Los fotovoltaicos plantearon a Industria soluciones para resolver el déficit tarifario

Estas propuestas, «que fueron rechazadas por Industria», formaron parte de un paquete de soluciones, en el que también se incluía la lucha contra el fraude y la limitación a la repotenciación de las plantas (aumento de la potencia instalada), apuntó Juan Laso.

La financiación del déficit de tarifa (diferencia entre los costes y los ingresos del sistema eléctrico) por parte de los empresarios fotovoltaicos sería voluntaria y a través de los beneficios que obtienen de sus plantas.

Esta financiación se realizaría a tres años, en los que el problema del déficit se reduciría, aunque el importe de la contribución tendría que ser devuelta a los inversores pasado ese plazo.

Por lo que respecta a la renuncia a las primas, Laso explicó que la normativa actual garantiza a las instalaciones fotovoltaicas una determinada retribución para los primeros 25 años y otra, más reducida, desde el año 26 en adelante.

El presidente de la AEF reconoció que este sistema «no tiene sentido» porque las plantas recuperan la inversión a los 25 años, por lo que no sería necesario cobrar subvenciones a partir de esa fecha.

Entre las propuestas también figuraba la limitación a la repotenciación de las plantas, permitida por la normativa actual, de manera que los empresarios que decidieran ampliar sus instalaciones cobraran las primas actuales y no las de las primeras placas, mucho más elevadas.

En cuanto a las consecuencias de la falta de consenso en el proceso negociador con el ministerio, Laso las calificó de «gravísimas», puesto que este sector, con 23.000 millones de euros de inversión acumulada, más de 51.000 instalaciones, más de 35.000 pequeños inversores y también grandes inversores nacionales e internacionales, lleva ya más de cuatro meses bajo la amenaza de la seguridad de sus inversiones y esto provoca una paralización absoluta del sector».

También apuntó que «de nada vale legislar a futuro si no hay seguridad sobre la estabilidad jurídica de nuestras inversiones. Además se lesiona cada vez más el prestigio y la imagen de nuestro país ante la inversión, y sobre todo ante la tan necesaria inversión extranjera, y se dificulta la proyección de nuestras empresas en el exterior, sobre todo por la incertidumbre».

El presidente de AEF criticó la postura de Industria en las negociaciones para la revisión de las primas y aseguró que el ministerio no ha planteado ninguna propuesta formal, de manera que «mantiene la incertidumbre» sobre sus objetivos y que no se ha conseguido un consenso porque desde el ministerio «o no quieren o no saben».

Según Laso, «o es falta de voluntad del ministro para cerrar un acuerdo, o es incompetencia para entender la realidad de nuestro sector y la magnitud de las propuestas aportadas«, ya que «hemos trabajado como el que más para aportar fórmulas (muchas en el límite de las posibilidades reales de los inversores) que, respetando la seguridad jurídica y la viabilidad de las inversiones realizadas, contribuyan a reducir el déficit de tarifa».

Entre las propuestas informales figura una reducción de las primas para las futuras instalaciones del 45 por ciento para suelo (que podría alcanzar el 65 por ciento) y una limitación de las horas de producción subvencionadas.

Laso insistió que una limitación horaria sería un recorte retroactivo de la retribución, por lo tanto ilegal, y lamentó la paralización que sufre el sector por la incertidumbre sobre la futura normativa.

Industria había fijado el mes de julio como límite para llegar a un acuerdo con las asociaciones empresariales fotovoltaicas sobre la revisión de las primas, algo que no ha sido posible.

Laso indicó que este año «no tendrán vacaciones» y que la AEF seguirá trabajando durante el mes de agosto.

Los fotovoltaicos plantearon a Industria soluciones para resolver el déficit tarifario

Estas propuestas, «que fueron rechazadas por Industria», formaron parte de un paquete de soluciones, en el que también se incluía la lucha contra el fraude y la limitación a la repotenciación de las plantas (aumento de la potencia instalada), apuntó Juan Laso.

