La CE aprueba mejorar la eficiencia de los transformadores de energía

La Comisión Europea aprobó de manera oficial un reglamento para mejorar la eficiencia de los transformadores externos de energía a fin de reducir su consumo en 9 TWh y las emisiones de dióxido de carbono en 3,2 millones de toneladas al año.

El portavoz comunitario de Energía, Ferrán Tarradellas, recordó en rueda de prensa que estos aparatos sirven para adaptar el voltaje de la red a los ordenadores, teléfonos y otros dispositivos de uso cotidiano.

La CE calcula que la medida supondrá un ahorro equivalente al consumo energético de un año en un país como Lituania y que los consumidores europeos verán su gasto de energía reducido en alrededor de un 30 por ciento. Tarradellas indicó también que los nuevos dispositivos tendrán un precio similar al de los que se utilizan hoy en día.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, insistió en un comunicado en que fijar requisitos ambiciosos para mejorar el funcionamiento de este tipo de productos es una contribución importante para mejorar la eficiencia energética de la UE.

Tras la aprobación formal de la CE y su publicación en el Diario Oficial de la UE, la medida entrará en vigor en dos etapas, en 2010 y 2011.

Bruselas espera negociar pronto el apartado energético con Rusia

«Ya hemos repasado los temas energéticos, pero las negociaciones aún no han comenzado. Esperamos iniciar estas conversaciones en las próximas semanas», dijo Landáburu, director general de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea (CE), en rueda de prensa en Moscú.

El negociador europeo y su homólogo ruso, el embajador permanente ante la UE, Vladímir Chizhov, celebrarán la cuarta ronda de conversaciones sobre el nuevo acuerdo desde que Bruselas y Moscú reanudaran en diciembre este diálogo, congelado tras la incursión del Ejército ruso en Georgia en agosto pasado.

Landáburu confirmó que Rusia se niega a incluir en el futuro acuerdo de asociación, como desea la CE, los planteamientos de la Carta Energética, un marco de seguridad jurídica en inversiones, comercio y tránsito entre el este y el oeste de Europa. Pero subrayó que Moscú ha expresado su intención de «respetar los principios básicos de esta Carta«, que Rusia ha suscrito, pero se niega a ratificar.

«El objetivo de estas negociaciones es esclarecer cuán lejos podemos avanzar para incorporar los principios de la Carta Energética en el nuevo acuerdo», que sustituirá al vencido en diciembre pasado y prolongado automáticamente, puntualizó.

Landáburu indicó que ambas partes son altamente interdependientes en el ámbito energético, pues Rusia es un importante suministrador de carburantes a Europa, mientras la UE supone una fuente de ingresos crucial para el desarrollo de la economía rusa. «Para ambas partes resulta excepcionalmente importante lograr acuerdos sustanciales, que garanticen el abastecimiento estable de los consumidores europeos con recursos energéticos rusos», subrayó.

El diplomático señaló que la guerra en Georgia y el reconocimiento por Moscú de la independencia de dos entes separatistas del país caucásico supuso un duro golpe para las negociaciones, iniciadas en julio pasado tras dos años de vetos y reticencias de países comunitarios como Polonia y Lituania.

Pero se mostró satisfecho de que la Comisión Europea consiguiera convencer a la UE de la necesidad separar los asuntos políticos de los económicos y reanudar el diálogo con Rusia para crear un nuevo marco para las relaciones bilaterales.

Agregó que las negociaciones se vieron afectadas no solo por la guerra de Georgia y el conflicto de gas ruso-ucraniano de enero pasado, que alteró los suministros a Europa, sino también por la actual crisis financiera y económica global.

«La crisis financiera requiere buscar nuevas formas de gestión, basadas en los principios del multilaterialismo. La UE y Rusia deben convertirse en pilares de este nuevo mundo multipolar, para que tengan una voz de peso en la solución de los problemas», dijo.

Landáburu se mostró satisfecho de la marcha de las negociaciones del nuevo acuerdo, que «avanzan a velocidad de crucero«, y subrayó que el objetivo de la UE es que ese documento «abarque todos los ámbitos de las relaciones bilaterales y sea vinculante«.

