Este proyecto de ley, aprobado por 24 votos a favor, 14 en contra y dos abstenciones, establece la creación de un mercado secundario organizado del gas, con entrega física, que permitirá obtener precios «más competitivos» y transparentes para los consumidores y facilitar la entrada de nuevos comercializadores.
Respecto a las medidas tributarias en materia de exploración, investigación y explotación de hidrocarburos, se contempla la creación de un nuevo impuesto sobre el valor de la producción de hidrocarburos de manera que las rentas económicas derivadas de los yacimientos reviertan en el conjunto de la sociedad de la zona.
En esta línea, se fija una compensación a los propietarios de los terrenos situados sobre el yacimiento, del 1% del valor de la producción anual de los hidrocarburos, y se modifican los cánones de superficie existentes, creándose otros nuevos por realizar sondeos y sísmicas. En la memoria económica del proyecto, el Gobierno calculó que el nuevo Impuesto sobre el Valor de la Extracción de Gas, Petróleo y Condensados permitiría recaudar hasta 316,3 millones de euros al año.
Otra de las principales novedades se encuentra que las gasolineras podrán venderse combustible entre ellas, al igual que las distribuidoras, mientras que hasta la fecha solo podían hacerlo al consumidor final.
Asimismo, para incrementar la eficiencia en el sector de productos petrolíferos y combatir el fraude se establecen ciertas obligaciones de suministro a los comercializadores de GLP. Igualmente, se introduce la posibilidad de inhabilitar temporalmente a los operadores de productos petrolíferos para actuar como tales durante la inspección de expedientes sancionadores relativos, entre otros, a fraude fiscal.
En la sesión de este jueves se incorporaron las enmiendas del PP, entre las que figura limitar la cuota de mercado de las petroleras en cada provincia al 30% en términos de ventas minoristas anuales, a partir del 1 de julio del año 2016, y no de número de estaciones de servicio como hasta ahora. Esta medida permitirá que otros agentes entren en el mercado y exista una mayor competencia.
También eliminaron la autorización previa para las empresas comercializadoras de gas natural de países de fuera de la Unión Europea si ya cuenta con el permiso de algún país miembro y modificó la periodicidad con que las gasolineras envían a Industria sus datos, entre otras cuestiones. Además, se posibilita que cualquier instalador de gas natural habilitado pueda realizar la inspección de las instalaciones receptoras.
Además, de entre las más de 200 enmiendas presentadas, se aprobaron tres transaccionales, en las que se incluyen enmiendas del PSOE, CiU, UPyD y el propio PP, y una enmienda propuesta por UPN, así como una enmienda «in voce» del PP, todas ellas de carácter técnico.
Uno de estos cambios introducidos en este trámite supone la modificación del régimen infractor para prever que los daños al medio ambiente que se causen por las actividades incluidas en el ámbito de la ley o por la construcción, ampliación, explotación o modificación de instalaciones afectas sin la necesaria autorización, concesión o declaración responsable será considerado una infracción muy grave, lo mismo que ya se preveía cuando los afectados son personas o bienes.
El PP ya preveía en sus enmiendas originales incluir entre las infracciones muy graves el incumplimiento de las limitaciones sobre participación en el accionariado del operador del mercado de gas; y atribuía la capacidad sancionadora en función de la materia y el territorio y no del órgano autorizador.
Una reforma «necesaria, eficaz y transparente»
El portavoz del PP de Energía, Guillermo Mariscal, aseguró que esta ley es «necesaria, eficaz, proporcional e imprescindible para salvaguardar el interés público» a la par que pretende «levantar las barreras» que persisten en el sector e «impulsar la transparencia», particularmente en el ámbito del mercado de gas.
Además, defendió la necesidad de «incentivar la búsqueda de recursos» energéticos en el país, siempre con todas las garantías medioambientales y redistribuyendo los costes de esta actividad a través de la creación de un nuevo impuesto sobre la extracción de hidrocarburos.
Mariscal defendió que la posibilidad de que las gasolineras y distribuidoras puedan venderse combustible entre ellas «traerá consigo mayor poder de compra» y «sin duda alguna una rebaja de los precios».
Por último, subrayó la importancia de los cambios introducidos mediante enmiendas «muy ambiciosas» para «propiciar más competitividad» en la distribución minorista de carburantes que acaben facilitando «bajadas de precio en la venta al público». «La ley de 2013 no fue lo suficientemente productiva y queremos seguir profundizando en esta vía», añadió Mariscal, subrayando que el «objeto último» de toda la norma es la «generación de riqueza y empleo».
