Brasil expandirá la producción de etanol junto con la de alimentos

Brasil está en condiciones de aumentar significativamente su producción de etanol sin agredir el medio ambiente ni poner en riesgo la producción de alimentos, reafirmó la ministra de la Casa Civil (Secretaría), Dilma Rousseff.

La gran disponibilidad de tierras cultivables y la tecnología que el país domina desde hace más de tres décadas para producir eficientemente etanol derivado de caña de azúcar, sustentan un crecimiento sin riesgos de este negocio, afirmó la ministra en un seminario en Río de Janeiro.

«Brasil posee varios factores que impiden una contraposición entre la garantía de energía y la garantía de alimentación, para nosotros no están en conflicto», dijo la ministra en la conferencia internacional «Biocombustibles: la nueva frontera de la energía«, en Río de Janeiro.

«Pensamos en producción de alimentos y producción de energía y no en producción de alimentos versus producción de energía», añadió Rousseff, ex ministra de Minas y Energía e influyente colaboradora del presidente Luíz Inácio Lula da Silva.

Brasil es el principal productor y exportador mundial de etanol de caña, con cerca de 17.500 millones de litros por año. La mayor parte de este volumen es consumido internamente por su flota de vehículos diseñada para funcionar con un 25 por ciento de alcohol mezclado a la gasolina, o con etanol puro.

El país también es el principal exportador mundial de azúcar y café y uno de los mayores productores y exportadores de carnes, maíz, soja y frutas.

La ministra afirmó que el área destinada por Brasil a la producción de etanol es muy pequeña en relación al área total cultivable del país. Además, dijo, «desarrollamos tecnologías de producción y de cultivos que aumentaron la productividad en tres o cuatro veces en los últimos años», dijo Rousseff durante la conferencia organizada por el Consejo Federal de Ingeniería, Arquitectura y Agronomía.

El gran desafío mundial es resolver el dilema entre producción de alimentos y la producción de energía, afirmó la ministra. «Pero para nosotros no son objetivos opuestos. Tenemos una extensión territorial de 851 millones de hectáreas (8,51 millones de kilómetros cuadrados), de ese total, 45 por ciento son áreas cultivables», señaló.

Otras 210 millones de hectáreas (25 por ciento del total) son pastizales que en parte pueden ser aprovechados para sembrar caña. «Esto significa, sin tomar en cuenta el área cultivable, que todavía tenemos disponible para la expansión 91 millones de hectáreas, o sea el 11 por ciento del total», del país, dijo la ministra.

Explicó que hoy en día Brasil solo utiliza para la producción de etanol 3,0 millones de hectáreas (0,8 por ciento del área cultivable, o un 0,35 por ciento del territorio total del país).

Brasil produce etanol de caldo de caña en forma industrial desde 1975 y ya trabaja en una nueva frontera: la producción a partir del bagazo (celulosa), lo que aumentará más la productividad del sector, dijo. El gobierno también está interesado en utilizar esa biomasa (bagazo y paja) derivada de los cultivos de caña para generar electricidad de manera sustentable y a gran escala.

La generación de electricidad de origen térmico aprovechando la biomasa de la caña ya es común a pequeña escala en ingenios del interior del estado de Sao Paulo, principal productor del país.

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