El negociador europeo se negó a poner fechas a las conversaciones al señalar que lo importante es el contenido del nuevo acuerdo para «sentar unas relaciones estables y a largo plazo con Rusia«, a la que calificó de «socio estratégico» de los Veintisiete.

Por otra parte, Landáburu admitió la posibilidad de plantear la supresión de visados entre Rusia y la UE como un objetivo a largo plazo, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de conseguirlo pronto y abogó por la política de «pequeños pasos». «La supresión de los visados es una decisión que se toma en un contexto político global, para excluir posibles riesgos. Para ello, se requiere un alto nivel de confianza mutua, y Rusia para ello aún debe recorrer un buen camino», enfatizó el negociador europeo.

Bruselas espera negociar pronto el apartado energético con Rusia

«Ya hemos repasado los temas energéticos, pero las negociaciones aún no han comenzado. Esperamos iniciar estas conversaciones en las próximas semanas», dijo Landáburu, director general de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea (CE), en rueda de prensa en Moscú.

El negociador europeo y su homólogo ruso, el embajador permanente ante la UE, Vladímir Chizhov, celebrarán la cuarta ronda de conversaciones sobre el nuevo acuerdo desde que Bruselas y Moscú reanudaran en diciembre este diálogo, congelado tras la incursión del Ejército ruso en Georgia en agosto pasado.

Landáburu confirmó que Rusia se niega a incluir en el futuro acuerdo de asociación, como desea la CE, los planteamientos de la Carta Energética, un marco de seguridad jurídica en inversiones, comercio y tránsito entre el este y el oeste de Europa. Pero subrayó que Moscú ha expresado su intención de «respetar los principios básicos de esta Carta«, que Rusia ha suscrito, pero se niega a ratificar.

«El objetivo de estas negociaciones es esclarecer cuán lejos podemos avanzar para incorporar los principios de la Carta Energética en el nuevo acuerdo», que sustituirá al vencido en diciembre pasado y prolongado automáticamente, puntualizó.

Landáburu indicó que ambas partes son altamente interdependientes en el ámbito energético, pues Rusia es un importante suministrador de carburantes a Europa, mientras la UE supone una fuente de ingresos crucial para el desarrollo de la economía rusa. «Para ambas partes resulta excepcionalmente importante lograr acuerdos sustanciales, que garanticen el abastecimiento estable de los consumidores europeos con recursos energéticos rusos», subrayó.

El diplomático señaló que la guerra en Georgia y el reconocimiento por Moscú de la independencia de dos entes separatistas del país caucásico supuso un duro golpe para las negociaciones, iniciadas en julio pasado tras dos años de vetos y reticencias de países comunitarios como Polonia y Lituania.

Pero se mostró satisfecho de que la Comisión Europea consiguiera convencer a la UE de la necesidad separar los asuntos políticos de los económicos y reanudar el diálogo con Rusia para crear un nuevo marco para las relaciones bilaterales.

Agregó que las negociaciones se vieron afectadas no solo por la guerra de Georgia y el conflicto de gas ruso-ucraniano de enero pasado, que alteró los suministros a Europa, sino también por la actual crisis financiera y económica global.

«La crisis financiera requiere buscar nuevas formas de gestión, basadas en los principios del multilaterialismo. La UE y Rusia deben convertirse en pilares de este nuevo mundo multipolar, para que tengan una voz de peso en la solución de los problemas», dijo.

Landáburu se mostró satisfecho de la marcha de las negociaciones del nuevo acuerdo, que «avanzan a velocidad de crucero«, y subrayó que el objetivo de la UE es que ese documento «abarque todos los ámbitos de las relaciones bilaterales y sea vinculante«.

El negociador europeo se negó a poner fechas a las conversaciones al señalar que lo importante es el contenido del nuevo acuerdo para «sentar unas relaciones estables y a largo plazo con Rusia«, a la que calificó de «socio estratégico» de los Veintisiete.

