privado y acción subnacional a aumentarlas a un ritmo que ayudaría a cerrar esta «preocupante» brecha. El Acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados, con un objetivo más ambicioso de reducirlo a 1.5 grados. El cumplimiento de estos objetivos reduciría la probabilidad de impactos climáticos severos que podrían dañar la salud humana, los medios de subsistencia y las economías del mundo.

Según advierte la ONU, incluso la plena implementación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas) condicionales e incondicionales actuales hace muy probable un aumento de la temperatura de 3 grados para 2100, por lo que exige a los gobiernos a hacer promesas «mucho más fuertes» cuando estas sean revisadas en 2020. En el informe, la ONU también alerta de la posible retirada de Estados Unidos de este acuerdo climático: «Si los Estados Unidos cumplieran con su intención declarada de abandonar el Acuerdo de París en 2020, la situación podría ser aún más sombría».

No obstante, el documento presenta formas prácticas de recortar las emisiones a través de una acción de mitigación en rápida expansión basada en las opciones existentes en los sectores de la agricultura, los edificios, la energía, la silvicultura, la industria y el transporte. Así, señala que las medidas enérgicas contra otros forzadores del clima, como los hidrofluorocarbonos, a través de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, y otros contaminantes climáticos de vida corta como el carbono negro, también podrían constituir «una contribución real».

«Un año después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, aún nos encontramos en una situación en la que no estamos haciendo lo suficiente para salvar a cientos de millones de personas de un futuro miserable», advierte el director de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim, que ha calificado este hecho de «inaceptable». «Si invertimos en las tecnologías correctas, asegurando que el sector privado participe, aún podemos cumplir la promesa que hicimos a nuestros hijos de proteger su futuro. Pero tenemos que abordar el caso ahora», añade.

El informe también pone de manifiesto que las emisiones de CO2 se han mantenido estables desde 2014, gracias en parte a la energía renovable, especialmente en China y la India. Esto ha aumentado las esperanzas de que las emisiones hayan alcanzado su punto máximo, ya que para 2020 deben permanecer en una trayectoria climática exitosa. Sin embargo, el informe advierte de que otros gases de efecto invernadero, como el metano, siguen en aumento, y que un aumento en el crecimiento económico mundial podría volver a poner fácilmente las emisiones de CO2 en una trayectoria ascendente.

El informe encuentra que las promesas actuales hacen que las emisiones de 2030 lleguen de 11 a 13.5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) por encima del nivel necesario para mantenerse en el camino de menor coste para alcanzar el objetivo de 2ºC. Una gigatonelada es aproximadamente equivalente a un año de emisiones de transporte en la Unión Europea (incluida la aviación). La brecha de emisiones en caso de establecer el objetivo de limitar el calentamiento a los 1.5 grados es de 16 a 19 GtCO2e, más alta que las estimaciones previas a medida que nuevos estudios estén disponibles.

Por otro lado, la ONU considera que las acciones prometidas por organismos no estatales y subnacionales (como las ciudades y el sector privado) podrían reducir la brecha de emisiones de 2030. Las 100 empresas emisoras más grandes del mundo que cotizan en bolsa, por ejemplo, representan alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, «lo que demuestra un gran margen para una mayor ambición».

Para ayudar a reducir estas emisiones, el informe propone que se eviten nuevas plantas de energía a base de carbón, así como acelerar la eliminación progresiva de las plantas existentes, asegurando el manejo cuidadoso de cuestiones tales como el empleo, los intereses de los inversores y la estabilidad de la red. Se estima que hay 6.683 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento en el mundo, con una capacidad combinada de 1.964 GW. Si estas plantas operan hasta el final de su vida útil y no se adaptan con la captura y el almacenamiento de carbono, emitirían un acumulado de 190 Gt de CO2. El 85% del carbón depende e China, India, Turquía, Indonesia, Vietnam, Japón, Egipto, Bangladesh, Pakistán y Corea.

