Una subida «suave» de la factura eléctrica

Joan Clos ha dicho que la subida de la tarifa eléctrica, si el petróleo se mantiene en la banda de los cincuenta y pocos dólares el barril, no será muy significativa. Sin embargo, el ministro de Industria no ha explicado qué es para el gobierno un incremento «significativo».El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Joan Clos, acaba de decir que el precio de la luz «no subirá de forma importante» cuando se actualice, como el Gobierno ha establecido, en su revisión de junio.

Lo ha dicho en el Foro Nueva Economía. Clos ja basado sus afirmaciones en la evolución del precio del petróleo, que ha caído mucho desde sus máximos en casi 80 dólares al precio actual de los futuros, ligeramente por encima de 50 dólares el barril.

Efectivamente, por lo que respecta a la producción de electricidad vía combustión de petróleo, los precios de producción caerán. Una buena noticia para los consumidores, en todo caso, porque aunque no van a ver cómo se reduce su factura eléctrica, sí verán que no sube en gran medida, y por otro lado, el hecho de que se reduzcan los costes de producción ayudará a que el déficit de tarifa no crezca de una forma desmesurada.

Según el Real Decreto aprobado a finales de 2006, a partir del mes de junio la tarifa eléctrica se revisará de forma trimestral. A principios de año ya se incrementó el precio de la electricidad, un 2,8% (para el consumidor final; un 4,3% de media), y cabe preguntarse ahora a qué se refiere el ministro Clos cuando dice que el precio de la luz «no subirá de forma importante». ¿Un 2,8% es importante? ¿Lo es un 5%?

Lo cierto es que, por el momento, la electricidad se vende más barata de lo que cuesta, y eso genera un desequilibrio que, a la larga, se paga, y lo paga el consumidor con intereses.

Si, efectivamente, como dice Joan Clos, la factura eléctrica no subirá de forma importante, no va a ser debido al incremento de la producción nuclear. En este sentido, y siendo coherente con las anteriores afirmaciones del Gobierno, Clos ha insistido en que en los próximos años es inviable pensar en centrales de segunda generación para conseguir que España sea más independiente, energéticamente hablando.

El Ejecutivo, según Clos, afirma que las centrales de segunda generación siguen generando residuos, que son complicados de almacenar y que pueden provocar consecuencias que, por el momento, no están claras. No se ha olvidado de la opinión pública. «No se puede pensar», añade, «que se vaya a tener un apoyo popular y democrático.

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