Por otra parte, Landáburu admitió la posibilidad de plantear la supresión de visados entre Rusia y la UE como un objetivo a largo plazo, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de conseguirlo pronto y abogó por la política de «pequeños pasos». «La supresión de los visados es una decisión que se toma en un contexto político global, para excluir posibles riesgos. Para ello, se requiere un alto nivel de confianza mutua, y Rusia para ello aún debe recorrer un buen camino», enfatizó el negociador europeo.

Los 27 respaldan el acuerdo para liberalizar el mercado de gas y electricidad

Los países de la UE respaldaron de manera oficial el voto de esta semana en el Pleno del Parlamento Europeo (PE) para liberalizar el mercado del gas y la electricidad, incluida la separación patrimonial de las redes.

Los embajadores adjuntos de los Veintisiete aceptaron el compromiso al que llegaron en enero la Presidencia checa de turno de la UE, el PE y la Comisión Europea, que permitirá aprobar el llamado «tercer paquete sobre el mercado de la energía«.

La nueva legislación supondrá normas comunes para regular el mercado interno de la energía y el gas, fijará las condiciones de acceso a las redes trasnacionales y establecerá una agencia de cooperación entre reguladores energéticos, recordó la Presidencia en un comunicado.

El ministro checo de Industria, Martin Ríman, que consideró el resultado de las negociaciones «excelente» celebró que el PE haya aceptado mantener el difícil compromiso al que llegaron los países de la UE acerca de la separación de la propiedad entre redes de suministro y operadores de red, conocida como «ownership unbundling«. «Cada estado miembro podrá elegir el enfoque que más se adapte a sus condiciones específicas», explicó Ríman.

Los Veintisiete podrán elegir entre tres fórmulas de separación patrimonial tanto para el gas como para la electricidad: la división total entre producción, transporte y distribución de energía; la introducción de un operador independiente del sistema (ISO, por sus siglas en inglés); o de otro que controle la transmisión (ITO, también en inglés).

El tercer modelo fue el que más polémica generó porque aunque, según defendía Alemania, incluye salvaguardas suficientes para garantizar la separación, otros países alegaban que aún no había demostrado funcionar en la práctica.

Las medidas también ampliarán los derechos de los consumidores, ya que les permite cambiar de suministrador de manera gratuita en el plazo de tres semanas y obliga a las compañías a enviarles la factura final dentro de un periodo de seis semanas.

Asimismo, las empresas energéticas tendrán que facilitar a sus clientes todos los detalles sobre su consumo y compensaciones en caso de que no sean capaces de respetar los estándares de calidad.

Las eléctricas deberán equipar al 80 por ciento de los consumidores con mecanismos de medición inteligente a más tardar en 2020, en caso de que un estudio de impacto aún por elaborar concluya que esta medida es el paso más adecuado.

El próximo martes, la comisión de Industria del PE votará estas medidas antes de que el texto vuelva al Pleno de la Eurocámara el 21 de abril, tras lo que será adoptado formalmente en el Consejo de la UE.

Los 27 respaldan el acuerdo para liberalizar el mercado de gas y electricidad

Los países de la UE respaldaron de manera oficial el voto de esta semana en el Pleno del Parlamento Europeo (PE) para liberalizar el mercado del gas y la electricidad, incluida la separación patrimonial de las redes.

Los embajadores adjuntos de los Veintisiete aceptaron el compromiso al que llegaron en enero la Presidencia checa de turno de la UE, el PE y la Comisión Europea, que permitirá aprobar el llamado «tercer paquete sobre el mercado de la energía«.

La nueva legislación supondrá normas comunes para regular el mercado interno de la energía y el gas, fijará las condiciones de acceso a las redes trasnacionales y establecerá una agencia de cooperación entre reguladores energéticos, recordó la Presidencia en un comunicado.

El ministro checo de Industria, Martin Ríman, que consideró el resultado de las negociaciones «excelente» celebró que el PE haya aceptado mantener el difícil compromiso al que llegaron los países de la UE acerca de la separación de la propiedad entre redes de suministro y operadores de red, conocida como «ownership unbundling«. «Cada estado miembro podrá elegir el enfoque que más se adapte a sus condiciones específicas», explicó Ríman.