La financiación del déficit de tarifa (diferencia entre los costes y los ingresos del sistema eléctrico) por parte de los empresarios fotovoltaicos sería voluntaria y a través de los beneficios que obtienen de sus plantas.

Esta financiación se realizaría a tres años, en los que el problema del déficit se reduciría, aunque el importe de la contribución tendría que ser devuelta a los inversores pasado ese plazo.

Por lo que respecta a la renuncia a las primas, Laso explicó que la normativa actual garantiza a las instalaciones fotovoltaicas una determinada retribución para los primeros 25 años y otra, más reducida, desde el año 26 en adelante.

El presidente de la AEF reconoció que este sistema «no tiene sentido» porque las plantas recuperan la inversión a los 25 años, por lo que no sería necesario cobrar subvenciones a partir de esa fecha.

Entre las propuestas también figuraba la limitación a la repotenciación de las plantas, permitida por la normativa actual, de manera que los empresarios que decidieran ampliar sus instalaciones cobraran las primas actuales y no las de las primeras placas, mucho más elevadas.

En cuanto a las consecuencias de la falta de consenso en el proceso negociador con el ministerio, Laso las calificó de «gravísimas», puesto que este sector, con 23.000 millones de euros de inversión acumulada, más de 51.000 instalaciones, más de 35.000 pequeños inversores y también grandes inversores nacionales e internacionales, lleva ya más de cuatro meses bajo la amenaza de la seguridad de sus inversiones y esto provoca una paralización absoluta del sector».

También apuntó que «de nada vale legislar a futuro si no hay seguridad sobre la estabilidad jurídica de nuestras inversiones. Además se lesiona cada vez más el prestigio y la imagen de nuestro país ante la inversión, y sobre todo ante la tan necesaria inversión extranjera, y se dificulta la proyección de nuestras empresas en el exterior, sobre todo por la incertidumbre».

El presidente de AEF criticó la postura de Industria en las negociaciones para la revisión de las primas y aseguró que el ministerio no ha planteado ninguna propuesta formal, de manera que «mantiene la incertidumbre» sobre sus objetivos y que no se ha conseguido un consenso porque desde el ministerio «o no quieren o no saben».

Según Laso, «o es falta de voluntad del ministro para cerrar un acuerdo, o es incompetencia para entender la realidad de nuestro sector y la magnitud de las propuestas aportadas«, ya que «hemos trabajado como el que más para aportar fórmulas (muchas en el límite de las posibilidades reales de los inversores) que, respetando la seguridad jurídica y la viabilidad de las inversiones realizadas, contribuyan a reducir el déficit de tarifa».

Entre las propuestas informales figura una reducción de las primas para las futuras instalaciones del 45 por ciento para suelo (que podría alcanzar el 65 por ciento) y una limitación de las horas de producción subvencionadas.

Laso insistió que una limitación horaria sería un recorte retroactivo de la retribución, por lo tanto ilegal, y lamentó la paralización que sufre el sector por la incertidumbre sobre la futura normativa.

Industria había fijado el mes de julio como límite para llegar a un acuerdo con las asociaciones empresariales fotovoltaicas sobre la revisión de las primas, algo que no ha sido posible.

Laso indicó que este año «no tendrán vacaciones» y que la AEF seguirá trabajando durante el mes de agosto.

Los fotovoltaicos plantearon a Industria soluciones para resolver el déficit tarifario

Estas propuestas, «que fueron rechazadas por Industria», formaron parte de un paquete de soluciones, en el que también se incluía la lucha contra el fraude y la limitación a la repotenciación de las plantas (aumento de la potencia instalada), apuntó Juan Laso.

La financiación del déficit de tarifa (diferencia entre los costes y los ingresos del sistema eléctrico) por parte de los empresarios fotovoltaicos sería voluntaria y a través de los beneficios que obtienen de sus plantas.

Esta financiación se realizaría a tres años, en los que el problema del déficit se reduciría, aunque el importe de la contribución tendría que ser devuelta a los inversores pasado ese plazo.