Para evitar rebasar los objetivos de París, el informe hace hincapié en la inversión en la tecnología en agricultura, edificios, energía, industria y transporte. Esas inversiones, con un coste de inversión de menos de 100 dólares por tonelada de CO2 evitada, a menudo mucho más baja, podrían ahorrar hasta 36 GtCO2e por año para 2030. Gran parte del potencial en todos los sectores proviene de la inversión en energía solar y eólica, electrodomésticos eficientes, automóviles de pasajeros eficientes, la forestación y la detención de la deforestación, según el informe, que señala que centrarse sólo en las acciones recomendadas en estas áreas, que tienen costes modestos o netos negativos, podría reducir hasta 22 GtCO2e para 2030.

La UE logra un acuerdo para reducir las emisiones de centrales eléctricas y plantas industriales desde 2021

Europa Press.- Las instituciones de la Unión Europea han alcanzado este jueves un principio de acuerdo sobre la revisión del sistema de comercio de emisiones de CO2 (ETS, por sus siglas en inglés), que se aplicará a partir de 2021 y forma parte del conjunto de medidas del bloque comunitario para cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París en materia de reducción de emisiones.

El sistema ETS funciona desde 2005 y limita las emisiones de más de 11.000 centrales eléctricas y plantas industriales a través de un nivel máximo que se reduce cada año. En conjunto, abarca el 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE y el objetivo para 2030 es conseguir un recorte del 43% en las incluidas en este sistema.

En concreto, los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE – la institución que representa a los Estados miembros – alcanzaron un acuerdo preliminar para introducir cambios en su funcionamiento de cara la próxima década, que ahora deben recibir el respaldo formal de ambas instituciones.

Así, el acuerdo recoge que el recorte anual de créditos subastados en este sistema, llamado «factor de reducción lineal», será del 2,2% cada año, frente al 1,74% que se aplica en la actualidad. Este factor podrá revisarse con vistas a incrementar el recorte, pero siempre a partir de 2024.

También incluye un compromiso para duplicar la capacidad del mecanismo de estabilidad de mercado (MSR) que absorberá el 24% del exceso de emisiones anuales, durante los primeros cuatro años, con el objetivo de incrementar el precio de los derechos de emisiones y provoca así un recorte de las mismas.

«El acuerdo de hoy demuestra que la UE está convirtiendo sus compromiso y ambición de París en acciones concretas. Poniendo en marcha la legislación necesaria para fortalecer el sistema de comercio de emisiones y obtener resultados en los objetivos climáticos, Europa está liderando de nuevo la lucha contra el cambio climático«, ha destacado el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

No obstante, el acuerdo ha sido criticado por la Asociación Europea del acero (Eurofer), cuyo director general, Axel Eggert, ha asegurado que se «queda corto» en el objetivo de asegurar la «igualdad de condiciones» para la industria acerera europea.

«Reconocemos los esfuerzos del Parlamento Europeo para garantizar la competitividad global de la industria del acero europea. Sin embargo, el acuerdo se queda corto para alcanzar este objetivo, dado que incluso las plantas de acero más eficientes en Europa se enfrentarán probablemente a costes significativos», ha lamentado en un comunicado.

Los ecologistas ven difícil cumplir el Acuerdo de París sin actuar urgentemente tras el récord mundial de emisiones de CO2

Europa Press.– La acumulación de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha crecido a un ritmo récord en 2016, a un nivel que no se había visto en millones de años, lo que las organizaciones ecologistas consideran «una de las peores noticias de 2017» porque indican que el planeta está «lejos de cumplir» sus compromisos del Acuerdo del Clima de París e instan a actuar de forma «urgente» y «contundente» para empezar la transición hacia una economía sin emisiones de CO2.