Los Veintisiete podrán elegir entre tres fórmulas de separación patrimonial tanto para el gas como para la electricidad: la división total entre producción, transporte y distribución de energía; la introducción de un operador independiente del sistema (ISO, por sus siglas en inglés); o de otro que controle la transmisión (ITO, también en inglés).

El tercer modelo fue el que más polémica generó porque aunque, según defendía Alemania, incluye salvaguardas suficientes para garantizar la separación, otros países alegaban que aún no había demostrado funcionar en la práctica.

Las medidas también ampliarán los derechos de los consumidores, ya que les permite cambiar de suministrador de manera gratuita en el plazo de tres semanas y obliga a las compañías a enviarles la factura final dentro de un periodo de seis semanas.

Asimismo, las empresas energéticas tendrán que facilitar a sus clientes todos los detalles sobre su consumo y compensaciones en caso de que no sean capaces de respetar los estándares de calidad.

Las eléctricas deberán equipar al 80 por ciento de los consumidores con mecanismos de medición inteligente a más tardar en 2020, en caso de que un estudio de impacto aún por elaborar concluya que esta medida es el paso más adecuado.

El próximo martes, la comisión de Industria del PE votará estas medidas antes de que el texto vuelva al Pleno de la Eurocámara el 21 de abril, tras lo que será adoptado formalmente en el Consejo de la UE.

La CE dedicará 1.600 millones de euros a la investigación en los próximos 4 años

La Comisión Europea (CE) destinará 1.600 millones de euros durante los próximos cuatro años a proyectos innovadores en las áreas de la industria, construcción de edificios más respetuosos con el medio ambiente y transporte ecológico, dentro del plan comunitario de relanzamiento económico.

La iniciativa se inscribe en las medidas aprobadas por el Consejo Europeo de primavera, y contará con un presupuesto total de 3.200 millones de euros, financiado a partes iguales con fondos del séptimo Programa Marco de investigación de la CE y con la contribución del sector privado, según anunciaron fuentes del Ejecutivo comunitario.

El plan se desarrollará entre 2010 y 2013, y se basa en tres áreas de colaboración entre la Comisión y el sector privado que prepararán el terreno para la competitividad europea en el futuro.

Los fondos comunitarios irán a parar a proyectos de construcción de edificios más eficientes en su abastecimiento energético, a la renovación tecnológica de las industrias y al desarrollo del «coche verde europeo«.

En particular, se destinarán 1.000 millones de euros (de los cuales 130 se otorgarán en 2010) a iniciativas de construcción inmobiliaria más respetuosas con el medio ambiente, con vistas a lograr un impacto positivo en los 32 millones de empleos que dependen de este sector en la UE.

El principal objetivo que han de cumplir estos proyectos es la reducción del consumo energético en la Unión, que depende en un 40 por ciento de los edificios, por medio de la integración de nuevas tecnologías -como la fotovoltaica o la domótica– en las nuevas construcciones y en inmuebles antiguos.

Las iniciativas del sector automovilístico, por su parte, contarán con 500 millones de euros en 2010 provenientes del Programa Marco, y en total dispondrán de 5.000 millones durante los próximos cuatro años, distribuidos entre los fondos comunitarios, préstamos del BCE y contribuciones de los estados miembros.

De este modo, se pretende asegurar los dos millones de empleos que dependen de forma directa del sector, y lograr que el «coche verde europeo» sea una realidad a largo plazo, para lo que habrá que desarrollar la tecnología y las infraestructuras necesarias.

Por último, el sector industrial, que da trabajo al 28% de los europeos, contará con incentivos por valor de 190 millones de euros en 2010 y un total de 1.200 millones durante los próximos cuatro años, con vistas a mejorar la eficiencia y aplicar técnicas como la robótica y la nanotecnología a la producción.

La Comisión Europea pretende que los proyectos se pongan en marcha «lo antes posible», y por ello ya ha iniciado el diálogo con los sectores industriales concernidos, según la citada fuente comunitaria.

La convocatoria para seleccionar a los destinatarios de las ayudas se abrirá el próximo mes de junio, y en julio de 2010 la CE anunciará a los elegidos, con objeto de que en ese mismo año den comienzo los proyectos.

