Una vivienda con eficiencia energética ahorra 482 euros al año en luz y gas

Estos son los resultados de un estudio que analiza el coste de mejorar la eficiencia energética en la edificación, y que ha sido elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en colaboración de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), Gas Natural, Uponor y Ursa.

El informe, presentado bajo el título «Precost&E», se ha centrado en un bloque de viviendas públicas ya existente y en uso, en el que se han realizado diversas adaptaciones para medir las variaciones en la eficiencia energética.

Los niveles de eficiencia han sido catalogados desde la letra E, la menos eficiente, hasta la A, de máxima eficiencia, y que no se ha logrado alcanzar en este proyecto.

Algunas de las intervenciones han consistido en modificar los huecos, como ventanas, aislar los cerramientos exteriores y las zonas comunes o instalar una caldera colectiva de condensación de gas natural con suelo radiante.

Según las conclusiones del estudio, pasar desde una calificación E, que es la mínima exigida por el CTE, hasta una B, que es la máxima lograda en el proyecto, implica aumentar el presupuesto de la edificación entre un 5 y un 8 por ciento, aunque ello permite ahorrar en el consumo energético un 76 por ciento y reducir las emisiones de CO2 entre 28,6 y 29,9 kilogramos por metro cuadrado al año.

El objetivo del estudio, según su coordinador, el profesor Justo García Navarro, es informar a los promotores de que «en muchos casos, pequeños esfuerzos en la inversión se convierten en mejoras importantes» para la eficiencia energética del edificio.

La directora gerente de Asprima, Marta Torres, añadió que estas inversiones no son en ningún caso un gasto y que «son muy asumibles por los promotores», porque el paso de una calificación E a una B para una vivienda de 100 metros cuadrados supone un incremento de unos 4.000 euros en el presupuesto inicial.

El director general de Vivienda y Rehabilitación de la Comunidad de Madrid, Juan Van-Halen, señaló que la optimización de la eficiencia energética en los edificios es una «necesidad», y que las viviendas antiguas también deberían mejorar sus características energéticas para adaptarse al CTE.

Por su parte, el director general de Industria de la Comunidad de Madrid, Carlos López Jimeno, señaló que el consumo de energía en el sector residencial supone el 23% del total en la región y añadió que en Madrid «se puede conseguir mucho más con eficiencia energética que con energías renovables».

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