Baja la intensidad regulatoria y se aceleran las relaciones empresariales

Como han reflejado los medios de comunicación el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía ha viajado en pleno a Sevilla. Junto a los consejeros, también los directores y subdirectores del organismo regulador, en un encuentro anual específico. Al parecer, se trata de una reunión de guante blanco, la segunda que celebran fuera de la sede de Alcalá 47 y no se prevén decisiones importantes, aunque si solicitar información a Enel y, seguramente, continuarán reflexionando o preparando el acuerdo sobre la operación de Iberdrola y Scottish Power. Seguramente, la visita a Doñana, casi obligada para cualquier alto cargo que se precie, debe inducir a la reflexión más que a la caza desaforada de patos. Esperemos.

En paralelo, Enel sigue comprando acciones de Endesa, hasta llegar al 24,98 % del capital de la eléctrica española y el temor a que se produzca una pinza entre Enel y E.ON se acrecienta y el resultado de esta atrabiliaria operación acabe por fragmentar la compañía. Una forma de que la “solución española”, pueda ser la menos española de las soluciones, paradójicamente. En estos momentos, es cuando se recuerda el sabio adagio de ‘no desees que tendrás el doble’. Habrá que tomar buena nota de ello por si llega a producirse

Sánchez Galán sigue, con precisión de relojero, su lenta, pausada e inexorable, reconfiguración y ampliación del accionariado de una Iberdrola europea e internacional, limpia y renovable, con un ‘pool’de generación envidiable si lo casamos con el discurso de Durao Barroso. Por su parte, el Santander ha sido una piedra de toque magistral.

Mientras, todavía quedan quienes piensan que, garantizándose la alianza con el gobierno de turno, trajinándose al regulador o la Administración en cada caso, se puede conseguir cualquier cosa. Sin embargo, gracias a Dios son nuevos tiempos, de empresas activas, organismos internacionales, mercados financieros y globalización, de gestión de intereses y visiones, de poderes y contrapoderes, de cuidar estrategia y táctica. Seguro que lo entendemos mejor desde la mirada serena del anochecer en Doñana.

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