La CE dedicará 1.600 millones de euros a la investigación en los próximos 4 años

La Comisión Europea (CE) destinará 1.600 millones de euros durante los próximos cuatro años a proyectos innovadores en las áreas de la industria, construcción de edificios más respetuosos con el medio ambiente y transporte ecológico, dentro del plan comunitario de relanzamiento económico.

La iniciativa se inscribe en las medidas aprobadas por el Consejo Europeo de primavera, y contará con un presupuesto total de 3.200 millones de euros, financiado a partes iguales con fondos del séptimo Programa Marco de investigación de la CE y con la contribución del sector privado, según anunciaron fuentes del Ejecutivo comunitario.

El plan se desarrollará entre 2010 y 2013, y se basa en tres áreas de colaboración entre la Comisión y el sector privado que prepararán el terreno para la competitividad europea en el futuro.

Los fondos comunitarios irán a parar a proyectos de construcción de edificios más eficientes en su abastecimiento energético, a la renovación tecnológica de las industrias y al desarrollo del «coche verde europeo«.

En particular, se destinarán 1.000 millones de euros (de los cuales 130 se otorgarán en 2010) a iniciativas de construcción inmobiliaria más respetuosas con el medio ambiente, con vistas a lograr un impacto positivo en los 32 millones de empleos que dependen de este sector en la UE.

El principal objetivo que han de cumplir estos proyectos es la reducción del consumo energético en la Unión, que depende en un 40 por ciento de los edificios, por medio de la integración de nuevas tecnologías -como la fotovoltaica o la domótica– en las nuevas construcciones y en inmuebles antiguos.

Las iniciativas del sector automovilístico, por su parte, contarán con 500 millones de euros en 2010 provenientes del Programa Marco, y en total dispondrán de 5.000 millones durante los próximos cuatro años, distribuidos entre los fondos comunitarios, préstamos del BCE y contribuciones de los estados miembros.

De este modo, se pretende asegurar los dos millones de empleos que dependen de forma directa del sector, y lograr que el «coche verde europeo» sea una realidad a largo plazo, para lo que habrá que desarrollar la tecnología y las infraestructuras necesarias.

Por último, el sector industrial, que da trabajo al 28% de los europeos, contará con incentivos por valor de 190 millones de euros en 2010 y un total de 1.200 millones durante los próximos cuatro años, con vistas a mejorar la eficiencia y aplicar técnicas como la robótica y la nanotecnología a la producción.

La Comisión Europea pretende que los proyectos se pongan en marcha «lo antes posible», y por ello ya ha iniciado el diálogo con los sectores industriales concernidos, según la citada fuente comunitaria.

La convocatoria para seleccionar a los destinatarios de las ayudas se abrirá el próximo mes de junio, y en julio de 2010 la CE anunciará a los elegidos, con objeto de que en ese mismo año den comienzo los proyectos.

La UE cierra el acuerdo para liberalizar el mercado del gas y la electricidad

El Parlamento Europeo y los países de la UE han logrado un acuerdo político para liberalizar el mercado del gas y la electricidad en la UE que prevé, entre otras medidas importantes, la separación patrimonial de las redes.

El compromiso informal alcanzado entre la comisión de Industria del PE y la Presidencia checa de turno de la UE aún debe ser respaldado por el Pleno de la Eurocámara y por el Consejo.

La adopción de estos dos amplios conjuntos de medidas traerá más libertad a los mercados, a la vez que reforzará los derechos de los consumidores, recordó la Eurocámara en un comunicado.

Una de las medidas más discutidas y que más difíciles han hecho las negociaciones es la de la separación de la propiedad entre redes de suministro y operadores de red, conocida como «ownership unbundling«.

Los países de la UE podrán finalmente, según el compromiso, elegir entre tres fórmulas de separación patrimonial tanto para el gas como para la electricidad: la división total entre producción, transporte y distribución de energía; la introducción de un operador independiente del sistema (ISO, por sus siglas en inglés); o de otro que controle la transmisión (ITO, también en inglés).