Así, el portavoz de Amigos de la Tierra, Alejandro González, lamenta la que es «una de las peores noticias» del año porque «rompe» la expectativa de desacoplar el crecimiento económico a las emisiones de CO2, el principal gas invernadero generado por el hombre, y que los compromisos adquiridos por el Acuerdo de París están «lejos» de ser cumplidos. «La noticia es nefasta», insistió, subrayando que no son datos desconocidos ni que desconozcan los políticos que vayan a acudir a la Cumbre del Clima de Bonn.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció que las concentraciones atmosféricas de CO2 alcanzaron 403,3 partes por millón (ppm) en 2016, un récord frente a las 400 ppm de 2015, lo que supone una tasa de crecimiento un 50% más rápida que el promedio de la última década, impulsando los niveles de CO2 un 45% por encima de los niveles preindustriales. Las emisiones de CO2 de fuentes como el carbón y el petróleo alcanzaron un récord en 2016. González lamenta que, a pesar de estos datos, no ve probable que los compromisos del Acuerdo de París se vayan a revisar a nivel internacional antes de 2020.

Por su parte, el coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Francisco Segura, lamenta que «los peores pronósticos» están aquí y la comunidad internacional sigue sin actuar con la diligencia adecuada. «Se habla mucho y se actúa poco», ha añadido, al tiempo que critica que, a pesar de los datos, se siguen poniendo por delante los intereses de las empresas que queman combustibles fósiles sin que se ponga en marcha el cambio «inaplazable e ineludible«. «Este es un toque de atención más pero no hay nada nuevo», ha reflexionado Segura que advierte al Gobierno de que sigue con las mismas políticas e incluso pone pegas a las empresas que trata de cerrar sus propias centrales de carbón. «Es impresentable», ha concluido.

Emisiones estabilizadas desde el 2014

Asimismo la portavoz de cambio climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, ha precisado que se ha alcanzado la mayor concentración de gases de efecto invernadero en los últimos 800.000 años pero que, después de “dispararse las emisiones desde la revolución preindustrial”, subraya que las emisiones de gases de efecto invernadero “no están creciendo y en los últimos tres años se han estabilizado». Nuño ha añadido que en esta estabilización de las emisiones influyó positivamente el cambio del uso del carbón en China y las políticas energéticas de otros países asiáticos, como India, que están parando las nuevas instalaciones de centrales térmicas de carbón y reduciendo la quema de este combustible fósil.

«Ahora y de forma urgentísima es importante avanzar en la hoja de ruta y en la reglamentación para asegurar que se cumplen los compromisos del Acuerdo del Clima de Paris que supone acelerar la economía y llevar las emisiones a cero», ha comentado. La representante de Greenpeace ha insistido en que mientras se siga emitiendo CO2 seguirá aumentando la concentración de este gas e impulsa a que una vez estabilizadas, se logre rebajarlas a cero en la segunda mitad de siglo. Sin embargo, ha advertido de que la realidad es peor aún de la que han predicho todos los modelos.

En este contexto, insta al Gobierno de España a actuar de forma «urgente» para abandonar los combustibles fósiles y a dejar de favorecer a los negocios que apuestan por las energías sucias y a acelerar la transición energética hacia un sistema inteligente, basado en renovables y que esté en manos de la ciudadanía. «España deberá jugar a nivel nacional y a nivel europeo un papel progresista y basado en un cierre justo, progresivo y ordenado de las centrales térmicas de carbón y gas y el uso del petróleo en favor de un transporte y un sistema eléctrico eficientes en manos de la ciudadanía», ha concluido.

En la misma línea se expresó la responsable de energía y cambio climático de WWF, Mar Asunción, que califica de muy negativos los datos porque significan que «no se está haciendo lo necesario» y que es necesario hacer más y de forma «urgente», ya que el Acuerdo de París «no es suficiente». En este sentido, considera que la ley de Cambio climático y Transición Energética que está elaborando el Gobierno es «una oportunidad» para España, porque podría ampliar su ambición y acometer una transición energética a la medida de lo que es necesario que además, en su opinión, situaría al país «en ventaja» respecto al resto de Europa. Finalmente, insiste en que se precisa de una «mayor ambición y urgencia».

El 29% de las grandes empresas españolas reconoce el impacto del cambio climático pero no lo cuantifica, según KPMG

Europa Press.- El 29% de las grandes empresas españolas reconoce el impacto del cambio climático pero no lo cuantifica, según revela un estudio global de KPMG sobre reporte de las políticas de Responsabilidad Corporativa de 2017, que además constata que el 93% de las empresas a nivel mundial reportan sus políticas de Responsabilidad Corporativa en sus informes. Así, el estudio ha analizado la información que recogen en sus informes de 4.900 compañías en 49 países del mundo (las 100 mayores de cada país).

