España es una potencia eólica mundial, y al igual que sus grandes competidores internacionales, lleva tiempo tomando posiciones en China, en espera de poder saltar de la producción de aerogeneradores al desarrollo de parques eólicos, en un país que instalará al menos cera de 25 gigavatios en una década.
A la feria anual del sector en Pekín se han sumado este año otras dos en Shanghai, donde acaba de celebrarse la última de ellas, «Wind Power 2007«, a cuyo congreso paralelo acudieron gigantes españoles como Gamesa e Iberdrola, y entre cuyos expositores no faltaron Acciona, Vestas, Nordex, Suzlon, Siemens y General Electric.
Todo el mundo tiene la mirada puesta en China, aunque en los pasillos muchos coinciden en los desafíos que debe afrontar el sector eólico chino para resultar atractivo a los grandes inversores internacionales. Los escollos principales para todos ellos son sobre todo dos, explicó José Gil López, responsable del departamento de Relaciones Internacionales del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio de Industria español.
Por un lado, si algo frena la inversión es «no encontrarse con unos precios realmente atractivos, con un marco regulador que garantice un retorno adecuado de las inversiones», señaló, además de «las limitaciones de la red eléctrica china, que aún no está muy desarrollada», lo que dificulta la integración de la energía eólica.
El problema de los precios de venta de la electricidad producida, según explicaron otras fuentes del sector, se debe a que la ley china separa los proyectos eólicos entre los que tienen más o menos de 50 megavatios de potencia instalada. Mientras los precios de los parques menores se deciden negociando directamente con la compañía eléctrica local a la que se añadirá la electricidad generada, los grandes proyectos se adjudican a través de una puja, de manera que se lleva el proyecto quien ofrece vender la energía a menor precio.
En la actualidad las grandes eléctricas estatales chinas se están llevando esos contratos, ya que no se guían tanto por buscar rentabilidad, sino por cumplir con los objetivos marcados por el gobierno, que les exige plazos para que un porcentaje de su energía total provenga de energías renovables.
«Aquí indudablemente hay una dosis de proteccionismo importante, y se trata de ir convenciendo al regulador chino de que el desarrollo eólico pasa por abrir las puertas a los que tienen experiencia en desarrollar parques», señaló Ramón Fiestas, secretario general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). «Tiene una parte de lógica, pero tratamos de que le pierdan el miedo a la inversión extranjera, que en cualquier caso se va a tener que apoyar muchísimo en el tejido industrial local», añadió.
En cuanto a los problemas con la red, «en los sitios donde hay mucho viento, no hay mucha gente, y en los sitios donde hay mucho consumo, no hay mucho viento», explicó otro experto occidental. «Hace falta construir una red que lleve la electricidad desde Mongolia Interior (norte) hasta grandes urbes como Shanghai (este)».
Con todo, nadie ignora el potencial eólico de la inmensa China, y en el caso de las firmas españolas, mientras Acciona y Gamesa ya producen y tienen instalados aerogeneradores en el país, Iberdrola abrió una oficina de prospección del mercado en Pekín.
«Es poner una torre de vigilancia en un mercado que se tiene que desarrollar», explicó Carlos Gascó, que encabeza la unidad de prospección de Iberdrola Energías Renovables. «El mercado chino es muy importante, muy grande y muy prometedor, y queremos estar bien posicionados para, cuando las condiciones sean las adecuadas, invertir en él con seguridad y de una forma rentable», indicó.
En el sector muchos dan por seguro que a medio plazo China contará también con varias firmas eólicas internacionales.
«Lo normal es que sea así», concluyó el responsable de IDAE«. «El combustible viento va a estar disponible ahí siempre, lo que no se puede decir del petróleo, y muchos países se están dando cuenta de que esto no es un capricho medioambiental, sino que desde el punto de vista económico tiene todo el sentido del mundo, como una fuente de estabilidad económica y de unos precios estables».