El tercer modelo fue el que más dudas despertó entre los Veintisiete porque aunque, según defendía Alemania, incluía salvaguardas suficientes para garantizar la separación, para otros aún no había demostrado funcionar en la práctica.

La Eurocámara, que era firme defensora de la separación patrimonial, ha aceptado finalmente los otros modelos al considerar que el mercado y las políticas de competencia «ya están llevando en la práctica a esa situación«, explicó en rueda de prensa la eurodiputada británica Eluned Morgan.

Además, los parlamentarios aseguran que cediendo en ese punto se ha logrado a cambio más independencia de los reguladores nacionales y más derechos para los consumidores.

Según el PE, el acuerdo supondrá un «claro refuerzo de los derechos de los consumidores«, que podrán cambiar de suministrador de gas o electricidad en tres semanas y sin ningún gasto y que recibirán obligatoriamente una mayor información sobre su consumo y facturación. Además, la nueva legislación prevé compensaciones para los usuarios en caso de que las empresas no cumplan con los niveles de calidad, por ejemplo, por errores o retrasos en las facturas.

También se impulsará, según Morgan, la implantación de «contadores inteligentes» que ayuden a reducir el consumo, en especial, en las horas puntas.

El pacto entre los eurodiputados y los Estados miembros obligará a las autoridades a garantizar el servicio de electricidad a todos los hogares independientemente de su ubicación y a que el acceso tenga precios «razonables» y «transparentes«.

Las dos directivas y tres reglamentos que forman este dossier incluyen también la creación de una Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores Energéticos, que aprobará líneas de actuación que posteriormente la Comisión Europea tendrá que hacer vinculantes para casos como los procedimientos en caso de emergencia.

También se establecerán redes europeas para la cooperación entre los operadores de las líneas de transmisión de electricidad y gas y se obligará a estas compañías a presentar a las autoridades nacionales sus planes de desarrollo cada dos años.

La UE impulsará además medidas para reforzar la independencia de los reguladores nacionales y para reforzar la colaboración entre ellos a escala europea.

El acuerdo, pendiente de aprobación final, mantiene también la llamada «cláusula de tercer país«, con la que la UE quiere proteger a sus empresas de los gigantes energéticos extracomunitarios. «Queremos que las compañías de otros países entren en el mercado europeo, pero que se atengan a nuestras reglas», justificó el eurodiputado italiano Antonio Mussa.

La UE cierra el acuerdo para liberalizar el mercado del gas y la electricidad

El Parlamento Europeo y los países de la UE han logrado un acuerdo político para liberalizar el mercado del gas y la electricidad en la UE que prevé, entre otras medidas importantes, la separación patrimonial de las redes.

El compromiso informal alcanzado entre la comisión de Industria del PE y la Presidencia checa de turno de la UE aún debe ser respaldado por el Pleno de la Eurocámara y por el Consejo.

La adopción de estos dos amplios conjuntos de medidas traerá más libertad a los mercados, a la vez que reforzará los derechos de los consumidores, recordó la Eurocámara en un comunicado.

Una de las medidas más discutidas y que más difíciles han hecho las negociaciones es la de la separación de la propiedad entre redes de suministro y operadores de red, conocida como «ownership unbundling«.

Los países de la UE podrán finalmente, según el compromiso, elegir entre tres fórmulas de separación patrimonial tanto para el gas como para la electricidad: la división total entre producción, transporte y distribución de energía; la introducción de un operador independiente del sistema (ISO, por sus siglas en inglés); o de otro que controle la transmisión (ITO, también en inglés).

El tercer modelo fue el que más dudas despertó entre los Veintisiete porque aunque, según defendía Alemania, incluía salvaguardas suficientes para garantizar la separación, para otros aún no había demostrado funcionar en la práctica.

La Eurocámara, que era firme defensora de la separación patrimonial, ha aceptado finalmente los otros modelos al considerar que el mercado y las políticas de competencia «ya están llevando en la práctica a esa situación«, explicó en rueda de prensa la eurodiputada británica Eluned Morgan.

Además, los parlamentarios aseguran que cediendo en ese punto se ha logrado a cambio más independencia de los reguladores nacionales y más derechos para los consumidores.