Entre las tendencias emergentes observadas en este informe destacan el reconocimiento de los riesgos financieros ligados al cambio climático; la mención a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU; el reconocimiento de los Derechos Humanos como una cuestión más de negocio y la información sobre las medidas y los objetivos propios de la empresa para la reducción de la emisión de gases contaminantes.

En este sentido, el responsable global de Servicios de Sostenibilidad de KPMG, José Luis Blasco, subrayó que «los inversores son cada vez más conscientes de que aspectos que antes se consideraban «no financieros» pueden tener un efecto sustancial en la capacidad del negocio para crear valor y protegerlo tanto a corto como a largo plazo«. Por ello, «las empresas han de entender las últimas tendencias en términos de presentación de información y asegurarse de que sus propios informes están a la altura de las expectativas de una amplia gama de grupos de interés», añadió Blasco.

El informe detalla también que 3 de cada 10 de las grandes compañías mundiales recogen los riesgos financieros ligados al cambio climático en sus informes financieros anuales aunque el 72%, no hace ninguna alusión al respecto mientras que, entre las que sí lo hacen, solo un 4% facilita a los inversores análisis sobre el posible valor en riesgo del negocio.

Taiwan y Francia como referencias

Por regiones, solo en 5 países del mundo la mayoría de las 100 primeras empresas aluden a los riesgos financieros relativos al clima en sus informes financieros: Taiwán (88%), Francia (76%), Sudáfrica (61%), Estados Unidos (53%) y Canadá (52%). En la mayoría de los casos, es el gobierno, el mercado de valores o el regulador financiero el que determina la obligatoriedad o fomenta el desglose del riesgo vinculado al clima.

Desde el punto de vista sectorial, las empresas forestales y de papel (44%), química (43%), minería (40%) y petróleo y gas (39%) son las que más reconocen el riesgo vinculado al clima en sus informes, seguidas por las compañías de automoción (30%) y las de suministros públicos (38%). Atención sanitaria (14%), transporte y ocio (20%) son los sectores menos dados a reconocer el riesgo climático.

En cuanto a las 250 empresas más grandes del mundo (G250), el reconocimiento público del riesgo financiero vinculado al clima es más habitual. Así, el 67% de las empresas del G250 en los sectores de distribución minorista y el 65% de las empresas de petróleo y gas natural reconocen el riesgo. Además, solo seis empresas del G250 han informado a los inversores sobre los posibles efectos financieros del riesgo climático mediante un ejercicio de cuantificación o de modelización de escenarios.

Por último, el 67% de las 250 empresas más importantes del mundo revelan sus propios objetivos para reducir las emisiones de CO2, aunque la mayoría (69%) no los alinea con los objetivos climáticos establecidos por los Gobiernos, las autoridades regionales (Unión Europea) o la ONU. En España, el 60% de las grandes empresas recoge sus objetivos de reducción de emisiones.

Ecologistas en Acción denuncia la contaminación por ozono que deriva del transporte y de las centrales térmicas

Europa Press.- Cerca de 38 millones de españoles respiraron aire contaminado por ozono durante la primavera y el verano en España, lo que supone el 81% de la población, y el 87% del territorio estuvo expuesto a niveles superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, según las recomendaciones españolas la cifra se reduce hasta el 30% de los ciudadanos (27,6%), según el Informe La contaminación por ozono en el Estado español durante 2017 de Ecologistas en Acción, que destaca que esto supone uno de cada cuatro españoles (12,8 millones de personas) y que las comunidades autónomas con peor situación son Andalucía, Extremadura, Comunidad de Madrid, Murcia y Baleares.