Su «flanco más débil», el mercado del gas
El portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, consideró que esta reforma era «necesaria» y que aborda algunos aspectos de manera «adecuada y correcta», como por ejemplo el reparto de los beneficios fiscales entre los territorios afectados por la explotación de hidrocarburos, aunque pidió que se prevengan posibles «manejos especulativos» de terrenos.
También defendió una regulación rigurosa del fracking para prevenir riesgos medioambientales, y advirtió de que «el flanco más débil» de la ley está en la creación del mercado del gas natural, que es necesario crear pero dado el «precedente» del mercado eléctrico es necesaria «la mayor de las precauciones» para evitar repetir errores pasados.
Por su parte, el portavoz económico del PNV, Pedro Azpiazu, precisó que esta ley «ni permite ni impide el fracking» sino que «mediante la fiscalidad» se establece un «reparto de los beneficios de la explotación de hidrocarburos entre los perjudicados» por esta actividad. En este sentido, reclamó que estas compensaciones no estén condicionadas a la disponibilidad financiera.
Además, aplaudió el acuerdo entre el PNV y el Ministerio de Industria en relación con el operador del mercado de gas regulado, que permitirá que Iberian Hub Gas y el nuevo Mibgas se «unifiquen» para «aprovechar las sinergias» entre ambas entidades, de modo que se integre su actividad y empleo y su domicilio social se sitúe en Bilbao. «Es un buen acuerdo», zanjó.
Una ocasión perdida para «un gran pacto»
El portavoz de Energía del PSOE, José Segura, criticó que pese a la oferta de «mano tendida» del Gobierno para negociar esta ley no se haya aceptado ninguna de sus enmiendas, y además teme que no servirá para fomentar ni la liberalización del sector ni la bajada de precios.
Segura se quejó de que no se incorpore su propuesta de crear un bono social para el gas butano y valoró las «posibilidades excepcionales» que se abren con la creación de un mercado organizado del gas.
Su compañero Román Ruiz lamentó que se haya «desaprovechado» la ocasión de alcanzar «un gran acuerdo» para incrementar la competencia en la venta de combustibles, sobre todo entre los proveedores y añadió que «estas medidas son insuficientes» para garantizarla.
Ruiz calificó de «brindis al sol» la iniciativa por la que los grandes operadores petroleros no podrán copar más del 30% de las ventas minoristas anuales en cada provincia al entrar en vigor dentro de 17 meses.
Laia Ortiz, de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), estimó que esta norma esta «en las antípodas» de lo que debería estar «defendiendo» un país tan «dependiente de los combustibles fósiles» como España. «La respuesta tiene que ser apostar por una transición energética», dijo la diputada catalana, que planteó un incremento de las garantías medioambientales en todas las tecnologías.
Además, recordó que hace falta «invertir» en ahorro y eficiencia energética, «algo que no está» en el proyecto de ley; así como desarrollar una Ley de Renovables para darles «estabilidad jurídica».
Las CCAA se sienten «marginadas»
Por CiU, Inmaculada Riera lamentó que esta norma «margine» a las comunidades autónomas en un ámbito como el energético, en el que tienen competencias, y reclamó que se «haga valer la necesaria cooperación y coordinación entre administraciones públicas» y que se «incremente la participación de las comunidades en aspectos clave» incluidos en esta ley.
Sobre el nuevo Impuesto sobre el valor de la Extracción de gas, petróleo o condensados, la nacionalista catalana estimó que se trata de una «herramienta de redistribución correcta para beneficiar a los ciudadanos» pero no comparte que «no sea cedido a las comunidades autónomas» para que forme parte de sus ingresos.
Pedro Quevedo (CC-NC) insistió en que apostar por los combustibles fósiles como hace esta norma es «ir por el camino equivocado», y criticó la «exclusión» de Canarias de los compensaciones para comunidades y ayuntamientos por las prospecciones en su territorio, al no incluir el mar territorial ni la zona económica exclusiva (ZEE).
El diputado de Foro Asturias (FAC), Enrique Álvarez Sostres, defendió que si se confirma que España tiene un importante potencial de gas a extraer mediante fracking se podría generar una «fuente de riqueza importante» para el país, por lo que valora que el proyecto de ley abra la puerta a esta tecnología.