Por lo que respecta a la renuncia a las primas, Laso explicó que la normativa actual garantiza a las instalaciones fotovoltaicas una determinada retribución para los primeros 25 años y otra, más reducida, desde el año 26 en adelante.

El presidente de la AEF reconoció que este sistema «no tiene sentido» porque las plantas recuperan la inversión a los 25 años, por lo que no sería necesario cobrar subvenciones a partir de esa fecha.

Entre las propuestas también figuraba la limitación a la repotenciación de las plantas, permitida por la normativa actual, de manera que los empresarios que decidieran ampliar sus instalaciones cobraran las primas actuales y no las de las primeras placas, mucho más elevadas.

En cuanto a las consecuencias de la falta de consenso en el proceso negociador con el ministerio, Laso las calificó de «gravísimas», puesto que este sector, con 23.000 millones de euros de inversión acumulada, más de 51.000 instalaciones, más de 35.000 pequeños inversores y también grandes inversores nacionales e internacionales, lleva ya más de cuatro meses bajo la amenaza de la seguridad de sus inversiones y esto provoca una paralización absoluta del sector».

También apuntó que «de nada vale legislar a futuro si no hay seguridad sobre la estabilidad jurídica de nuestras inversiones. Además se lesiona cada vez más el prestigio y la imagen de nuestro país ante la inversión, y sobre todo ante la tan necesaria inversión extranjera, y se dificulta la proyección de nuestras empresas en el exterior, sobre todo por la incertidumbre».

El presidente de AEF criticó la postura de Industria en las negociaciones para la revisión de las primas y aseguró que el ministerio no ha planteado ninguna propuesta formal, de manera que «mantiene la incertidumbre» sobre sus objetivos y que no se ha conseguido un consenso porque desde el ministerio «o no quieren o no saben».

Según Laso, «o es falta de voluntad del ministro para cerrar un acuerdo, o es incompetencia para entender la realidad de nuestro sector y la magnitud de las propuestas aportadas«, ya que «hemos trabajado como el que más para aportar fórmulas (muchas en el límite de las posibilidades reales de los inversores) que, respetando la seguridad jurídica y la viabilidad de las inversiones realizadas, contribuyan a reducir el déficit de tarifa».

Entre las propuestas informales figura una reducción de las primas para las futuras instalaciones del 45 por ciento para suelo (que podría alcanzar el 65 por ciento) y una limitación de las horas de producción subvencionadas.

Laso insistió que una limitación horaria sería un recorte retroactivo de la retribución, por lo tanto ilegal, y lamentó la paralización que sufre el sector por la incertidumbre sobre la futura normativa.

Industria había fijado el mes de julio como límite para llegar a un acuerdo con las asociaciones empresariales fotovoltaicas sobre la revisión de las primas, algo que no ha sido posible.

Laso indicó que este año «no tendrán vacaciones» y que la AEF seguirá trabajando durante el mes de agosto.

El Gobierno inspeccionará un 25% de plantas fotovoltaicas y hará devolver las primas a las inscritas de forma irregular

Estas medidas se recogen en un borrador del Real Decreto, que en Industria llaman coloquialmente «de trazabilidad», que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros y en el que se ofrece a los titulares de plantas irregulares la posibilidad de pasar de forma voluntaria al régimen retributivo que realmente les corresponde, mucho menos beneficioso, para evitar las sanciones.

Las plantas solares fotovoltaicas reciben subvenciones diferentes según su fecha de entrada en funcionamiento y en septiembre de 2008 se produjo un «efecto llamada» y un «aluvión» de solicitudes de instalaciones que pretendían entrar en la retribución del Real Decreto 661/2007, de mejores condiciones que la de la norma posterior.

Las inspecciones realizadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE) demostraron que algunas de las instalaciones que se inscribieron en las últimas semanas de vigencia de este decreto no estaban conectadas a la red en esa fecha, un requisito que era necesario para acogerse a su retribución.