Según el valor fijado por la Directiva 2008/50/CE y el Decreto 102/2011, las cifras de 2017 apuntan a un aumento de 2 y 3 millones de personas afectadas respecto a las evaluaciones de 2016 y 2015, y de 6 millones de personas más que las evaluaciones de 2013 y 2014. Es decir, que uno de cada cuatro españoles respira un aire que incumple el estándar legal vigente para el ozono.

Además, la ONG denuncia que solo 5 de 12 comunidades autónomas han elaborado sus preceptivos Planes de Mejora de Calidad del Aire, de modo que las 12 restantes siguen sin contar con estos planes obligatorios. Se trata de Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, País Valenciano, Extremadura, Comunidad de Madrid, Región de Murcia, Navarra y País Vasco.

Estos planes son obligatorios cuando se superan los valores objetivo para la protección de la salud y/o la vegetación y, precisamente, la negativa de estas 12 comunidades a elaborarlos motivó que en 2016 se presentara una denuncia contra el Reino de España ante la Comisión Europea, aunque esta queja se archivó en agosto de 2017 porque «el cumplimiento de los valores objetivo establecido para el ozono resulta complejo«. En este contexto, señala que el coste sanitario que se deriva de la contaminación por ozono troposférico supuso unos 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del Producto Interior Bruto (PIB) español, según el Banco Mundial.

Sin embargo, la ONG critica que pese a la vulneración de los límites legales, el Gobierno ha «aparcado sin fecha» el Plan Nacional de Ozono Troposférico y ha limitado las actuaciones previstas en cuanto a estudios científicos y la mejora de su medición. Entre las principales causas de este repunte, Ecologistas en Acción responsabiliza al aumento del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta del Gobierno «por las energías sucias en detrimento de las renovables».

Sobre este contaminante, la ONG explica que se forma en la baja atmósfera por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el tráfico rodado (vehículos diésel), las grandes centrales termoeléctricas y determinadas actividades industriales. Se trata por lo tanto de un contaminante secundario que afecta durante la primavera y el verano especialmente a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial. Además, señala que la evolución reciente de la contaminación está relacionada con la tendencia al incremento en verano de las temperaturas medias y de las olas de calor, como resultado del cambio climático.

Por ello, considera que la contaminación por ozono debería abordarse como un problema sanitario de primer orden y recuerda que las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2014 se registraron 1.600 muertes prematuras en España por exposición a niveles de contaminación por ozono como los registrados en la mayor parte del territorio durante 2017. De estos, los más afectados son niños, mayores, embarazadas y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares crónicas.

Finalmente, la ONG recomienda como principales vías de actuación la disminución del tráfico motorizados, la reducción de la necesidad de movilidad y potenciar el transporte público, así como facilitar el tránsito peatonal, el uso de la bicicleta en las ciudades o sustituir los disolventes orgánicos por agua y reducir de forma drástica la generación eléctrica en centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón, o limitar las emisiones contaminantes de los barcos en el caso de puertos con importante tránsito.

Científicos de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) valoran la importancia de la transición energética contra el cambio climático

EFE.- Científicos del Grupo de Investigación Antártico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) destacaron la importancia de realizar una transición energética hacia las renovables para combatir el cambio climático. En este sentido, los investigadores abordaron las causas, consecuencias, proyecciones y mitigación de un problema que, a juicio del académico Raúl Cordero, se debe especialmente a las grandes cantidades de dióxido de carbono que han cambiado significativamente la composición atmosférica.

«Tenemos en la atmósfera planetaria un 40% más de dióxido de carbono del que existía antes de que comenzáramos a quemar a escala industrial combustibles fósiles, es decir, alteramos enormemente la composición atmosférica», señaló. La forma de «salvar al planeta» es evitar que siga en aumento el proceso por el que la Tierra no devuelve al espacio la misma cantidad de energía que recibe del Sol, por lo que hay que enfocar los trabajos en el dióxido de carbono, apuntó.

«El dióxido de carbono es el que básicamente provoca más del 65% del desequilibrio radiactivo en el planeta y, además, es el que más rápidamente lo está haciendo», aseguró. Por este motivo, el investigador de la Usach aseveró que la forma de encarar este problema es reducir la huella de carbono. «Eso significa consumir menos combustibles fósiles y que Chile acelere su transición energética», recalcó.

