Bruselas pospone la decisión sobre el nuevo régimen de uso del carbón en España

El Ejecutivo de la Unión Europea ha tomado una decisión sobre la reforma del reglamento que regula la concesión de ayudas públicas al sector del carbón en Europa, pero no se ha pronunciado sobre el nuevo régimen español.

Bruselas tiene que decidir si el real decreto aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 12 de febrero, en el que se da prioridad al uso del carbón nacional en el mercado eléctrico, es o no compatible con la legislación comunitaria.

En rueda de prensa, una portavoz de la Comisión ha asegurado que la decisión del Colegio de comisarios sobre el asunto «necesita más preparación», y no figuraba en la agenda. «La decisión ha sido pospuesta hasta después de las vacaciones«, ha precisado otro portavoz.

El real decreto pretende forzar a las compañías eléctricas a dar preferencia en la entrada del mix energético al carbón autóctono, para dar salida al carbón que se acumula en las cuencas españolas y aliviar la situación financiera de algunas empresas mineras.

Bruselas propone prorrogar lasayudas a las minas deficitarias hasta 2014

Por el contrario, la Comisión Europea ha decidido proponer una prórroga sólo hasta 2014 de las ayudas públicas al funcionamiento para las minas de hulla deficitarias dentro de la Unión Europea.

Después de un intenso debate, el Ejecutivo de la Unión Europea ha acordado su propuesta de revisión del reglamento que regula las ayudas estatales al sector del carbón, que expira a finales de año.

Contrariamente a lo que preveían algunos borradores, donde se contemplaba la posibilidad de que Bruselas siguiera autorizando ciertos subsidios hasta finales de 2022, la propuesta aprobada sólo prevé una prórroga de las ayudas públicas hasta el 15 de octubre de 2014, ha dejado claro el comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia.

Cualquier ayuda de funcionamiento adicional al sector quedará supeditada a la presentación de un plan de cierre para las minas deficitarias, lo que no era el caso hasta ahora. Este plan de cierre tendría que centrarse en el ámbito de la eficiencia energética, las energías renovables o la captura y el almacenamiento de carbono, para mitigar los efectos ambientales negativos de las ayudas al carbón.

Los estados afectados, esencialmente Alemania, España y Polonia, podrán «colaborar en la orientación y la formación de los trabajadores afectados y garantizar que los yacimientos mineros son seguros y se limpian correctamente».

«No debe haber ninguna duda al respecto. Las empresas tienen que ser viables sin subvenciones. No solo es una cuestión de justicia para los competidores que operan sin ayudas estatales, sino que también revierte en interés de los contribuyentes y de unas finanzas públicas que se encuentran en un contexto de austeridad«, explica el comisario Almunia.

«La Comisión sólo autorizará ayudas de funcionamiento a aquellas empresas mineras que dispongan de un plan de cierre, y las subvenciones deben dirigirse de forma creciente a sufragar los costes sociales y ambientales del cierre», precisa Almunia.

En virtud del reglamento propuesto, que tiene que ser aprobado por los ministros de la Unión Europea, las subvenciones de funcionamiento tendrán que ser claramente decrecientes en el tiempo, con una reducción de al menos el 33% por un período de 15 meses.

En caso de que la mina deficitaria no haya sido cerrada a 15 de octubre de 2014, el beneficiario tendrá que devolver las ayudas al Estado.

La ayuda total concedida al sector hullero ha quedado reducida a la mitad, es decir, de los 6.400 millones de euros de 2003 se ha pasado a los 2.900 millones en 2008.

Las ayudas a la producción han descendido en un 62%, hasta los 1.288 millones del total en el mismo periodo, a medida que se ha ido destinando una proporción cada vez mayor a cubrir los costes sociales y ambientales del cierre de las explotaciones.

La Comisión Europea argumenta que prohibir las ayudas de funcionamiento a partir de finales de 2010, cuando expira el reglamento actualmente en vigor, habría tenido «terribles consecuencias sociales y económicas para una serie de regiones».

El sector da trabajo a unas 100 000 personas en Europa: 42.000 en el sector hullero propiamente dicho y más de 55.000 en industrias afines.

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