En una primera fase se inspeccionarán 800 megavatios (MW) de instalaciones, cerca de una cuarta parte de los 3.300 MW inscritos, con preferencia para aquellas que se inscribieron en los últimos días con derecho a la retribución del 661.

En un plazo de 45 días, la CNE pedirá a las instalaciones inspeccionadas documentación que demuestre que contaban con los paneles, los inversores y, en su caso, los seguidores con la suficiente antelación como para estar funcionando el 29 de septiembre de 2008, la fecha límite de conexión.

Las plantas que no puedan acreditar su situación en los dos meses siguientes al requerimiento serán expulsadas del sistema de primas, aunque podrán seguir vendiendo su producción en el mercado, y tendrán que devolver las subvenciones recibidas, con intereses de demora, desde septiembre de 2008 .

Además, al margen del Real Decreto, Industria puede iniciar procesos sancionadores por la vía administrativa o penal con los titulares infractores.

Las plantas irregulares podrán volver al sistema subvencionado, pero para ello tendrán que inscribirse en el prerregistro, donde ocuparán el último lugar y en el que existe una lista de espera de entre tres y cuatro años, según Industria.

La disposición adicional primera del Real Decreto establece que los titulares de plantas que crean que están en situación irregular pueden renunciar voluntariamente a la retribución del 661 y pasar al primera convocatoria del 1578, lo que supone cobrar 320 euros por megavatio hora (MWh) en lugar de 465.

De esta manera, los empresarios evitarán la investigación y sus posibles consecuencias, es decir, la devolución de las primas y la expulsión del régimen de subvenciones.

El importe de las devoluciones de primas será gestionado por la CNE, para financiar costes regulados como transporte, distribución y las propias primas, lo que podrá repercutir en una contención del déficit de tarifa (diferencia entre los gastos del sistema eléctrico y los ingresos que se obtienen por la factura de la luz).

La persecución de las irregularidades, indican las fuentes, es en una de las prioridades de la Secretaría de Estado de Energía, cuyos técnicos temen que el fraude fotovoltaico, a la vista de las inspecciones acometidas hasta la fecha por la CNE, afecten a cerca del 15% de los megavatios del sector. En España, hay cerca de 55.000 instalaciones fotovoltaicas.

El Ministerio de Industria asegura que este decreto cuenta con el apoyo del sector fotovoltaico y con el de las comunidades autónomas, con las que no se incurrirá en conflicto porque, al margen de la potestad de estas últimas para dar ciertas autorizaciones, el reparto de la prima corresponde en última instancia al Gobierno central.

El Gobierno inspeccionará un 25% de plantas fotovoltaicas y hará devolver las primas a las inscritas de forma irregular

Estas medidas se recogen en un borrador del Real Decreto, que en Industria llaman coloquialmente «de trazabilidad», que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros y en el que se ofrece a los titulares de plantas irregulares la posibilidad de pasar de forma voluntaria al régimen retributivo que realmente les corresponde, mucho menos beneficioso, para evitar las sanciones.

Las plantas solares fotovoltaicas reciben subvenciones diferentes según su fecha de entrada en funcionamiento y en septiembre de 2008 se produjo un «efecto llamada» y un «aluvión» de solicitudes de instalaciones que pretendían entrar en la retribución del Real Decreto 661/2007, de mejores condiciones que la de la norma posterior.

Las inspecciones realizadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE) demostraron que algunas de las instalaciones que se inscribieron en las últimas semanas de vigencia de este decreto no estaban conectadas a la red en esa fecha, un requisito que era necesario para acogerse a su retribución.

En una primera fase se inspeccionarán 800 megavatios (MW) de instalaciones, cerca de una cuarta parte de los 3.300 MW inscritos, con preferencia para aquellas que se inscribieron en los últimos días con derecho a la retribución del 661.