Para este investigador, «no hay manera» de mitigar el cambio climático si no hay una transición energética «extraordinariamente urgente» mediante las renovables. «Son dos temas absolutamente ligados. La transición energética depende de la voluntad política, porque, si de precio se trata, las energías renovables son absolutamente competitivas sin ningún tipo de subsidio». «Si no hay transición energética, no hay manera de salvar el planeta», insistió.

Cañete avala que la Unión Europea apoye a las ciudades y regiones para alcanzar los objetivos de energía y clima

EFE.- El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, se mostró a favor de que las ciudades y regiones europeas reciban apoyo para alcanzar los objetivos en materia de clima y energía para el año 2030.

«Respetar los objetivos y compromisos para 2030 dependerá de una acción completa, que también depende de entes locales y regionales. No podemos llegar a buen puerto sin apoyarles», declaró Arias Cañete durante un debate en la sesión plenaria del Comité Europeo de las Regiones (CdR). «En las ciudades se consume mucha energía, pero también son nodos de innovación y crecimiento sostenible», apuntó, al tiempo que recordó que las regiones son particularmente vulnerables al cambio climático.

El comisario europeo destacó que el debate y la próxima cumbre del clima de Naciones Unidas que se celebrará en noviembre en Bonn llegan tras meses de condiciones climáticas «extremas» en varios países del mundo. «A finales de este siglo, las catástrofes naturales podrían afectar a dos tercios de la población europea cada año», advirtió. Además, destacó que, «en un entorno político cambiante», el papel de ciudades y regiones es «más importante que nunca» y que, si bien los retos que genera el cambio climático son «notables», también hay oportunidades de transición hacia una energía limpia para ciudadanos y economías.

Cañete reiteró el apoyo del Ejecutivo comunitario a iniciativas como el Pacto de Alcaldes para el Clima y la Energía, que reúne a 7.000 ciudades a nivel mundial en un compromiso para reducir emisiones y reforzar la labor local contra el cambio climático. Esta iniciativa «contribuye de manera decidida a los objetivos marcados para 2030 en parte gracias al Comité de las Regiones», destacó Cañete. El pleno del CdR, compuesto por 350 representantes regionales y locales de la Unión Europea, aprobó dos dictámenes en materia de medioambiente: sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático para aplicar el Acuerdo de París y sobre la revisión de la implementación de las políticas ambientales comunitarias.

Schindler Iberia recibe el certificado AENOR por su mejora y compromiso en la gestión medioambiental

Europa Press.– La empresa Schindler Iberia ha recibido el certificado de Gestión Ambiental de AENOR por su mejora y compromiso con la gestión medioambiental, en el marco del 10º aniversario de su sistema en materia ambiental. Las actividades del grupo certificadas son Ventas, Diseño, Desarrollo, Instalación, Mantenimiento, Rehabilitación y Servicio Posventa de Equipos Elevadores, según explicó Schindler.

Además, AENOR y Schindler han firmado su adhesión a la comunidad #PorElClima, acuerdo con el que las empresas buscan resaltar su compromiso en materia ambiental. Así, la empresa ha recalcado su responsabilidad con el medio ambiente, ya que, según afirma, utiliza energía limpia que revierte a la red eléctrica del edificio a través del proceso de recuperación de energía. La eliminación de los tradicionales aceites o la mejora de la eficiencia energética de sus productos son algunas de las medidas que ha instaurado la empresa y que le ha permitido obtener y mejorar la certificación.

Según Schindler, la implantación de un sistema de gestión ambiental proporciona una serie de beneficios económicos, derivados del ahorro en el consumo de energía, combustible y agua, así como de ahorros en el tratamiento de emisiones, vertidos o residuos. A estos beneficios económicos se le pueden sumar beneficios legales, como la reducción de riesgos de demandas de responsabilidades civiles y penales. Para obtener el certificado de Gestión Ambiental es necesario garantizar una correcta gestión, asegurar el cumplimiento de la legislación y mejorar el comportamiento ambiental.