Según el PE, el acuerdo supondrá un «claro refuerzo de los derechos de los consumidores«, que podrán cambiar de suministrador de gas o electricidad en tres semanas y sin ningún gasto y que recibirán obligatoriamente una mayor información sobre su consumo y facturación. Además, la nueva legislación prevé compensaciones para los usuarios en caso de que las empresas no cumplan con los niveles de calidad, por ejemplo, por errores o retrasos en las facturas.

También se impulsará, según Morgan, la implantación de «contadores inteligentes» que ayuden a reducir el consumo, en especial, en las horas puntas.

El pacto entre los eurodiputados y los Estados miembros obligará a las autoridades a garantizar el servicio de electricidad a todos los hogares independientemente de su ubicación y a que el acceso tenga precios «razonables» y «transparentes«.

Las dos directivas y tres reglamentos que forman este dossier incluyen también la creación de una Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores Energéticos, que aprobará líneas de actuación que posteriormente la Comisión Europea tendrá que hacer vinculantes para casos como los procedimientos en caso de emergencia.

También se establecerán redes europeas para la cooperación entre los operadores de las líneas de transmisión de electricidad y gas y se obligará a estas compañías a presentar a las autoridades nacionales sus planes de desarrollo cada dos años.

La UE impulsará además medidas para reforzar la independencia de los reguladores nacionales y para reforzar la colaboración entre ellos a escala europea.

El acuerdo, pendiente de aprobación final, mantiene también la llamada «cláusula de tercer país«, con la que la UE quiere proteger a sus empresas de los gigantes energéticos extracomunitarios. «Queremos que las compañías de otros países entren en el mercado europeo, pero que se atengan a nuestras reglas», justificó el eurodiputado italiano Antonio Mussa.

La CE espera restaurar y reforzar la confianza en Rusia tras la crisis del gas

La Comisión Europea (CE) dijo que confía en restaurar y reforzar la confianza en Rusia tras la crisis de suministro de gas que afectó en enero a varios países de la Unión Europea (UE).

El portavoz comunitario de Energía, Ferrán Tarradellas, recordó en una rueda de prensa se celebra en Moscú el primer encuentro de alto nivel sobre cuestiones energéticas de la UE y Rusia tras la crisis.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, planteará al viceprimer ministro ruso, Igor Sechin, y al titular de Energía, Sergei Schmatko, la necesidad de reforzar el ya existente mecanismo de alerta rápida para prevenir crisis antes de que se produzcan.

Asimismo, la CE espera analizar la situación de la misión de observación que la UE desplegó en enero para controlar posibles nuevas irregularidades y que aún sigue sobre el terreno.

La CE prevé también hacer una presentación de las medidas de mercado interno de la energía, aún en negociaciones en las instituciones comunitarias, y de la segunda reforma estratégica que Bruselas propuso en noviembre con el triple objetivo de fomentar la solidaridad entre los países comunitarios, diversificar las fuentes de suministro y reforzar las infraestructuras de interconexiones. Asimismo, el Ejecutivo comunitario se referirá al plan de recuperación económica, indicó Tarradellas.

Bruselas espera recibir información por parte de Rusia sobre la situación en la que se encuentra su mercado energético, en concreto, su programa de inversión y su estrategia energética para 2030.

La cita también permitirá abordar el próximo encuentro del Consejo Permanente de asociación y cooperación UE-Rusia que se celebrará el 30 de abril en Rusia, probablemente en Moscú.

La crisis de principios de año estuvo motivada por una disputa comercial entre Rusia y Ucrania, principales países de suministro y tránsito de gas hacia Europa. Su incapacidad para ponerse de acuerdo sobre los precios del combustible provocaron un corte en el flujo que acabó afectando a varios países comunitarios, en especial a Bulgaria y Eslovaquia.

Las tensiones entre ambos países son una amenaza constante para la UE, ya que del gas que la UE importa del exterior (un 60 por ciento), el 42 por ciento viene de Rusia, que envía el 80 por ciento de sus exportaciones a través de Ucrania y el 20 por ciento vía Bielorrusia.