En un plazo de 45 días, la CNE pedirá a las instalaciones inspeccionadas documentación que demuestre que contaban con los paneles, los inversores y, en su caso, los seguidores con la suficiente antelación como para estar funcionando el 29 de septiembre de 2008, la fecha límite de conexión.

Las plantas que no puedan acreditar su situación en los dos meses siguientes al requerimiento serán expulsadas del sistema de primas, aunque podrán seguir vendiendo su producción en el mercado, y tendrán que devolver las subvenciones recibidas, con intereses de demora, desde septiembre de 2008 .

Además, al margen del Real Decreto, Industria puede iniciar procesos sancionadores por la vía administrativa o penal con los titulares infractores.

Las plantas irregulares podrán volver al sistema subvencionado, pero para ello tendrán que inscribirse en el prerregistro, donde ocuparán el último lugar y en el que existe una lista de espera de entre tres y cuatro años, según Industria.

La disposición adicional primera del Real Decreto establece que los titulares de plantas que crean que están en situación irregular pueden renunciar voluntariamente a la retribución del 661 y pasar al primera convocatoria del 1578, lo que supone cobrar 320 euros por megavatio hora (MWh) en lugar de 465.

De esta manera, los empresarios evitarán la investigación y sus posibles consecuencias, es decir, la devolución de las primas y la expulsión del régimen de subvenciones.

El importe de las devoluciones de primas será gestionado por la CNE, para financiar costes regulados como transporte, distribución y las propias primas, lo que podrá repercutir en una contención del déficit de tarifa (diferencia entre los gastos del sistema eléctrico y los ingresos que se obtienen por la factura de la luz).

La persecución de las irregularidades, indican las fuentes, es en una de las prioridades de la Secretaría de Estado de Energía, cuyos técnicos temen que el fraude fotovoltaico, a la vista de las inspecciones acometidas hasta la fecha por la CNE, afecten a cerca del 15% de los megavatios del sector. En España, hay cerca de 55.000 instalaciones fotovoltaicas.

El Ministerio de Industria asegura que este decreto cuenta con el apoyo del sector fotovoltaico y con el de las comunidades autónomas, con las que no se incurrirá en conflicto porque, al margen de la potestad de estas últimas para dar ciertas autorizaciones, el reparto de la prima corresponde en última instancia al Gobierno central.

El Gobierno inspeccionará un 25% de plantas fotovoltaicas y hará devolver las primas a las inscritas de forma irregular

Estas medidas se recogen en un borrador del Real Decreto, que en Industria llaman coloquialmente «de trazabilidad», que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros y en el que se ofrece a los titulares de plantas irregulares la posibilidad de pasar de forma voluntaria al régimen retributivo que realmente les corresponde, mucho menos beneficioso, para evitar las sanciones.

Las plantas solares fotovoltaicas reciben subvenciones diferentes según su fecha de entrada en funcionamiento y en septiembre de 2008 se produjo un «efecto llamada» y un «aluvión» de solicitudes de instalaciones que pretendían entrar en la retribución del Real Decreto 661/2007, de mejores condiciones que la de la norma posterior.

Las inspecciones realizadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE) demostraron que algunas de las instalaciones que se inscribieron en las últimas semanas de vigencia de este decreto no estaban conectadas a la red en esa fecha, un requisito que era necesario para acogerse a su retribución.

En una primera fase se inspeccionarán 800 megavatios (MW) de instalaciones, cerca de una cuarta parte de los 3.300 MW inscritos, con preferencia para aquellas que se inscribieron en los últimos días con derecho a la retribución del 661.

En un plazo de 45 días, la CNE pedirá a las instalaciones inspeccionadas documentación que demuestre que contaban con los paneles, los inversores y, en su caso, los seguidores con la suficiente antelación como para estar funcionando el 29 de septiembre de 2008, la fecha límite de conexión.

Las plantas que no puedan acreditar su situación en los dos meses siguientes al requerimiento serán expulsadas del sistema de primas, aunque podrán seguir vendiendo su producción en el mercado, y tendrán que devolver las subvenciones recibidas, con intereses de demora, desde septiembre de 2008 .

Además, al margen del Real Decreto, Industria puede iniciar procesos sancionadores por la vía administrativa o penal con los titulares infractores.

Las plantas irregulares podrán volver al sistema subvencionado, pero para ello tendrán que inscribirse en el prerregistro, donde ocuparán el último lugar y en el que existe una lista de espera de entre tres y cuatro años, según Industria.

La disposición adicional primera del Real Decreto establece que los titulares de plantas que crean que están en situación irregular pueden renunciar voluntariamente a la retribución del 661 y pasar al primera convocatoria del 1578, lo que supone cobrar 320 euros por megavatio hora (MWh) en lugar de 465.

De esta manera, los empresarios evitarán la investigación y sus posibles consecuencias, es decir, la devolución de las primas y la expulsión del régimen de subvenciones.

El importe de las devoluciones de primas será gestionado por la CNE, para financiar costes regulados como transporte, distribución y las propias primas, lo que podrá repercutir en una contención del déficit de tarifa (diferencia entre los gastos del sistema eléctrico y los ingresos que se obtienen por la factura de la luz).

La persecución de las irregularidades, indican las fuentes, es en una de las prioridades de la Secretaría de Estado de Energía, cuyos técnicos temen que el fraude fotovoltaico, a la vista de las inspecciones acometidas hasta la fecha por la CNE, afecten a cerca del 15% de los megavatios del sector. En España, hay cerca de 55.000 instalaciones fotovoltaicas.

El Ministerio de Industria asegura que este decreto cuenta con el apoyo del sector fotovoltaico y con el de las comunidades autónomas, con las que no se incurrirá en conflicto porque, al margen de la potestad de estas últimas para dar ciertas autorizaciones, el reparto de la prima corresponde en última instancia al Gobierno central.

La normativa que el Gobierno insinúa para la fotovoltaica será la ruina del sector, según la Generalitat de Valencia

Mario Flores ha ratificado la oposición frontal de la Generalitat a la intención del Gobierno central de rebajar la primas a las instalaciones solares fotovoltaicas y de aplicar dicha rebaja tarifaria con carácter retroactivo a las instalaciones ya existentes.

Ha insistido en que «si la revisión de tarifas se lleva a cabo con carácter retroactivo, se quebrarían las condiciones legalmente establecidas y se vulnerarían los derechos adquiridos por los inversores«.

El titular de Infraestructuras ha subrayado que en lugar de desarrollar un marco normativo que genere confianza en los inversores, que dé estabilidad al sector y que, en definitiva, contribuya a impulsar la energía solar fotovoltaica, «el Gobierno está generando una incertidumbre y desconcierto insoportables para un sector que cuenta en la Comunitat con más de 350 empresas dedicadas a la instalación y mantenimiento de sistemas fotovoltaicos».

La normativa que el Gobierno insinúa para la fotovoltaica será la ruina del sector, según la Generalitat de Valencia

Mario Flores ha ratificado la oposición frontal de la Generalitat a la intención del Gobierno central de rebajar la primas a las instalaciones solares fotovoltaicas y de aplicar dicha rebaja tarifaria con carácter retroactivo a las instalaciones ya existentes.

Ha insistido en que «si la revisión de tarifas se lleva a cabo con carácter retroactivo, se quebrarían las condiciones legalmente establecidas y se vulnerarían los derechos adquiridos por los inversores«.

El titular de Infraestructuras ha subrayado que en lugar de desarrollar un marco normativo que genere confianza en los inversores, que dé estabilidad al sector y que, en definitiva, contribuya a impulsar la energía solar fotovoltaica, «el Gobierno está generando una incertidumbre y desconcierto insoportables para un sector que cuenta en la Comunitat con más de 350 empresas dedicadas a la instalación y mantenimiento de sistemas fotovoltaicos».

La normativa que el Gobierno insinúa para la fotovoltaica será la ruina del sector, según la Generalitat de Valencia

Mario Flores ha ratificado la oposición frontal de la Generalitat a la intención del Gobierno central de rebajar la primas a las instalaciones solares fotovoltaicas y de aplicar dicha rebaja tarifaria con carácter retroactivo a las instalaciones ya existentes.

Ha insistido en que «si la revisión de tarifas se lleva a cabo con carácter retroactivo, se quebrarían las condiciones legalmente establecidas y se vulnerarían los derechos adquiridos por los inversores«.

El titular de Infraestructuras ha subrayado que en lugar de desarrollar un marco normativo que genere confianza en los inversores, que dé estabilidad al sector y que, en definitiva, contribuya a impulsar la energía solar fotovoltaica, «el Gobierno está generando una incertidumbre y desconcierto insoportables para un sector que cuenta en la Comunitat con más de 350 empresas dedicadas a la instalación y mantenimiento de sistemas fotovoltaicos».

El avión Zephyr, que opera con energía solar, vuela casi 14 días de vuelo sin pausa

El Zephyr, que había iniciado su prueba el 9 de julio a las 13:40 GMT retornó a la pista del Campo de Pruebas del Ejército en Yuma, Arizona, a las 14:07 GMT del 23 de julio, indicó Yoli Canales, portavoz militar de esa instalación castrense.

El Zephyr, que pesa unos 50 kilogramos y tiene una envergadura de 22,5 metros, sobrevoló sin pausas a una altura de unos 18.000 metros durante el día y de 12.000 metros durante la noche.

La firma fabricante QinetiQ indicó que la duración del vuelo del Zephyr fue de 336 horas y 24 minutos.

El Zephyr que aterrizó en Yuma batió todas las marcas mundiales de duración de vuelo y cuadriplicó su propio récord, no oficial, de 82 horas y 37 minutos establecido en 2008.

El récord mundial oficial hasta hoy para el vuelo más prolongado de una aeronave sin tripulación es el establecido el 22 de marzo de 2001 por el RQ-4A Global Hawk, de Northrop Grumman, con 30 horas y 24 minutos.

QinetiQ invitó a la Federación Aeronáutica Internacional para que observara el vuelo de su Zephyr en Yuma y certificara la duración del mismo.

Las aplicaciones potenciales de un aparato de este tipo son la observación de terreno y el enlace de comunicaciones, asuntos de mucho interés para las Fuerzas Armadas.

El Zephyr, lanzado al aire con la propulsión facilitada por cinco hombres, continuó volando con energía solar que se obtiene de paneles solares de silicona amorfa delgados como hojas de papel y que cubren las alas del avión.

Los mismos paneles recargan baterías de litio y azufre y éstas dan energía para la operación durante la noche. El modelo que sobrevoló el Campo Yuma es casi un 50 por ciento más grande que su predecesor de forma que puede acomodar más baterías y un sistema mejorado para el manejo de la energía.

A diferencia de otros muchos modelos de aviones, tripulados o no, el Zephyr no necesita volver a la base a intervalos regulares para un abastecimiento de combustible, o para el servicio de sus motores y esto «minimiza la cadena logística de suministros y extiende la capacidad de operaciones», señaló la empresa.

QinetiQ espera que su Zephyr le quite el empleo al Global Hawk, un avión operado por control remoto y que usan actualmente la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea de EEUU para tareas de observación.

El Global Hawk tiene un precio de aproximadamente 123 millones de dólares y su diseño es similar al vetusto avión espía U-2 de Lockheed.

El Zephyr puede transportarse fácilmente dentro de un contenedor sobre un vehículo de tierra por cualquier ruta transitable y, una vez lanzado, puede permanecer encima de un área durante semanas, si no meses, lo que lo convierte en un puesto de observación mucho más barato que los satélites o los aviones convencionales tripulados o no tripulados, que funcionan con combustibles.

Para la prueba sobre Yuma el Zephyr cargó un equipo de comunicaciones configurado para satisfacer las necesidades del Ministerio de Defensa del Reino Unido.